Don Orione adoptó un sistema educativo integral, no
solo instrucción o adiestramiento. El mismo denominó su método
cristiano-paterno que se presenta como una reelaboración-integración del método
preventivo que conoció cuando de adolescente fue a Valdocco con Don Bosco
(1886-1888) y en la relación de estima y amistad que tuvo con Don Rua, Don
Berto, Don Trione y otros ilustres salesianos de la primera hora. En la
práctica el método salesiano se basaba en los principios del amor y de la
razón: las vías del corazón (familiaridad y confidencia), unidas a aquellas de
la razón (motivaciones racionales y convincentes).
“Paterno”
“Collegio paterno” fue el nombre de la primera
fundación orionita en Tortona. El adjetivo paterno definía y describía la
naturaleza jurídica del instituto, abierto de acuerdo a los artículos 251 y 252
de la ley Casati de 1859 que permitía la fundación de escuelas organizadas y
administradas por padres de familia. Era una fórmula que proporcionaba, a las
instituciones escolares que recurrían a ella, una cierta autonomía
administrativa y también pedagógica, aunque sin ningún financiamiento.
En primer lugar, por lo tanto, el adjetivo “paterno”,
con el que Don Orione calificó su método, tenía un significado jurídico.
Después, el adjetivo “paterno” con el agregado de “cristiano” derivó en la
fórmula utilizada para describir el estilo educativo. Finalmente marcó un
método pedagógico particular, con características específicas de Don Orione y
de su Pequeña Obra de la Divina Providencia.
Ya en los años treinta del siglo pasado ya se hablaba
mucho del fenómeno de la decadencia del padre en la sociedad moderna. La
calificación paterna, elegida por Don Orione, encuentra la inspiración
espiritual en la paternidad de Dios y coloca en el centro del método pedagógico
la figura paterna (en la uni-dualidad de padre y madre) como base de la
sociedad y como elemento irrenunciable del proceso educativo y de
desarrollo-integración personal, familiar y social.
“La Congregación debe tener su propio sistema
educativo. Nuestro sistema educativo debe ser “paterno”. El sistema preventivo
es bello, muy eficaz; pero dice mucho más el sistema paterno. Debemos
comportarnos con los jóvenes cómo se comporta un padre de familia que sabe unir
el amor con el deber. Debemos estar dispuestos a sacrificarnos como un padre se
sacrifica por los hijos. Además, los jovencitos deben vernos muy unidos entre
nosotros”.
Don Orione argumenta e ilustra qué significa en
concreto el “cuidado” en la educación desde el modelo de los vínculos en la
familia, iluminados por la fe cristiana: “Ámenlos en el Señor como hermanos
vuestros, cuiden la salud de ellos, la instrucción de ellos y de todo lo que
sea para bien de ellos: que sientan que ustedes se interesan en hacerlos crecer
(...) No hay tierra ingrata y estéril que, con mucha paciencia, no pueda
finalmente dar frutos; así es el hombre”. El santo tortonés ve a la instrucción
y a la formación injertadas en el cuidado de la totalidad de la persona (“salud,
instrucción, todo lo que sea para bien de ellos” ) en una perspectiva de
esperanza cristiana que otorga confianza y eficacia en la tarea educativa.
“cristiano”
El otro dinamismo del método educativo de Don Orione.
“Ver y servir a Cristo en el hombre” , desarrollar y expresar la “presencia
divina en el hombre” es el noble dinamismo de la tarea educativa , de la cual
brotan y se alimentan las conductas de auténtico respeto, de cuidado, y casi de
devoción hacia los alumnos en el vínculo educativo. Hace pensar en la
contemplación de Miguel Ángel que “veía” el Moisés aún dentro de la masa
informe de mármol, por el que ponía todo su arte, técnica y sacrificio para que
“saliera”, para hacerlo surgir.
La acción educación, en diversos momentos y ámbitos,
siempre tuvo necesidad de mucha contemplación, de esperanza. También lo afirmó
recientemente Benedicto XVI: “el alma de la educación, como de toda la vida, sólo
puede ser una esperanza confiable. Justamente de aquí nace la dificultad,
quizás la más profunda para una verdadera obra educativa: en la raíz de la
crisis educativa hay de hecho una crisis de confianza en la vida”
Se comprende que cuando Don Orione define cristiano a
su método educativo, no pretende hacer sólo referencia a los valores o a la
modalidad pedagógica, sino que propone la experiencia de Dios como fundamento,
dinámica y objetivo de la tarea educativa: “Nuestro fin es formar católicos
francos y de una pieza” .
La educación mira a “hacer cristiana la conciencia” de
los jóvenes, hacer cristiana su vida, sea en la dimensión privada como en la
pública. Por lo tanto, escribe, “es necesario que la religión todo lo señoree
en la escuela y en el instituto: ¡la enseñanza, la disciplina, la misma
recreación! La religión no debe ser un estudio y un ejercicio, que sea solo
asignado a su tiempo y a su hora: es una fe, una ley que debe hacerse sentir
constantemente y en todos lados, y ejercitar su acción natural sobre la vida
entera”.
¡Eso no significa, explica Don Orione, “hacer prédicas
todo el día, ni se deberá transformar la escuela en una iglesia, ni la cátedra
en un púlpito, no! Pero todo debe ser elevado y santo en la escuela como en la
iglesia; no predicar jamás en la escuela; pero todo en ustedes deberá hablar de
Dios, darse por entero para infundir y difundir la fe y el amor a Dios bendito:
hoy será una palabra a medio explicar, mañana será una reflexión, será acusar a
un personaje histórico por una mala acción. ¡Oh! ¡Cuando se ama a Dios todo
habla de Dios! ¡Y se tiene siempre un gesto, una palabra que hace más que una
prédica entera!”
El Evangelio –escribe – es el más sublime tratado de
didáctica y de pedagogía que existe. La fe católica y el carácter cristiano
sólido formado con el Evangelio y las enseñanzas de la Iglesia, son las fuerzas
morales más poderosas del mundo”.
En razón de la fuerte connotación cristiana dada a su
método educativo, Don Orione sostenía que “el sistema, así llamado preventivo,
no dice todo, no me satisface plenamente, no me parece completo. Me parece que
hoy, no es suficiente o no es realizado suficientemente por todos. Mientras que
este está en manos de Don Bosco y de los Salesiano en la práctica, es
completado con la religión con la que ellos lo animan; sin embargo, cuando está
en manos de educadores laicos, es lo que es, y se hace lo que se hace. A
nuestro Sistema lo llamamos paterno-cristiano”.