SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


viernes, 31 de marzo de 2023

SANTUARIO DE LA INCORONATA Y EL PADRE PIO NOS CUENTA DON GIUSEPPE CALLEGARI


Padre Pio y el nuevo Santuario de la Incoronata.


El 1 de abril de 1950, los hijos de la Divina Providencia llegaron al santuario de la Incoronata, fundada por San Luis Orione, para su servicio pastoral y para comenzar la nueva etapa del Santuario. El Padre Pío fomentó sentimientos de veneración hacia Don Orione, a quien lo conocía de manera misteriosa, a pesar de que nunca se habían conocido. Un día, el padre Pío, hablando con un abogado de Montevideo, le dijo el apóstol de la Caridad: "¿Don Orione? ¡Qué santo es él! ... ¡Ni siquiera soy digno de tocar su dobladillo! ". Incluso Don Orione apreciaba mucho al Padre Pío y lo consideraba un Santo, por eso trabajó en la Santa Sede, en el período de la llamada tormenta (1923-1933), para devolver a Padre Pío la facultad de poder celebrar misa en público. El aprecio y veneración por el estigmatizado del Gargano, Don Orione también lo transmitió a sus sacerdotes, quienes, al comenzar la construcción del nuevo Santuario de la Incoronata, recurrieron a sus consejos y bendiciones. Así, recuerda esos momentos Don Giuseppe Callegari, primer rector del santuario, ascendió a San Giovanni Rotondo con los rollos del proyecto del nuevo santuario y las estimaciones de costos: "El Padre Pio parecía estar esperándonos y nos recibió de inmediato, con esa ingeniosa bonomía, subrayada en ocasiones por esos hermosos ojos que te escrutaban hasta el fondo del alma, desde esa cara serena que a veces brillaba con majestad hierática. Sonrió, no dudó ni un momento: con desconcertante confianza, bendijo los proyectos y a los que lo presentaban, y habló solo unas pocas palabras, pero realmente concluyente: "adelante, no temas, la Madonna te ayudará". El problema se resolvió, no había nada que hacer sino trabajar con diligencia y buena voluntad: lo que se hizo. Las horas tristes no faltaron, las dificultades: en algún momento parecía que no solo los hombres, sino también el Señor nos habían abandonado. En los momentos más dolorosos solía golpear a las puertas del Padre Pío para un poco de consuelo: y siempre comenzamos a revivir, llenos de renovación y mayor ardor ...

¡Cuánta gratitud le debemos a la Virgen Coronada por haber elegido, para consolarnos, a un gran santo! ".

Cuando se terminó el Santuario, Don Giuseppe fue a San Giovanni Rotondo y le dijo al Padre: "El Santuario está terminado. Mañana vengo con un coche para acompañarte a verlo ", y el Padre Pío respondió:" ¿A quién tienes que acompañar? Estuve en el Santuario desde el principio (de las obras) ". La respuesta muestra cómo el Padre siempre estuvo presente misteriosamente donde se necesitaba su ayuda e intercesión.

Padre Pio recomendó la devoción a la Virgen Coronada

El padre Pío siempre recomendó la devoción a la Virgen. Él repetía a menudo "Ama a la Virgen y hazla amar". A sus hijos espirituales les enseñó: "Dios toma la parte íntima de nuestra naturaleza, alma y cuerpo, y la diviniza, para establecer una conversación entre él y nosotros: ¡aquí está la Virgen! No es cierto que la Virgen viene solo de Dios, sino también de la humanidad. Más humano y más divino que este muere. Deseo que mis hijos espirituales aprendan a ver a la Santísima Virgen a esta luz, para no fallar en la vida espiritual y no pensar en los adversarios ". Además, para fomentar aún más la piedad popular, también invitó a sus devotos a visitar los santuarios dedicados a la Virgen. Todavía hay quienes recuerdan cómo el Padre Pío a veces interrogaba a los peregrinos para saber si antes de acudir a él habían pasado al Santuario de la Virgen Coronada. Michele Paciolla, nacida en Canosa, recuerda el 20/06/1945: "Mi madre, María, a menudo iba a San Giovanni Rotondo porque, habiendo oído hablar del fraile Padre Pio, quería que toda la familia supiera su santidad. Yo, aunque pequeño en edad, recuerdo que solía decirme: "Vengo al Padre Pío porque es un santo" ... También recuerdo que el fraile se dirigió a los visitantes en dialecto napolitano y preguntó: "¿De dónde vienes?". Cuando respondieron, él a menudo preguntaba: "¿Has estado enla lncoronata?" ¡Antes de venir aquí tienes que pasar por el Santuario de la Incoronata para saludar a la Virgen! ». Otros recuerdan cómo solía decir el padre Pío para protegerse a sí mismo: "¿Fuiste a visitar a la hermosa Madonna, la Incoronata? ... eso hace las grandes gracias».

