1) Santo Padre Francisco.
El corazón de María, más que ningún otro, es un corazón humilde y capaz de acoger los dones de Dios. Y Dios, para hacerse hombre, la eligió precisamente a ella, a una simple joven de Nazaret, que no vivía en los palacios del poder y de la riqueza, que no había hecho obras extraordinarias. Preguntémonos ―nos hará bien― si estamos dispuestos a recibir los dones de Dios o si, por el contrario, preferimos encerrarnos en las seguridades materiales, en las seguridades intelectuales, en las seguridades de nuestros proyectos.
2) De los escritos de Don Orione [2]
La tarde del 12 de marzo de 1940, escribía.
“Cómo quisiera, Beatísimo Padre, con mis lágrimas, con mi sangre y con mi amor, hacer un bálsamo para aliviar sus dolores y echar sobre llagas de mis hermanos! Cómo quisiera, al final ya de esta pobre vida, ofrecerte también los últimos latidos, en holocausto ardiente de veneración, a tus pies!
Venga entonces la Santa Virgen a tomarme por la mano!
Y, si el Señor me tiene misericordia, entraré a la paz del paraíso, quiero entrar cantando el Christus vincit, el Magnificat y el Tu es Petrus, que es mi credo, el cántico de mi Fe y de mi amor!”
3) Oración :
Concédenos ver en el cielo la cantidad de todos los testimonios victoriosos para encontrar coraje y fuerza en el combate de este mundo
Ruega por nosotros, María
Acoge nuestra oración, María, unida a la nuestra en la comunión de los Santos. Ruega por nosotros, María
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