SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


martes, 31 de agosto de 2021

EN EL MES DE LA BIBLIA,DON ORIONE Y LA LECTURA DE LA BIBLIA

 

 



San Luis Orione y la lectura de la Biblia

Desde principios del siglo XX, las palabras de Paul Claudel indican la relación del cristiano con la Biblia: "El respeto a la Sagrada Escritura no tiene límites: se manifiesta sobre todo al mantenerse alejado"

Esta lejanía tuvo principalmente su origen en la controversia protestante. Incluso en la época de Don Orione las Iglesias Reformadas eran consideradas un peligro. Por ello, se intentó trabajar "para salvar a la gente del peligro de los protestantes". El principio de "sólo Escritura" afirmado por estos, había dado lugar, como reacción, a una gran desconfianza en la lectura de la Biblia. De hecho, las Sociedades Bíblicas que en estos años surgen en Europa, y luego también en Estados Unidos, generaron sospechas en el mundo católico.

La pobreza -consecuencia de la guerra- y el analfabetismo también contribuyeron a la distancia entre la Biblia y la comunidad cristiana.

En la primera mitad del siglo XX, sin embargo, una cierta renovación comenzó en la yuxtaposición a la Biblia, que luego encontrará estímulos efectivos en el Concilio Vaticano II. El magisterio pontificio también promovió el contacto más frecuente y eficaz de todas las personas con la Biblia.

En 1920 el Papa Benedicto XV, con motivo del 15º centenario de la muerte de San Jerónimo, nos invitó a buscar en las Escrituras comida y apoyo a la vida espiritual.

En 1943 Pío XII publicó la encíclica "Divina aflicción Spiritu": fue un comienzo de renovación que daría lugar al Concilio Vaticano II. La encíclica se refería al lectio divino:

"Los sacerdotes, por lo tanto, que están obligados por oficio a adquirir la salud eterna de los fieles, después de haber escaneado diligentemente las páginas sagradas y después de haberles hecho su sustancia con oración y meditación" (traten de) "trabajar con gran compromiso para que en las familias cristianas las leamos regularmente todos los días con piedad y devoción."

En este ambiente brevemente descrito se formó, y desarrolló su ministerio pastoral, San Luis Orione. Su carta señala que la relación con la Biblia no era como la entendemos hoy:

" En cada casa hay, al menos, dos ejemplares latinos de la Santa Biblia, la Suma Filosófica y Teológica de Santo Tomás, la Imitación de Cristo, en latín, y Dante. Se hacen muchas copias de los Evangelios y la imitación de Cristo, para que estén de la mano de todos..."

Don Orione, en sus escritos, se refiere con más frecuencia a la lectura del Evangelio, de hecho no fue fácil acceder a la Biblia, por las razones indicadas. Él nos invita principalmente a conocer el Evangelio porque, a través de él, entramos en comunión con Jesús. En una carta, escrita por Buenos Aires el 23 de octubre de 1935, dirá:

"Nuestro estudio supremo debe estar meditando sobre la vida de Jesucristo. Las enseñanzas de Jesucristo valen más que todas las enseñanzas, y la oración es de todas las filosofías la más sublime, y de todas las ciencias la que más instruye; es ciencia por excelencia, es lo que hace feliz y feliz al hombre..."

Debemos reconocer -dice el P. Flavio Peloso- que Don Orione hizo la Sagrada Escritura y la Palabra de Dios, su alimento espiritual vital y que evidentemente su cultura bíblica fue la de las primeras décadas de la década de 1900.

Tratemos de averiguar ahora qué enseñanza aprende San Luis Orión acerca de la lectura orante del Evangelio.

 A Leer el Evangelio en espiritualidad orionita

La carta de San Luis Orione sin duda planteará algunas preguntas en nosotros: ¿Qué validez, en nuestro tiempo, puede tener leer con frecuencia el Evangelio? ¿A qué tipo de estudio del Evangelio nos invita don Orione? ¿Cuál es la clave para leer el Evangelio para Don Orione y su familia? ¿Es válida la memorización del Evangelio en nuestros días? ¿Qué itinerario podemos seguir al leer el Evangelio y con qué fin?

 en. Lectura continua

 La carta dice:

"Y para que el Evangelio sea más conocido y observado, es bueno ser impreso en nuestra mente, y no sólo en pedazos y mordeduras Por lo tanto recomiendo, o mis seres queridos, la lectura y el estudio asiduos del Santo Evangelio..."

