SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


domingo, 31 de julio de 2022

INICIOS DE LA OBRA DON ORIONE, EN ITA CORA




1 DE AGOSTO  OBRA DON ORIONE EN PARAGUAY

Celebramos los 46 Años de presencia de la Obra Don Orione en el Paraguay

Los primeros misioneros Orioninos llegaron a Ñeembucú en 1976 y en 1988 en Mariano Roque Alonso abrieron el Pequeño Cottolengo.

Compartimos un escrito del P. Ángel Pellizari quien comenzó la Misión Orionita en Paraguay, donde relata cómo fue aquel inicio y el encuentro con Mons. Ramón Bogarín Argaña, quién había tenido particular encuentro con Don Orione.

Una historia llena de mensajes

Por P. Ángel Pellizari

MONS. RAMON BOGARIN ARGAÑA -obispo de la diócesis de San Juan Bautista de las Misiones- llegó en la tardecita del 31 de julio de 1976 a Mayor Martínez en un cochecito de color amarillo. En ese momento abría a los Hijos de Don Orione la misión en Ñeembucú, traspaso que se llevaría a cabo el día siguiente. Chiquita, la señora que tenía el lugar preparado para la cena, ofreció una buena porción de carpincho que saboreamos con gusto y alegría. Monseñor Bogarín era un hablador exquisito. Yo tuve la impresión de conocerlo desde mucho tiempo antes, impresión que se consolidó cuando esa noche salimos a caminar dando vueltas a la plaza del pueblo por un largo rato.

Ha sido un encuentro inolvidable para mí. Lo que decía el obispo en esa noche ahora lo considero como el contrato y el comienzo de su memoria. Era un momento muy deseado por él desde cuando conoció a Don Orione en 1939 el día de los funerales del papa Pio XI, cuando Bogarín celebró la misa de cuerpo presente en la basílica de San Pedro de manera no correcta porque ocupó parte del tiempo asignado a Don Orione para tal fin. Don Orione aprovechó la situación para empezar el diálogo con el joven religioso ofreciéndole otros encuentros.

Dando vueltas por la plaza, monseñor Bogarín me explicó como, siendo ya obispo auxiliar en Asunción, reunía a los jóvenes de Acción Católica. Gobernaba en ese tiempo el dictador Stroessner. Fueron tiempos muy feos para la Iglesia, tanto que el dictador llegó a alejar a Bogarín de Asunción con la aprobación del Nuncio Apostólico, creando una nueva diócesis en San Juan Bautista de las Misiones, de la que fue elegido obispo.

La nueva diócesis tenía solamente tres sacerdotes diocesanos y un regimiento militar, como para tener al obispo bajo observación. Frente a esa realidad Mons. Bogarín comenzó a buscar misioneros dando vuelta de congregación en congregación. También llamó sin resultado a la puerta de la Casa General de la Pequeña Obra de la Divina Providencia. "Pero Don Orione, en el adiós de 1939 en Génova, bendiciéndome antes de embarcarme, me había dicho que cuando llegara a ser obispo sería el primero de todos en abrirle las puertas del Paraguay a los Hijos de la Divina Providencia", recordó durante el paseo nocturno.

Siempre caminando alrededor de la plaza de Mayor Martínez, me tocó a mí explicarle que mi llegada al Paraguay fue "gracia de Dios, milagro de la Divina Providencia, misterio de profeta, de santo, programa de arriba, porque a mí nadie me dijo de venir a Paraguay, sino solamente el saber que en esta tierra hay muchos pobres", le señalé. Fue entonces que el obispo comentó que Don Orione le había dicho una tercera cosa cuando lo bendijo antes de regresar al Paraguay (las otras dos fueron que llegaría a obispo y que recibiría a su congregación): que moriría enseguida de nuestra entrada en Paraguay.

En el día de la entrega de las parroquias, el 1° de agosto de 1976, monseñor Bogarín me vistió con la estola leyendo el decreto de nombramiento como párroco en las tres parroquias de la zona. Así la congregación recibió esa porción de la diócesis de San Juan Bautista de las Misiones, que nosotros denominábamos Misión Orionina de Ñeembucú.

Después de todos los actos, paseando por unas horas, Monseñor tenía todavía ganas de hablar con su acostumbrado ardor. De lo mucho conversado entonces recuerdo que nos dijo: "El tiempo va pasando y llevo conmigo la luna, pero la claridad del día se acerca".

