La solemnidad de la Asunción fue elegida por Don Orione como
un día de profesiones religiosas tanto de los Hijos de la Divina Providencia y de
las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad.
El 15 de agosto, termino los ejercicios espirituales y
terminó su noviciado, siempre Don Orione se llenaba de fervor ese día.
Los novicios emiten Votos y otros clérigos de Villa Moffa hacen la renovación de ellos.
Fue un momento en que la paternidad de Don Orione y su impulso Fundador renovaban y llenaban los corazones de todos.
En esa cita del 15 de agosto, Don Orione estaba en América Latina. En 1937, al regresar de Argentina, y llegó a
Tortona el 29 de agosto, y en el 31 ya estaba en orden Villa Moffa para recibir
los votos de 63 clérigos que habían pospuesto su profesión,para el 1 de septiembre y
esperarlo.
En la fiesta del 15 de agosto de 1927, Don Orione comenzó con las
Sacramentinas rama de las ciegas Adoratrices, con la intención de expresar la
Iglesia la figura del Cristo de orar.
DFP
Celebramos hoy la Asunción de la Virgen. Esta fiesta
es muy antigua, puesto que ya se celebraba desde el siglo IV, aunque fue
el papa Pio XII quien, en 1950, después de consultar a casi todo el
pueblo cristiano a través de los obispos y sacerdotes, definió el dogma
de la Asunción con el cual se nos dice que la Virgen subió en cuerpo y
alma al cielo.
Por eso, esta fiesta nos recuerda que María ha resucitado, al igual que
su Hijo, y que vive, ya en el cielo, esa vida que Dios nos tiene
preparada.
De ahí que, celebrar esta fiesta de la Asunción, nos debe llevar también
a pensar en esta otra vida en donde gozaremos de la presencia de Dios,
porque la Asunción no es un privilegio exclusivo de María, sino que es
algo a lo que estamos llamados todos los cristianos; es la promesa hecha
a todos los que seguimos a Cristo y que intentamos vivir nuestra fe día
a día.
Pero, por otra parte, celebrar la Asunción de María nos debe llevar a
mirar un poco lo que fue la vida de la Virgen. Y, es curioso que siendo
María tan importante para todos nosotros, los evangelios apenas nos dan
noticias sobre ella. Sin embargo lo que nos cuentan es suficiente para
darnos cuenta de su valía:
- En la anunciación, por ejemplo, a pesar de no comprender cómo podría
ser posible lo que el ángel le estaba diciendo, se fió de Dios.
- María es también esa persona, que cuando se entera que su prima Isabel
está embarazada, deja su casa para ir a ayudarla.
- Es también la que está siempre atenta a las necesidades de los demás.
Recordemos, por ejemplo, las bodas de Caná, cuando los novios se quedan
sin vino, María es la primera en darse cuenta e intercede por ellos ante
Jesús.
- Por otro lado María es la que está al pie de la cruz de Jesús, cuando
todos los discípulos le abandonaron por miedo a los judíos.
Y bueno, la verdad es que se pueden decir muchas cosas más de la Virgen.
Pero si se pudiese resumir en una frase lo que fue la vida de María
habría que decir lo siguiente: que ella fue esa persona que supo amar a
Dios y al prójimo en todo momento. Este es, por tanto el gran ejemplo
que nos deja María.
Y hablar de esto de esto que es tan fundamental para un cristiano, el
amar a Dios y al prójimo, supone desgraciadamente hablar de algo que en
la práctica, en la vida de cada día, se tiene un tanto olvidado.
Por un lado, el amor a Dios que tanto tuvo María, y que es algo tan
fundamental parece que está en crisis. Porque el cristiano debe ser una
persona, por así decirlo, enamorada de Dios. Y hoy en día, no es fácil
encontrar un persona que sea capaz de decirte esto y que te lo demuestre
con la vida. Y, ?claro!, cuando falta esto es fácil no darle
importancia a la eucaristía, uno se aburre y está deseando irse, o bien
deja el sacramento de la penitencia, y otras cosas más.
Por otro lado, con el mandamiento del amor al prójimo ocurre igual: está
en crisis. Hoy en día, ocurre lo mismo que con el amor a Dios: encontrar
una persona a la que lo único que le importe sea hacer felices a los
demás no es fácil. Y, parece que hoy en día muchas personas se mueven
más por lo que les apetece en cada momento, en vez de por hacer lo que
está bien en cada momento, o por buscar en todo momento hacer felices a
los que tenemos a nuestro lado.
Pues bien, yo os invito en este día en que celebramos la Asunción a que
en nuestra vida procuremos imitar a María, a que luchemos por ser unos
cristianos cada día más auténticos, a que en definitiva luchemos por
querer a Dios por encima de todo y a preocuparnos por las personas que
tenemos a nuestro lado. Y, ya como sugerencia, una forma de imitar a
María podría ser el proponernos durante esta semana el ayudar a todo
aquel que veamos que le podemos echar una mano bien en nuestra familia o
fuera de ella, ya que el evangelio nos ha hablado precisamente de que
María salió en ayuda de Isabel.
El 1º de noviembre de 1950 Su Santidad el Papa Pío XII definió la
asunción de la Bienaventurada Madre de Dios a los cielos con las
siguientes palabras:
«Por tanto, después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces e
invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios
omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para
honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de
la muerte; para acreditar la gloria de esta misma augusta Madre y para
gozo y alegría de toda la Iglesia, por la autoridad de Nuestro Señor
Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y por la
nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma de revelación
divina que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido
el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria
celeste». Bula Munificentissimus Deus: AAS 42 (1950) 770.Papa Pío XII
La Asunción de María al cielo es un "signo de consuelo
y esperanza cierta" , como dice la liturgia.
El cristianismo no es un simbolismo abstracto o una
espiritualidad vaga en que el hombre interactúa con Dios en lo más profundo de
su conciencia. Para que la relación establecida con la creación y la
encarnación, Dios es reconocible y puede ser contactado a través de lo que
pertenece a la esfera material: la naturaleza, el cuerpo, los signos
sacramentales, los pobres, etc.
La fiesta de la Asunción de María nos recuerda que nuestros
cuerpos se levantarán.
Muy a menudo en la catequesis se insiste en la inmortalidad del
alma y se le invita a creer en la vida después de la muerte. Incluso la filosofía
griega había llegado a la verdad del alma.
El cristianismo cree que no sólo el alma vivirá para
siempre, sino también el cuerpo. El Dios cristiano es presentado como el
Salvador de todo el hombre, tanto en su parte espiritual, y material. Si
sólo Dios podría salvar el alma, nuestra salvación sería incompleta, porque nuestra
identidad personal es el corazón y el alma.
Sí, por supuesto, todos nosotros dejaremos nuestro cuerpo en el
cementerio y volveremos al polvo y tenemos fe en que se levantará de nuevo "el
fin del mundo."...
Después de la resurrección y ascensión de Jesús, la Asunción
de María fue sólo una gran gracia de Dios. Y nuestra persona al cielo será un
gran gracia de Dios. Estamos comprometidos ascetismo ( "vivimos en este
mundo dirigiéndonos constantemente a los valores eternos ") no es con la
presunción de ser capaz de ascender al cielo, sino a tomar algunas medidas para
expresar nuestro amor a Dios, al paraíso. Pero todos vamos a ser llevados y nos
llevara al cielo, el tiempo que permanecemos en sus manos.