El panel de Padre Pío en el Santuario de la Incoronata.

AQUI VEMOS EL PANEL DEL PADRE PIO.👇👇👇👇


Alrededor de la capilla actual de la aparición hay baldosas de mármol grabadas con los nombres de los principales benefactores, que contribuyeron a la construcción del nuevo Santuario. Entre estos, el que inmediatamente llama nuestra atención es el panel que lleva el nombre de "Padre Pío", don Giuseppe Callegari, quiso insertar el nombre del Padre entre los principales benefactores, para que pudiera continuar su cercanía, su oración y su apoyo a Las obras del Santuario: "Continúen desde el cielo, donde pensemos piadosamente junto con nuestro Don Orione, el buen Padre que nos guía, que nos ilumina, que oramos por nosotros, el que, al pie del Trono de la Virgen, se lleva el premio de toda una vida. El gasto en el servicio divino "

 

COLONIA NACIONAL DE VARONES RICARDO GUTIERREZ, EN MARCOS PAZ

Además de la casa de Victoria, en los primeros días de abril de 1922, Don Orione se hizo cargo de la atención espiritual de 700 muchachos que estaban alojados en la Colonia Nacional de Marcos Paz. El panorama no era nada sencillo. Se trataba de un instituto correccional de menores –el más grande del país– con niños pequeños y jóvenes hasta los 20 años, de los cuales más de 100 tenían ya causas penales. La tarea –muy desafiante, por cierto– fue encargada a los padres Contardi y Montagna y al clérigo Castagnetti.

 







80 AÑOS EN QUE LA OBRA DON ORIONE ASUME POR DECRETO 155/156 LA PARROQUIA INMACULADA




 Presentamos una breve historia de la comunidad parroquial y los inicios jurídicos y canónico de la Parroquia.
La población de Barranqueras creció alrededor del puerto, entonces llamado Juarez Celman  donde las "barranqueras" ( de ahí su nombre tradicional e histórico) acudían a lavar las ropas en las" barrancas" dei riacho, otro posible origen del nombre Barranqueras.
Una población proveniente principalmente desde la vecina Corrientes, que cruzaban el río en canoas, la mayoría cosecheros, hacheros,que al pasar por el lugar se quedaban.
También por comerciantes que se instalaron alrededor del mismo puerto, o que arribaban de los barcos que llegaban.
En esa época la zona era atendida por frailes franciscanos , que venían desde el Convento de Nuestra Señora de la Merced de Corrientes, o de la Iglesia Catedral de Resistencia.
en el año 1913, fray Lorenzo Murria solicitó permiso para construir una capilla en la zona del puerto.
En el año 1917, el párroco de la Iglesia Catedral luego de una misión predicada por Fray Antonio Villagra, se reune con un grupo de vecinos para formar una comisión Pro Capilla, comenzando así la organización de la comunidad eclesial.
el 1° de agosto de 1934, el mismo arzobispo de Santa Fe, Monseñor Nicolas Fasolino, celebró la Santa Misa y confirmó en la nueva capilla como final de una gran misión y en esa fecha bendijo la imagen de Maria Inmaculada, donada por la Sra Concepción Fazzio de Rossi.
El 4 de abril de 1937 Monseñor de Carlo bendice la piedra fundamental de lo que será la Iglesia Convento de los Frailes Menores de San Francisco de Asís.
El 30 de abril de 1937, el obispo separa Barranqueras de la Parroquia Catedral y erige en Parroquia una amplia zona donde se desarrollaban actividades evangelizadoras, fue su primer administrador parroquial Fray Gabriel Possenti, y desde el 1938 le sucede Fray Nicolás Amucháustegui, como cura párroco. 
El 24 de junio de 1937, Don Orione a bordo del buque General Artigas, ( medio de transporte de pasajeros de ese tiempo) navegando por el Paraná llega a Barranqueras, con rumbo hacia Resistencia y luego hacia Presidencia Roque Saenz Peña,. Inmediatamente la Obra asume una parroquia de esa ciudad.
El 1 de abril de 1943, la Parroquia Inmaculada Concepción,pasó a manos de la obra Don Orione, o sea que asume por decreto 155/156  del obispo diocesano y hoy está cumpliendo 80  años de permanencia como Obra Don Orione en Barranqueras, asume  como primer párroco el R.P. Juan Iwertowsky y como vicario cooperador el R,.P. Luis Favarato.

