SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

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jueves, 10 de agosto de 2023

SANTA CLARA DE ASIS, 11 AGOSTO

Si retrocedemos en la historia, vemos a la puerta de la iglesia a Clara Favarone, joven de dieciocho años, perteneciente a la familia del opulento conde de Sasso Rosso. En la noche del domingo de ramos, Clara había abandonado su casa, el palacio de sus padres, y estaba allí, en la iglesia de Santa María de los Ángeles. La aguardaban Francisco y varios sacerdotes, con cirios encendidos, entonando el Veni Creátor Spíritus. Dentro del templo, Clara cambia su ropa de terciopelo y brocado por el hábito que recibe de las manos de Francisco, que corta sus hermosas trenzas rubias y cubre la cabeza de la joven con un velo negro. A la mañana siguiente, familiares y amigos invadieron el templo. Rogaban y amenazaban. Pensaban que la joven debería regresar a la casa paterna. Gritaba y se lamentaba el padre. La madre lloraba y exclamaba: Está embrujada. Era el 18 de marzo de 1212. Cuando Francisco de Asís abandonó la casa de su padre, el rico comerciante Bernardone, Clara era una niña de once años. Siguió paso a paso esa vida de renunciamiento y amor al prójimo. Y con esa admiración fue creciendo el deseo de imitarlo.

Clara despertó la vocación de su hermana Inés y, con otras dieciséis jóvenes parientas, se dispuso a fundar una comunidad. La hija de Favarone, caballero feudal de Asís, daba el ejemplo en todo. Cuidaba a los enfermos en los hospitales; dentro del convento realizaba los más humildes quehaceres. Pedía limosnas, pues esa era una de las normas de la institución. Las monjas debían vivir pendientes de la providencia divina: la limosna y el trabajo. Corrieron los años. En el verano de 1253, en la iglesia de San Damián de Asís, el papa Inocencio IV la visitó en su lecho de muerte. Unidas las manos, tuvo fuerzas para pedirle su bendición, con la indulgencia plenaria. El Papa contestó, sollozando: Quiera Dios, hija mía, que no necesite yo más que tú de la misericordia divina. Lloran las monjas la agonía de Clara. Todo es silencio. Sólo un murmullo brota de los labios de la santa.

- Oh Señor, te alabo, te glorifico, por haberme creado.

Una de las monjas le pregunta:

- ¿Con quién hablas?

Ella contesta recitando el Salmo.

- Preciosa es en presencia del Señor la muerte de sus santos.

Y expiró. Era el 11 de agosto de 1253.

 Fue canonizada dos años más tarde, el 15 de agosto de 1255, por el papa Alejandro IV, quien en la bula correspondiente declaró que ella fue alto candelabro de santidad, a cuya luz acudieron y acuden muchas vírgenes para encender sus lámparas. Santa Clara fundó la orden de las clarisas, rama femenina de los franciscanos, y desde hace siete siglos reposa en la iglesia de las clarisas de Asís. De ella dijo su biógrafo Tomás Celano: Clara por su nombre; más clara por su vida; clarísima por su muerte.



SANTA CLARA DE ASIS .Clara de Asís (en italiano: Chiara d'Assisi, nacida Chiara Scifi; Asís, Italia, 16 de julio de 1194-ibídem, 11 de agosto de 1253) fue una religiosa y santa italiana. Seguidora fiel de san Francisco de Asís, con quien fundó la segunda orden franciscana o de hermanas clarisas, Clara se preciaba de llamarse «humilde planta del bienaventurado padre Francisco».1​ Después de abandonar su antigua vida de noble, se estableció en el monasterio de San Damiano hasta morir.

