Don Orione a menudo señaló a la Familia de Nazaret como modelo de vida
cotidiana activa y contemplativa, simple, sacrificada, conducida por la
obediencia a la voluntad de Dios. Hablando de las "lecciones" de Nazaret
y de la santa Familia, Don Orione observaba:
"En esta familia se trabajaba mucho; también en nuestra familia
religiosa debe estar el trabajo continuo; no sólo rezar, sino también
trabajar. La de ustedes es vida contemplativa y de trabajo al mismo
tiempo. Cuando estén delante del Santísimo Sacramento, recen, estén
todas en Dios, no piensen en nada, piérdanse, por así decirlo en Dios.
En cambio, cuando obren, cumplan bien su deber como y porque lo quiere el Señor".
El Sí obediente unifica acción y contemplación en aquel que ama a Dios y
sirve al prójimo. Camino a la santidad es conocer y responder Sí a la
voluntad de Dios. Leamos al respecto otra bella página de Don Orione
En el año 2007,El P. Flavio Peloso, entonces Superior General de la Obra Don Orione,
envió desde la Curia General (Roma, Italia) una circular titulada "Ver y
servir a Cristo en el hombre" a todas las comunidades orionitas del mundo,
donde religiosos, religiosas y laicos se congregan. A través de sus páginas, el
Superior General va delineando la identidad de los orionitas como hombres y
mujeres de oración y acción, capaces de ver y servir a Cristo en el prójimo,
impulsados por un amor capaz de renunciar totalmente a sí mismo.
“Si el contacto con Dios falta del todo en mi vida, puedo
ver en el otro sólo al otro y no logro reconocer en él la imagen divina. Y si
en mi vida me vuelco completamente en la atención por otro, queriendo ser
solamente «piadoso» y cumplir mis «deberes religiosos», entonces se reseca
también mi relación con Dios”, advirtió.
Poniendo esta identidad en el contexto actual, explicó que
“para Don Orione evangelizar era, antes que nada, abrir un Pequeño Cottolengo,
un orfanato, era ocuparse de los niños y de los viejos”, al tiempo que señaló
como “la mayor tentación de hoy es quedar inmersos también nosotros en la
cultura de lo cómodo, que consiste en contentarnos con lo que hacemos, a niveles
cada vez más bajos, criticando a los que corren todo el día y sufren con el
trabajo, tranquilamente sentados y pasando horas frente a la TV o en el
ordenador, sin hacer nada”. “Muchas veces la oposición está entre caridad (de
la actividad y la oración) e indolencia o apatía”, concluyó.
Lejos de poner a Don Orione sobre el altar de la
excepcionalidad y de un ideal inalcanzable, el P. Flavio citó algunos ejemplos
de quienes hoy en día trabajan movidos por la Divina Providencia. “El amor al
prójimo es maravilloso pero también normal, posible para todos. Todavía hoy, en
el clima de desencanto individualista y burgués que influye también en nosotros los
religiosos, es fácil reconocer cómo, entre los hermanos, los más activos, los
más celosos en la pastoral, los más generosos en darse a los demás, los más
abiertos a la hora de responder a los cambios que la situación y los tiempos
requieren… son aquellos que tienen más caridad, más vida de Dios, más
entusiasmo, más dinamita”, enfatizó.
Para finalizar, animó a “reemprender el camino desde Cristo,
enraizados y fundados en la caridad, es cuestión de vida o muerte de nuestra
vida religiosa, de nuestra orioninidad”.
http://www.orione2007.com.ar/
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