SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


viernes, 29 de abril de 2022

DEDICACIÓN DEL TEMPLO Y CONSAGRACIÓN DEL ALTAR DE LA PARROQUIA SANTUARIO INMACULADA CONCEPCIÓN

Barranqueras vivirá este 30 de abril la Dedicación del Templo y Consagración del Altar del Santuario de la Parroquia Inmaculada Concepción en el Aniversario N°85 de su creación.

Bajo el lema: “Felices los que habitan en tu Casa y te alaban sin cesar” Salmo 84, 5, el Santuario de la  Parroquia Inmaculada Concepción festeja su creación con la Dedicación del Templo y Consagración del Altar,  con una Solemne Misa presidida por Monseñor Ramón Alfredo Dus, Arzobispo de Resistencia, este sábado 30 de abril a las 20 horas,





 

  • ¿Qué se vivirá ese día?, ¿Por qué es tan importante para la comunidad?

Nuestro Arzobispo Ramón Alfredo Dus “dedicará” el Templo de nuestro Santuario y “consagrará” el Altar. Este evento ocurre una sola vez en la vida de una Comunidad y la fecha coincide con el 85º aniversario de la creación de nuestra Parroquia.

  • ¿Qué es la dedicación de una Iglesia?

Es la ceremonia con la que se consagra para siempre una Iglesia en honor a Dios, a su Hijo Jesucristo, y a la Santísima Virgen María. Cuando un templo es consagrado, queda destinado de manera exclusiva y permanente para la celebración del culto Divino.

  • ¿Qué nos dice la Sagrada Escritura?

“Felices los que habitan en tu Casa y te alaban sin cesar” (Salmo 84, 5). La “Casa” del Señor es el Santuario, el templo donde los cristianos nos reunimos como hermanos para compartir nuestra fe, alimentarnos con la Palabra de Dios, celebrar la Eucaristía y los demás Sacramentos.

¿Qué Signos Litúrgicos importantes vamos a presenciar ese día?

  • Reliquias de los Santos

Dentro del nuevo altar se colocan reliquias de algunos Santos, porque ellos están especialmente unidos a Cristo e interceden por todos los fieles. Serán introducidas reliquias de San Luis Orione, San Juan Bosco, Santa María Dominga Mazzarello y Santa Josefina Bakhita.

  • Plegaria del Obispo

En nombre de toda la Comunidad, nuestro Arzobispo elevará una solemne plegaria pidiendo a Dios la gracia de que el Santuario sea siempre un lugar dedicado a la oración y a la celebración de los Sacramentos que nutren al Pueblo de Dios en su camino de fe.

  • Unción del Altar y las paredes

Se derrama Santo Crisma sobre la superficie del nuevo altar y se ungen con ese mismo óleo las 4 cruces de las columnas del Santuario. Con ello se indica que el templo está dedicado de manera exclusiva y perpetua a la Celebración Eucarística y demás acciones litúrgicas.

  • Iluminación del Santuario

Se encienden los cirios y las luces del templo, porque la luz de Cristo resucitado resplandece de manera especial en la Iglesia y en la vida de todos los bautizados, llamados a iluminar el mundo con el testimonio de su fe

En que consiste la dedicación del Templo y Altar del Santuario

El rito de la Dedicación de Iglesias y de Altares es una de las más solemnes acciones litúrgicas. El lugar donde la comunidad cristiana se reúne para escuchar la Palabra de Dios, rezar y, principalmente, para celebrar los sagrados misterios, y donde se reserva el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, es imagen peculiar del templo espiritual edificado con piedras vivas.

La Dedicación de la Iglesia es un día de fiesta, que no puede pasar desapercibido, sino que debe marcar un hito importante en la vida eclesial. El rito sigue los pasos de los tres sacramentos de la iniciación cristiana, reforzando el simbolismo de la iglesia como representación de la comunidad y de cada uno de los fieles, templo del Espíritu Santo, que se reúnen en ella:

  • La aspersión en recuerdo del Bautismo.

