SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


sábado, 10 de mayo de 2025

SECRETO MARTIRIO Y HACER LA VOLUNTAD DE DIOS.


 

 "Secreto Martirio".

El párroco de Lonigo (Vicenza) con una intervención quizás también bien intencionada, pero concretamente no correcta, quería cerrada la casa-oratorio de Don Orione, la primera presencia de la Pequeña Obra en el Véneto (1908-1912); ya bien encaminada y querida por la gente. Fue para Don Orione una obediencia-"holocausto" de un verdadero bien. Leamos esta carta escrita a Don A. Caldana, cuando la decisión ya estaba prácticamente tomada. Será muy claro.

"Me han referido a mí, su hermano, que es su deseo que mis pequeños hermanos de la Divina Providencia dejen Lonigo; solo que Usted no querría que esto se supiese y le causara molestias. Ahora yo voy a Usted en el Señor, como ya he ido cuando Nuestro Señor me ha llevada hacia Usted, y le digo: si así lo desea, enseguida in Domino lo complazco, y todos partirán silenciosa y humildemente, y ninguno jamás sabrá nada, ni ahora ni después, porque así le agrada al Señor que se haga entre nosotros, hijos de su Iglesia, como entre buenos hermanos.

Solo le suplico in Domino, (y digo no ofenderlo, ya que le escribo con sincero afecto en Jesús Crucificado, y en Su amor me parece amar verdaderamente a Usted y a Su pueblo) que antes de responderme, se recoja un poco en sí mismo y con Nuestro Señor, durante una hora delante de Él en el Santísimo Sacramento, a fin de que la decisión que tome esté llena de caridad y de Dios, y sea tal que en punto de muerte no le vaya a dar tormento; y yo haré lo mismo, y luego haré lo que Dios le inspirará.

Y, de alguna manera, quiera rogar por mí, como yo lo haré por Usted. Et Deus charitatis et pacis sit semper nobiscum!". (72)

Este es uno de aquellos casos en los cuales se presenta a la persona el dilema entre una existencia también exteriormente buena y eficaz en el bien, pero en la cual, en el fondo, se busca un cierto éxito de sí; y una existencia de servicio en la obediencia, "en cruz y crucificados con Cristo", reconociendo efectivamente el primado absoluto de Dios en la propia vida. Uno se encuentra como "crucificado" entre la exigencias del bien y las exigencias de la obediencia, y de ello sale sólo por la experiencia interior que le hace conocer que hay una única voluntad de Dios que hay que discernir en Su "voz" de Dios que manda en los superiores (y en los eventos de la vida) y en aquella que pide servirlo en los hermanos. (73)

Es necesaria la compañía interior de Dios para entrar en el misterio de la cruz, que es misterio de obediencia, que es adoración de Su siempre buena y eficaz voluntad, que es sacrificio de sí, que es resurrección y santificación.

En un escrito, rico de sabiduría teológica y ascética, Don Orione desarrolla profundamente su reflexión sobre el "hacer la voluntad de Dios". Algunos pasajes.

"¿Qué es la voluntad de Dios? Diría que es Dios mismo. Fuera de la voluntad de Dios (sapientísima, santísima, óptima) no se tiene más bien, sino ilusión de bien.

En la conformidad a la Voluntad de Dios reside toda la virtud y la felicidad de las almas cristianas. Voluntad de Dios, paraíso mío.

La conformidad a la voluntad de Dios es el único camino de la paz y de la felicidad. Transforma en bien todos los males, en felices aventuras todas las calamidades; en la Voluntad de Dios debemos descansar siempre, más aún, gozar.

En la vida cristiana nunca se hace mucho, sino cuando se hace mucho la voluntad de Dios, con radiante indiferencia. Fiat, ¡fiat Voluntas tua!". (74)

viernes, 9 de mayo de 2025

LA OBEDIENCIA A LA VOLUNTAD DE DIOS.



