SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


miércoles, 28 de junio de 2023

PHMC, UN POCO DE HISTORIA , EN UN ANIVERSARIO MAS DE SU FUNDACIÓN .




Las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad fueron fundadas por Don Orione el 29 de junio de 1915, y tienen por fin específico el ejercicio de la caridad hacia el prójimo. Consagran sus vidas para llevar a Cristo y la Iglesia a los pequeños hijos del pueblo, y a los pobres más necesitados y abandonados mediante la enseñanza de la doctrina católica y la práctica de las obras de misericordia

UN POCO DE HISTORIA...

Recuerda un sacerdote de la Obra:  "Don Orione vino una mañana al  Postulantado  y me dio dos  llaves diciéndome que las pusiera en las manos de la estatua de la Virgen que estaba sobre la chimenea de la capilla del  Postulantado. Hice cuanto me había dicho. Hacia el mes de junio o julio del mismo año, me mandó  llamar  nuevamente  y  me  dijo  que  fuera  a  buscar  aquellas  llaves  que  por  orden  suya  había colgado de las manos de la Virgen y con grupo de probándonos, provistos de escobas y de alguna pala, me llegase  hasta  él.  Reuní  los  jóvenes  y  fuimos  donde  él  estaba  con  los  útiles  de  limpieza.  Apenas  nos presentamos, Don Orione tomó el sombrero y nos dijo que lo siguiéramos. Llegados a San Bernardino, me ordenó que abriera con las llaves que había retirado de las manos de la Virgen, la puerta de la sede de los socialistas, en la misma casa que en el año 1893 -1894, había sido sede del primer Instituto de la Pequeña  Obra.  En  las  paredes  había  inscripciones  y  carteles  rotos  con  "Viva  Carlos  Marx",  "Viva  el socialismo"...  Comenzando por el piso superior hemos hecho limpieza como nos fue posible. Don Orione daba órdenes y caminaba por las piezas. Hemos arrancado los carteles y rasqueteado las paredes de la mejor  manera,  para  sacar  esas  feas  figuras.  Cuando  terminamos,  entregué  las  llaves  a  Don  Orione  y regresamos a casa".

Don Orione siente que ha sonado la hora de Dios, agradece a la Divina Providencia y da comienzo a la  Congregación de las  "Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad.

Recuerda  Josefina Valdettaro: "Llegué a Tortona la noche del 28 de junio de 1915. Me dirigí al Paterno, donde  Don  Sterpi  me  hizo  servir  un  poco  de  cena,  en  el  locutorio.  Luego  me  dijo  que  me  haría acompañar  hasta  San  Bernardino,  mientras  él  se  adelantó para  encontrarse  allí  y  recibirme.  Cuando llegué encontré dos chicos y un clérigo barriendo. La casa estaba recién pintada y completamente vacía.

Faltaban  puertas  y  ventanas.  Estaban  colocando  el  altar  y  la  estatua  del  Sagrado  Corazón  que  se encuentra actualmente; había además, una estatua de la Inmaculada sobre la ventana y una imagen de San  José  fijada  al  muro  con  un  alfiler.  Don  Sterpi  me  hizo  visitar  la  casa.  En  el  primer  piso  había  un dormitorio con la cama, una silla y mesita de luz, porta palangana y palangana, preparadas para mí; se había hecho prestar todo del Instituto San José de las Hermanas Salesianas. En la pieza contigua había  algunos platos y fuentes. En casa se encontraban ya, Catalina Volpini y su hermano Miguel..."

Al día siguiente, 29 de junio, fiesta de San Pedro, Don Sterpi fue a bendecir la casa y celebró la Santa Misa, aplicándola por las benditas almas más abandonadas y más devotas del Sagrado Corazón y de la Virgen. Luego dirigió palabras de aliento a las presentes: Marquesa Josefina Valdettaro, Catalina Volpini y  su  hermano  Miguel  Volpini,  al  finalizar  bendijo  la  casa  con  unas  ramitas  verdes,  porque  no  había asperges.  Regresando  al  Paterno  mandó  un  muchacho  con  un  poco  de  provisiones.  Por  la  tarde,  Don Sterpi volvió nuevamente, para la Bendición Eucarística y para combinar la partida hacia Ameno. Desde aquel día se comenzó a recitar los quince misterios del Rosario y las Letanías de los Santos.