miércoles, 29 de marzo de 2023

COLEGIO BONEO Y PARROQUIA SAN JUAN EVANGELISTA / P. FERNANDO FORNEROD

En la vida del pueblo y entre los jóvenes
Por Fernando Fornerod para Revista Don Orione Nº 51
En 1935 Don Orione recibió un pedido urgente del Nuncio Apostólico: quedaba vacante una escuela con capilla del barrio Refinería de Rosario y dejaría a cientos de niños sin educación. Pero la respuesta de Don Orione y su compromiso de amor por los hijos del pueblo le hizo dar un “sí” que llega hasta nuestros días.


El paisaje en torno a lo que antiguamente era “La Refinería” hoy ha cambiado completamente. La ciudad de Rosario ha crecido y, con ella, una nueva silueta urbana se recorta asomándose a las barrancas. El territorio donde hoy se extienden grandes espacios verdes que contemplan el Paraná estaba ocupado por obreros en busca de trabajo, en medio de situaciones que no ocultaban, las más de las veces, lo innoble de nuestra condición humana.
Eran las cercanías de “La Refinería Argentina” de azúcar, que desde 1889 convocó a su alrededor una muchedumbre de obreros en busca de nuevas oportunidades. Seis años después ya se contabilizaban 29 viviendas colectivas (conventillos) con un total de 440 habitaciones, en las que convivían 1716 personas, que continuarían incrementándose a la par de la industria.
La creciente riqueza de las exportaciones era para otros y, a pesar de tanto trabajo, no hubo mejorías para los obreros de esa zona.
Los testimonios de la época sobre las condiciones de trabajo son elocuentes: “La Refinería rosarina no sólo empleaba a mujeres y niños que trabajaban las mismas agotadoras doce horas que el resto, sino que pagaba en general salarios que estaban en el mismo margen de exigüidad del que percibía el resto de la clase proletaria”.

La escuela del barrio Refinería

Cuando el primer obispo de Santa Fe –monseñor Juan Agustín Boneo– hizo su visita pastoral a Rosario, advirtió que el barrio Refinería estaba sin estructuras escolares suficientes. Por eso, sin detenerse a pensar mucho, inició la fundación de un colegio privado y gratuito que fuese accesible para todos.
Finalmente, en 1906 se concretó la construcción de la Escuela “San José” contando con la atención los hermanos lasallanos.
Pero la crisis económica mundial de 1930 tuvo efectos devastadores, sobre todo para los más pobres, y los primeros en manifestarlo fueron sus más débiles sujetos: los niños.
Ese año la Refinería decidió trasladar su planta a Tucumán, dejando a cientos de familias a la intemperie. El Estado, por su parte, dejó de cumplir sus compromisos con la enseñanza y la Escuela “San José” dejó de recibir los aportes vitales para su funcionamiento.
En 1935 la situación era insostenible para los hermanos de La Salle y decidieron dejar la Escuela. Mons. Antonio Caggiano, obispo de la flamante Diócesis de Rosario, recibió la noticia con preocupación y recurrió con urgencia al Nuncio Apostólico Felipe Cortesi para convocar a Don Orione a realizar tareas apostólicas en esas tierras.
En efecto, una añeja amistad unía al secretario de la delegación pontificia, Mons. Maurilio Silvani con el Fundador de los Hijos de la Divina Providencia. Fue por él que Don Orione había constituido la primera comunidad en Victoria (Prov. de Buenos Aires).