La aspersión: en clara analogía con el Bautismo en virtud del cual somos hijos de Dios, el altar y la iglesia son rociados con agua bendita. Mediante el canto de las letanías, la oración se dirige a Dios Padre y se pide intercesión de la Virgen María y de todos los santos. Se dice también una peculiar y solemne oración de dedicación, en la que se expresa la voluntad de dedicar para siempre la iglesia al Señor y se pide su bendición. Con esta oración comienza propiamente el rito de la dedicación. Símbolo de Cristo

  • La unción del altar y de los muros de la iglesia, por la Confirmación.

Los ritos de la unción, incensación, revestimiento e iluminación del altar expresan con signos visibles algo de aquella invisible obra que realiza Dios por medio de la Iglesia, que celebra los sagrados misterios, sobre todo el de la Eucaristía. Por la unción del Crisma, el altar se convierte en símbolo de Cristo, que es y se llama por excelencia el “Ungido”, que ofreció en el altar de su cuerpo el sacrificio de su vida para la salvación de todos los hombres. Los muros, símbolo de los fieles como “piedras vivas”, son ungidos con el Santo Crisma, significando que se dedica la iglesia plena y perpetuamente para el culto cristiano. Se hacen doce unciones, según la tradición litúrgica, con las que se significa que la iglesia es una imagen de la santa ciudad de Jerusalén, cimentada sobre las columnas de los Apóstoles del Cordero. (Apoc. 21,14).

  • La cremación del incienso sobre el altar, revestimiento e iluminación de éste, por la Eucaristía.

Se quema incienso sobre el altar para significar que el sacrificio de Cristo, que se perpetúa allí sacramentalmente, sube a Dios como suave perfume y también para expresar que las oraciones de las fieles, propiciatorias y agradecidas, llegan hasta el trono de Dios (Apoc. 8, 3-4). La incensación de la nave de la iglesia significa que por la dedicación se convierte en casa de oración; pero se inciensa primero al pueblo de Dios, que él es el templo vivo en el que cada uno de los fieles es un altar espiritual.

El revestimiento del altar

El revestimiento del altar con manteles blancos y su iluminación con cirios indica que el altar cristiano es para del sacrificio eucarístico y al mismo tiempo la mesa del Señor, alrededor de la cual los sacerdotes y los fieles celebran la Eucaristía, el memorial de la muerte y resurrección de Cristo y comen la Cena del Señor. Por eso el altar, como mesa del Banquete sacrificial, se viste y se adorna festivamente.

La iluminación del altar

La iluminación del altar, seguida de la iluminación de la iglesia, recuerda que Dios es “la luz para iluminar a las naciones” (Lc. 2,32), con cuya claridad resplandece la iglesia y por ella toda la familia humana.

RELIQUIAS DE LOS SANTOS QUE ESTARÁN EN LA DEDICACIÓN Y CONSAGRACIÓN DEL ALTAR DE LA PARROQUIA SANTUARIO INMACULADA DE BARRANQUERAS

 

 

 


SANTA JOSEFINA BAKHITA

Religiosa sudanesa nacionalizada italiana.

Nació alrededor del año 1869 en la región sudanesa occidental de Darfur; pertenecía al prestigioso pueblo Daju. Su bien respetado y próspero padre era hermano del jefe del pueblo. Estaba rodeada por una familia cariñosa de tres hermanos y tres hermanas.

Entre los siete y nueve años, fue secuestrada por los comerciantes árabes de esclavos, y cruelmente obligada a caminar descalza unos 960 kilómetros (600 millas) hasta El Obeid. Fue vendida y comprada dos veces antes de llegar allí. En el transcurso de doce años (1877-1889) fue revendida nuevamente tres veces más. Se dice que el trauma de su secuestro le hizo olvidar su propio nombre, adoptado el que le impusieran sus captores: "Bakhita", que en árabe significa "afortunada" y que le habían puesto a modo de burla por su situación de sobreviviente.