Don Orione nos invita a una lectura continua del Evangelio: esta es una de las características fundamentales de La Lectio Divina.

"La lectio divina -  nos enseña. Martini - no elige textos adecuados para temas  preestablecidos decididos de antemano, dirigidos a necesidades o gustos ya experimentados por el lector o la comunidad que lee... la lectio divino comienza con la Palabra de Dios y la sigue paso a paso, y toma en serio la unidad de las Escrituras."

La invitación a una lectura continua y diaria del Evangelio fue renovada por el Concilio Vaticano II y está dirigida a todo el pueblo de Dios: laicos, religiosos y sacerdotes.

"Lee y estudia la "Escritura" asiduamente... "Recuerden que la lectura debe ir acompañada de oración para que el diálogo de Dios con el hombre se realice..." (D.V. 25)

B. Estudio evangélico

Don Orione siente la necesidad de dar a conocer el Evangelio:

"... Pero para vivir el Evangelio es, en primer lugar, es necesario conocerlo: conocerlo bien y luego, con la ayuda de Dios, vivirlo, al Santo Evangelio, vivirlo en espíritu y forma. Sólo entonces seremos verdaderos cristianos..."

Pero, ¿Qué tipo de estudio pide Don Orione? El estudio bíblico y académico es sin duda importante y ayuda mucho, pero ese no es el tipo de estudio al que nos referimos.

Hay muchos métodos para estudiar el Evangelio, pero don Orione señala uno práctico, que debe conducir a la vida, a la práctica concreta. Por esta razón, el estudio "orionino" del Evangelio no puede descuidar dos aspectos principales: el texto bíblico y la situación actual. Estas dos dimensiones "sirven a la mejor asimilación del mensaje, nos permiten releerlo en el momento histórico actual y discernir la respuesta que debemos ofrecer a la Palabra que Dios nos dirige"

El estudio de la situación actual permite una lectura significativa de la Palabra de Dios en el contexto en el que vivimos. "La Palabra debe iluminar los diferentes acontecimientos de la historia para que en ellos podamos escuchar el llamado de Dios. Al mismo tiempo, las diferentes situaciones históricas nos permiten descubrir la actualidad perenne del mensaje que Dios nos transmite y el significado que tiene para nosotros hoy... La Biblia debe ayudarnos a descubrir nuestra identidad personal y comunitaria, como cristianos, y a tomar una posición frente a los diferentes acontecimientos y situaciones de nuestro mundo"

El estudio del texto bíblico debe ayudar a entender mejor el mensaje. Puede ser importante tener en cuenta tres niveles de análisis de texto

- Nivel literario : Prestar atención a las características literarias del texto.

- Nivel histórico: Considere el contenido. Es necesario tener en cuenta las características históricas a las que se refiere el texto y en las que fue redactado.

- Nivel teológico: Reflexiona sobre lo que Dios dice a través del texto, descubre su mensaje religioso.

SUGERENCIAS DE SAN LUIS ORIONE PARA LEER Y VIVIR EL EVANGELIO. parte I

Fuente extracto escrito de P. Leonardo Moreno, de Messaggi Don Orione


En este mes de la Biblia, volveremos sobre algunas enseñanzas de Don Orione para la lectura y comprensión de la Sagrada Escritura y así poder bajarla a  nuestras realidades.

En la Escuela del Evangelio

El Papa Benedicto XVI, desde el inicio de su ministerio apostólico, ha destacado la importancia de la Lectio Divina, y de la lectura orante de la Sagrada Escritura en particular, para la vida del cristiano. Nos recordó que es la Lectio el Divina:

"Consiste en meditar extensamente en un texto bíblico, leerlo y convertirlo en leído", rumiarlo, "en cierto modo", "y exprimir todo su jugo para alimentar la meditación y la contemplación y llegar a regar la vida concreta como una savia".