 

 La obediencia a la voluntad de Dios

Punto de encuentro de la mística orionina, que gira alrededor de acción y contemplación, es la obediencia, el "hacer la voluntad de Dios". "No quien dice 'Señor, Señor' entrará en el Reino de los Cielos, sino quien hace la voluntad de mi Padre" (Mt 7, 21).

Don Orione siempre tenía la conciencia (lo buscaba) de estar allá donde Dios le daba cita (obediencia), donde él se hacía encontrar y servir: por esto estaba siempre en contemplación en la acción. Decía: "es necesario buscar hacer todo siempre en la presencia y por amor de Dios, lo cual lleva a estar siempre bien unidos a Dios, también en medio de los asuntos y ocupaciones del propio oficio". (64)

Estar donde y como quiere la voluntad de Dios es la simple regla para hacer experiencia de Dios en la realidad cotidiana. No hay un solo momento en el cual Dios no se presente bajo las apariencias de los hechos cotidianos, de alguna pena, de alguna exigencia o de algún deber. Todo aquello que sucede en nosotros, en torno a nosotros y a través de nosotros, contiene y oculta su acción divina. "Si rasgáramos el velo y si fuésemos vigilantes y atentos, Dios se revelaría a nosotros incesantemente y nosotros gozaríamos de su presencia en todo aquello que nos sucede; y en todo diríamos: Dominus est, ¡es el Señor!". (65) Se sale de la contemplación no cuando se sale de la iglesia, o de los momentos considerados 'espirituales', sino cuando se sale de la voluntad de Dios. La obediencia adhiere al hombre a la presencia de Dios: siempre, dondequiera, como quiera.

Es fácil hacer memoria de ejemplos y enseñanzas de Don Orione al respecto.

Los Cohermanos que han vivido cerca de él recuerdan expresiones que florecían espontáneas y convincentes de los labios de su fundador y padre. "Aquello que Dios quiera, repetía a menudo" y "¡Se haga la voluntad de Dios!". (66) El Siervo de Dios Fray Ave María ha observado muy oportunamente: "Don Orione ha dejado a sus hijos espirituales las siete florecillas de la Divina Providencia, que comienzan todas con la letra efe; la primera es fe y la última es fiat voluntas Dei". (67)

"También en los contrastes y en las dificultades - testimonia Don A. Bianchi - lo he visto siempre sereno y calmo, nunca he notado en él un arrebato de impaciencia u oído una palabra de lamento, al contrario, repetía resignado: ¡Paciencia! ¡Es señal de que Dios dispone así!". (68) "A veces, preguntándole si él se encontraría en algún sitio, respondía que por la mañana no sabía dónde habría terminado de rodar por la noche; que habría visto qué carta le preparaba el Señor". (69)

También en el mismo nombre elegido para sus seguidores, "Hijos de la Divina Providencia", Don Orione quiso sugerir la fundamental actitud filial de confianza, de adhesión dócil, constante a los quereres de Dios.

"Los hijos de la Divina Providencia deben ser hijos de la obediencia: o no son verdaderos hijos de la Divina Providencia". (70)

En las primeras Constituciones, imprimidas en 1912, Don Orione dedica el n° 28 a la "Indiferencia religiosa en la obediencia" que significa disponibilidad a todo, "a gastar también la propia vida donde lo requiriese la mayor gloria de Dios y el servicio del prójimo, a imitación de Jesucristo, Redentor y Señor Nuestro, Qui fuit oboediens usque ad mortem, mortem autem crucis (Filip. 8)". (71)

¡Cuántas obediencias heroicas en la vida de Don Orione!

