El padre José Zanocchi nació en Cegni, Pavia, a 35 km.
de Voghera, Italia, el 28 de octubre de 1873, en el seno de una familia de
campesinos acomodados. Su padre, don Pedro Zanocchi, ejerció el cargo de
alcalde en el lugar.
El impacto que experimentó Zanocchi al conocer
a San Luis Orione durante una visita que este hizo a Cegni en 1899, fue tan
grande que ese mismo año, el 10 de octubre, entró en la Congregación en Tortona
y el 17 de diciembre de 1904, recibió el orden sacerdotal.
Dieciocho años después, el 15 de enero de 1922, encabezó el grupo de seis religiosos de la Pequeña Obra de la Divina Providencia que desde el puerto de Génova se trasladaron a América del Sur llamados por su superior, Don Orione, que se había desplazado desde Buenos Aires a Río de Janeiro para darles la bienvenida,Junto con el padre Zanocchi viajaron los padres José Montagna, Enrique Contardi y Carlos Alferano, junto a los clérigos José Dondero y Francisco Castagnetti. Legaron a Río de Janeiro el 1° de febrero.
Don Orione subió al barco para ocupar el puesto del P. Alferano, quien
descendió y se trasladó a la casa de San Pablo a la que había sido destinado.Un año antes, Don Zanocchi
le escribía a su superior, que en ese momento se encontraba en el Brasil, para
ofrecerse como misionero en esas tierras. Por lo que el 31 de octubre de ese
mismo año Don Orione le respondía: “Me has pedido si ahora que murió tu padre,
podías venir también tú como misionero. Sí, caro Don Zanocchi, es una verdadera
inspiración de Dios la tuya: te tomo la palabra…”.
El 6 de febrero de 1922, el buque atracó en
Buenos Aires y al otro día los seis religiosos se trasladaron a Victoria. Cinco
días después, el 11 de febrero, Don Orione en persona, con la asistencia de los
recién llegados, ofició su primera misa en Argentina. El templo de Victoria se
transformaba así en la cuna de la Obra en América.De esta forma, Don Orione vuelve a asumirse
como padre de sus religiosos, acompañando a los misioneros
hasta Argentina.
Les mostró las obras ya establecidas: la
iglesia de Victoria, con una
escuela de “artes y oficios” y un hogar en Marcos Paz (provincia de Buenos
Aires). Con ellos fue, para quedarse, el seminarista José Dondero.
Sin embargo, la tarea no era fácil. Don Orione,
en una ocasión, escribió sobre Victoria: “Victoria tendrá unas 400 almas y los
domingos concurren a misa entre 50 y 60 personas. Una de las razones por los
que prefería Victoria a otros lugares bajo varios aspectos mucho mejores fue
precisamente porque este se me presentó como un pueblo completamente
abandonado. La población estaba formada en su mayor parte por ferroviarios,
gente que no es estable, que generalmente está inscripta en el registro de los
partidos más avanzados; algunos padres arrancaron de las manos de sus hijos las
medallas donadas por nosotros…”.
Con la inmigración habían llegado también
extrañas tendencias anárquicas y anticlericales, bastante arraigadas en la
localidad, que dificultaban la tarea de estos religiosos. Don Orione y el padre
Zanocchi soportaron agresiones de todo tipo, incluso físicas, pero siempre
siguieron adelante confiando en la Divina Providencia.
El padre José nunca gozó de buena salud,
padecía de artritis. Por esa misma causa, Don Sterpi, uno de los religiosos de
la Congregación, le menciona a Don Orione en una carta fechada el 9 de
noviembre de 1921 lo siguiente: “… si bien su carácter es muy práctico, se
adapta más bien a un trabajo tranquilo y sin muchas preocupaciones, caso
contrario le sobreviene el dolor de cabeza. Ciertamente él es un santo y los
santos hacen milagros”.
Don Zanocchi estampó su firma por primera vez
en Victoria en el Libro de Bautismos Nº 1, folio 41 de la Iglesia,
suministrando el sacramento a la niña Elsa Leda el 18 de febrero de 1922, y
realizó el primer enlace matrimonial entre Gerardo Fornari y Aurora Altomare
Meilé el 15 de junio de 1922, hecho que figura en el Libro de Matrimonios Nº 1,
folio 18.
