Este texto se ha tomado de un mensaje de Don Orione enviado desde Buenos Aires en 1936, en el que exhorta a sus bienhechores y amigos a ser apóstoles de la Caridad.
No hay cosa que más quiera el Señor que la caridad para con el prójimo y especialmente para con las almas. ¡Almas y almas! La caridad nos edifica y une en Cristo, la caridad es paciente y benigna, es suave y fuerte, es humilde, iluminada y prudente, se compadece de los defectos ajenos, goza con el bien de los demás, pone su felicidad en hacer el bien a todos, aún a los enemigos, se hace todo para todos, es omnipotente y triunfa sobre todas las cosas. Nuestro Dios es un Dios apasionado de amor, Dios nos ama más de lo que un padre ama a sus hijos, Cristo Dios no vaciló en sacrificarse por amor a la humanidad. En el más desdichado de los hombres brilla la imagen de Dios. El que da a un pobre, da a Dios y obtendrá de la mano de Dios la recompensa.
Que la Providencia nos mande hombres de caridad. Como un día sacó de las piedras hijos de Abraham, así suscite una legión y un ejército, el ejército de la caridad que llene de amor los surcos de la tierra, llenos de odio y egoísmo, y alivie finalmente a la humanidad angustiada.
Seamos apóstoles de caridad, dominemos nuestras pasiones, alegrémonos del bien ajeno como si fuera nuestro propio bien; pues así será en el cielo, como dice el propio Dante con su poesía sublime.
Seamos apóstoles de caridad, de amor puro, amor sublime y universal; hagamos reinar la caridad con dulzura de corazón, compadeciendo, ayudándonos mutuamente, tendiendo nuestra mano y caminando juntos. Sembremos abundantemente a nuestro paso obras de bondad y de amor, y enjuguemos las lágrimas de los que lloran.
Escuchemos, hermanos, el grito angustioso de tantos otros hermanos que sufren y buscan a Cristo; salgamos a su encuentro como buenos samaritanos y sirvamos a la verdad, a la Iglesia, a la Patria, en la caridad.
¡Hacer el bien a todos, hacer el bien siempre y nunca hacer daño a nadie! Y así como el sol inunda con su luz el universo, así resplandezca el sol de la gloria sobre Italia, purificada de las sectas y estrechamente unida a la Iglesia, en una efusión inefable de la caridad de Cristo; y, rotas las cadenas de los pueblos todavía bárbaros y esclavos, vean las gentes brillar tu frente, oh Roma, que eres la única que no conoce la confusión de las lenguas, y encuentren la caridad en la luz cristiana y civilizada de la vida nueva.
¿Qué Lección Quiere Darnos Don Orione, Hoy?
una simple y muy práctica:
Comenzar a hacer algo, enseguida, HOY, con los más cercanos, con aquellos que tienen necesidad de una mano. El mensaje de Don Orione es para derrotar inmediatamente la indiferencia, el fatalismo y el pesimismo.
Dios nos llama a una gran caridad:
la caridad del amor,
la caridad de la amistad,
la caridad del gozo…
“ la caridad que quiere ser sobre todo , expresión del amor de Dios” hna Imelda Garisto “