https://youtu.be/j2Q6NphGqb4
Característico en don Orione es la visión universal de
la salvación y del amor cristiano que él plasmó en su lema programático
“Instaurare omnia in Christo”(Ef 1,10). Su corazón “católico”, universal,
inspira todos sus escritos y está en la base de todas sus actuaciones.
Hay una página de admirable sencillez y de mística intensa que nos puede introducir en la comprensión de lo que significa “un corazón dilatado por la caridad de Dios”. San Luis Orione, pocos meses antes de su muerte, cantó la universalidad de la Divina Misericordia en este
Cántico de
las almas:
No saber ver ni amar en el mundo, más que las almas de
nuestros hermanos.
Almas de pequeños, almas de pobres, almas de
pecadores, almas de justos, almas de extraviados,
almas hundidas en las tinieblas de los sentidos y en
la baja bestialidad de la carne,
Almas dolientes que buscan un refugio o una palabra
piadosa,
Cristo las ama a todas, Cristo murió por todas,
Nuestra vida sea un canto y un holocausto de
fraternidad universal en Cristo.
Ver y sentir a Cristo en cada persona.
Hemos de tener en nosotros la música profundísima de
la caridad.
Yo lo único que siento es una infinita, divina
sinfonía de espíritus,
El Cántico de las Almas de don Orione es fruto de la
contemplación de las miserias humanas y de la misericordia divina, nace en el
corazón de un hombre bueno, que ha llegado a ser padre misericordioso de las
almas. Las almas están en sus pensamientos y sentimientos porque se ha dejado
involucrar en la misericordia redentora de Cristo.
Por esto don Orione quiere abrazar a todos, quiere que
ningún alma se pierda. Fue el propósito y la gracia que pidió a Dios en su
primera misa y terminó siendo la síntesis de su vida: “¡Que toda esta pobre
vida mía sea un solo cántico de divino amor en la tierra, porque yo quiero que
sea –por tu gracia, oh Señor-, un sólo cántico de divina caridad en el cielo! ¡Caridad!¡Caridad!¡Caridad!”.[5]
Las palabras de la oración para la misa en honor a san
Luis Orione resumen su experiencia de la misericordia:
“Concédenos, Señor,
AMEN.
[4] Apuntes del
25 febrero de 1939, en Luís Orione. Acción y contemplación, Ciudad Nueva,
Madrid 1989, pp. 99-103.
[5] Don Orione, Carta del 26 junio de 1922, en: ibid.,
pp. 54-56.