En Argentina, Don Orione tuvo que resolver situaciones concretas, como las que ocurren hoy y a las que debemos reaccionar.
La tarea específica del superior es cuidar el carácter "religioso" y la "vida común" de la comunidad.
Ciertamente nadie duda de la apostolicidad y proximidad a las personas vividas y transmitidas por Don Orione, pero en sus elecciones prácticas reaccionó a un estilo “¿secular”? individual? de apostolado e inculcado la vida fraterna en comunidad como condición y bien indispensable de los religiosos.
Escribe a Don Zanocchi que tiene firmeza con respecto a un cohermano digno.
"Don Contardi volvió a entrar en las carpas de la Congregación, y con espíritu de humildad se puso en plena obediencia y vida religiosa. En conciencia ya no puedo tolerar que un religioso esté fuera de la comunidad. No puedo admitir excusas ni proteccionismo: Todos ustedes deben estar interesados en la vida religiosa Sobre todo, quiero que tengan un gran vínculo de caridad entre ustedes: un gran espíritu de disciplina y unión y una gran observancia en la vida religiosa.
Haz todo con caridad, pero con determinación. Vigila, ama en Jesucristo Crucificado, soporta, perdona y pastorea las almas de los Religiosos que te han confiado el dulce y delicioso pasto de la caridad y la humildad.
Sé enemigo abierto de los vicios, pero médico de los viciosos: velar, orar y buscar en el Corazón de Jesús todos los medios para restaurar en el nuestro una vigorosa salud espiritual y religiosa: la vida religiosa ". [3]
El XIV Capítulo General lanzó una alarma y una urgencia por la pérdida de identidad y práctica de la vida religiosa de los (muchos) cohermanos que viven en las parroquias. Es muy fácil asumir una vida, de hecho, con la dinámica del clero diocesano, muy individual y emocional y prácticamente desvinculada de los lazos de la vida religiosa comunitaria.
El apostolado en la parroquia, ya escribía Don Orione, "si los religiosos no están más que bien formados, se aleja y se aparta del espíritu de regularidad religiosa". [4]
El apostolado en las parroquias no estaba ni está en cuestión: ¿se cuestiona la vida en común y la modalidad “religiosa”? de vida de religiosos y gestión parroquial.
[3] Carta de 19.7.1929, Escritos 1, 97.
[4] Carta del 26 de enero de 1934, Escritos 1, 160.