jueves, 8 de mayo de 2025

9 MAYO 1936, CORONACIÓN PONTIFICIA DE NTRA SRA DE SANTA FE.


El 9 de mayo de 1936 el Papa Pío XI otorgó la Coronación Pontificia al cuadro de Nuestra Señora, cambiándolo al centro del altar mayor. Presidió la ceremonia el Cardenal Santiago Copello y vinieron fieles y jesuitas de otras regiones del país. La Santísima Virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de los Milagros, fue declarada Patrona de la Provincia Argentina de la Compañía de Jesús
Solemnidades del 9 de mayo de 1936Desde las 5.30 hasta las 9 hs se fue dando la comunión. La Misa central fue presidida por el Cardenal Copello; la concurrencia ocupaba 10 cuadras en la calle San Martín, siendo los momentos principales anunciados por altoparlantes.
Por la tarde la plaza y las cuatro calles que desembocan en ella quedaron tapizadas por unas las aproximadas 60000 personas.
A las 16.30, bajo la puerta colonial del templo, apareció la Virgen, llevada en sencillas andas, para visitar a su pueblo y ser coronada. Al llegar a la casa de gobierno la enseña patria descendió lentamente hasta rozar con sus pliegues el Cuadro del Milagro, simbolizando a la Patria, que era la primera en rendirle homenaje. Se entonó el Himno Nacional y el cuadro de la Virgen se ubicó en el balcón principal siendo “saludada por la muchedumbre estrepitosa y entusiastamente.”
Se entonó el Ave Maris Stella, se leyó el Decreto Pontificio, se bendijo la diadema que inmediatamente se ciñó a las sienes de la Reina y Señora de Santa Fe.
“El momento fue indescriptible, en un recuadro 40000 lamparitas

eléctricas la coronaban, era blanco de todos los ojos, por el espacio seis aviones revoloteaban majestuosamente; a los pies de María presentaban sus armas las Fuerza Armadas; el público aplaudía frenéticamente; las madres levantaban a sus hijos, las lágrimas lentamente descendían por algunas mejillas, las plegarias anudábanse en las gargantas, la gracia derramada sobre las almas agitando el espíritu cristiano de Santa Fe y las nubes que durante el día cubrían el cielo, dejan reflejar un rayo de sol que se posaba en el semblante de María”.
Siguieron luego el Te Deum y los discursos. Colocada la Virgen coronada en su artística carroza emprendió el regreso al templo que fue verdaderamente triunfal. Un coro de niños la saludó con el Santa Regina al tiempo que era colocada en el presbiterio.
A las 21 horas comenzó la vela nocturna presidida por el P. Don Orione. Era solamente para hombres. Cincuenta caballeros hicieron guardia de honor, a medianoche Don Orione hizo una breve plática, terminando la velada con la celebración de la santa Misa a las 4 de la mañana.
Todos los actos religiosos celebrados durante este día y los anteriores fueron transmitidos por la emisora local Radio Roca Soler de Santa Fe y propalados por cadenas de altoparlantes a la vecina plaza y calles adyacentes al templo.
Por la tarde se realizó un acto literario-musical en el teatro municipal.
En la Iglesia de la Compañía en Cayastá se veneraba una copia facsímil del auténtico cuadro, por eso después de la coronación en Santa Fe se pensó en coronar también aquella imagen, lo que se realizó el 7 de julio de 1936 presidida por el arzobispo de Santa Fe monseñor Nicolás Fasolino.

Información recogida en Guillermo Furlong, S.J. Historia del Colegio de la Inmaculada Concepción de la ciudad de Santa Fe. Tomo IV, cap. III



