DON ORIONE Y MANZONI”
Hoy se cumplen 150 años de la muerte de Alessandro Manzoni, escritor y poeta muy apreciado por Don Orione.
«Si don Orione viviera aún -es natural pensar- se sumaría a estas celebraciones con singular fervor, porque fue uno de los más convencidos admiradores de las virtudes personales del gran escritor lombardo, uno de los más entusiastas defensores de la valores civiles, morales, religiosos contenidos en los Promessi Sposi y, conjuntamente, en toda su producción literaria».
En el cuadernillo, además de la conocida conferencia del 22 de enero de 1939 "Hay Providencia" impartida por Don Orione en la Universidad Católica de Milán y escrita con la ayuda de Don Domenico Sparpaglione, conocido estudioso de Manzoni, se cuenta cómo el Fundador hacía continuas referencias a Manzoni hasta en los momentos y temas más inesperados. De hecho, la publicación dice:
«Si Dante es un poeta de la fe, Manzoni es un poeta de la caridad. Por eso fueron "sus" poemas, tanto porque más que otros invistieron de verso y exquisita forma lingüística y conceptual a las verdades de la fe, a las sublimes esperanzas del alma cristiana, como porque en sus páginas está la sustancia de la dogmática. pensamiento con exclusión de la ternura pietista. A don Orione le gustaba la compacidad armoniosa de Manzoni entre el arte y la vida, el hombre y el cristiano. En esas páginas se encontraba con su propio ideal de caridad, de humanidad, de amor a los sencillos, a los pobres y, sobre todo, con el abandono confiado a la Divina Providencia. Tenía en sí mismo, en su carácter y en su mirada, en su figura, algo del padre Cristóbal. Él también con dos ojos de diablo, él también impulsivo, de carácter fuerte, apocalípticos en la ira, sumisos y mansos en la oración, generosos en el perdón, dispuestos a sufrir cualquier cosa por caridad, y dispuestos a morir por caridad. Especialmente el celo y la generosa pasión por las almas lo llevaron a encontrar en sí mismo a Fra Cristoforo. A veces usaba a la Prometida para la meditación. Durante los años de la Gran Guerra -en los que se había entregado a la buena prensa, difundiendo semanalmente en Tortona, desde la iglesia de San Rocco, donde celebraba los días festivos, folletos con la explicación del Evangelio-, sobre su escritorio invariablemente aparecía A veces usaba a la Prometida para la meditaciónPromessi Sposi que le proporcionaba citas constantes».
Recuperado del peligroso infarto del 9 de febrero de 1940, Don Orione confió a su familia una buena tarde: « En estos días estuve pensando, estuve haciendo un poco de filosofía de la historia de los últimos días. Y, algo manzoniano, pasé al último capítulo de Promessi Sposi, que es un gran libro, ¿ven?, ¡es una gran filosofía cristiana! -; y allí fue Manzoni a que Renzo y su buena mujer Lucía buscaran la razón por la cual les habían sucedido aquellos hechos más dolorosos que felices. Y así Manzoni extrajo la esencia de la novela, de la manera más alta y digna que usted sabe (ítem 38)... Pensé en estos días en sacar el fruto de lo que me pasó a mí y a la Casa, viendo en todo la mano, la voz de Dios: Dominus est! ... Dios habla con la vida y con la muerte, con la alegría y con el dolor...».
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