"Como condición, la Lectio Divina requiere que la mente y el corazón sean iluminados por el Espíritu Santo, es decir, por la inspiración misma de las Escrituras, y por lo tanto ponerse en una actitud de "escucha religiosa"

"Si esta práctica se promueve eficazmente, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia"

"Debemos ejercer La Lectio Divina, escuchar en las Escrituras el pensamiento de Cristo, aprender a pensar con Cristo, pensar en el pensamiento de Cristo y, de esta manera, tener los pensamientos de Cristo, poder dar a los demás el pensamiento de Cristo y los sentimientos de Cristo también"

Las cotizaciones podrían seguir... Preguntémonos: ¿Cómo se relacionó San Luis Orione con la Sagrada Escritura? ¿Qué puede aportar la espiritualidad de don Orione a la lectura orante de las Escrituras?

El 10 de agosto de 1935, festividad del mártir de San Lorenzo, Don Orione escribió desde Buenos Aires una carta dirigida a todos sus queridos hermanos e hijos en Jesucristo y a los sacerdotes de la Pequeña Obra de la Divina Providencia. Esta carta nos hará comprender la importancia de leer el Evangelio, para don Orione.

 Don Orione escribe: A mis queridos hermanos e hijos en Jesucristo y a los sacerdotes de la pequeña obra de la Divina Providencia.

¡Que la Gracia del Señor y su paz estén siempre con nosotros!

Para que el poveretto de la viña mística de Nuestro Señor Jesucristo, que es nuestra humilde Congregación, sea mejor y mejor cultivado, pueda ser preservado y hecho más y dar buenos frutos de santificación y vida eterna, vengo, o mis seres queridos, todavía a vosotros, siempre en el deseo muy vivo de que, alejados de cada uno de nosotros cada relajación, si alguna vez hubiera alguna , y revivir en todas nuestras reglas, que nosotros, a partir de estos santos ejercicios en adelante, amemos y sirvamos a Jesucristo y a la Santa Iglesia, nuestra Madre, con ferviente celo y perfección de los santos religiosos.

Que nuestra primera Regla y vida sean, oh mis queridos hermanos e hijos en Jesucristo, observar, con gran humildad y amor dulce y sagrado a Dios, el Santo Evangelio, siguiendo el consejo de perfección, que nos dio el Señor, viviendo en humilde obediencia, pobreza sincera y castidad perfecta; con la aniquilación de nosotros mismos por el amor de Cristo y su imitación renunciando a todo para tener sólo a Jesús y su espíritu santo, como nuestro único bien. En el amor de Dios, tendremos caridad sin límite hacia el prójimo, especialmente hacia los más pequeños y los más abandonados de nuestros hermanos y hermanas. Y, dado que es el propósito principal de nuestra Congregación amar y servir a Jesús en su Vicario en la tierra, el Papa, y hacerle amar, difundiremos en el pueblo y en los más pequeños el amor más dulce y santo al Papa, llevando los problemas a vivir más estrechamente unidos con el Romano Pontífice, a escuchar su palabra, a seguir sus enseñanzas. Y también trataremos de aumentar en nosotros y en los demás la fe pura de la Iglesia, que es el primer paso hacia el amor de la Iglesia y del Papa.

En este sentido, siempre haremos la oración, para que Dios desee aumentar la fe en nosotros, para que él nos haga vivir de fe, como corresponde a los hijos de la Divina Providencia, y agrandar nuestro corazón para amar al Papa y la caridad con gran fe. Y rezaremos a Nuestro Señor para que nos dé gracia no sólo para preservarla pura y sin contaminar en nosotros, la Fe Católica, como base de todo nuestro edificio religioso, sino para defenderla en el pueblo cristiano de los ataques de los enemigos, trabajando para salvar al pueblo del peligro de los protestantes, y luego, al margen de la Iglesia, trabajando para traer de vuelta a la unidad de la fe y roma a las Iglesias separadas, como se ha dicho desde el primer decreto de aprobación.

Por lo tanto, nuestra regla, repito, es la observancia del Santo Evangelio. Pero observar el Evangelio es, en primer lugar, necesario conocerlo: conocerlo bien y luego, con la ayuda de Dios, vivirlo, el Santo Evangelio, vivirlo en espíritu y forma. Sólo así seremos verdaderos cristianos y entonces seremos verdaderos religiosos, si seguimos a Jesús también en sus consejos evangélicos de perfección. Somos cristianos porque imitamos la vida y vivimos la doctrina de Cristo, y seremos verdaderos religiosos, si vivimos la vida perfecta, consagrados enteramente al Señor y a la Iglesia, con votos sagrados, renunciando generosamente a nosotros mismos y a las cosas del mundo, abandonados en manos de Dios y de nuestros Superiores.