Llega Don Orione

A fines de ese año, Don Orione aceptó la nueva misión encomendada. En una carta del 5 de enero de 1936 confió a Don Sterpi –su delegado en Roma– la decisión: “Mire que he debido aceptar una casa en la ciudad de Rosario: no pude decir que no, ni al Nuncio ni al Obispo de Rosario; son escuelas primarias para niños pobres y una iglesia pública que pronto será parroquia”.
A pesar de su poco personal religioso, Don Orione siente que debe ayudar. Es importante destacar que uno de los objetivos fijados por el Fundador para su Pequeña Obra era la educación de los niños y jóvenes más carenciados.
Finalmente, el 27 de diciembre de 1935 pusieron toda la incipiente actividad en el barrio Refinería bajo la protección de San Juan Evangelista. Además, impusieron el nombre de ese santo a la capilla que pasó a ser la nueva sede parroquial. “Y el obispo –cuenta Don Orione en otra carta– también dio al Colegio el nombre del venerado y emprendedor Mons. Juan Agustín Boneo”.

Espíritu de pueblo y mirada de fe

Don Luis Orione fue un sacerdote que incansablemente amó a todos, especialmente a quienes se encontraban marginados y explotados por cualquier ideología. En efecto, él luchó a fin de que ninguna doctrina desplazara al hombre de su centralidad, ni menoscabara su dignidad de hijo de Dios. Su compromiso por el bien de los trabajadores despertó en él desde muy joven. Ya cuando era seminarista y trabajaba en el barrio de San Bernardino en Tortona, él afirmaba: “el único cura que toleraban era yo, porque decían que era socialista”.
No siempre esta visión fue común en los ambientes eclesiales. Pero los tiempos fueron cambiando y, con ello, debía cambiar la mentalidad de vivir la Iglesia. Consciente de estas transformaciones, Don Orione se acerca a las masas de los trabajadores, para que en Cristo ellas se conviertan en pueblo: el Pueblo de Dios.
Esta mirada preferencial por el mundo obrero despierta en Don Orione una sensibilidad especial por las barriadas. Esas que nacen silenciosamente en torno a las grandes ciudades. Gente humilde y silenciosa. A quienes, en el hecho mismo de marginarlos, se les ha quitado toda posibilidad de promoción y dignidad humana. Pero no: ellas son, en realidad, un fuerte grito por la justicia social y por la puesta en acto del destino universal de los bienes de la tierra y del trabajo. Fundamentalmente del pan y del trabajo: dones destinados a todos los hombres; sin exclusiones.
La mirada de Luis Orione, sin embargo, no es estrecha. Es profunda e integral, porque mira las barriadas con los ojos de la fe.
Con esos ojos de fe, con esa alma esperanzada, y con esos brazos dispuestos al amor servicial sin límites, Don Orione extendió la Pequeña Obra en Rosario, para que también allí se edificara a Jesucristo en la vida del pueblo y entre los jóvenes.

* Los textos fueron tomados del libro “Edifiquen a Jesucristo en la vida de los jóvenes”, de reciente publicación, y son parte de la investigación histórica llevada a cabo por el padre Fernando Fornerod, acerca de la presencia orionita en la ciudad de Rosario.



FRONTISPICIO PARROQUIA SAN JUAN EVANGELISTA, EN LA QUE SE OBSERVA EL AGUILA Y LA TESIS DE LA TEOLOGÍA DE SAN JUAN : "DIOS ES AMOR"
EFEMÉRIDES ORIONITA
(Preparada por el hno Jorge Silanes)
30 DE MARZO DE 1936
Don Orione escribe, una carta al P. Sterpi desde la ciudad de Rosario:
“Desde Rosario de Santa Fe,
30 de marzo de 1936
Querido P Sterpi.
Deo Gratias! ¡Y la paz esté siempre con nosotros!
Estoy desde hace dos días en Rosario de Santa Fe, y quiero rápidamente mandar un saludo y la santa bendición, a Usted y a nuestra querida Congregación, desde esta ciudad surgida alrededor de una venerada y pequeña estatua de la Virgen del Rosario, a cuyos pies ayer, conducido por su Excelencia Monseñor Antonio Caggiano, Obispo de aquí, he ofrecido mi corazón y este colegio, que toma el nombre de San Atanasio de la Argentina y la nueva parroquia San Juan Evangelista, que nos ha sido confiada.
Aquí tenemos todos los grados primarios hasta el 6° incluido todos (los alumnos) son externos, y la enseñanza es gratuita, ninguno paga un centavo; aún si hace poco tiempo que iniciaron las clases en el día de San José, ya hay 470 (alumnos),-y también podrán llegar a 700 y quizás a 1000 el próximo año, si tuviéramos espacio.
Anexo al Colegio esta la Capilla semi-pública, que ya funciona como parroquia,-más adelante tendremos una bonita iglesia, hay mucho terreno. Nosotros recemos y la Divina Providencia nos ayudará...”
(Scritti, 19,39)

