El
día en que su madre le reprendió por atender en la casa a pobres y
enfermos, Santa Rosa de Lima le contestó: "Cuando servimos a los pobres y
a los enfermos, servimos a Jesús. No debemos cansarnos de ayudar a
nuestro prójimo, porque en ellos servimos a Jesús".
Dios
concedió a su sierva gracias extraordinarias, pero también permitió que
sufriese durante quince años la persecución de sus amigos y conocidos,
en tanto que su alma se veía sumida en la más profunda desolación
espiritual.
El
demonio la molestaba con violentas tentaciones. El único consejo que
supieron darle aquellos a quienes consultó fue que comiese y durmiese
más. Más tarde, una comisión de sacerdotes y médicos examinó a la santa y
dictaminó que sus experiencias eran realmente sobrenaturales.
Rosa
pasó los tres últimos años de su vida en la casa de Don Gonzalo de
Massa, un empleado del gobierno, cuya esposa le tenía particular cariño.
Durante la penosa y larga enfermedad que precedió a su muerte, la
oración de la joven era: "Señor, auméntame los sufrimientos, pero
auméntame en la misma medida tu amor".
Dios
la llamó a Sí el 24 de agosto de 1617, a los treinta y un años de edad.
El capítulo, el senado y otros dignatarios de la ciudad se turnaron
para transportar su cuerpo al sepulcro.
El Papa Clemente X la canonizó en 1671.
Aunque
no todos pueden imitar algunas de sus prácticas ascéticas, ciertamente
nos reta a todos a entregarnos con mas pasión al amado, Jesucristo. Es
esa pasión de amor la que nos debe mover a vivir nuestra santidad
abrazando nuestra vocación con todo el corazón, ya sea en el mundo, en
el desierto o en el claustro.
ORACIÓN A SANTA ROSA DE LIMA
Santa Rosa, "Rosa y Reina del Perú",
encendida en el amor a Dios y a la fe, te apartaste del mundo y
te entregaste a Cristo en medio de admirables penitencias.
Quisiste ser apóstol y llevar a todos los
hombres hacia Jesús. Para ello renunciaste a tu hermosura y a tus
atractivos humanos, mortificando tu cuerpo... Alcánzanos el
camino de la verdadera vida para que lleguemos a gozar un día de
los bienes eternos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
Porque la tormenta de Santa Rosa
En 1615, en la ciudad peruana
de Lima, una religiosa beata conocida como Rosa (Isabel Flores de
Oliva, 1586-†1617), encabeza una rogativa ante el posible desembarco de
naves de holandeses que ya habían asaltado el puerto vecino de El
Callao. Sin previo aviso, una gran tormenta impidió a las embarcaciones
acercarse a tierra y de esta manera, la ciudad de Lima quedó salva. Los
creyentes comenzaron a atribuir la presencia de la tormenta al poder místico de Rosa.
Esta leyenda se popularizó en Argentina, especialmente en la zona del
Río de la Plata, en Córdoba y en la región de Cuyo. En la provincia de
Mendoza, uno de sus departamentos lleva su nombre, pese a que es una
región realmente seca, y es muy poco frecuente que la tormenta se
produzca allí.
Si bien se espera que la tormenta de Santa Rosa
sea el mismo 30 de agosto, fecha de la patrona, de acuerdo a registros
del Servicio Meteorológico Nacional Argentino(SMN) desde 1906, en sólo
nueve oportunidades la tormenta coincidió con esa fecha.
De todos
modos, los meteorólogos realizaron estudios que niegan que las tormentas
desatadas en ese período sean las más intensas. Asimismo, un análisis
estadístico realizado para la Ciudad de Buenos Aires entre los años 1870
y 2004 reveló que sólo en el 12 por ciento de los casos se pudieron
verificar tormentas entre los cinco días antes y los cinco días después
del 30 de agosto.
Una cuestión climatica
Según los
meteorólogos, durante el invierno no suelen ocurrir tormentas dado que,
para su desarrollo, se requiere la concurrencia de ciertas condiciones
atmosféricas y energéticas que son más propias de la primavera y el
verano. Sin embargo, al aproximarnos al equinoccio de primavera del
Hemisferio Sur, el acercamiento paulatino de la Tierra al Sol produce
importantes cambios en la circulación atmosférica regional para fines de
agosto. La presencia de aire cálido y húmedo proveniente del norte,
sumado al aumento de la radiación solar sobre el suelo y a la entrada de
perturbaciones sinópticas desde el oeste, puede dar lugar a la
aparición del fenómeno de tormenta al final del invierno, en fechas
cercanas al 30 de agosto.
Eso explicaría la regularidad del fenómeno y que por la fecha en que se produce sea atribuido a Santa Rosa de Lima.
Fuente:
Diccionario de Mitos y Leyendas