SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


martes, 8 de febrero de 2022

ABAD CARONTI SU GRAN AYUDA A DON ORIONE Y A LA OBRA EN GENERAL

 



 
FEBRERO 1940   ANGINA PECTORIS

Don Manuel estuvo particularmente cerca de Don Orione en febrero de 1940, cuando el Fundador fue fuertemente golpeado por un gravísimo ataque cardíaco que lo puso al borde de la tumba. Acudió en las noches, compartió las trepidaciones de aquellas horas, se interesó para que “superada la crisis” Don Orione dejase el rígido clima de Tortona, insistiendo junto a los médicos, para que aceptase un poco de convalecencia en la casa de Sanremo. Don Orione tuvo que ceder a tanta insistencia y la mañana del 9 de marzo partió para Sanremo; algunos días después, la noche del 12, moría después de una última jornada de oración y de trabajo.

El Abad Caronti una vez más demostró su gran corazón de padre y de protector. Llegó enseguida a Sanremo y su presencia fue providencial: guió y dirigió cada cosa, especialmente en lo que concernía al traslado del cadáver de Sanremo a Tortona. A lo largo del trayecto se debían efectuar numerosas paradas, porque muchos querían rendir el último homenaje y saludo a Don Orione: la presencia del Visitador fue de gran ayuda en aquellos días claves porque liberó a Don Sterpi de tantas dificultades y responsabilidades que se le hubieran podido presentar para la petición de los distintos permisos y los aspectos organizativos del traslado del cuerpo. Después de la parada en Génova, para los pobres del Pequeño Cottolengo, fue precisamente el Abad Caronti quien dispuso que pasase también por Milán, a través de Novi Ligure, Alejandría, Mortara: ¿Qué le empujó a un hombre tranquilo y respetuoso de las leyes y reglamentos a desatender algunas disciplinas?, nos lo refiere el mismo abad que frente a la conmoción que le supuso ver tal cantidad de gente que quería acercarse a Don Orione para darle un último saludo, afirmó: «¡Ahora empiezo a saber de verdad quien era Don Orione».

En los días que siguieron inmediatamente a la muerte del Fundador el Abad Caronti demostró aún su sabiduría y paternidad por la confianza que le unió a Don Carlos Sterpi quien le cedió todas las facultades hasta el Primer Capítulo General que vino celebrado en agosto de 1940 con la elección por unanimidad del mismo Don Sterpi como Superior General de la Pequeña Obra de la Divina Providencia.

En los años sucesivos el Abad Caronti dio otra preciosa contribución al preparar según la normativa canónica el texto de las Constituciones, aprobadas con decretum laudis por la Sagrada Congregación de los Religiosos el 24 de enero de 1944 y presentadas a los Hijos de la Divina Providencia el 2 de marzo de 1944.

También el segundo Capítulo General, celebrado del 12 al 18 de septiembre de 1946 en Tortona, se desarrolló bajo la guía experta del Abad Caronti. En aquella ocasión fue elegido como nuevo Director General Don Carlos Pensa y Don Sterpi fue el primero en besarle la mano, haciendo un acto de homenaje. En septiembre de 1946 la obra preciosa del Abad Caronti se concluía felizmente, sin traumas y con gran regocijo por parte de todos los Hijos de la Divina Providencia. El Visitador Apostólico había cumplido de esta manera su misión y con fecha del 21 de octubre de 1946 remitía oficialmente su mandato a la Santa Sede, después de un servicio que se había iniciado el 7 de julio de 1936 y que continuó durante diez buenos años.

 

 

"RENUNCIO A LA SALUD, A LA VIDA, PERO QUIERO CUMPLIR CON MI DEBER HASTA EL FINAL

 


Al regresar de Génova, la noche del 8 de febrero de 1940, se aferra a la baranda para subir las escaleras que llevan a la dirección; debe detenerse casi en cada escalón y responde con una forzada sonrisa a quienes lo saludan. Se esfuerza por comer algo en la cena, para tranquilizar a los otros.