Monseñor Bogarín falleció el 3 de septiembre de ese año, apenas un mes después de la llegada de Don Orione a tierra paraguaya. Supe con claridad, entonces, que mi presencia allí se debía, sin dudas, a un decreto desde lo alto.

unimog, que fundación alemana, regala a la obra Don Orione, en la que  el padre Angel y el padre Luis, llevaban alimentos a los inundados, siendo este  el único medio de ayuda con que contaban los pobladores de esa zona, y los transportaban a  las lomas ( zonas  más altas)
 Campanario, de la época de los padres Angel y Luis

1° AGOSTO, CRONOLOGIA ORIONINA

 1905, 1 de agosto, martes: Inauguración en Tortona de la Imprenta San Giuseppe, ubicada en las instalaciones de la Casa Oblatizia (Convitto Paterno). [Cf. Escrito 40,30; 74.202].

1924, 1 de agosto, viernes: Inauguración de la Casa da Divina Providência, en Gávea, Río de Janeiro (Brasil), para niños huérfanos y pobres, luego convertida en Instituto de Artes e Ofícios. [Cf. ADO, carpeta "De Paoli Angelo"; PODP, julio de 1933, 13-14].

  1937, 1 de agosto, domingo: Apertura del Oratorio festivo e inicio de actividades en la iglesia de Nuestra Señora de Luján, en Tigre de Buenos Aires (Argentina). [Cf. 25.200 escrito; Dutto José, Datos biográficos del Padre José Zanocchi, Cartilla superior de los Hijos de las Divinas Provisiones de Don Orione en Argentina, Chile y Brasil, Victoria 1968, 114-115]

sábado, 30 de julio de 2022

31 JULIO, SAN IGNACIO DE LOYOLA, DON ORIONE Y LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES


Nació en 1491, vísperas del descubrimiento de América. Ignacio era el menor de 13 hermanos y creció cómodamente en el castillo de la familia, que pertenece a la poderosa familia de Loyola. Por un corto tiempo se desempeñó como cortesano y en 1517, después de la muerte de ambos padres, Huérfano a edad muy temprana, quedó al cuidado del Contador Mayor de Castilla, y más tarde del Virrey de Navarra.  La cercanía con la Casa Real y la aplicación a la carrera militar, hicieron de él un cortesano frívolo y mundano.  Fue asiduo lector de libros de caballería y soñador de grandes hazañas caballerescas en honor de la Dama de sus sueños, que era presumiblemente la hija del Rey. En la guerra de España contra los franceses, estos atacaron la fortaleza de Pamplona, donde se desempeñaba Ignacio como soldado. se alistó en el ejército. Durante el sitio de Pamplona, fue herido en la pierna por una bala de cañón, siendo herido de gravedad, estuvo al borde de la muerte e iniciada su recuperación fue larga su convalecencia, lo que le  obligó a tener un retiro forzoso en la casa nobiliaria de Loyola, donde no pudiendo encontrar libros de caballería con que entretenerse, tuvo que aplicarse a la lectura de “La Vida de Cristo” y “La Vida de los Santos”, que le llevaron a “detenerse a pensar” y a determinar su conversión. Así estuvo durante tres meses, bajo la estricta supervisión médica y someterse a operaciones dolorosas. En este período él era capaz de acercarse al cristianismo, gracias a la lectura de muchos textos religiosos de los cuales era profundamente fascinado, Estas lecturas golpearon tan íntimo del futuro santo, la curación dejó como (la pierna herida todavía será más corta que la otra), decidió convertir, creyendo que su vida tendría que cambiar drásticamente.
El sufrimiento físico sufrido por Ignacio, el miedo y la angustia experimentada durante ese tiempo fue crucial para su conversión, ya que en esa misma situación de desamparo, en el que su "cruz" fue capaz de encontrar a Dios en su vida, en la figura de Jesucristo, ¿por qué a su antojo a partir de entonces vivo de acuerdo con el ejemplo, así como los santos, Jesucristo, tratando de imitar hasta encarnar en sus vidas, con los hechos y con el corazón, convirtiéndose verdadero instrumento de la acción divina.

