SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

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martes, 5 de enero de 2021

JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ 2021

 


DIA MUNDIAL DE PAZ. EL PAPA: "NO HAY PAZ SIN UNA CULTURA DE CUIDADO"

El Mensaje del Papa Francisco para la 54.ma Jornada Mundial de la Paz, que se celebró el 1 de enero de 2021, se titula "La cultura del cuidado como camino de paz.

La cultura del cuidado, como "compromiso común, solidaridad y participación para proteger y promover la dignidad y el bien de todos", y "una posición para interesarse, prestar atención, compasión y sanación, respeto mutuo y aceptación mutua", constituye un camino privilegiado para la construcción de la paz, para "erradicar la cultura de la indiferencia, el rechazo y la confrontación, que a menudo prevalece hoy". El Papa Francisco lo escribe en su Mensaje para la 54.ma Jornada Mundial de la Paz, celebrada el 1 de enero de 2021, solemnidad de María Santísima, Madre de Dios.

El Papa "se dirige a los Jefes de Estado o de Gobierno, a los líderes de las organizaciones internacionales, a los líderes espirituales y a los fieles de las diversas religiones, hombres y mujeres de buena voluntad". Les recuerda lo que se escribió en su última encíclica, Hermanos Todos: "En muchas partes del mundo necesitamos caminos de paz que conduzcan a heridas sanadoras, hay una necesidad de artesanos de paz dispuestos a iniciar procesos de sanación y encuentro renovado con ingenio y audacia".

Alienta a todos a convertirse en "profetas y testigos de la cultura del cuidado, para salvar las muchas desigualdades sociales".

Porque el barco de la humanidad, donde "nadie se salva a sí mismo", puede "navegar con una ruta segura y común" sólo con el "timón de la dignidad de la persona" y la "brújula de los principios sociales fundamentales". Francisco mira a los acontecimientos de 2020, marcados "por la gran crisis de salud de Covid-19", que ha agravado crisis muy relacionadas, "como el clima, la alimentación, las crisis económicas y migratorias, y ha causado fuertes sufrimientos e inconvenientes". Piensen en primer lugar "en aquellos que han perdido a un familiar o a un ser querido, pero también en aquellos que se han quedado sin trabajo". Recuerda de manera especial médicos, enfermeros, farmacéuticos, investigadores, voluntarios, capellanes y personal de hospitales y centros de salud, "que han trabajado duro y lo siguen haciendo, con grandes esfuerzos y sacrificios, hasta el punto de que algunos de ellos han muerto en un intento de estar al lado de los enfermos, de aliviar su sufrimiento o de salvar sus vidas".

Pensando en ellos, el Pontífice renueva su llamamiento a los líderes políticos y al sector privado,

"tomar las medidas adecuadas para garantizar el acceso a las vacunas Covid-19 y a las tecnologías esenciales necesarias para ayudar a los enfermos a todos los más pobres y frágiles". Desgraciadamente, el Papa Francisco lamenta, "junto a numerosos testimonios de caridad y solidaridad", "diferentes formas de nacionalismo, racismo, xenofobia e incluso guerras y conflictos que siembran muerte y destrucción" están ganando un nuevo impulso. La pandemia, y los otros acontecimientos que marcaron el camino de la humanidad en 2020, subraya el Papa... "Nos enseñan la importancia de cuidarnos unos a otros y de crear, de construir una sociedad basada en relaciones de fraternidad. Así que elegí como tema de este mensaje: La cultura del cuidado como camino de paz". El Papa fundó entonces los cimientos de la "cultura del cuidado" y la vocación humana de cuidarse a sí mismo, del otro y de la creación, en Dios Creador, el primer modelo a seguir, junto con el hijo Jesús y sus seguidores, y finalmente la doctrina social de la Iglesia. Ya en el plan de Dios para la humanidad, Francisco escribe, el cuidado y el cuidado son fundamentales. El Libro del Génesis, en el relato de la creación, describe a Dios que confía el jardín del Edén a Adán, con la tarea de "cultivarlo y custodiarlo", luego "hacer la tierra productiva" pero también "protegerla y hacerla preservar su capacidad de sostener la vida".