Con 13 años de edad, y tras haber intentado escapar de su cuarto verdugo en varias ocasiones, la joven fue puesta a la venta una vez más. Ésta fue su quinta y última colocación. Afortunadamente, el comprador fue un comerciante italiano que también era agente consular: Calixto Legnani. Con él como amo, por primera vez el trato que recibía era humanitario y cordial.

En 1884, las circunstancias políticas hicieron que los europeos tuvieran que salir de la región y Legnani volvió a Italia. Bakhita consiguió viajar con él y con un amigo del Cónsul, llamado Augusto Michieli. Al llegar a Génova, la esposa de Micheli consiguió que Bakhita se quedase a su servicio y, un par de años después, cuando nació la hija del matrimonio, Bakhita se convirtió en su niñera y amiga. Años más tarde, Turina, la esposa de Michieli, decidió confiar su hija a las Monjas Canossianas del Instituto de los Catecúmenos de Venecia y que Bakhita permaneciera con ella como su nodriza. Fue en el Instituto que descubrió a Dios y pudo dar nombre a lo que desde niña sentía en su corazón. En sus memorias escribió: “viendo el sol, la luna y las estrellas, decía dentro de mí: ¿Quién será el dueño de estas bellas cosas? Y sentía grandes deseos de verle, de conocerle y de rendirle homenaje”. Bakhita supo entonces que Dios había permanecido con ella y le había dado fuerzas para soportar la esclavitud.

Después de algunos meses de catecumenado, y tras haber obtenido la libertad según la ley, el 9 de enero de 1890 fue bautizada con el nombre de «Josefina Margarita "Afortunada"».El mismo día también recibió el sacramento de la confirmación y la santa comunión, del arzobispo Giuseppe Sarto, el cardenal de Venecia y futuro papa Pío X.

El 8 de diciembre de 1896, ingresó para la formación en la vida religiosa con las Hermanas Canossianas, dónde permaneció hasta los 38 años de edad en que -durante el día de la Inmaculada Concepción- se consagró para siempre a Dios, a quien ella llamaba con dulce expresión: “mi Patrón”.

Durante los 42 años que permaneció en Schio, Bakhita hizo las labores de cocinera, sacristana y portera. Su gentileza, voz calmada y sempiterna sonrisa se hicieron famosas en Vicenza y sus habitantes comenzaron a llamarla "Sor Moretta", que significa “hermanita morena”. Su especial carisma y su fama de santidad se fueron haciendo notar entre las miembros de la congregación.

Llegó la vejez, su salud se debilitó con una enfermedad larga y dolorosa que la postró en una silla de ruedas. A pesar de sus limitaciones, continuó viajando y dando testimonio de fe, bondad y esperanza. A quienes le preguntaban cómo estaba, respondía sonriendo: “Como quiere mi Patrón”.

Falleció el 8 de febrero de 1947 y sus últimas palabras fueron «¡Madonna! ¡Madonna!».

Las peticiones para su canonización comenzaron de inmediato, y el proceso inició oficialmente con el Papa San Juan XXIII en 1959, sólo doce años después de su muerte. El  1 de diciembre de 1978, el Papa San Juan Pablo II la declaró venerable, el primer paso hacia la canonización.

El 17 de mayo de 1992 Bakhita fue declarada beata por el Papa San Juan Pablo II.

El 1 de octubre de 2000 fue canonizada como Santa Josefina Bakhita por el mismo Papa.

La memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita se celebra cada 8 de febrero

 

 


 

SAN JUAN BOSCO

Sacerdote y educador italiano, Fundador de la Orden Salesiana. Juan Melchor Bosco Ochienna, nació en una finca

situada en las colinas de Becchi, en los Alpes italianos, el 16 de agosto de 1815 en el seno de una familia pobre

y humilde dependientes de la agricultura. Sus padres eran Francisco Bosco y Margarita Occhiena, y sus dos

hermanos se llamaban José y Antonio. Cuando tenía dos años, fallece su padre, dejando a Margarita a cargo de criar a los tres niños por sí misma.Desde muy joven él y sus hermanos experimentaron las dificultades de la pobreza.