Así,  simplemente,  en  la  oración  y  en  la  pobreza,  nacía  la  Congregación  de  las  Pequeñas

Hermanas  Misioneras  de  la   Caridad,  fundadas  por  Don  Orione

 Comenzaba,  y  esto  parece providencial para un Instituto que debía ser todo papalino, el 29 de junio, festividad de San Pedro, fiesta del Papa.

Por ello, el día 29 de junio de 1917, fiesta de los santos Pedro y Pablo, y segundo aniversario de nuestra fundación, consagra a nuestro Instituto y a las Hermanas, al Sagrado Corazón de Jesús.

Veo tan bello y santo que ustedes, buenas Hijas, junto con vuestro naciente Instituto, se consagren al Corazón de Jesús. Más se espera y más difícil será hacerlo; ya no estarán todas aquí reunidas, y aquéllas que el señor llamase a otro lugar, saliendo de aquí estarán defendidas por el Sagrado Corazón porque ya se habrán consagrado a Él. (…)”.

El 29 de junio de 1917, gran día de la consagración, Don Orione subrayaba y desarrollaba aún más los conceptos arriba citados.

“Henos aquí en la hermosa fiesta de San Pedro, el apóstol de la fe ardiente, del amor de Dios. (…) Hoy es día de gran fiesta para nuestras casas, pero ustedes, además de la fiesta de San Pedro y de la Inmaculada, deben festejar especialmente ésta del Sagrado Corazón de Jesús, pues ella recordará el acto solemne de consagración, que hoy hacemos.

Que esta consagración no se cumpla solamente por ustedes que están presentes, sino que se extienda también a las ausentes, a las que ya regresaron a su pueblo, a las que estuvieron entre ustedes y han muerto, y a todas las que vendrán. A este acto asociamos todas las almas que espiritualmente pertenecen, pertenecieron y pertenecerán a vuestro pequeño Instituto.

Consagren todo al Sagrado Corazón de Jesús: mente, corazón, alma, toda vuestra vida, cuanto tienen de más querido, y también vuestros gustos, dolores y pecados

Conságrenle esta pequeña casa y cuanto le pertenece y por fin vuestros "stracci", todo, todo, todo a Jesús… No se asusten... Todo es nada... Lo único que vale es estar unidos al Señor, ser suyas, todas suyas... Solamente una cosa debemos temer: separarnos de Él...”

         



SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO

En el día de San Pedro y San Pablo .Don Orione  festejando el jubileo en el año 1933.
  San Luis Orione decía: "La finalidad principal de nuestra Congregación es vivir del amor al Papa y difundir, especialmente entre los pequeños, los humildes y el pueblo, el más dulce amor al Papa, y la obediencia plena y filial a su palabra y sus deseos. Sobre nuestras frentes tenemos que llevar escrito con orgullo el nombre del Papa; sobre nuestros corazones tiene que estar grabado el nombre bendito del Papa; nuestra vida tiene que estar consagrada al Papa y a la Iglesia Santa de Jesucristo"
Cada 29 de junio, en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, apóstoles, recordamos a estos grandes testigos de Jesucristo y a la vez ,hacemos una solemne confesión de fe en la Iglesia una,   santa, católica y apostólica .Ante todo es una fiesta de la catolicidad en su unidad a través de la fe.

Pedro, el amigo frágil y apasionado de Jesús ,es el hombre elegido por Cristo para ser “la roca” de la Iglesia: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”(Mt 16,16).Aceptó con humildad su misión hasta el final, hasta su muerte como mártir.

