El 5 de septiembre de 1997 fallecía la beata Madre Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad. Una vez le preguntaron, con suspicacia, si no se le había ocurrido combatir la pobreza con una caña de pescar, en vez de entregarles a los pobres el pescado. Su respuesta no se hizo esperar: "las personas a las que yo ayudo no se valen por sí mismas, no se pueden parar. No pueden sostener la caña. Yo les daré el alimento y después se los enviaré para que usted les enseñe a pescar".
¿Cuántos de nosotros estámos dispuesto a hacer algo por los pobres?
Según la concepción cristiana, hermanos somos todos, por ser hijos de Dios. Y además todos tenemos algo de pobre. Para la Madre Teresa de Calcuta los más pobres no están en la India, sino en los países ricos, donde hace falta el alimento que más nutre, el amor. Ella pone un ejemplo: "para mí, las naciones que han legalizado el aborto son las más pobres, le tienen miedo a un niño no nacido y el niño tiene que morir". Por eso, cuando estuvo en Nueva York en 1995 propuso: "si conoces a alguien que no quiere al niño, que le tiene miedo, díganle que me lo dé a mí".
Cuando se trata del amor hacia el hermano, hacia el otro, todo se subvierte. Cuando se ama, más se sufre; cuando menos se tiene, más se puede dar... Es todo al revés. "Cuanto menos poseemos, más podemos dar. Parece imposible, pero no lo es. Esa es la lógica del amor", dice la Madre, como si fuera tan natural entenderlo. Cuando recibió el Premio Nobel de la Paz ella habló del amor: "San Juan dice que somos mentirosos si afirmamos que amamos a Dios y no amamos a nuestro prójimo. Es muy importante para nosotros darse cuenta de que el amor, para que sea auténtico, tiene que doler."
La lógica del amor cristiano funciona así: me duele un hermano. Y lo ayudo desde el amor que creo que no tengo, desde el tiempo que me falta, desde la paciencia y la tolerancia que no son mi fuerte. Lo ayudo desde mi pobreza, porque de lo contrario, cuando se ayuda sin dar de uno mismo, se convierte en una ayuda asistencial, que igual está bueno, pero no es de lo que habla la Madre Teresa cuando se refiere al "hermano".
Esto no significa que solo los cristianos sean capaces de dar de esta manera. En su última entrevista la Madre admite que su congregación ha recibido (y lo sigue haciendo) mucha ayuda de musulmanes, hindúes, budistas y de otros credos. "Hace unos meses, -contaba en ese reportaje - un grupo de budistas japoneses vino a hablar conmigo sobre espiritualidad. Les conté que ayunamos todos los primeros viernes de mes y que el dinero que ahorramos lo destinamos a los pobres. Ellos pidieron a las familias y a las comunidades budistas que hicieran lo mismo. El dinero que recogieron nos ha permitido construir el primer piso de nuestro centro Shanti Dan para las muchachas que se encuentran en la cárcel".
Hoy es el Día del Hermano en honor de la Madre Teresa. De cualquier hermano, de la religión que sea, y de ninguna, también. ¿Qué es lo que no te sobra para que se lo regales?
(Magena Volantie - La Gaceta 05/09/12)
¿Cuántos de nosotros estámos dispuesto a hacer algo por los pobres?
Según la concepción cristiana, hermanos somos todos, por ser hijos de Dios. Y además todos tenemos algo de pobre. Para la Madre Teresa de Calcuta los más pobres no están en la India, sino en los países ricos, donde hace falta el alimento que más nutre, el amor. Ella pone un ejemplo: "para mí, las naciones que han legalizado el aborto son las más pobres, le tienen miedo a un niño no nacido y el niño tiene que morir". Por eso, cuando estuvo en Nueva York en 1995 propuso: "si conoces a alguien que no quiere al niño, que le tiene miedo, díganle que me lo dé a mí".
Cuando se trata del amor hacia el hermano, hacia el otro, todo se subvierte. Cuando se ama, más se sufre; cuando menos se tiene, más se puede dar... Es todo al revés. "Cuanto menos poseemos, más podemos dar. Parece imposible, pero no lo es. Esa es la lógica del amor", dice la Madre, como si fuera tan natural entenderlo. Cuando recibió el Premio Nobel de la Paz ella habló del amor: "San Juan dice que somos mentirosos si afirmamos que amamos a Dios y no amamos a nuestro prójimo. Es muy importante para nosotros darse cuenta de que el amor, para que sea auténtico, tiene que doler."
La lógica del amor cristiano funciona así: me duele un hermano. Y lo ayudo desde el amor que creo que no tengo, desde el tiempo que me falta, desde la paciencia y la tolerancia que no son mi fuerte. Lo ayudo desde mi pobreza, porque de lo contrario, cuando se ayuda sin dar de uno mismo, se convierte en una ayuda asistencial, que igual está bueno, pero no es de lo que habla la Madre Teresa cuando se refiere al "hermano".
Esto no significa que solo los cristianos sean capaces de dar de esta manera. En su última entrevista la Madre admite que su congregación ha recibido (y lo sigue haciendo) mucha ayuda de musulmanes, hindúes, budistas y de otros credos. "Hace unos meses, -contaba en ese reportaje - un grupo de budistas japoneses vino a hablar conmigo sobre espiritualidad. Les conté que ayunamos todos los primeros viernes de mes y que el dinero que ahorramos lo destinamos a los pobres. Ellos pidieron a las familias y a las comunidades budistas que hicieran lo mismo. El dinero que recogieron nos ha permitido construir el primer piso de nuestro centro Shanti Dan para las muchachas que se encuentran en la cárcel".
Hoy es el Día del Hermano en honor de la Madre Teresa. De cualquier hermano, de la religión que sea, y de ninguna, también. ¿Qué es lo que no te sobra para que se lo regales?
(Magena Volantie - La Gaceta 05/09/12)