Margarita una mujer de valor y fe enseñó a los niños que el trabajo era un privilegio por lo que asumieron algunas responsabilidades y llevarían a cabo tareas como cortar y recoger leña, y trabajar en los campos. Estos son algunos de los sacrificios que tenían que hacerse para así poder mantener el hogar y la granja.

Cuando tenía solo nueve años, Juan tuvo un sueño profético que marcó toda su vida: él sería pastor y guía de los niños y jóvenes más necesitados.

Desde aquel sueño sabía que su destino estaba en el sacerdocio y se dedicaría a ayudar a los jóvenes pobres. Para cumplir su sueño, tuvo que salir de casa y caminar durante horas para asistir a la escuela de la ciudad y recibir educación.

Se ordena sacerdote el 5 de junio de 1841. Su sueño se hace realidad y decide dedicarse de lleno a los jóvenes más necesitados.

En 1844 fundó el Oratorio de San Francisco de Sales, cuya sede se fijó dos años después en una casa de la periferia.

En 1859 Don Bosco fundó oficialmente la Congregación Salesiana, -que había tenido varios intentos de concretarse desde 1854- inspirada en San Francisco de Sales.

En 1872 cofundó, junto con María Dominga Mazzarello, el Instituto de las "Hijas de María Auxiliadora", una congregación que haría un trabajo similar al que Don Bosco realizaba con los jóvenes, pero con mujeres.

Don Bosco muere el día 31 de enero de 1888. Durante su propio velatorio, ocurre el que sería su primer milagro, teniendo como protagonista al joven Luis Orione, a quien durante una confesión le habría expresado "Nosotros seremos siempre amigos".

Fue beatificado por el Papa Pío XI el 2 de junio de 1929 y declarado santo por el mismo pontífice el 1 de abril de 1934. Juan Pablo II le confirió el título de “Padre, Maestro y Amigo de los Jóvenes”. La memoria litúrgica de San Juan Bosco se celebra cada 31 de enero.

 


SANTA MARIA DOMINGA MAZZARELLO

Religiosa italiana, cofundadora del Instituto de las "Hijas de María Auxiliadora" - Salesianas.

María Dominga Mazzarello, conocida entre sus contemporáneos como «Maín», nació el 9 de mayo de 1837 en Mornese (norte de Italia).

Era una chica sencilla, amable, fuerte, y muy trabajadora. Además de ayudar a su madre en las tareas de casa y a cuidar de sus hermanos (era la mayor de 9), trabajaba con su padre en la viña y tenía tiempo para ayudar a otras familias del pueblo, ser catequista de su parroquia y hacer grupos festivos con las niñas y jóvenes de su pueblo.

Se abrió a la fe acompañada por sus padres y por su sabio director espiritual don Domingo Pestarino.

Con 15 años se inscribió en la Asociación de las Hijas de María Inmaculada y se abrió al apostolado de las chicas del pueblo.

La grave enfermedad del tifus contraída a los 23 años tuvo en ella una fuerte resonancia espiritual: la experiencia de la fragilidad física, que por una parte la llevó a un abandono más profundo en Dios, y por otra la impulsó a abrir un taller de costura para enseñar a las muchachas el trabajo, la oración y el amor a Dios.

María, todavía convaleciente de la enfermedad, tuvo la visión de un colegio con numerosas niñas y jóvenes y oyó la voz de la Virgen María, que le decía: “A tí te las confío”, confiándole esa misión.

María Mazzarello desplegó su misión entre las chicas más necesitadas de la zona de Monferrato. Junto con otras amigas, les enseñaban a leer, a escribir, a coser, al tiempo que les proporcionaban agradables y alegres recreos, explicándolen la buena noticia del Evangelio.