Pablo, el perseguidor de Cristianos que se convirtió en Apóstol de los gentiles, es un modelo de ardoroso evangelizador para todos los católicos porque después de encontrarse con Jesús en su camino, se entregó sin reservas a la causa del Evangelio

"Desde el río Paraná, 29 de junio de 1937. En viaje a Rosario de Santa Fe.

Es la fiesta del apóstol San Pedro, fiesta del Papa. Desde ayer a la una de la mañana estoy navegando por el Paraná, a eso de las seis de la tarde espero llegar a Rosario, donde permaneceré esta noche y parte del día de mañana. Veré a Mons. Caggiano; veré a los nuestros, hablaré con cada uno y con todos, los saludaré in Domino también en nombre de los que dejé en el Chaco e Itatí; luego una escapada a Bs. As. y adelante, para la última visita a las otras casas. Estoy bien y ayer pude descansar: por el Paraná se viaja bien, si hay buen tiempo.

En todas partes hoy se ora por el Papa, se enaltece al Papa, se mira con inmenso amor a Roma y al Papa, "dulce Cristo en la tierra". Y yo en medio del río Paraná pienso en los hermanos e hijos que dejé ayer en medio de la noche en los extremos confines de la Argentina, frente al Paraguay; en los que están en el Chaco, en los que veré esta noche en Rosario, en los que están en la Pampa, en Mar del Plata, y en otros puntos de esta república; en los del Uruguay y el Brasil; en los de Albania, Rodas, Inglaterra, Polonia; y en Uds. que están en Italia. Hoy, todos unidos conmigo, distantes pero no divididos, desperdigados pero todos unidos en la fe común y el mismo amor de hijos fieles, hoy nos consolamos mutuamente, rezamos todos juntos por el Papa, celebramos y honramos a Jesús y al Apóstol Pedro en nuestro Papa Pío XI.”

