1) Nos decía el Papa Francisco
En el Evangelio (Lucas 1,28) resuena el saludo del Ángel a María: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» . Dios siempre ha pensado en ella y la ha querido, para su plan inescrutable, como una criatura llena de gracia, es decir, llena de su amor. Pero para llenarse es necesario hacer espacio, vaciarse, hacerse a un lado. Como María, que supo escuchar la Palabra de Dios y confiar totalmente en su voluntad, aceptándola sin reservas en su propia vida. Tanto es así que el Verbo se hizo carne en ella. Esto fue posible gracias a su “sí”. Al ángel que le pide que se prepare para ser madre de Jesús, María le responde: «He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra» (v. 38).
2) De los escritos de Don Orione[1].
“SOMOS OBRA DE MARÍA” “Todo en la Congregación es obra de la Virgen” así declaraba en 1929 al cardenal La Fontaine.
“Mi madre, lo saben, era sirvienta en la casa de los Rattazzi; la señora del ministro era muy caprichosa y un día se enojó tanto con mi madre que quería… tirarla por la ventana… Pero ella se agarró a ella y le dice: Si caigo yo abajo, viene también Usted conmigo… Hago lo mismo yo con la Virgen, y le digo: La Obra de la Divina Providencia no es mía, sino tuya, si cae la Obra conmigo, caes también tú, porque ella es tuya…
Pero estoy convencido que la buena Madre no nos abandonará…”
“La Pequeña Obra de la Divina Providencia, se puede decir, que después de Dios, es toda obra de María nació por obra de María, creció por obra de María y se mantiene por obra de María. Nosotros debemos todo a María, razón por la cual debemos serle devotos, para demostrarle nuestro reconocimiento…”
“Sin ir a buscar otro lado, nosotros no somos más que chapuceros; es Ella quien obra, nuestra santa Madre, nuestra Virgen. Sí, la obra de la Divina Providencia es la obra de la Virgen! Esta fuerza que tenemos, estas palabras que nos hacen bien, la buena voluntad que nos anima: es la Virgen que nos la da, queridos hijos…”
3) Oración:
Oh María, tú fuiste mensajera de alegría: anunciaste la paz y la salvación a Isabel y en ella al mundo entero Ruega por nosotros, María
Tu palabra de saludo, a causa del Mesías que llevabas en ti, produjo el milagro del despertar del precursor a la alegría mesiánica
Ruega por nosotros, María
Haz que todos los hombres recojan la palabra de la Iglesia como palabra de Dios y sean colmados de la alegría mesiánica como lo fue el precursor Ruega por nosotros, María
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