Contemporánea a Don Bosco, su ideal era dar posibilidades a las chicas para que pudiesen ser protagonistas de su crecimiento, en tiempos en que la sociedad no facilitaba a las jóvenes el acceso a la educación.

Gracias a la intensa participación en los sacramentos y bajo la sabia e iluminadora guía de Don Pestarino hizo grandes progresos en la vida espiritual.

Con ocasión de la visita de Don Bosco a Mornese, el 7 de octubre de 1864, dijo: "Don Bosco es un santo, yo lo siento".

El 5 de agosto de 1872, Don Bosco la escogió para iniciar el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. Como Superiora se mostró hábil formadora y maestra de vida espiritual.

Tenía el carisma de la alegría serena, irradiando gozo e implicando a otras jóvenes en el empeño de dedicarse a la educación de la mujer.

El Instituto nacía para dar respuesta a las necesidades de las chicas en plena Revolución Industrial. Don Bosco quiso que fuese “monumento vivo de gratitud a María Auxiliadora” de quien al final de su vida pudo decir: “Ella lo ha hecho todo”.

El Instituto se desarrolló rápidamente. A su muerte dejó a sus Hijas una tradición educativa empapada de valores evangélicos: la búsqueda de Dios conocido a través de una

catequesis iluminada y un amor ardiente, la responsabilidad en el trabajo, la lealtad y la humildad, la austeridad de vida y la gozosa entrega de sí. Madre Mazzarello falleció en Nizza Monferrato el 14 de mayo de 1881.

Fue beatificada el 20 de noviembre de 1938 y canonizada el 24 de junio de 1951.

Sus restos se veneran en la Basílica de Mª Auxiliadora en Turín. Su fiesta se celebra el 13 de mayo

 Una breve reseña sobre nuestro SANTO


 SAN LUIS ORIONE

Sacerdote italiano, Fundador de la Congregación religiosa "Pequeña Obra de la Divina Providencia".

Juan Luis Orione nació en Pontecurone, diócesis de Tortona, el 23 de junio de 1872, y bautizado al día siguiente durante la fiesta de San Juan Bautista.

Proveniente de una familia muy humilde y trabajadora, desde pequeño se sintió atraído por las cosas de Dios. Rezaba y le pedía a la Santísima Virgen que lo ayudara a cumplir su sueño de ser sacerdote.

A los 13 años fue recibido en el convento franciscano de Voghera (Pavía) que abandonó después de un año por motivos de salud.

De 1886 a 1889 fue alumno de San Juan Bosco en el Oratorio de Valdocco de Turín. El 16 de octubre de 1889 entró en el seminario de Tortona. Siendo todavía un joven clérigo, se dedicó a vivir la solidaridad con el prójimo en la Sociedad de Mutuo Socorro San Marciano y en la Conferencia de San Vicente.

El 3 de julio de 1892, abrió en Tortona el primer Oratorio para cuidar la educación cristiana de los jóvenes. Al año siguiente, el 15 de octubre de 1893, Luis Orione, un clérigo de 21 años, abrió un colegio para chicos pobres en el barrio San Bernardino.

El 13 de abril de 1895, Luis Orione fue ordenado sacerdote y, al mismo tiempo, el Obispo impuso el hábito clerical a seis alumnos de su colegio. En poco tiempo, Don Orione abrió nuevas casas en Mornico Losana (Pavía), en Noto (Sicilia), en San Remo, en Roma.

Don Orione se inspira en las obras de San José Benito Cottolengo y de San Juan Bosco para llevar adelante su congregación.

Alrededor del joven Fundador crecieron clérigos y sacerdotes que formaron el primer núcleo de la Pequeña Obra de la Divina Providencia.

En 1899 inició la rama de los ermitaños de la Divina Providencia. El Obispo de Tortona, Mons. Igino Bandi, con Decreto del 21 de marzo de 1903, reconoció canónicamente a los Hijos de la Divina Providencia (sacerdotes, hermanos coadjutores y ermitaños), congregación religiosa masculina de la Pequeña Obra de la Divina providencia, dedicada a «colaborar para llevar a los pequeños, los pobres y el pueblo a la Iglesia y al Papa, mediante las obras de caridad», profesando un IV voto de especial «fidelidad al Papa».