EL PAPA, MI AMOR MAS DULCE Y MAS GRANDE
..."Mírame, Señor, a mí y a mis hermanos según la grandeza de tu bondad y la multitud de tus misericordias... Protege y conserva el ánimo de tu mínimo siervo en medio de tantos peligros de la vida caduca; y, con la ayuda de tu gracia, guíalo por el camino de la paz a la patria de la luz perpetua. Así sea" (Imit. Chr. 1. 3, 59).
En este suspiro de toda alma y en la divina armonía de nuestras almas, que es la mutua y fraterna caridad, les ruego, hijos y hermanos míos, que me perdonen por amor a Dios mi gran ignorancia y negligencia y todas mis faltas contra ustedes y los malos ejemplos que les he dado, todo sufrimiento y toda amargura que pueda haberles causado, no sólo durante este año que está por terminar sino durante toda mi vida; les pido humildemente perdón como lo haría si estuviese cerca de la muerte.
Y ahora los abrazo espiritualmente "in osculo sancto" a todos y cada uno, y los animo a la práctica de la virtud, hijos míos, que son mi alma: Y los exhorto a tener siempre grandísima confianza en la Divina Providencia, y a amarse, hijos míos, a amarse unos a otros, y amar mucho a las Almas, las Almas!, buscando especialmente a los humildes y pequeños abandonados.
Este es el deseo ardiente de mi alma; pero, primero, mi amor más dulce y mayor es el Papa, o sea Cristo: el Papa, para mí y para ustedes, es el mismo Jesucristo: "el dulce Cristo en la tierra", decía Catalina de Siena. Amar al Papa es amar a Jesucristo. De ahí que tenemos que considerar como una gracia muy particular el desgastar, consumar y dar la vida humildemente y fidelísimamente, a los pies de la Iglesia y por la Santa Iglesia, por los Obispos y por el Papa.
Y así, los Hijos de la Divina Providencia, con la ayuda de Dios, crean, esperen, luchen, sufran y amen: fieles a la acción interior y misteriosa del Espíritu y de aquella eterna Verdad que nos hace libres; guiados por el magisterio auténtico, viviente y único infalible de la Iglesia, una, santa, católica, apostólica y romana; en un espíritu de amor, de comunión suave, sagrada, fraterna!
"Ceñidos los lomos" y teniendo en la mano las "lámparas encendidas": con la mirada y los corazones hacia arriba, a la Virgen celestial, caminen confiados por el camino recto del Señor: y crecerán en todo, hasta llegar a Aquél que es nuestra Cabeza, o sea, Jesucristo. - Por la Iglesia y por el Papa subamos hasta Cristo!
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En Lettere di Don Orione, I, pp. 458 ss. Encontramos en esta carta de Navidad de 1922 los temas preferidos de Don Orione: el Papa y la Iglesia.
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Jesús. Papa. Almas. María. Cuatro palabras que son un todo un programa. Don Orione las escribía al inicio de sus cartas, documentos y de sus escritos programáticos fundamentales. Son un resumen de las notas características de su espiritualidad. Las relaciones que se establecen entre ellas, hacen que la espiritualidad, centrada en Jesús y María, sea la única fuerza de la praxis orionita.
A su vez, la relación Papa-pobres, marca el estilo y horizonte de toda acción y pasión pastoral. En particular, último binomio, hace que todo cristiano, discípulo del Señor como María, cifre el seguimiento de su Maestro en la búsqueda y en el servicio de todo hombre “desamparado” de la Providencia del Padre. Los “desamparados” son hoy, como dice nuestro Papa Francisco,  los “descartados”. Es decir, todas las personas que sufren algún tipo de exclusión de comunidad humana; en cualquiera de sus formas. Hoy ellos forman pueblos enteros. A esa frontera, y más allá aun, la Iglesia es llamada a vivir el amor como realidad de una nueva condición: ser casa, comunión, en una palabra: comunidad.
A lo largo de su vida, Luis Orione buscó y trabajó para asegurar la libertad de la persona y de la misión del Santo Padre. Evidentemente esta experiencia influyó en la centralidad que esta figura tiene en el carisma orionita. No menos, lo hizo también su experiencia de la caridad hacia los pobres: los sirvió siendo él mismo pobre. Ambas realidades, lo llevaron a comprender que el Papa, necesita la libertad suficiente para manifestar el amor de Jesús por cada hombre y por todos los pueblos.
El Resucitado llama a Pedro a seguirlo, asumiendo también la entrega de la Cruz, (Jn 21,22). Don Orione también quiere asociarse a este seguimiento petrino haciéndose un instrumento de la Iglesia. Para que el hombre “desamparado” y los pueblos que marchan “como ovejas sin pastor”, sientan que Cristo los ama, en el servicio sin límites de Pedro “dulce Cristo en la tierra”.
Por ello, para Don Orione, la Iglesia es depositaria, no de una esperanza utópica y alienante: ella es portadora de la respuesta que en Cristo ilumina el sentido de la historia. En una palabra, los pobres, los desamparados, los pueblos descartados, encontrarán en la Iglesia, de la que Pedro es el primer servidor, la experiencia de ese amor que libera y salva.

Fidelidad al papa y caridad

Nuevamente Juan hacia el final de su Evangelio manifiesta en un modo estupendo la vocación a la que Pedro ha sido llamado por Cristo. Entendemos el ministerio del Papa como un confirmar y conservar la fe de la Iglesia, y de entregarla pura e íntegra a las futuras generaciones. Sin embargo, en la escena evangélica, esto se afirma con un cierto matiz: para Juan el amor a Cristo expresa la más alta y profunda madurez de la fe en él. «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». (Jn 21,15). Pedro es llamado a testimoniar un amor especial por la Iglesia: el amor de Jesús por ella.
La antigua polémica de la exaltación de la autoridad del Papa, confundida con la defensa de la libertad de la Iglesia, y de una visión universalista de la sociedad, se resuelve en el modelo de una Iglesia centrada en la comunión. El Papa para Don Orione, es el primer testigo de la diaconía de la caridad. Y en él, la Iglesia entera está llamada a seguir esta experiencia: ella atraviesa todas las realidades ministeriales del Pueblo de Dios. Marca la dirección, el sentido y la fuerza con la que deben ser vividas.
Luis Orione para su familia quiso dos votos para sus religiosos y religiosas: el de fidelidad al Papa y el de caridad. Ambos expresan el completo espíritu de su carisma, y manifiestan de modo admirable los aspectos esenciales del misterio de la Iglesia.
Papa Francisco, al presentarse por primera vez a la multitud en Plaza San Pedro, lo hizo usando la expresión de Ignacio de Antioquía: soy el obispo de la Iglesia de Roma; la que preside en la caridad.
Hoy como ayer, los que formamos parte de esta Familia Orionita, sentimos renovada nuestra vocación y misión: amar a todos, para ser Iglesia, con un amor verdadero y grande: el de Jesús. ○
P. Fernando Fornerod Revista Don Orione N 57, marzo 2013