Fue la primera y única mujer en escribir una regla de vida religiosa para mujeres. En su contenido y en su estructura se aleja de las tradicionales reglas monásticas. Sus restos mortales descansan en la cripta de la Basílica de santa Clara de Asís. Fue canonizada dos años después de su fallecimiento, por el papa Alejandro IV. La niña Clara creció en el palacio fortificado de la familia, cerca de la Puerta Vieja, y no tenía amigos. Se dice que desde su más corta edad sobresalió en virtud pero se mortificaba duramente usando ásperos cilicios de cerdas y rezaba todos los días tantas oraciones que tenía que valerse de piedrecillas para contarlas .Por esa fecha había vuelto de Roma, con autoridad pontificia para predicar, el joven Francisco di Pietro di Bernardone, cuya conversión tan hondamente había conmovido a la ciudad entera. Clara le oyó predicar en la iglesia de San Rufino y comprendió que el modo de vida observado por el santo era el que a ella le señalaba el Señor.
Entre los seguidores de Francisco había dos, Rufino y Silvestre, que eran parientes cercanos de Clara y le facilitaron el camino a sus deseos. Así un día acompañada de una de sus parientes, a quien la tradición atribuye el nombre de Bona di Guelfuccio, fue a ver a Francisco. Este había oído hablar de ella, por medio de Rufino y Silvestre, y desde que la vio tomó una decisión: «quitar del mundo malvado tan precioso botín para enriquecer con él a su divino Maestro».3​ Desde entonces Francisco fue el guía espiritual de Clara.
La noche después del Domingo de Ramos de 1212, Clara huyó de su casa y se encaminó a la Porciúncula; allí la aguardaban los frailes menores con antorchas encendidas. Habiendo entrado en la capilla, se arrodilló ante la imagen del Cristo de san Damián y ratificó su renuncia al mundo «por amor hacia el santísimo y amadísimo Niño envuelto en pañales y recostado sobre el pesebre».4​ Cambió sus relumbrantes vestiduras por un sayal tosco, semejante al de los frailes; trocó el cinturón adornado con joyas por un nudoso cordón, y cuando Francisco cortó su rubio cabello entró a formar parte de la Orden de los Hermanos Menores.
Clara prometió obedecer a san Francisco en todo. Luego, fue trasladada al convento de las benedictinas de San Pablo.
Cuando sus familiares descubrieron su huida y paradero fueron a buscarla al convento. Tras la negativa rotunda de Clara a regresar a su casa, se trasladó a la iglesia de San Ángel de Panzo, donde residían unas mujeres piadosas, que llevaban vida de penitentes.
Inicio de las Clarisas
Seis o diez días después de la huida de Clara, otra de sus hermanas, Inés, huyó también a la iglesia de San Ángel a compartir con su hermana el mismo régimen de vida. Más tarde fue a reunírseles su otra hermana, Beatriz, y ya en san Damián, unos años más tarde, Ortolana, su madre.
Clara e Inés pronto abandonaron el beaterio de San Ángel. Así Francisco habló con los camaldulenses del monte Subasio, que antes habían donado a la nueva Orden la Porciúncula, los cuales le ofrecieron cederles la iglesia de San Damián y la casa anexa, que serían desde ese momento la casa de Clara durante 41 años hasta su muerte.
En aquel convento de San Damián, germinó y se desenvolvió la vida de oración, de trabajo, de pobreza y de alegría, virtudes del carisma franciscano. Por esa fecha el estilo de vida de Clara y sus hermanas llamó fuertemente la atención y el movimiento creció rápidamente. La condición requerida para admitir una postulante en San Damián era la misma que pedía Francisco en la Porciúncula: repartir entre los pobres todos los bienes.
El convento no podía recibir donación alguna, pero debía permanecer inquebrantable para siempre. Los medios de vida de las monjas eran el trabajo y la limosna. Mientras unas hermanas trabajaban dentro del claustro otras iban a mendigar de puerta en puerta. Clara, cuando las hermanas volvían de mendigar, las abrazaba y las besaba en los pies.
Santa Clara escribió poco después la norma de vida para las hermanas y, por medio del Santo, obtuvieron del papa Inocencio III la confirmación de esta regla en 1215, pues ese año, por orden expresa de Francisco, aceptó Clara el título de abadesa de San Damián. Hasta entonces Francisco había sido jefe y director de las dos órdenes, pero después que el Papa les aprobó la regla, las monjas debían de tener una superiora que las gobernase.
Santa Clara luchó siempre por la vocación de pobreza de su comunidad, negándose a recibir bienes que acomodasen su vida. Por eso solicitó y consiguió en 1216 que Inocencio III les otorgase el «Privilegio de la Pobreza» : Habéis renunciado a toda ambición de los bienes de este mundo... Las privaciones no os dan miedo... y os concedemos que nadie pueda forzaros a recibir bienes. Firmó este texto «cum hilarite magna» (riéndose de buena gana).56​Wikipedia



 Clara es patrona de la televisión. Cuenta la tradición que la noche de Navidad de 1252, Santa Clara, en cama, sin buena salud y ya en su lecho de muerte, lamentó no poder asistir a la misa que se celebraría en la basílica de San Francisco en la ciudad de Asís, a la que acudieron las otras religiosas de la Segunda Orden Franciscana, más conocidas como las hermanas clarisas. Al llegar de la celebración eucarística, sus hermanas quisieron contarle la homilía y todo lo que escucharon en la misa, pero ella alegó que no era necesario porque había participado de la celebración con una proyección en la pared de su habitación.fuente p.Miguel Berriel Perille

SAN SEBASTIANO CURONE

1901: Don Orione sube al monte Giarolo, sobre San Sebastiano Curone, con motivo de la inauguración de la estatua del Cristo Redentor.




La obra benéfica psMC en S. Sebastiano Curone, un pequeño pueblo en la provincia de Alejandría, tiene una rica y larga historia.

Como "grano de mostaza" ha tenido con el tiempo una evolución y un desarrollo escuchando las necesidades de la gente, las necesidades del territorio, de la Iglesia. Nacida para servir a "los más pequeños"a través de un jardín de infantes en 1917, se abrió la realidad de San Sebastián, gracias a la ingeniosidad del amor a diversas formas de servicio entre el pueblo, tratando de llevar luz y fe en Dios a los niños, a los enfermos, a los jóvenes, a los ancianos.
Hoy, más de 100 años después de ese humilde comienzo, la presencia del PSMC se concentra particularmente junto a las personas mayores que necesitan cuidados, atención y mucho amor que proviene no sólo de los alrededores, sino también de las regiones circundantes.
La Casa de Descanso "San José" ofrece la posibilidad de acogida y cuidado dirigida a personas que ya no son autosuficientes y que no tienen recursos desde el punto de vista de la familia se encuentran en una situación de malestar, soledad. A lo largo de los años, el Mecanismo ha experimentado cambios significativos en respuesta a las nuevas necesidades y reglamentos vigentes, acreditando su servicio reconocido y apreciado por los servicios de salud social del territorio.
Con dedicación y competencia, el PHMC, asistido por personal laico especializado, trata de recrear un clima de familia, calidez, atención que permita a la persona mayor sentirse como en casa,cultivar intereses, también potenciar el sufrimiento y la situación límite en la que se encuentra, en un camino cuidadoso y respetuoso de sus necesidades desde el punto de vista humano, espiritual y sanitario que lo acompaña en esta nueva fase de la vida.