Restablecido de su enfermedad, y con deseos de ir a Jerusalén, pasó por el  pueblo de Manresa, donde permaneció unos once meses en plan de oración, ayunos y penitencias, a lo largo de los cuales experimentó vivencias que fueron, en parte, el núcleo fundamental de sus Ejercicios, los que a decir de Pío XI son "un código sapientísimo y completamente universal de normas para dirigir las almas por el camino de la salvación y perfección".

Años después, Ignacio llega a la Universidad de París donde realizó algunos estudios de Teología y en donde, con los Ejercicios, logró la conversión de algunos de sus compañeros, con los que posteriormente fundaría la Compañía de Jesús.
Ignacio de Loyola fue proclamado santo en 1622 por el Papa Gregorio XV, y se recuerda el 31 de julio, el Dies Natalis al cielo en el año 1556.

Todo lo aprendido en sus vivencias, lo ha querido comunicar para que a los otros les sea menos dificultoso el camino, advirtiéndoles de los asaltos de que pueden ser objeto, pero también anunciándoles las ayudas con las que pueden contar para coronar con éxito su peregrinar.  Ese es el legado, que nosotros ahora tenemos: Los Ejercicios Espirituales.

Los Ejercicios Espirituales, se inician con una precisión del “sentido de la vida”, que San Ignacio denomina Principio y Fundamento; contienen anotaciones sobre metodología de la oración y reglas de discernimiento que son la versión escrita de sus propias vivencias en el proceso de conversión.  Pero, en su esencia, los Ejercicios Espirituales son la contemplación de la Vida de Cristo que Ignacio, por razones metodológicas, divide en cuatro etapas que llama “semanas”.
Finalmente, y antes de iniciar nuestro viaje, miraremos rápidamente una herramienta que será absolutamente necesaria y soporte fundamental en nuestro viaje: La oración
, «al atardecer de la vida -como dice San Juan de la Cruz- seremos juzgados en el amor».
«Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo, etc.»
        Aprendamos a ver en nuestro prójimo a otro Cristo. Así incluso pasó, en esos casos excepcionales que se ven en la vida de los santos. 
San Gregorio Magno en San Pedro, el día del Jueves Santo, besando los pies de los doce pobres, en uno levanta la vista y ve... ¡el rostro de Cristo! 
San Camilo de Lelis le pasó lo mismo cuando daba de comer a los enfermos en el hospital. 
San Martín de Tours, cuando parte su capa para darle la mitad al pobre que tiritaba de frío y estaba en el puente;
 y a Santa Catalina de Siena, dos veces le pasó lo mismo. Jesús, de una manera misteriosa pero real, está presente en todo prójimo.
        Por eso, pidamos la gracia para crecer en sentido eclesial, de vivir siempre auténticamente la caridad de Cristo. Que, finalmente, como dice Don Orione, «sólo la caridad de cristo salvará al mundo».
. Los métodos de enseñanza. Es interesante cómo el Santo en estas Reglas para sentir con la Iglesia pone en su lugar importantísimo a los Santos Padres y cómo pone también en su lugar lo que él llama los doctores escolásticos: «alabar la doctrina positiva y escolástica; porque así como es más propio de los doctores positivos, como San Jerónimo, San Agustín, San Gregorio, etc. -los Santos Padres-, el mover los afectos para en todo amar y servir a Dios nuestro Señor, así es más propio de los escolásticos como Santo Tomás, San Buenaventura, el Maestro de las Sentencias, etc., el definir y declarar para nuestros tiempos de las cosas necesarias a la salud eterna y para más impugnar y declarar todos errores y todas falacias»7 , etc. Nosotros tenemos que actualizar todo esto. Así como es importante tomar de los Padres positivos, los Santos Padres, su doctrina, porque inflaman nuestra voluntad en el deseo de amar a Dios y así como debemos tomar a los escolásticos porque nos enseñan a definir con precisión las cuestiones más importantes, evidentemente tenemos que actualizar esto y aprender de los santos. Acá tengo la lista que siempre uso:
- de Don Orione: la atención a los enfermos y deficientes, la confianza en la Providencia;
- del Cura de Ars: cómo atender una parroquia;
- de San Ignacio: el predicar Ejercicio Espirituales;
- de San Alfonso: las misiones populares;
- de Don Bosco: la educación de los niños, de los jóvenes, el espíritu que tiene que reinar en los campamentos;
- de San José Caffaso: como confesar; de San Juan de la Cruz y Santa Teresa lo que hace a la ascética y mística;
- de San Felipe Neri: lo que hace a la alegría;
- de San Luis María Grignion de Montfort: la devoción a la Santísima Virgen.
 Esto dijo el Papa Francisco, para seguir el ejemplo de San Ignacio de Loyola:  tres simples pensamientos :  poner en el centro  a Cristo y la iglesia; cautivado por él para servir; sentir la vergüenza de nuestras limitaciones y pecados, ser humilde ante El y los hermanos.