PHMC, LLEGADA DE LAS PRIMERAS HERMANAS DE DON ORIONE A LA ARGENTINA

A finales de 1930, partieron desde el puerto de Génova las primeras seis misioneras que tenían como destino final Sudamérica. Ellas eran: Sor María Bienvenida, Sor María Misericordia, Sor María Paz Crucis, Sor María Concepción, Sor María Fe y Sor María Lucía. Las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad debían alargar sus tiendas y cruzar los mares para llevar la luz del Evangelio.
A pesar de las dificultades y diferencias culturales, la Divina Providencia guió a nuestras primeras hermanas para plantar las semillas de la caridad orionita. Más tarde, Don Orione diría de ellas: "Vuestra mínima Institución fue fundada en el Corazón de Jesús, porque de allí ha venido la caridad sobre la tierra, y de allí deben extraerla para ustedes y para los demás".
"Que cada abandonado encuentre en ustedes una Hermana en Jesucristo y una madre; y mientras sanan los dolores del cuerpo, den a las almas la luz y el consuelo de Dios. Vayan a sembrar la Caridad de Jesucristo con las palabras y las obras"


 PRIMERA CASA DE LAS PHMC, EN FLORESTA



El 29 de junio de 1931 tuvo lugar  la  apertura de  la primera casa de las  PHMC en el barrio  de Floresta: Eugenio Garzón  3975, Capital. Casa sencilla y pobre, donada por el Sr. Juan Campos y Señora. Contaba con tres habitaciones, cocina,  un  pequeño  comedor,  jardín  y  garage  que  fue  convertido  en  capilla,  con  un  simple  altar  de madera.    Con  una  emotiva  ceremonia,  el  Superior  Provincial  de  la  Pequeña  Obra  de  la  Divina  Providencia,  Padre  José  Zanocchi,  celebró  la  Santa  Misa  y  bendijo  las  instalaciones.  La  casa  se  puso  bajo la advocación de Santa María Madre de Dios y de  San Joaquín y Santa Ana. La primera comunidad  estuvo formada por:Sor María Fe, Superiora, Sor María Bernardina y Sor María Natalia.

FDP IV VOTO DE FIDELIDAD AL PAPA


                                                                  




 Hoy es un día especial para la congregación orionita por el IVº voto de fidelidad al Papa.

En este contexto de amor al Papa, Don Orione concibió y divulgó la Fiesta del Papa que es incluso la fiesta de nuestra Congregación. La quiso casi como símbolo alegre de nuestro carisma, un modo para hacer que la gente ligada a nuestras obras fuera dirigida al Papa y al sentido de Iglesia. Para decir el sentido y la importancia de esta fiesta dejo la palabra a Don Orione.