martes, 28 de marzo de 2023

EL HIMNO DE LA CARIDAD CON LA VOZ DE DON ORIONE EN ITALIANO





Encontrándose todavía en Argentina, en Marzo de 1936, mientras visitaba Rosario (provincia de Santa Fe), Don Orione les escribe a los bienhechores y amigos de la Obra en Italia contándoles sobre la apertura del Colegio Boneo y todas las acciones que estaba llevando adelante en nuestro país, agradeciéndoles por toda la ayuda que recibía de ellos e invitándolos como siempre a "¡Hacer el bien a todos, hacer el bien siempre, el mal a nadie!"

Esa carta llamada "El himno de la caridad, el más hermoso himno que se pueda cantar sobre la tierra" fue grabada por el mismo Don Orione en un disco que posteriormente se envió a Italia para que se reproduzca por la radio y de esta manera poder llegar con su propia voz a todas aquellas personas que constantemente le brindaban su apoyo.
Queremos compartir con todos nuestros bienhechores y amigos ese audio en donde lo podemos escuchar al Santo de la Caridad pedirnos que "Sintamos, oh hermanos, el grito angustioso de tantos otros hermanos nuestros, que sufren y anhelan a Cristo; vayamos a su encuentro como buenos Samaritanos, sirvamos a la verdad y a la Iglesia, en la caridad

Compartimos el texto de la carta en español.

Buenos Aires, marzo de 1936

Don Orione a sus Benefactores y Amigos de Italia:

Aquí, estoy entre ustedes, oh queridísimos, con todo mi espíritu.

No pudiendo ir aún a agradecerles en persona por la benevolencia y caridad que continúan dando a mis pobres Institutos durante mi alejamiento, me es caro mandarles por lo menos mi voz; ella les lleva gran parte de mi corazón y la expresión de eterna gratitud.

Benefactores y Benefactoras, la caridad de ustedes me conmueve hasta las lágrimas, no pasa día en que no los recuerde. Agradecido y grato, rezaré y rezaré siempre por ustedes y por sus familias.

Sostenido por la ayuda de Dios, por la bendición del Papa y de los Obispos y por vuestro válido apoyo, yo trabajo en humildad a los pies de la Santa Iglesia para dilatar las tiendas de la caridad de Cristo, para la salvación de los hijos del pueblo y de los emigrados italianos, y para el consuelo de los infelices más abandonados.

En Rosario de Santa Fe he abierto ahora escuelas gratuitas para más de quinientos niños pobres, la mayor parte hijos de italianos. Últimamente he ido a Chile en un vuelo a más de cinco mil metros sobre los Andes, y también Santiago de Chile tendrá su Cottolengo mañana.

“Charitas Christi urget nos”. Nosotros somos siervos inútiles, mas es la caridad, es el amor de Cristo y de los hermanos que nos anima, que nos empuja y nos apremia.

* * *

¡Gloria a Dios! Hoy quisiera ser un poeta y un santo para cantar el más hermoso himno que se pueda cantar sobre la tierra: el himno de la caridad.

Y que yo, italiano y sacerdote, quiera cantar este himno, no debe parecerles extraño, hermanos, pues yo quisiera hacer resonar aquí abajo esa melodía que retumba en los cielos.

Oh, ¿Quién nos dará el himno de la humanidad redimida por Cristo, el himno de la Caridad?