Cuatro principios básicos que Francisco analiza uno por uno, partiendo de la defensa "de la dignidad y los derechos de la persona", un concepto "nacido y madurado en el cristianismo", que "ayuda a perseguir plenamente el desarrollo humano". Persona, de hecho, "siempre dice relación, no individualismo, afirma inclusión y no exclusión, dignidad única e inviolable y no explotación". Toda persona humana, subraya, "está creada para vivir juntas en la familia", "en la sociedad, donde todos los miembros son iguales en dignidad". Una dignidad que trae derechos pero también deberes, como "acoger y ayudar a los pobres, a los enfermos, a los marginados, a cada uno de nuestros vecinos".

El bien común para servir y cuidar,

entonces aclara al Pontífice, es, escribir los padres conciliares en gaudium et spes, el "conjunto de las condiciones de la vida social que permiten" la comunidad a los individuos, "alcanzar su perfección más plenamente y más rápidamente" y también se refiere a las generaciones futuras. La pandemia Covid-19 nos mostró que estamos "en el mismo barco, todos frágiles y desorientados, pero al mismo tiempo importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos", como dijo el Papa Francisco en la oración del 27 de marzo, en una plaza de San Pedro desierta, porque "nadie se salva a sí mismo" y ningún estado nacional aislado "puede asegurar el bien común de su población".

Por lo tanto, la solidaridad es, reitera el Papa, compromiso por el bien de todos y de cada uno: "La solidaridad nos ayuda a ver al otro, tanto como persona como, en un sentido amplio, como pueblo o nación, no como un hecho estadístico, o un medio para ser explotado y luego descartado cuando ya no es útil, sino como nuestro vecino, compañero del camino, llamado a participar, como nosotros, en el banquete de la vida al que todos son igualmente invitados por Dios".

Desde escuchar atentamente al "grito de los necesitados y los de la creación",

como Francisco pidió en El Laudato si', "un cuidado eficaz de la tierra", hogar común, "y de los pobres" puede nacer, teniendo en cuenta que el sentimiento de "unión íntima con otros seres de la naturaleza" no puede ser auténtico a menos que vaya acompañado de ternura "para los seres humanos".

Francisco invita, por tanto, a "los líderes de las organizaciones y gobiernos internacionales, el mundo económico y científico, la comunicación social y las instituciones educativas", ante "la profundización de las desigualdades dentro y entre las naciones", a hacerse cargo de la "brújula" de los principios de la doctrina social de la Iglesia, a fin de dar al proceso de globalización, un curso común, "verdaderamente humano", como ya se indica en los hermanos y hermanas todos. Esto permitiría "actuar juntos y solidarios por el bien común, levantando a los que sufren de pobreza, enfermedad, esclavitud, discriminación y conflicto".

A través de esta brújula, animo a todos a convertirse en profetas y testigos de la cultura del cuidado, para llenar tantas desigualdades sociales. Esto sólo será posible con un protagonismo fuerte y generalizado de las mujeres, en la familia y en todas las esferas sociales, políticas e institucionales.

Una brújula también útil para las relaciones entre naciones, "que debe inspirarse en la fraternidad, el respeto mutuo, la solidaridad y el respeto del derecho internacional". Promover los derechos humanos fundamentales y respetar el derecho humanitario, "especialmente en esta etapa en la que los conflictos y las guerras se suceden sin interrupción". El Papa Francisco lamenta que "muchas regiones y comunidades han dejado de recordar una época en la que vivían en paz y seguridad".

Muchas ciudades se han convertido en epicentros de la inseguridad: sus habitantes luchan por mantener sus ritmos normales, porque son atacados y bombardeados indiscriminadamente por explosivos, artillería y armas ligeras. Los niños no pueden estudiar. Los hombres y las mujeres no pueden trabajar para apoyar a las familias. La hambruna echa raíces donde antes era desconocida. La gente se ve obligada a huir, dejando atrás no sólo sus hogares, sino también la historia familiar y las raíces culturales.

Entonces se convierte en un "proceso educativo" fundamental para la cultura del cuidado, nacido en la familia" donde se aprende a vivir en relación y en respeto mutuo", y se desarrolla en la escuela y la universidad, y a través de la comunicación social. Sujetos llamados a apoyar "un sistema de valores basado en el reconocimiento de la dignidad de cada persona, de toda comunidad linguística, étnica y religiosa, de cada pueblo y de los derechos fundamentales que se derivan de ella".

El Papa concluye su mensaje subrayando que no puede haber paz "sinla cultura del cuidado", un compromiso común de "proteger y promover la dignidad y el bien de todos", para interesarse, "en la compasión, la reconciliación y la sanación, el respeto mutuo y la aceptación mutua".

La cultura del cuidado como camino de paz. Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz de LA LIV