El 15 de agosto, fiesta de la Asunción de la Virgen, el P. Ángel Pellizari pasó a la casa del Padre. Fue el pionero de la presencia orionita en Paraguay.
Nació en Gossolengo (Piacenza, Italia) el 18 de julio de 1926, siendo el sexto de siete hermanos. Durante una visita a su hermano Narciso, quien había ingresado a la Congregación, se sintió impactado por el clima de alegría con que se vivía en el seminario menor, decidiéndose a entrar en la Congregación, el 14 de noviembre de 1937 en San Bernardino, Tortona.
Tras ser ordenado sacerdote en 1954, fue encargado del Oratorio de San Bernardino en Tortona, luego capellán de los obreros de la Onarmo, y más tarde director del aspirantado de la ciudad de Módena, donde estuvo solo un año, ya que 1965 llega como misionero a la Argentina.
En nuestro país, fue durante once años párroco de la Divina Providencia del barrio porteño de Pompeya (Buenos Aires), hasta que el 1º de agosto 1976, comenzó una nueva etapa como misionero en Paraguay, dando inicio a la misión “Ñeembucú Sur”, a la que un año más tarde se agregaría el recordado padre Luis Cacciutto.
Tras diez años de intenso trabajo de evangelización popular y promoción social, con abundantes frutos, el padre Ángel se trasladó a Asunción para iniciar el Pequeño Cottolengo paraguayo, en la localidad de Mariano Roque Alonso.
En 1989 regresó a Italia donde fue párroco de San Miguel (Tortona) hasta el año 2002, en que una enfermedad le obligó a abandonar sus tareas. Sus últimos nueve años los pasó en Génova, hasta su partida definitiva a la casa del Padre, a los 85 años de edad.
El padre Roberto Simionato, Viceprovincial de Chile, lo recuerda como alguien “bajito, pero que pensaba las cosas de Dios en grande”. “Tuvo el gran mérito de lanzarse y comenzar la misión de Paraguay, pese a la oposición de muchos...” explica el padre Roberto, agregando que “a sus jóvenes 50 años, en 1976 dejó la gran ciudad (Buenos Aires) y no le tuvo miedo al Paraná, a los esteros, al idioma guaraní y comenzó todo de cero, recorriendo inicialmente de a pie los caminos peliagudos del Ñeembucú”. Bendecido y alentado por Don Terzi, cumplió la predicción de Don Orione a Mons. Bogarín que, siendo joven sacerdote estudiante en Roma, le oyó decir que sería él (Bogarín) quien introduciría la Congregación en Paraguay.
“Fue un gran misionero. A él le deben la vocación, después que, a Dios, los varios hermanos paraguayos que hoy están en la Congregación”, concluye el padre Simionato.
17.08.2011) El 15 de agosto, fiesta de la Asunción de la Virgen, el P. Ángel Pellizari pasó a la casa del Padre. Fue el pionero de la presencia orionita en Paraguay.
Yo fui testigo y, una vez convertido, su admirador. Deo gratias!
P. Roberto Simionato, fdp Superior Viceprovincial (Chile)
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