San Ignacio de Loyola, presbítero (memoria)
                San Ignacio de Loyola contribuyó en gran medida a la renovación de la vida cristiana, especialmente en sus escritos, pero también con un gran número de discípulos. De él se nombran los llamados "ejercicios de San Ignacio". Se considera una autoridad en el campo de la educación cristiana. Don Orione lo ha citado a menudo, sobre todo cuando se trataba de la educación: "Cuando había que utilizar el rigor, está siempre con la sabiduría, la moderación y, en cambio, experimenta las familias; y, a continuación, a continuación, que está mal, si, entonces, no se puede evitar, más bien, la suspensión de clases, en primer lugar por unos días, y luego otro, y luego, en casos graves, en lugar dimisión tanto de la escuela y del hogar. Aquí hablo sólo para aquellos que asistieron, y para aquellos que conviven con nosotros. "Sed cum dimittantur Consolatione", dice San Ignacio:     
Don Orione: Sant'ignazio es también mi PADRE


Para Ignacio de Loyola, de hecho, el hombre avanza o retrocede, sin distinción, a imitación de Jesucristo, en el cual el hombre encuentra su máxima expresión.
A la edad de 33 años, a su antojo, con el fin de realizar la mayor parte de las actividades de apostolado, para profundizar su conocimiento literario y teológico de Alcalá y Salamanca y luego a París, de 1528 a 1534.
Allí conoció a sus primeros compañeros / discípulos (Pedro Faber, Francisco Javier, Diego Lainez, Alfonso Salmeron, Simão Rodrigues y Nicolás Bobadilla) que junto con él, el 15 de agosto de 1534 en la capilla de Montmartre fundadores de la Compañía de Jesús, el verdadero fruto de la conversión Sant 'Ignacio. Como parte de la Compañía de Jesús, hasta la fecha, hay 49 santos mártires incluyendo 34 y 147, así Blessed-de los cuales 139 mártires y numerosos servidores de Dios y venerable, entre las que San Francisco Javier, que evangelizó la India y Japón, y Matteo Ricci, uno de los más grandes misioneros de china.
El santo fue enviado sus "niños" en todo el mundo conocido, incluyendo los llamados "nuevos países" (África, América y Asia), para llevar la "buena noticia", la fundación de escuelas, institutos, colegios y seminarios; en 1544, a instancias del Papa, Ignacio llegó a Roma, y allí llevó a cabo
actividades de oración asidua, la celebración de la Eucaristía diaria y coordinar todas las actividades de la Sociedad.
Sabemos que Don Orione  admiraba mucho a  San Ignacio y los jesuitas, su espiritualidad y su apostolado. "S. Ignacio es también mi padre "escribió el 1 de agosto de 1905. En 1920, se confió: " debo elegir un santo como mi protector y del Instituto, y elegí a San Ignacio " ; En otra ocasión  señaló que "Mi protector especial desde los años que estuve en el seminario."
punto de encuentro especial es en el cuarto grado que Don Orione quería no sólo a "la obediencia al Papa", sino de "especial fidelidad al Papa", lo que indica una participación total de las actividades del corazón, la mente y el amor al Papa.
Pero hay muchas ejemplos y enseñanzas de San Ignacio que Don Orione recordaba  El 19 de febrero de 1940, menos de un mes antes de su muerte, Don Orione recordó: "San Ignacio de Loyola despojado de la ropa suntuosa - era español - se vistió con  las ropas de un mendigo;  siguiendo la regla que dice: 'La pobreza debe ser el sólido muro de defensa del espíritu de la Compañía de Jesús ".
DFP
En la foto: Don Orione con Don Umberto Terenzi y salida padre Stefano Ignudi de la iglesia de San Ignacio en Roma