            Va a descansar y pasa una mala noche. Hacia las cuatro y media se difunde una voz preocupada: "¡Don Orione está mal!". Se encienden las luces de la Casa Matriz antes del amanecer.

            La "Crónica" narra: uno de los enfermeros oyó en la habitación un ligero ruido, luego un gemido sofocado; acude y encuentra a Don Orione en el lecho, jadeante, transpirado, presa de un violento ataque. Le prodiga los primeros auxilios y luego corre a avisar a Don Sterpi y a los otros sacerdotes de la casa. Ponen al moribundo, envuelto en las mantas, sobre una poltrona, para facilitarle la respiración; se lo mantiene erguido y se lo ayuda con oxígeno. El rostro, cadavérico, azuloso, la respiración entrecortada. De tanto en tanto, dirige los ojos al cielo, invocando, varias veces: "Jesús, Jesús...". La pequeña habitación de Don Orione se llena de sacerdotes: Don Sterpi, Don Bariani y otros. Mientras todos se mueven ansiosos a su alrededor, llega el doctor Codevilla, médico de la Casa matriz; al ver a Don Orione, prorrumpe en llanto; de inmediato le hace las curaciones necesarias. Los clérigos, inquietos y tristes, son mantenidos en el umbral.

            Después de un rato, parece volver en sí y murmura: "El Santo Viático". Don Camilo Bruno, párroco de San Miguel, corre a la sacristía y mientras tanto se prepara el cuartito. El enfermo recibe el Santísimo con viva piedad, con conciencia, aunque no puede hablar; advierte todo, reconoce a todos. Unos instantes después pide la Extremaunción, que Don Bruno le administra de inmediato. Mientras tanto los clérigos ingresan lentamente a la capilla y rezan.

            Finalmente el enfermo mueve la cabeza, que había abandonado sobre el pecho, levanta los ojos, llenos de gratitud. Luego dice: "Estoy mejor", y fatigosamente invita a recitar la Salve Regina y a los sacerdotes a celebrar según su intención. Cuando llega, jadeando, Don Perduca, enfermo de las piernas, Don Orione, al verlo, dice en un susurro: "Pero, ¿por qué habéis venido? ¿Cómo estáis? Cuidaos... Id a reposar".

            La mañana transcurre en plegarias especiales, en todas las casas de Tortona y de Italia. Don Sterpi, al comprender que el peligro inmediato desapareció, consiente en trasladar a Don Orione a otra habitación, llamada del reloj, pared por medio con la capilla. A la siesta, nueva zozobra, porque la crisis se repite. Llega el profesor Manai, director del hospital de Alejandría, y le practica una sangría; hacia la noche puede decirse que se conjuró el temor de una catástrofe.

            En los corazones renace la esperanza. Tres días después, Don Orione expresa el deseo de escribir a sus hijos de América. Está sumamente débil: un mínimo esfuerzo sería contraproducente. Insiste: "En la enfermería - dice con un hilo de voz - debe haber una mesita con una ménsula móvil; así podré trabajar desde la cama...". Temen por él y se lo cuentan a Don Sterpi, quien pide le rueguen quedarse tranquilo por unos días.

            La invitación se pronuncia con palabras de afligida emoción. Una sombra de tristeza vela el rostro de Don Orione; luego los ojos se le encienden; "Díganle a Don Sterpi que renuncio a la salud, a la vida, pero que quiero cumplir con mi deber hasta el final...".

            Trata de escribir algunas líneas. "No puedo", suspira: la lapicera se le cae de la mano. "Escribe tú", pide al joven Zambarbieri, pasándole el papel.

