“Canten al Señor, aleluya, un canto nuevo, aleluya...” A las 10 de la mañana en punto, el canto de ingreso de la misa impregnó de santidad la jornada. El rito de la canonización, al comienzo de la misma, hizo todavía más intenso el momento. El cardenal José Saraiva Martins, Prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos, dio lectura a una breve biografía de los seis beatos que serían canonizados.
Después del canto de las Letanías de los Santos, el Papa pronunció la solemne fórmula de la canonización: “Declaramos y definimos santos...”. Y nombró a cada uno de ellos. Un largo aplauso partió de la inmensa asamblea de los presentes, mientras las miradas se posaban en los seis retratos colocados sobre la fachada de la Basílica de San Pedro, entre ellos el de San Luis Orione con su inconfundible sonrisa.
Aunque la alegría era por los nuevos santos, para los orionitas resultó una explosión emocionante escuchar de la voz del Santo Padre decir de nuestro Padre Fundador: “El corazón de este estratega de la caridad no tuvo ‘fronteras porque fue dilatado por el amor de Cristo´...”
No hay comentarios:
Publicar un comentario