SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


miércoles, 28 de junio de 2023

CARTA A LA VIRGEN MARIA DE SAN LUIS ORIONE, 29 JUNIO 1937



Carta a la Virgen María, de san Luis Orione

Esta carta fue escrita poca antes de dejar Itatí (Argentina), el 29 de junio de 1937, a tres años de su muerte ¡Ave María, llena de gracia, intercede por nosotros! Tú has querido servirte de nosotros, miserables, llamándonos misericordiosamente al altísimo privilegio de servir a Cristo en los pobres; has querido que fuéramos servidores, hermanos y padres de los pobres, viviendo de gran fe y totalmente abandonados en la Divina Providencia.
Nos has dado hambre y sed de almas, ardentísima caridad: ¡almas, almas!
¿Qué hubiéramos podido hacer nosotros sin Ti? ¿Qué podríamos hacer si Tú no estuvieras con nosotros? Por lo tanto, ¿a quién iremos, si no es a Ti?
¿No eres Tú la meridiana luz de la caridad? ¿No eres la fuente viva de aceite y de bálsamo? ¿No es en Ti, bendita entre todas las mujeres, donde Dios ha reunido toda la potencia, la bondad y la misericordia? Sí: “En Ti la misericordia, en Ti la piedad, en Ti la magnificencia; en Ti se reúne todo lo que hay de bondad en la criatura”. ¡Sí, sí, santa Virgen mía! Tú lo tienes todo y “Tú puedes todo lo que Tú quieres”.
Por lo tanto, desciende y ven a nosotros; corre, oh Madre, porque el tiempo es breve. Ven e infúndenos una profunda vena de vida interior y de espiritualidad. Haz que nuestro corazón arda de amor a Cristo y a Ti
Haz que veamos y sirvamos a tu divino Hijo en los hombres; que con humildad, en el silencio y con anhelo incesante conformemos nuestra vida a la vida de Cristo; que lo sirvamos con santa alegría y con gozo espiritual vivamos nuestra parte de la herencia del Señor en el misterio de la Cruz. ¡Vivir, palpitar, morir a los pies de la Cruz o en la Cruz con Cristo!
Da a tus hijos, Beatísima Madre, amor, amor; ese amor que no es terreno, que es fuego de caridad y locura de la cruz.
Amor y veneración al “dulce Cristo en la tierra”; amor y devoción a los Obispos y a la Iglesia; amor a la Patria, así como Dios lo quiere; amor purísimo a los niños, a los huérfanos y a los abandonados; amor al prójimo, particularmente a los hermanos más pobres y que más sufren; amor a los rechazados, a los que son considerados como restos, desechos de la sociedad; amor a los trabajadores más humildes, a los enfermos, a los inhábiles, a los abandonados, a los infelices, a los olvidados; amor y compasión por todos: los más alejados, los más culpables, los más adversos, todos; y amor infinito a Cristo.
Danos, María, un ánimo grande, un corazón grande y magnánimo, que llegue a todos los dolores y a todas las lágrimas. Haz que seamos verdaderamente como nos quieres: los padres de los pobres.
Que toda nuestra vida esté consagrada a dar a Cristo al pueblo y el pueblo a la Iglesia de Cristo; que ésta arde y resplandezca de Cristo y que se consuma en Cristo, en una luminosa evangelización de los pobres. Que nuestra vida y nuestra muerte sean un cántico dulcísimo de caridad y un holocausto al Señor.

¡Y después… después, el santo Paraíso! Cerca tuyo, María, siempre con Jesús, siempre contigo, sentados a tus pies, ¡oh Madre nuestra, en el Paraíso, en el Paraíso!
Fe y valor: ¡Ave María y adelante! Nuestra celestial Madre nos espera y nos quiere en el Paraíso. Y será pronto.

¡Sean todos benditos, mis amados hijos! Y rueguen por vuestro afectuosísimo en Jesucristo y en la Santa Virgen.

Sac. J. Luis Orione

de la Divina Providencia

 


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