La finalidad principal de nuestra Congregación es vivir del amor al Papa y difundir especialmente entre los pequeños, los humildes y el pueblo, el más dulce amor al Papa, y la obediencia plena y filial a su palabra y sus deseos.
Sobre nuestras frentes tenemos que llevar escrito con orgullo el nombre del Papa; sobre nuestros corazones tienen que estar grabado el nombre bendito del Papa; nuestra vida tiene que estar consagrada al Papa y a la Iglesia Santa de Jesucristo.
El respeto, la obediencia y el amor a los Obispos que el Espíritu Santo ha puesto para regir la Iglesia de Dios tienen que ser ilimitadamente grandes, devotos y filiales. Pero más que a todos los Obispos debemos un respeto, una obediencia y un amor inextinguible, en la vida y en la muerte, al Papa, Cabeza de los Obispos y de la Iglesia.
Nuestro Credo es el Papa, nuestra moral es el Papa; nuestro amor, nuestro corazón, la razón de nuestra vida es el Papa. Para nosotros el Papa es Jesucristo: amar al Papa y amar a Jesucristo es la misma cosa; escuchar y seguir al Papa es escuchar y seguir a Jesucristo; servir al Papa es servir a Jesucristo; ¡dar la vida por el Papa es dar la vida por Jesucristo!
CARTA A SUS RELIGIOSOS POLACOS 5 ENERO 1928
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