Ya hubo un hombre que cantó este himno y escribió las más hermosas y altas palabras, después de haberlo actuado en su vida: San Pablo. Y él podía cantarlo bien este himno, así como lo ha cantado, pues nadie más que él lo sintió vibrar en su corazón, nadie ha sentido más que él el amor de Jesucristo y de la humanidad; y los ecos de esa divina poesía han llegado hasta nosotros, pues, a partir de Cristo, la religión se hizo inspiradora de caridad y con ella está totalmente unida, tal es así que el Cristianismo sin la caridad no sería más que una indigna hipocresía.

El Evangelio enseña que no podemos tener paz con dios, si estamos en discordia con el prójimo y San Juan Dice: No amas a Dios que no ves, si no amas al hermano que ves.

La caridad es el precepto propio de Cristo; él ha dicho: En esto se reconocerá si son mis discípulos, si se aman recíprocamente. No hay nada más caro al Señor, que la caridad hacia el prójimo y especialmente hacia las almas.

¡Almas y Almas!

¡Oh, la caridad de aquel San Francisco de Asís, que fue todo seráfico en ardor! ¡Oh, la caridad que sofocaba el corazón de San Vicente de Paul y Cottolengo, el padre de los infelices!

¡Dios es caridad y quien vive la caridad, vive a Dios!

La caridad nos edifica y unifica en Cristo, la caridad es paciente y benigna, es suave y fuerte, es humilde, iluminada y prudente, compadece los defectos de los demás, goza del bien de los otros, repone su felicidad al hacer el bien a todos, también a los enemigos, se hace toda para todos, es omnipotente y triunfadora de todas las cosas.

Un día, Jesús, llamando a los elegidos a su diestra, les dirá:

Vengan oh bendecidos por mi Padre: tenía hambre y me han dado de comer, tenía sed y me han dado de beber, estaba desnudo y me han vestido, era huérfano y me han recibido.

Maravillados ante tal alabanza, preguntarán:

Oh Señor, ¿Cuándo te hemos hecho esto?

Cristo responderá:

Todo aquello que han hecho a mis pobres y carenciados, por mi amor, me lo han hecho a mí.

Nuestro Dios es un Dios apasionado de amor, Dios nos ama más que un padre a su hijo, Cristo Dios no ha dudado en sacrificarse por amor a la humanidad.

En el más miserable de los hombres brilla la imagen de Dios. Quien le da a un pobre, le da a Dios y tendrá, de la mano de Dios, la recompensa.

* * *

Oh, que la Providencia nos mande a los hombres de la Caridad. Como un día, de las piedras, Dios ha suscitado a los hijos de Abraham, así suscite la legión y un ejército, el ejército de la caridad, que colme de amor los surcos de la tierra, y calme finalmente a la afanada humanidad.

Ya demasiado hemos odiado, ha cantado también Carducci, amemos. Somos apóstoles de caridad, sojuzguemos nuestras pasiones, alegrémonos del bien de los demás, como del bien nuestro; en el cielo será precisamente así, como nos lo expresa también Dante con su sublime poesía.

Seamos apóstoles de caridad, de amor puro, amor alto y universal, hagamos reinar la caridad con la dulzura del corazón, con el hecho de compadecernos, de ayudarnos mutuamente, dándonos la mano para caminar juntos. Sembrar con mano abierta, sobre nuestros pasos, obras de bondad y de amor, enjuguemos las lágrimas de quien llora.

Sintamos, oh hermanos, el grito angustioso de tantos otros hermanos nuestros, que sufren y anhelan a Cristo; vayamos a su encuentro como buenos Samaritanos, sirvamos a la verdad, a la Iglesia, a la Patria, en la caridad.

¡Hacer el bien a todos, hacer el bien siempre, el mal a nadie! Y como el sol inunda de su luz el universo, así sobre la nueva y grande Italia, purificada de las sectas y unida a la Iglesia, brille hermoso el sol de la gloria, en una efusión inefable de la caridad de Cristo; y, rotas las cadenas de los pueblos aún bárbaros y esclavos, vean las gentes irradiar tu frente, oh Roma, que sola no conoces la confusión de las lenguas y vivan la caridad en la cristiana y civil luz de la vida nueva.

¡Oh Amigos de Italia, arriba los corazones! Y que la bendición de Dios descienda abundante y confortante sobre ustedes, sobre nuestros soldados y sobre nuestra Patria.

¡Fiat! ¡Fiat!

Don Orione



Pueden descargar el audio completo de "El himno de la caridad...desde aquí.