miércoles, 7 de mayo de 2025

ESTUVE EN EL SANTUARIO DE LUJAN

La devoción a María- nos recuerda Don Orione– no es simplemente un adorno de nuestra santísima religión, ni una flor cualquiera, un socorro, como tantos otros de los cuales podemos servirnos o no, como nos gusta; sino que es una parte integral. Dios no quiso venir a nosotros más que por medio de María. Y nosotros no podemos ir a Dios más que por medio de María”.
Para comprender esta gran devoción de Don Orione, es preciso acercarse a su historia personal, toda entrelazada de “gracias” y de “devoción”, que llenaba de María toda su vida.
Esta experiencia de relación filial con la Madre se extiende a la vida de su Obra desde la fundación, tanto que Don Orione llega a decir “es María Santísima la Celestial fundadora de la Congregación. Lo considero por los hechos extraordinarios acaecidos en los comienzos de la Pequeña Obra y en el decurso de estos años”.
También desde los inicios de su obra en Argentina, Don Orione encontró la presencia de la Virgen Santísima en los momentos fundamentales.Tanto que su llegada por primera vez a nuestro país estuvo marcada por la presencia de María, la que se mantendría a lo largo del tiempo hasta nuestros días.
Luján: una larga historia de encuentros
Aún desde antes de pisar por primera vez tierra argentina, uno de los deseos de Don Orione era llegar a los pies de la Virgen de Luján. Así se lo expresaba en una carta del 5 de noviembre de 1921 a Monseñor Maurilio Silvani, secretario de la Nunciatura en Buenos Aires: “Estaré en Buenos Aires para el 13 de noviembre, en la peregrinación de los italianos al Santuario de Luján (...) llegaré tal vez en la vigilia, haré todo lo posible por estar, y comenzar a los pies de la Virgen la Misión de los hijos de la Divina Providencia en Argentina”.
El retraso del barco en el que viajaba desde Brasil, le impidió a Don Orione llegar a tiempo para esa peregrinación, pero rápidamente (el 16 de noviembre) cumplió con su promesa de estar a los pies de la Patrona de nuestro país. Claro que no sería esa su última visita, ya que durante sus dos viajes a su segunda patria, no menos de ocho veces iría a Luján, en una clara muestra de cuanto amor, confianza y devoción le profesaba el Apóstol de la Caridad a la Madre de los argentinos.
Las visitas
Luego de aquel 16 de noviembre de 1921, en el que se llega por primera vez “a los pies de Ntra. Sra. de Luján, la amabilísima Madre, en cuyas manos me puse yo mismo junto a la causa de los huérfanos”, Don Orione visita varias veces el Santuario.
A los pocos días, el 29 de noviembre por la tarde, Don Orione vuelve a Luján y se queda hasta el día siguiente. Desde allí envía algunas cartas y estampas con la imagen de la Virgen. Además escribe en el libro de firmas de los sacerdotes.
El 1º de marzo de 1922 Don Orione va por cuarta vez a Luján, regresando a la casa de Victoria en la misma jornada. Unos días más tarde escribe a sus religiosos que están en Luján para que consigan una imagen de la Virgen. Esa misma imagen es la que luego bendice y es entronizada en su segunda fundación en la Argentina: la asistencia religiosa a los niños y jóvenes del Instituto de Menores de Marcos Paz.
A poco menos de un mes de estar en Buenos Aires, el 11 de noviembre de 1934, Don Orione está nuevamente en Luján como predicador de la gran Peregrinación Italiana, de la que participan cerca de 15.000 personas. Lo que no había podido concretar en su primer viaje, lo cumplía doce años después.
El 13 de abril de 1935, con motivo de su 40º aniversario de sacerdocio vuelve al Santuario. En los días previos escribe a varios religiosos y laicos, compartiéndoles sus sentimientos e invitándolos a que se unan en su acción de gracias. A todos les dice: “los pondré sobre el altar”.
En esta celebración de la Eucaristía también se realiza la vestición de dos novicios italianos. Así lo cuenta él mismo: “La mañana del 13 partí desde Victoria en auto con el clérigo Fogliarino al volante y dos novicios (…) estuvimos en el célebre Santuario de Luján, y recé la Misa a los pies de aquella milagrosa Madre, que es de alto igual que la que tengo allí en mi habitación, es una pequeña devotísima estatua de la Inmaculada, con las manos juntas”.
Pocos días más tarde, Don Orione coloca la piedra fundamental del Pequeño Cottolengo de Claypole, e inmediatamente abre el de Avellaneda.
Cuando compró el primer camión para el Cottolengo, Don Orione lo hizo pintar de celeste y blanco como el manto de la Virgen de Luján, y decidió que el primer viaje sea al santuario, con todos los novicios.
Imagen de Don Orione en la Basílica
El viernes 3 de octubre de 2014 se realizó en la Basílica de Luján la ceremonia de entronización y bendición de la imagen de Don Orione traída desde Italia, que nuestra devoción considera la Quinta llegada del Apóstol de la Caridad a la Argentina.
Una gran cantidad de orionitas se participaron de la ceremonia presidida por el Arzobispo de la diócesis de Mercedes-Luján, Monseñor Agustín Radrizzani. Entre ellos estuvieron el Superior General de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, Don Flavio Peloso, el actual obispo de Río Cuarto, Córdoba, monseñor Adolfo Uriona fdp, y religiosos y hermanas de la Obra Don Orione.
Monseñor Radrizzani recordó la devoción mariana de nuestro fundador, un modelo para los devotos que acuden al Santuario de Luján, y fundamentó las reiteradas visitas del santo a la Casa de nuestra Madre en tres motivos: una vida dedicada a dios, amor por el prójimo y la búsqueda de colaboradores.
Don Flavio Peloso dirigió palabras de agradecimiento al obispo diocesano y quienes se movilizaron para acompañar a Don Orione hasta el Santuario para compartir esta fiesta: “A Don Orione le gustaba peregrinar a Luján, y lo hizo por lo menos una decena de veces. A partir de hoy su imagen permanecerá aquí para representarnos a todos, frente a la Madonna, que fue su fuente de energía para continuar la Pequeña Obra de la Divina Providencia”.
De ahora en más cada visita a la Basílica de Luján tendrá para los orionitas un motivo más de felicidad, porque Don Orione estará esperando a sus hijos en uno de los altares del santuario para seguir acrecentando el amor hacia nuestra Madre.
“Estuve en el Santuario de Luján…”
Para conocer más sobre el amor y la devoción de San Luis Orione a la Virgen de Luján, se puede descargar aquí “Estuve en el Santuario de Luján…”, un librillo con relatos y testimonios sobre las visitas realizadas por el Santo de la Caridad a la "Purísima de Luján", trabajo realizado por los religiosos Jorge David Silanes y Facundo Mela, Hijos de la Divina Providencia.

