1. Los colores de la Inmaculada: BLANCO del velo.
El velo es el signo de la protección divina de la
Mujer a la que el ángel Gabriel le dijo: "El Espíritu Santo descenderá
sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra" ¡El velo es la
sombra del Altiismo!
El blanco es el color de la pureza, como rezamos con el prefacio de la Inmaculada: "Purísima tenía que ser la Virgen que nos diera al Cordero inocente que quita el pecado del mundo. Purísima la que, entre todos los hombres, es abogada de gracia y ejemplo de santidad"
2. Los colores de la Inmaculada: CELESTE del manto.
Es color celeste, o azul, recuerda al cielo, al agua,
al aire, al cristal y por eso representa la cercanía de Dios que hizo morada en
el seno de la Virgen Inmaculada. Así enseña Efrén el Sirio : “Hoy María se ha
hecho cielo y ha traído a Dios, porque en Ella ha descendido la excelsa
divinidad y ha hecho morada" El color celeste representa ese encuentro del
cielo con la tierra en la Virgen concebida sin mancha y anuncia esa fusión del
cielo con la tierra en al encarnación del Hijo de Dios.
El azul también es el protagonista del sueño de San Luis Orione: "... ví a la Virgen, estrechando a Jesús niño con su brazo derecho; era de una belleza indescriptible... De sus hombros descendía un manto más bello que el azul del cielo... Protegía el Oratorio y me miraba con amor; después su manto azul comenzó a alargarse y hasta el cielo desapareció ya que solo se veía el manto azul de la Virgen. Aparecieron bajo el manto, muchas cabezas, todas de chiquillos, que jugaban y se divertían; eran de colores diversos, blancos, negros, cobrizo y andaban perdiéndose en la inmensidad de la llanura..
."
El color del vestido de la Inmaculada es rosado porque
Ella es la Señora del amanecer, la señora del alba, reflejo de la primera luz
que anuncia el día. San Juan Pablo II explica así esta realidad: "María
es, en efecto, la luz que anuncia la proximidad del Sol a punto de nacer, que
es Cristo. Donde está María, aparecerá pronto Jesús. Con su presencia luminosa
y resplandeciente, la Virgen Santísima inunda de luz que despierta la fe,
dispone la esperanza y enciende la caridad. Por su parte, Ella es sólo y nada
menos que un reflejo de Jesucristo, «Oriente, esplendor de la luz eterna y sol
de justicia, como la alborada, sin el sol dejaría de ser lo que es... María es
la primera criatura iluminada; iluminada antes incluso de la aparición visible
del Sol. Porque María procede del sol de
santidad: «¿Quién es ésta que avanza cual aurora, bella como la luna, brillante
como el sol?» (Cant. 6, 10).
No es otra sino la gran señal que apareció en el
cielo: «Una mujer revestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de
doce estrellas sobre la cabeza» (Αpοc.
12, 1)"
¡La Inmaculda está vestida de rosado porque es la
mujer vestida de sol!
4 Los colores de la Inmaculada. AZUL de la esfera
terrestre.
Esta imagen se apoya sobre una esfera azul oscuro. Es
el mundo, es el globo terráqueo, que con ese color azul simboliza la
profundidad de la oscuridad subterránea que evocan las fuerzas del mal. Así
como Jesús que al caminar sobre el agua va hacia los suyos pisoteando a los
malignos enemigos del hombre simbolizados en la oscuridad del mar y revela para
nosotros la certeza tranquilizadora de que El vence a nuestros grandes
enemigos: el diablo, el pecado, la muerte, el miedo. También la Inmaculada
camina sobre ese mar oscuro y nos dice: "Ánimo, soy yo, no tengáis
miedo", como una dia le dijo en Guadalupe al indio San Juan Diego:
"no temas ¿acaso no estoy yo aquí que soy tu madre?"
5 Los colores de la Inmaculada: LA SERPIENTE
Al contemplar esta imagen quedamos admirados de la
belleza de sus facciones. Cada peregrino cuando se cerca a la imagen fija su
mirada en el rostro, cuya hermosura es rara de encontrar en las imágenes, y
trata de que la mirada de la Virgen se cruce con la de ellos. Y allí se queda,
¡yo la miro y Ella me mira! Esta mirada de la Madre Inmaculada tal vez le baste
para sanar sus heridas, llenarse de esperanza y exultar de alegría.