El 13 de mayo de 1922, Don Orione dejaba la Argentina
para retornar a Italia. Dos meses atrás, más precisamente el 19 de marzo, había
nombrado como superior de la Orden de los Hijos de la Divina Providencia en
América al clérigo José Zanocchi, en donde en esa fecha comunicaba también a
sus hijos en el Brasil que el padre José no sólo sería superior en Argentina,
sino también de los residentes en Brasil.
En 1927 el templo de Victoria fue elevado a
parroquia Nuestra Señora de la Guardia siendo su primer párroco Don José
Zanocchi, cargo que ocuparía hasta el 20 de abril de 1937, momento en que
renunció para desempeñar con mayor eficiencia las funciones de Superior de la
Orden. Años atrás, Don Zanocchi había edificado un nuevo retablo en el altar
mayor dedicado a la Virgen genovesa. Este fue bendecido por el Nuncio
Apostólico, Monseñor Juan Beda Cardinale, el 21 de diciembre de 1924.
Previamente, el 1 de septiembre de 1924, a
instancias del padre Zanocchi, aparecía el primer número de la revista de la
obra en la Argentina, Obra de la Divina Providencia, de publicación quincenal y
editada en la casa parroquial. Era la primera revista de la Congregación que
salía en lengua española.
Zanocchi no sólo desempeñó obras de
embellecimiento en el templo parroquial, sino también en el pueblo ferroviario
de Victoria. Junto a otros vecinos del lugar, trabajó intensamente por el
adoquinamiento de sus principales calles, una de ellas la actual Simón de
Iriondo, que en ese momento bautizó bajo el nombre de “Obreros” ya que ésta era
la vía que utilizaban los operarios para dirigirse a los talleres ferroviarios.
Al mismo tiempo, incrementó su misión dando asistencia a los enfermos en el
hospital y domicilios particulares y creó además diversas instituciones desde
las cuales se anunciaba el mensaje cristiano y se brindaba asistencia a los más
necesitados, tales como la Acción Católica, la Conferencia Vicentina de
Caballeros “Cristo Rey”, inaugurada el 18 de diciembre de 1927, siendo su
primer presidente el Sr. José Parodi, las Cofradías de Ntra. Sra. de la Guardia
y de Luján, el Apostolado de la Oración, la Guardia de Honor de Caballeros, la
Asociación de la Doctrina Cristiana, la Congregación Mariana de Jóvenes, las
Hijas de María y otras. Indudablemente, con esta labor, se intensificó el
sentir religioso tanto en la parroquia como en sus alrededores.
Otra muestra de la inteligencia del padre José
fue la institución del “Día del Kilo”. El mismo consistía en la donación de
alimentos solicitados a comerciantes de la ciudad (en la medida de un
kilogramo) para ser distribuidos entre los más carenciados. También solicitó a
la feligresía contribuciones y donativos para la reparación de los techos. Para
ello, en 1934, fue abierto en la secretaría parroquial un libro en el que
quedaban inscriptos los donantes para realizar dicha tarea de suma urgencia.
Impulsó también la construcción de la Capilla
Santa Teresita del Niño Jesús en Virreyes en el entonces barrio del Bañado,
situada hoy sobre la calle Sobremonte, que fue bendecida por el mismo Don
Orione el 3 de enero de 1937, en su segundo viaje a la Argentina. Se daba
origen así a otro foco de vida espiritual a partir del año 1930. Más adelante,
en 1946, el RP Vicente Romé f.d.p., iluminado por este espíritu, construyó en
el Barrio Crisol, en la calle Kennedy al 2000, la Capilla de la Medalla
Milagrosa.
Para impartir el mensaje cristiano se inauguró
en abril de 1923 la catequesis en la Iglesia de Victoria. El padre José hizo
circular dos cartas: una dirigida a los niños, instándolos a concurrir y otra a
los padres de éstos recordándoles su obligación de enviarlos. La catequesis se
impartía todos los domingos a las 15 horas para los niños y a las 16 horas para
las niñas. Además, desde los primeros años en Victoria, el Padre José procuró
que todos sus religiosos realizaran la confesión semanal. Por tal motivo, se
encontraba un confesor fijo a disposición de la comunidad.
