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El Fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia fue un pastor y un apasionado ministro de la caridad y de la misericordia divina. Fue también un incansable defensor de la causa de los pobres
y abandonados por amor a Jesús. Su ministerio apostólico, inseparablemente unido a su vocación a la vida religiosa, fue vivido en una fecunda tensión entre el mandato evangelizador del Resucitado y los desafíos, personales y sociales, enfrentados a lo largo de su vida.3
Supo ser un testigo cualificado del Evangelio: para todos los hombres, para todo el hombre y para éste hombre. La perspectiva elegida para este estudio está signada entonces por el dinamismo de su acción misionera.
A partir de ella se comprende en qué forma, con cuáles instrumentos y el horizonte de sentido con el que Don Orione testimonió que caridad hace crecer la Iglesia. Para dar con el centro de la reflexión, es importante tener presente que la comunidad eclesial se construye en torno a una doble dimensión: la comunión, o vida dentro de la misma comunidad; y la misión, o las relaciones de la misma con el resto de los hombres. Ambas dimensiones no pueden separarse; ellas forman parte de la única vocación cristiana. En efecto, Papa Francisco ha afirmado que la comunión es misionera y que la misión es comunión: «La intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante, y la comunión esencialmente se configura como comunión misionera» (EG 23). Ahora bien, Don Luis Orione ¿cómo vivió esta dimensión de la vocación cristiana? ¿de qué instrumentos se sirvió para llegar al corazón del hombre, destinatario del amor de Dios? En la acción pastoral orionina
14 La acción misionera orionita y sus modelos eclesiológicos críticos de la praxis misionera orionita en los que sea posible captar el proceso de la acción evangelizadora con sus luces y sombras. La investigación del tema, como es de imaginarse, es muy amplia por lo que se focalizará la atención en el análisis de los modelos eclesiológicos que subyacen en la actividad pastoral de la Congregación a lo largo de la vida de Don Luis Orione.
El Fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia fue un pastor y un apasionado ministro de la caridad y de la misericordia divina. Fue también un incansable defensor de la causa de los pobres
y abandonados por amor a Jesús. Su ministerio apostólico, inseparablemente unido a su vocación a la vida religiosa, fue vivido en una fecunda tensión entre el mandato evangelizador del Resucitado y los desafíos, personales y sociales, enfrentados a lo largo de su vida
Supo ser un testigo cualificado del Evangelio: para todos los hombres, para todo el hombre y para éste hombre. La perspectiva elegida para este estudio está signada entonces por el dinamismo de su acción misionera.
A partir de ella se comprende en qué forma, con cuáles instrumentos y el horizonte de sentido con el que Don Orione testimonió que caridad hace crecer la Iglesia. Para dar con el centro de la reflexión, es importante tener presente que la comunidad eclesial se construye en torno a una doble dimensión: la comunión, o vida dentro de la misma comunidad; y la misión, o las relaciones de la misma con el resto de los hombres. Ambas dimensiones no pueden separarse; ellas forman parte
de la única vocación cristiana. En efecto, el Papa Francisco ha afirmado que la comunión es misionera y que la misión es comunión: «La intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante, y la comunión esencialmente se configura como comunión misionera» (EG 23). Ahora bien, Don Luis Orione ¿cómo vivió esta dimensión de la vocación cristiana? ¿de qué instrumentos se sirvió para llegar al corazón del hombre, destinatario del amor de Dios? En la acción pastoral orionita, sobre el sentido y los alcances de tal acción pastoral no es abordado en modo específico. Hay otros estudios fragmentarios: Antonio Lanza, «In Spe contra spem», in Atti del Convegno Missionario per l’Asia, 07-11 maggio 2001, Manila-Filippine, Piccola Opera della Divina
Provvidenza, 2002, 81-92. Flavio Peloso, «Fino agli estremi confini della terra», Atti 218
(2005) 251-261.
Palabras clave: Orione, Brasil, Rodas, Polonia, misión, cultura, eclesiología
1 Fernando Héctor Fornerod, religioso y sacerdote orionino, actualmente miembro del Consejo General en Roma
2 Un primer intento de analizar la praxis pastoral de Don Orione, ciertamente ha sido el congreso sobre Don Orione e il Novecento, en cuyos aportes y actas es posible dar con algunas reflexiones, la mayor de las veces desde una perspectiva misionera; pero un análisis profundo
3 Orione, ccir., ADO, Sccir., 02.08.1935, |8-9|; (Lettere, II, 237: va.).