Don Orione y la Virgen de Lujan03
Oración a Nuestra Señora de Luján

Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra. Nuestra Señora de Luján, Patrona de nuestra Patria; hoy alzamos nuestros ojos y ...nuestros brazos hacia tí... Madre de la Esperanza, de los pobres y de los peregrinos, escúchanos...

Hoy te pedimos por Argentina, por nuestro pueblo. Ilumina nuestra patria con el sol de justicia, con la luz de una mañana nueva, que es la luz de Jesús. Enciende el fuego nuevo del amor entre hermanos.

Unidos estamos bajo la celeste y blanca de nuestra bandera, y los colores de tu manto, para contarte que: hoy falta el pan material en muchas, muchas casas, pero también falta el pan de la verdad y la justicia en muchas mentes. Falta el pan del amor entre hermanos y falta el pan de Jesús en los corazones.

Te pedimos madre, que extingas el odio, que ahogues las ambiciones desmedidas, que arranques el ansia febril de solamente los bienes materiales y derrama sobre nuestro suelo, la semilla de la humildad, de la comprensión. Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún Caín pueda plantar su tienda sobre nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel inocente bañe con su sangre nuestras calles.

Haz madre que comprendamos que somos hermanos, nacidos bajo un mismo cielo, y bajo una misma bandera. Que sufrimos todos juntos las mismas penas y las mismas alegrías. Ilumina nuestra esperanza, alivia nuestra pobreza material y espiritual y que tomados de tu mano digamos más fuerte que nunca: ¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA, CANTA Y CAMINA!

martes, 6 de mayo de 2025

¡¡FIAT!! ¡ EN TUS MANOS, OH MI DIOS!..

