El Papa Francisco bautiza a 33 niños. "Oremos por las mamás que no pueden alimentar a sus hijos"
El Obispo de Roma comentando las lecturas bíblicas que la liturgia nos presenta, recordó la importancia de la Palabra de Dios en la vida de los creyentes. «Como un buen papá y una buena mamá, Dios quiere dar cosas buenas a sus hijos. Y ¿qué cosa es este alimento sustancioso que Dios nos da? Es su Palabra: su Palabra nos hace crecer, nos hace producir buenos frutos en la vida, como la lluvia y la nieve hacen bien a la tierra y la hacen fecunda (cfr. Is 55,10-11). Así ustedes padres, y también ustedes, padrinos y madrinas, abuelos, tíos, ayudaran a estos niños a crecer bien si darán a ellos la Palabra de Dios, el Evangelio de Jesús».
Explicando la importancia de este sacramento, el Sucesor de Pedro dijo que la Palabra de Dios hace crecer la fe, y gracias a la fe nosotros somos generados de Dios y es esto lo que sucede en el Bautismo. En esta fe sus niños son bautizados, en la fe de los padres, padrinos y madrinas. Es la fe de la Iglesia, dijo el Papa, en la cual estos pequeños reciben el bautismo. Pero mañana, con la gracia de Dios, será su propia fe, su personal “si” a Jesucristo, que nos dona el amor del Padre.
Además subrayó que el bautismo nos incorpora a la Iglesia, nos hace miembros de ella gracias a la fe que recibimos y que nos es transmitida de generación en generación. «El Bautismo nos incorpora en el cuerpo de la Iglesia, en el pueblo santo de Dios. Y en este cuerpo, en este pueblo en camino, la fe viene transmitida de generación en generación: es la fe de la Iglesia. Es la fe de María, nuestra Madre, la fe de san José, de san Pedro, de san Andrés, de san Juan, la fe de los Apóstoles y de los Mártires, que ha llegado hasta nosotros, a través del bautismo».
Antes de concluir su homilía, el Papa Francisco resaltó que en el Bautismo somos consagrados por el Espíritu Santo. Afirmó que la palabra “cristiano” significa consagrado como Jesús, en el Espíritu. «Él es el “Cristo”, los bautizados somos “cristianos”. Entonces, queridos padres, queridos padrinos y madrinas, si quieren que sus hijos se hagan verdaderos cristianos, ayúdenlos a crecer “consagrados” en el Espíritu Santo, es decir, en el calor del amor de Dios, en la luz de su Palabra». Por esto, dijo Francisco, no se olviden de invocar siempre al Espíritu Santo, todos los días e invito a hacerlo con esta sencilla oración: “Ven, Santo Espíritu, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor”. Cuando recen esta oración, recordó el Papa, sientan la presencia materna de la Virgen María. Ella nos enseña a rezar al Espíritu Santo, y a vivir según el Espíritu, como Jesús.