SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


martes, 18 de julio de 2023

LA PARABOLA DEL HIJO PRÓDIGO Monseñor Andrea Gemma +

 



La parábola del “Hijo pródigo”

Ha afirmado Don Sparpaglione en el proceso de beatificación declaró:

“Don Orione para atraer a las almas a la confesión sabía usar también de los medios más originales. Era párroco de Silvano Pietra Don Enrico Semino (muerto en 1926). Don Orione junto con Mons. Malfatti, rector del santuario de la Guardia de Génova, tenía una misión en esta parroquia.

La misión llegaba a su término y no prometía una abundante cosecha espiritual. Don Orione llamó al párroco y le rogó que convocara esa noche, que era una de las últimas, a diez sacerdotes dispuestos a confesar. Don Semino, el párroco, dudaba; no por la preocupación de la hospitalidad a conceder a tantos cohermanos, sino por temor de exponerse a una desilusión. Sin embargo, mandó a los pueblos cercanos a un grupo de muchachos en bicicleta para llamar a los diez sacerdotes solicitados por Don Orione.

Cuando todos estuvieron listos, Don Orione se puso sobre los hombros una capa más bien gastada, se cubrió la cabeza con un viejo sombrero y, saliendo por la puerta de la casa del párroco, hizo su ingreso en la iglesia, mientras el sacristán tocaba las campanas.

Se sentó en un banco, comenzó un soliloquio sobre las propias miserias: “He aquí en que estado estoy... sin embargo no me faltaba nada... culpa mía que quise abandonar mi casa...” En suma recitaba la parte del hijo pródigo. La gente que se encontraba en la iglesia, curiosa al máximo, lo seguía con vivo interés. Alguno salió a dar la voz de alarma y todo el pueblo vino a llenar la iglesia.

Don Orione, cuando estuvo bien seguro que no faltaba nadie, se quitó la capa rasgada, subió al púlpito y a través de la parábola del hijo pródigo trató de modo eficacísimo el tema de la misericordia de Dios. Su prédica duró una hora y media. Los confesores tuvieron un trabajo enorme, todo el pueblo se confesó.

Don Malfatti como comentario decía: “Es difícil conmover y hacer llorar a los curas, pero esa noche también ellos lloraban”.

Para documentar este hecho, diré que le escribí a Mons. Malfatti, el cual, en una carta que conservo, me respondió: “El hecho está y es como Ud. dice en su carta y corrresponde a la verdad” (Sum. 1064. 369).