Para el crecimiento de la Obra en América, en
1926 el padre Zanocchi inauguró en Victoria el primer Postulantado de la
Pequeña Obra de la Divina Providencia en Sudamérica. Sin embargo, su espíritu
inquieto no dejaba de idear proyectos, por lo que un año antes, el domingo 26
de abril de 1925 se concretaba el sueño de un establecimiento educativo con la
bendición y colocación de su piedra fundamental. Nacía el Colegio “San José”
que abrió sus puertas en 1926. Otra de las tareas del padre José fue la de fundar
una escuela tipográfica en los recintos de la parroquia, sueño que se concretó
en 1927 con la aparición de la “Tipografía San José”, la cual formaría futuros imprenteros.
Como se dijo anteriormente, en 1927 el templo
de Victoria fue elevado a parroquia. Esto se realizó a instancias del padre
Zanocchi que viendo que la actividad en Victoria era cada vez más intensa,
elevó el 9 de septiembre de 1926 la solicitud al Obispado para desligarla de la
parroquia Ntra. Sra. de Aránzazu en San Fernando.
En 1954 le fue diagnosticado cáncer duodenal
por lo que pasó sus últimos momentos en el Hogar Sacerdotal de Claypole,
siéndole administrada la Extremaunción por el Director Provincial, Revmo. Don
José Fiori, falleciendo a las 22.30 horas del lunes 17 de mayo de 1954 a los 80
años de edad. 41 de profesión y 49 de sacerdocio. Sus restos fueron llevados al cementerio del Pequeño Cottolengo
de Claypole.
Años más tarde, el 1 de agosto de 1960, el RP
Juan Bernardo Ivertowski solicitó autorización para enterrar los venerables
restos del padre Zanocchi en la iglesia de Victoria. Y así, el domingo 21 de
mayo de 1961, se realizó su traslado a Ntra. Sra. de la Guardia por deseo de
los vecinos que amaban y deseaban tener al padre José en su localidad. En la
placa que hoy en día se encuentra en el atrio de la parroquia yace grabado:
“SACERDOTE JOSE ZANOCCHI F.D.P. DESCANSA AQUÍ EN LA PAZ DEL SEÑOR. N. CEGNI
“PAVIA” ITALIA 28/10/1873 +CLAYPOLE ARGENTINA 17/5/1954 EN VICTORIA 21/5/1961
HOMENAJE DEL PUEBLO”.
Ese día estaban presentes el Obispo Diocesano,
S. E. R. Mons. Antonio María Aguirre, el Intendente de San Fernando, Sr.
Gervasio Ipuche y otras personalidades. Con anterioridad, el 17 de diciembre de
1954, durante la gestión comunal de don Luis Castellari, en ocasión de los
cincuenta años de su ordenación sacerdotal, le fue impuesto su nombre, a una
calle de la localidad.
Como una forma de conmemorar la actuación y
presencia de este santo que en compañía de San Luis Orione caminó por las
calles de Victoria, el RP Lorenzo Nicola f.d.p., junto a la Capilla de la
Medalla Milagrosa, erigió en el año 1955, el Hogar “Padre José Zanocchi”. A tal
fin, adquirió dos lotes de terreno en los que se levantaba una humilde casa
para comenzar con esta bienhechora obra que asiste hoy en día a niños pobres y
aquellos con discapacidad profunda.
El padre Zanocchi es recordado con profundo
amor y respeto entre sus Hijos de la Divina Providencia debido a su gran labor
como primer párroco de Victoria, Superior de la Congregación en Argentina,
Chile, Uruguay y Brasil, Director Espiritual de la naciente Congregación de las
Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad en Argentina y sus seis años de
Vicario General en Italia desde 1946.
Es importante destacar la historia de este
santo que, con la entrega incondicional hacia el bien del prójimo, hizo de la
Pequeña Obra de la Divina Providencia en América, una gran obra que hoy en día
sigue creciendo.
San Luis Orione dijo de su amigo y compañero:
El goza de toda mi estimación, de toda mi
confianza, de todo mi afecto en Jesucristo, puesto que es uno de los que más ha
comprendido el espíritu de la Congregación y ha vivido por más largo tiempo en
la Casa Madre de Tortona, bajo mis miradas, ejemplo de vida y de humildad, de
fe, de sacrificio, de trabajo continuado, de penitencia, de caridad, de
abnegación en casa […] En todas partes siempre pronto, siempre contento y
modesto, siempre sacerdotalmente dulce, siempre lleno de caridad: ¡digno
religioso de la Divina Providencia!
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