            Y le dicta hasta bien entrada la noche una carta de muchas páginas para sus hermanos de las Casas de América. Comienza así:

            "Os escribo con un pie en la tumba y quisiera que recibáis estas palabras como de uno que está por morir...". Son las últimas disposiciones para aquellas Casas, el testamento espiritual para sus hijos lejanos.

|p3 Después de algunos días, Don Orione obtuvo el permiso de levantarse. Se sentía mejor. El 20 de febrero celebró Misa junto con sus clérigos a las 5,30 de la mañana. Tomó frío y contrajo una bronquitis, que lo postró durante diez días.

            Se inició entonces una controversia entre Don Sterpi y los médicos por un lado, y Don Orione, por el otro; en realidad, Don Sterpi era apoyado por toda la Congregación y el objetivo era que Don Orione se cuidase.

UN TESTAMENTO DE DON ORIONE , ANTES DE SU VIAJE A CHILE

 



fuente : libro Don Orione en Chile Sueño e Historia.
En nuestro mundo de hoy sería inexplicable que alguien antes de emprender un viaje en avión hiciera su testamento. Don Orione, antes de viajar a Chile en avión lo hizo. Son convenientes unas explicaciones al respecto porque debemos tener presente el contexto histórico - 1936 - y la situación personal del Fundador.
Nos permitimos esbozar algunas.
1. Don Orione sube a un avión por primera vez en su vida;
2. es un viaje con riesgos: cruzar la cordillera de los Andes es siempre un desafío;
3. los aviones de la época carecían de muchas comodidades entre ellas lo del aire acondicionado;
4. la salud de él, cuanto al corazón, no daba garantías de resistir la altura;
5. llegaba a Chile una línea aérea, la Panagra, que hacía publicidad por ser nueva y ofrecía por eso pasajes rebajados;
6. viaja con la misma donante y, a lo mejor, ella misma le abonó el costo
7. es un fundador en plena actividad, con muchas obras sobre su responsabilidad, con compromisos no finiquitados.
Uno puede comprender entonces, que don Orione tome en serio su viaje y haya decidido dejar su testamento en las manos del p. Zanocchi. El texto ológrafo es redactado sobre una esquela aérea que tiene como membrete a su izquierda, en lo alto, ubicado en un circulito un hipogrifo, y las palabras Air France y, como pie de imprenta, la frase: "Dos de estas hojas y un sobre de vía aérea pesan 5 gramos".
El texto original en italiano y su traducción al castellano:
+ Buenos Aires, 28 de enero de 1936
¡En el nombre de Dios!
Este es mi testamento que redacto antes de emprender el viaje hacia a Chile, en la plenitud de mis facultades mentales.
Dejo todas mis propiedades, en bienes móviles y bienes raíces a mi querido Amigo el Sac.te Carlos Sterpi, nacido en Gavazzana, Italia, provincia de Alessandria.
Pido perdón a todos.
Muero como hijo humilde y fiel de la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana.
Entrego mi alma a la misericordia de Dios y a la Sma. Virgen
Doy fe
Sac.te Luis Orione, hijo del difunto Víctor
El sobre original en italiano con su traducción al castellano El documento fue colocado en un sobre aéreo con un membrete diferente del que lleva la hoja. Encima de un cóndor de alas muy desplegadas y estilizado, aparecen las palabras, "Vía Cóndor" y como si fuera un pie de imprenta, pero con letras exageradamente grandotas: "Por avión - Vía Cóndor"
Una crucecita al lado del membrete y, a reglón seguido, ¡Almas y almas! y la fecha. Siguen estas palabras manuscritas.
¡Almas y Almas!
Bs. Aires, 28/1-1036
Testamento ológrafo de don Orione
que debe quedar en las manos del padre Zanocchi
¡Que la Santísima Virgen me conduzca y me asista!

CRONOLOGIA ORIONITA, 9 FEBRERO

 1940, 9 de febrero, viernes: Don Luigi Orione sufre un nuevo ataque severo de angina de pecho, en Tortona. Recibe la Unción de los enfermos, luego se recupera lentamente. [Cf. Escritos 49,188; PODP, febrero de 1940, 1–3