"La fiesta de S. Pedro es la fiesta del Papa y, por esto, ascendió a fiesta de los católicos. Ella es precisamente nuestra Fiesta Patronal, Hijos de la Divina Providencia. Es la fiesta de la Congregación, que tiene por fin propio el consagrar todos sus afectos y sus fuerzas a unir, con un vínculo dulce y estrecho de toda la mente y el corazón, el pueblo cristiano de las clases más humildes y los hijos del pueblo al Beato Pedro y a su Sucesor el Papa. Queremos con la ayuda divina, devolver Cristo al pueblo y el pueblo al Vicario de Cristo. Nosotros, pues, mis queridos hijos, en nuestras Casas e iglesias tenemos que siempre rogar para el Papa, hablar del Papa, inocular amor y obediencia al Papa y celebrar, con el más grande fervor de piedad, con el más grande impulso de amor filial, la fiesta del Papa. Ella tiene que ser para nosotros y para todos, de año en año, una renovada oleada de entusiasmo en el apego a la Fe de Pedro. Promover la fiesta del Papa, es promover y difundir el amor al Papa: es adherir a su doctrina, a sus deseos: es reconocer en el Papa la primacía de Pedro y sus sucesores: es venerar en el Papa al Padre de la Fe y las almas, el Pastor Supremo, el Pontífice Máximo, el Caudillo del ejército de Cristo: es celebrar y glorificar al Papa cual Cristo visible y publico sobre la tierra".[6]  

UNA ANÉCDOTA FINAL
A los pies del Papa

El retorno de Don Orione desde Messina (marzo de 1912), luego de estar allí más de tres años ayudando por causa del terremoto, suscitó una gran alegría entre los suyos.
Apenas liberado de las tareas más importantes, se retiró a sus ejercicios espirituales con los redentoristas de San Andrés Jonio, por diez días; luego descansó en el santuario de la Cadena: "Me quedaré aquí hasta el 19 de marzo a la tarde porque deseo, en la fiesta de San José, hacer a los pies de la Santísima Virgen de la Cadena, los santos votos perpetuos de la Congregación, esperando que la Virgen Santísima y San José, sin considerar mis deméritos, quieran encadenar mi corazón para siempre al Señor y a la Santa Iglesia, para que no pueda pecar nunca más, sino vivir sólo del amor de Dios y del prójimo.
El texto de esta profesión perpetua, que tenemos en un borrador concluye así: "Prometo y juro –concluye el acto de profesión– y hago voto de defender al Santo Padre, el Papa, ahora el Santo Padre Pío X, y a todos sus legítimos sucesores, y de obedecerle en todo y siempre con todas mis fuerzas y con la efusión de la sangre y con el sacrificio de toda mi vida, puesto que esta pequeña Congregación es en su totalidad obra de la Santa Iglesia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, que es la Romana, y del Vicario en la tierra de Nuestro Señor Jesucristo, que es el Santo Padre, e Papa de Roma, hoy Pío X".
El 19 de abril de 1912, Don Orione fue recibido en audiencia por el mismo Papa Pío X. Hablaron de los progresos de la misión orionita en la "Patagonia" romana (al sur de Roma), y frente a la benevolencia del Papa, Don Orione se atrevió: era un deseo que guardaba celosamente, pero casi demasiado hermoso para ser realizable... Se trataba de pedir una "gracia grandísima" al Santo Padre, quien respondió sonriendo:
"Veamos un poco cuál es esa gracia grandísima" – le dijo Pío X. Su deseo era: hacer los votos religiosos perpetuos ante la presencia del Vicario de Cristo, el Papa.
El Santo Padre aceptó. Al término de la audiencia, Don Orione preguntó cuándo debía volver para los votos: "Pues, ahora mismo", respondió el Papa...
"Dios mío, ¡qué momento!". Don Orione se inclinó temblando: "Pero en aquel instante tan solemne, tan santo, recordé que eran necesarios dos testigos, según las normas canónicas, y los testigos faltaban, porque la audiencia era privada. Entonces levanté los ojos al Papa y me atreví a decirle: "Santo Padre, harían falta dos testigos, a menos que Vuestra Santidad se dignase dispensarlo".
Y el Papa, mirándome con una sonrisa celestial en los labios, me respondió:
- "Los testigos serán mi ángel de la guarda y el tuyo".
Así fue cómo, con dos ángeles por testigos, a los pies del Santo Padre, "del mismo modo que a los pies de Nuestro Señor Jesucristo" Don Orione emitió sus votos perpetuos.