 

Don Orione a menudo señaló a la Familia de Nazaret como modelo de vida cotidiana activa y contemplativa, simple, sacrificada, conducida por la obediencia a la voluntad de Dios. Hablando de las "lecciones" de Nazaret y de la santa Familia, Don Orione observaba:
"En esta familia se trabajaba mucho; también en nuestra familia religiosa debe estar el trabajo contínuo; no sólo rezar, sino también trabajar. La de ustedes es vida contemplativa y de trabajo al mismo tiempo. Cuando estén delante del Santísimo Sacramento, recen, estén todas en Dios, no piensen en nada, piérdanse, por así decirlo en Dios. En cambio, cuando obren, cumplan bien su deber como y porque lo quiere el Señor". (77)
El Sí obediente unifica acción y contemplación en aquel que ama a Dios y sirve al prójimo. Camino a la santidad es conocer y responder Sí a la voluntad de Dios. Leamos al respecto otra bella página de Don Orione.
"¡Fiat! Pronuncien esta suave palabra, oh hijos y amigos míos, pronúncienla en cada respiro, en cada latido del corazón, en cada movimiento de los labios. Dios la comprenderá siempre en el modo en el cual quieren que él la comprenda, ahora como oración, ahora como acto de fe en la duda, como acto de esperanza en el temor, y siempre como acto de amor.
¡Fiat! ¡En tus manos, pues, en tus manos, oh mi Dios!...Trabaja, trabaja este fango, oh mi Dios, dale una forma y después despedázala otra vez, ella es tuya y de quien hace las veces de Ti, y no tendrá nunca más nada que decir...Sufrido, elevado, abajado, útil para algo o inútil a todos, yo te adoraré siempre y seré siempre tuyo, ¡oh mi Dios! ¡Ninguno me separará de ti! En las alegrías y en los dolores seré siempre tuyo, oh dulcísimo amor mío, Jesús. Solitario e ignorado como la flor del desierto, errante como el pájaro sin nido, siempre, siempre, Señor y amor suavísimo de mi alma, saldrá de mis labios la palabra sumisa de aquella que me has dado por Madre: ¡Fiat! ¡Fiat! ¡Hágase en mí según tu palabra!". (78) 

Espiritualidad de mangas arremangadas! Don Flavio Peloso.

 77. Parola (10.1.1932) en Don Orione alle Piccole Suore Missionarie della Carità, p. 342 ss.
78. La scelta dei poveri più poveri, o. c., p. 144-146.

