Su amor por Argentina
Luego de haber recorrido algunos escritos de nuestro
Padre Fundador y otras fuentes, se puede apreciar como vivió su encuentro con
la cultura y realidad argentina, y también su visión de aquellas cosas nuevas
que iba conociendo y experimentando.
Nos encontramos con un Don Orione extranjero que no
logra entender algunas cosas, que tiene problemas de pronunciación, que explica
la novedad que va viviendo. Pero, también con un Don Orione que logra captar
algo del genio argentino, llegando a tener un gran amor por esta tierra.
No siempre sucede que el extranjero o el visitante
consiguen entablar un buen vínculo con su nuevo destino, las personas y los
usos y costumbres del lugar. Claramente no fue el caso de Don Luis Orione,
quien amará profundamente a la Argentina, su “segunda patria”, como el mismo
solía decir.
Este amor lo llevará
-incluso- a decir que quiere morir en Argentina y que sus cenizas
descansen en el Cottolengo de Claypole. “Pues bien, a todos quiero decirles y
confirmarles que en la Argentina he hallado para siempre mi segunda patria, y
que, Dios mediante, volveré a ella vivo o muerto, pues quiero que mis cenizas
descansen en el Pequeño Cottolengo Argentino de Claypole,…”.
Hablando de algunos problemas de salud dirá en una de
sus cartas: “Esta fue una advertencia una gracia de Dios. Ahora me ocuparé de
poner en orden algunos asuntos, si el Señor me da tiempo. No se necesita mucho
y así que tengo la intención –Deo adiuvante– de ir a Argentina: desearía tanto
morir en Argentina”.
Ese afecto profundo por nuestro país y su gente
también se expresará en su deseo que el primer camión del Cottolengo lleve los
colores de la bandera nacional. “Ayer su Excelencia Rvma., el Nuncio se dignó a
bendecir el nuevo y primer camión del Pequeño Cottolengo Argentino, que lleva
los colores blanco y azul de la purísima de Luján y de la bandera nacional
argentina…”. Y enviará una bandera argentina para que sea colocada al lado de
la imagen de la Virgen, junto a la bandera italiana, en el Santuario de la
Guardia en Tortona. “La cortesía del buen matrimonio Corna (…), me ofreció el
modo de enviar al santuario de la Virgen de la Guardia en Tortona una bandera
argentina que deseo sea bendecida e izada a lado de la estatua de la Ssma. Virgen,
junto a la bandera italiana”.
En suma, la experiencia de Don Luis Orione nos muestra
la experiencia del misionero que se abre a otras culturas y dialoga con ellas,
y que como hombre de Dios se deja conducir por la Providencia hacia nuevos
horizontes, a los que el Apóstol de la Caridad aprendió a amar incondicionalmente.