Animado por una gran pasión por la iglesia y por la salvación de las almas, se interesó activamente por los problemas emergentes en aquel tiempo, como la libertad y la unidad de la Iglesia, la «cuestión romana», el modernismo, el socialismo, la cristianización de las masas obreras.

Socorrió heroicamente a las poblaciones damnificadas por los terremotos de Reggio y de Messina (1908) y por el de Marsica (1915).

Por deseo de Pío X fue Vicario General de la diócesis de Messina durante tres años. A los veinte años de la fundación de los Hijos de la Divina Providencia, como en «una única planta con muchas ramas», el 29 de junio de 1915 dio inicio a la Congregación de las

Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, animadas por el mismo carisma fundacional y, en el 1927, las Hermanas adoratrices Sacramentinas no videntes, a las que se añadirán después las Contemplativas de Jesús Crucificado.

Organizó a los laicos en las asociaciones de las «Damas de la Divina Providencia», los «Ex Alumnos» y los «Amigos», de lo cual después tomará cuerpo el Instituto Secular Orionino y el Movimiento Laical Orionino.

Después de la primera guerra mundial (1914-1918) se multiplicaron las escuelas, colegios, colonias agrícolas, obras caritativas y asistenciales. Entre las obras más características, creó los «Pequeños Cottolengos», para los que sufren y los abandonados, surgidos en la periferia de las grandes ciudades como «nuevos púlpitos» desde los que hablar de Cristo y de la Iglesia, «faros de fe y de humanidad».

El celo misionero de Don Orione, que ya se había manifestado con el envío a Brasil en 1913 de sus primeros religiosos, se extendió después a Argentina y Uruguay (1921), Inglaterra (1935) y Albania (1936). En 1921-1922 y en 1934-1937, él mismo realizó dos viajes a América Latina, Argentina, Brasil y Uruguay, llegando hasta Chile.

Gozó de la estima personal de los Papas y de las autoridades de la Santa Sede, que le confiaron numerosos y delicados encargos para resolver problemas y curar heridas tanto dentro de la Iglesia como en las relaciones con el mundo civil. Fue predicador, confesor y organizador infatigable de peregrinaciones, misiones, procesiones, «belenes vivientes» y otras manifestaciones populares de la fe.

Muy devoto de la Virgen, promovió su devoción por todos los medios y, con el trabajo manual de sus clérigos, construyó los santuarios de la Virgen de la Guardia en Tortona y de la Virgen de Caravaggio en Fumo de Corvino.

En el invierno de 1940, intentando aliviar los problemas de corazón y pulmones que sufría, fue a la casa de San Remo, aunque, como decía, «no es entre las palmeras donde deseo vivir y morir, sino entre los pobres que son Jesucristo».

Después de tan sólo tres días, rodeado del afecto de sus hermanos, Don Orione falleció el 12 de marzo de 1940, suspirando «Jesús, Jesús, Voy».

Su cuerpo, intacto en el momento de la primera exhumación en 1965, fue colocado en un lugar de honor en el santuario de la Virgen de la Guardia de Tortona, después de que, el 26 de octubre de 1980, fuera beatificado por el Papa Juan Pablo II. El 29 de agosto durante el jubileo del año 2000, el corazón incorrupto de Don Orione llega en un relicario para quedarse definitivamente en el Santuario del Cottolengo de Claypole, en Buenos Aires, Argentina; tierra a la que consideró su "segunda Patria". Así se cumplió su propia profecía en la que expresó antes de su última partida a Italia: "Vivo o Muerto volveré a la Argentina."

Fue canonizado el 16 de mayo del año 2004 por el Papa Juan Pablo II.

Su memoria litúrgica es el 12 de marzo.