lunes, 5 de mayo de 2025

6 MAYO 1940, LOS AMIGOS DE DON ORIONE






Casi dos meses después de su paso a la eternidad, el 6 de mayo de 1940, en Milán, Italia, se creaba el primer grupo de Amigos de Don Orione. En palabras proferidas entonces por el fundador del grupo, Esteban Cavazzoni, el objetivo de los amigos era “difundir el espíritu del Apóstol de la Caridad, cooperar con los hermanos más necesitados y transitar un ideal de santidad personal, mediante el ejercicio de la Caridad”.
De esta manera, con el consentimiento de Don Carlos Sterpi, primer sucesor de Don Orione como superior General, se aprobaba el nacimiento del grupo los Amigos de Don Orione, que con el tiempo multiplicaría su presencia en diversas partes del mundo.
 En la Argentina fue el Dr. Rómulo Garona Carbia, que había conocido al Santo de la Caridad y lo había tratado en muchas oportunidades, quien fundara la rama local en Claypole el 12 de marzo de 1956.
Del mismo modo se fueron formando filiales en la provincia de Córdoba, Tucumán, Chaco y otras localidades de Argentina para que “cada comunidad se reúna a revivir los santos ejemplos del Apóstol de la Caridad y seguir de cerca sus obras sin distinción de ideas políticas y sociales”, según palabras del Dr. Garona.
El 8 de abril de 1965 se realizó la primera jornada de Amigos en nuestro país, y desde entonces todos los años se organizan encuentros nacionales en distintas casas, donde se comparten charlas, oraciones y actividades dinámicas de reflexión sobre el carisma orionita.
“Un Amigo de Don Orione es el que se adhiere a su espiritualidad, la conoce, la admira y la difunde desde el lugar donde desarrolla su apostolado: su trabajo, actividad social, política, deportiva o barrial”, declara el Padre Mateo Giordano, asesor nacional del grupo.
“Nuestras reuniones son formativas y abiertas. En ellas articulamos actividades para las distintas casas de la Obra, generamos ideas para preparar el encuentro anual de Amigos, y con la llegada de Cuaresma y Adviento organizamos retiros espirituales a nivel regional en Claypole, Villa Domínico o Lugano”, agrega el P. Mateo.
EnTucumán el grupo de Amigos se formó en 1956. El sexto Encuentro Internacional de Amigos de Don Orione que concluyó en el Vaticano. Allí S.S. Pablo VI nos expresó que se sentía Amigo entre los Amigos de Don Orione”.
En los Encuentros Nacionales que realizan, acompañados por obispos y sacerdotes, los Amigos de Don Orione reflexionan sobre  distintos aspectos de la vida y carisma del fundador,“Don Orione y los jóvenes”; “La mujer como educadora de la Paz”; “Vocación y misión del laico en la Iglesia de hoy”; “Don Orione y la Eucaristía” y “Ser Amigo de Don Orione hoy”.
“Pensamos estos temas como un camino de búsqueda que nos permita seguir tras los pasos de nuestro fundador, para llevar en alto la bandera de su carisma como ejemplo”, explicaba el padre Mateo.
Así es como los Amigos buscan caminos hacia la santidad orionita.
Don Orione mantenía una estrecha relación con sus benefactores, a quienes consideraba sus amigos. Y hoy desde su Obra continuamos la tradición, saludamos a nuestras amistades y abrimos las puertas a nuevos afectos que deseen sumarse a nuestra misión. Imitamos la frase de nuestro santo : “¿Escucharás la voz de un amigo?”.

domingo, 4 de mayo de 2025

SEMBRAR A CRISTO

 

Seamos apóstoles de la Caridad, de amor puro, de amor sublime y universal. Hagamos reinar la Caridad con dulzura de corazón, con compasión, ayudándonos mutuamente, tendiendo nuestras manos y caminando juntos.

Sembremos a Cristo en los surcos más humildes y necesitados de la humanidad.

Nosotros usaremos el "paso apostólico" No sólo el "paso cristiano", sino el paso apostólico, quién no sienta la fuerza de la caridad, la fuerza del fuego, de la apostolicidad, puede quedarse en casa, en su pueblo, no debe permanecer con nosotros. Quizás sea un santo trapense, pero quién se quede aquí, debe ser un especialista de la caridad"

Quién no sienta esta llamada en volcarse en el amor de Dios y del prójimo, que se vaya ¡ y tan amigos! . Pocos, pocos, Que no haya que decir : (has multiplicado , pero no la alegría) " Multiplicasti gentes et non magnificasti laetitiam" Según La Vulgata, en Is 9,2. ( Buenas Noches 12/ 1/1938, Parola VIII , 2 s.

   El mismo Don Orione cuenta: "Llegué a Roma de inmediato y fui llamado a audiencia por el Santo Papa Pío X. En cuanto me vio, incluso antes de que hiciese las genuflexiones de rigor, me dijo: Prepárate; te mando a la "Patagonia", más allá de la puerta de San Juan de Letrán; todo está por hacerse; es como una tierra de misiones; no hay allí ni una iglesia. Dentro de ocho días debes abrir una capilla.