Pero la verdadera lección que recibimos de la imagen
no esta en su mirada sino en el drama que se desarrolla a sus pies. Vemos a una
mujer que descalza pisa una terrible serpiente. ¡La mas venenosa de todas! Esa
serpiente simboliza al diablo, veneno de todos los venenos, mal de todos los
males.
Pero lo que nos sorprende es la actitud con que la
Inmaculada enfrenta es terrible peligro. La contemplamos serena, pisa firme sin
perder su dignidad, sus manos y su mirada no expresan desesperación, ni miedo.
Todo lo contrario, Ella no se mira los pies sino que mira con ternura hacia sus
hijas e hijos, porque comprende sus luchas y extiende sus manos para que su
abrazo los proteja de todo mal.
Esta es su lección: al mal se lo vence con ternura,
sin perder la dignidad, con firmeza pero sin violencia, defendiéndonos del mal
pero abiertos a las necesidades de los demás.
¿Cual es el secreto de esa serenidad? ¡Es su Hijo! Ella
es portadora de la fuerza salvadora del Hijo de Dios de cuyas entrañas
inmaculadas nació.
¡Que cada peregrino al contemplar esta milagrosa
imagen aprenda esa lección y sepa que con Jesus podrá salir siempre victorioso
de todo mal!
6. Los colores de la Inmaculada: ANCLADA EN ESTE
PUERTO
He visto que Barranqueras esta protegida del Paraná
por lo que llaman la defensa, que es un gran muralla de tierra que frena el
agua de las inundaciones ya que el terreno es muy bajo. Pero que la defensa no
nos haga vivir de espaldas, ¡como si el Paraná no existiera! No hay que olvidar
que Barranqueras fue un puerto importante, que la vida siempre se la dio el
Paraná.
Se que hay muchos pescadores y a muchos les gusta ir a
matear en las orillas del Riacho. Pero creo que deberíamos integrar más al
Paraná a nuestra vida.
¡Ni que decir los que formamos parte de la comunidad
del Santuario de la Inmaculada! Ella quiso quedarse anclada en este puerto,
quiso vivir entre estas lagunas y sabe florecer como un camalote mimada por las
tortugas...¡cómo me gusta imaginar que la serpiente que pisa es una Curiyú de
los bañados!
Con esto quiero decir que la identidad local es muy importante, y esta se concretiza en los elementos naturales y culturales que nos rodean: el más importante es el río Paraná. Por eso hay que revestir a la Inmaculada de identidad local Barranqueras. ¡Ella quiso quedarse anclada en este puerto!
7. Los colores de la Inmaculada: LA LUNA
La Inmaculada
como la mujer del Apocalísis pisa la luna. Es una luna en creciente, que
se va llenando hasta dar a luz al sol de Justicia, su Hijo Jesús.
El papa Franciso explica el misterio de la luna:
“Nosotros, los cristianos, identificamos a Jesucristo
con el sol, y a la luna con María, y la luna no tiene luz propia; y si la luna
se esconde del sol, vuelve oscura. Lo mismo le pasa a la Igleisa, si el sol es
Jesucristo y si la Iglesia se aparta o se esconde de Jesucristo se vuelve
oscura y no da testimonio"
Al contemplar la luna a los pies de la inmaculada nos comprometemos a ser, como Ella, reflejo
del "sol que nace de lo alto" reflejo de su luz, de su amor.
Cristo-sol, María-luna, la Igelsia llamada a ser
misonera como María viviendo el misterio de la luna. La Igleisa, contemplando a
la Inmaculada, debe saber que no tiene luz propia, sino con la de Cristo.
Cirilo de Alejandría decía que “la Iglesia está rodeada por la luz divina de
Cristo, que es la única luz en el reino de las almas. Hay, pues, una sola luz:
en esta única luz brilla también la Iglesia, sin ser Cristo mismo”.
La misma percepción del misterio de la Iglesia fue
expresada por el Concilio Vaticano II en Constitución “Lumen gentium":
"la Iglesia irradia no la luz de ella, sino la de su Divino
fundador". El papa Franciso nos advierte que cuando esto no sucede, cuando
se eclipsa “la certeza de mirar el ‘mysterium lunae”, cuando “cree que tiene
una luz propia", se va hacia el mal de la “mundanidad espiritual”, que
consiste en vivir, incluso en la Iglesia, “para dar gloria de los unos a los
otros”
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