     "Al salir de la audiencia pensé en ir, en compañía del gran espíritu de San Felipe Neri, a hacer las visitas a las Siete Iglesias para prepararme con oraciones y un poco de penitencia, a la obra santa que se debería desarrollar en el barrio de la Via Appia y para atraer sobre el barrio la protección del Cielo y la bendición de la gran Madre de Dios.

     "Y mientras iba de iglesia en iglesia, rumiaba la 'Canción de la vanidad' - que se acostumbra cantar en la visita a las Siete Iglesias - es decir, la "meditación del alma sabia", como la llama el gran apóstol de Roma, San Felipe Neri: "Vanidad de vanidades, todo es vanidad. Todo el mundo y lo que éste tiene,

todo es vanidad... Si existiese mil años, sin penas y sin afanes, cuando llegue la muerte, ¿qué pasará? - Todo es vanidad. Si tuvieses a tu alrededor mil siervos por la noche y durante el día, cuando llegue la muerte, ¿qué pasará? Todo es vanidad"     "Terminada la visita a las Siete Iglesias, di una vuelta por el barrio de la Via Appia. Era domingo. Aquí y allá se desplegaban las hosterías, con las características enramadas del pórtico, y familias enteras comían alegremente a la sombra del ramaje. entonces recordé que yo también tenía hambre. Compré un poco de pan con alguna cosa y me retiré junto a un árbol a comer.

|p3 "Algunos días después se alquiló un establo, una caballeriza, y regresé para abrir la capilla. ¡No tenía dinero! Al Papa no le pedí, porque el bien y la exaltación de las obras de Dios se hacen con la pobreza y la oración. No pedí dinero; sin embargo, el Papa, el Santo Papa Pío X, mostrándome el

escritorio, y sonriendo, me dijo: Eres la Divina Providencia, y luego, golpeando con los nudillos el cajón del escritorio, agregó: también aquí dentro está la Divina Providencia... Y me dio veinte  mil liras. (Pío X dio más dinero después de su muerte. Su sucesor encontró, en el cajón, una suma con la inscripción: Para la iglesia de Don Orione, actual iglesia de Todos los Santos).

     Con aquellas 20 mil liras, por consiguiente, se estableció, en pocos días, la primera capilla del barrio de la Via Appia... Pero como la capilla no tenía exteriormente nada que manifestara ser una capilla, habiendo sido primero un establo, ¿cómo hacer para atraer a la gente? Llené mis bolsillos de monedas y caramelos, tomé una gruesa campanilla y recorrí las calles del barrio; con una mano hacía sonar la campanilla y con la otra dejaba caer detrás de mí los caramelos y, de tanto en tanto, entre los caramelos, alguna monedita. Los muchachos, sobre todo ellos, me seguían; otros venían a mi encuentro y yo continuaba impertérrito haciendo sonar la campanilla desesperadamente y arrojando por delante y por detrás caramelos y algunas monedas que al caer también hacían ruido, llamando la atención de chicos y grandes. Cuanto más cerca estaba de la iglesita, más gente venía detrás haciendo cola. Oía a alguno que decía: Ese cura debe estar un poco loco... Al llegar al punto apropiado enfilé hacia la capilla, abierta de par en par, y me ubiqué en el altar. Pero como la muchachada se ocupaba en desenvolver los caramelos, en chuparlos y hasta en contarlos, y muchos cuchicheaban, entonces, en silencio, me puse a mover la boca sin proferir palabra, haciendo grandes gestos oratorios con las manos, alzando los ojos al cielo, alargando los brazos, como cuando predicaba a los locos de la Lungara, gesticulando sin pronunciar palabra.

     "Toda esa gente, incluso los niños, al verme gesticular y creyendo que predicaba de verdad, tras un momento quedé en silencio, también porque, en el fondo, querían saber a la postre la razón de todo ese viaje por el barrio, tocando la campanilla... Así fue como pude hacerme oír... Y de pronto, en aquellas primeras semanas uní setenta parejas en tres días, y administré muchos bautismos, hasta de adultos..."