SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


viernes, 20 de junio de 2014

ESCRITO DEL HNO JORGE SILANES

ESCRITO  DEL HNO JORGE SILANES
LUJAN 21 de Junio de 1935  (San Luis Gonzaga, onomástico de San Luis Orione) En este día don Orione  lleva en peregrinación a sacerdotes y jóvenes de la casa de Lanús (Hoy Villa Dominico) en peregrinación a Luján y celebra la Santa Misa en el altar de San Luis. Para dar el valor que corresponde a este hecho de la historia de don Orione en Argentina debemos recordar que en aquel tiempo en Italia, el día del onomástico era considerado más importante que el cumpleaños, y de hecho en la vida de San Luis Orione y de la Congregación siempre se celebraba este día. Se puede ver la revista “La Piccola Opera de la Divina Providencia” de los últimos años, donde siempre había un saludo dirigido al Fundador con motivo de su onomástico. Junto a esto recordemos el primer oratorio festivo que fue llamado “San Luis”; digno de recordar también es la famosa competencia, con su compañero de seminario, después Jesuita y biblista Alberto Vaccari, realizada en el día de San Luis y firmada con sangre de quién seria más Santo. Era una especie de consagración. Luego don Orione cuando podía visitaba la Iglesia de San Ignacio, donde está el altar de San Luis (sobre la reliquia de su cuerpo) y en los últimos veinte años (Excluyendo los tres años que estuvo en Argentina) rezaba la última misa de la mañana. Pero volviendo al día de San Luis del año 1935, uno de los jóvenes participantes a la peregrinación nos ha dejado un informe: Lanús, 21de junio de 1935: ésta vez el Sr. Director P. Orione fue propio todo nuestro. Lo esperaban en Victoria donde habían preparado una academia por el día de su onomástico y en cambio, él decidió no ir, pero no hay mal que por bien no venga. Él que nos había prometido varias veces de llevarnos a Luján, no encontró mejor día que este. ¡que lindo día de San Luis! Pasados a los pies de la Virgen, en compañía de San Luis, en compañía del amado padre! Partimos de Lanús a las seis, con el camión del Cottolengo Argentino, bendecido por el señor Nuncio, el 11 de junio ( 1935 ). El día era lindo, pero el termómetro marcaba bajo cero, por lo cual debimos recurrir a el método tradicional. Don Orione nos hizo abrigar bien; teníamos unas mantas militares, que a algunos les parecía algo extraño, pero que ellos mismos luego de un buen trayecto, decían: ¡Menos mal que tenemos las mantas! En fin el viaje fue divertido, no todas las calles son asfaltadas. Aquella llanura ilimitada, las tierras sin cultivar, hacían un verdadero contraste con él recuerdo de nuestros lugares. Subió con nosotros también nuestro director de noviciado, que dio a aquello que nosotros llamábamos paseo el aspecto de una santa peregrinación.
 Todo el trayecto, de Lanús a Luján, que dista 80 km. fue un alternar de rezos y cantos: Recitamos el rosario y las letanías y luego, una cosa detrás del otro, llegamos a Luján rezando. Eran las 9 y media, nos confesamos y, a las 10 y media, don Orione empezó la s. Misa en el altar de San Luis; le hicimos corona respondiendo a la gloria, al credo, como se hace en Italia, recibimos la santa comunión que ofreció en honor de San Luis, para el padre de  nuestras almas. Cuando terminamos nos fuimos ha tomar el desayuno, si se puede así decir.
A las once fuimos a visitar el museo, uno de los más importantes de la república. Cuando salimos nos dispusimos para un grupo fotográfico. El padre Orione, en aquel día, todo un caballero, se puso en medio de nosotros; ¡Cosa que no pasa demasiado frecuente! Antes de alejarnos del Santuario, don Orione nos llevó delante de San Luis y a los pies de la Virgen Santísima; rezamos por los benefactores, por nuestros superiores y todos nuestros cohermanos. Por último rezamos el “memorare ” de San Bernardo.
“Qué lindas horas en la casa de la virgen ! Estábamos cerca de nuestro amado padre don Orione y sentíamos en nuestras almas las gracias del señor. Permanecerá inolvidable este día y será un punto luminoso en la historia de esta casa de Lanús y una bendición para nosotros. Volvimos a casa, había un viento frío. Todavía las últimas horas de aquel día inolvidable las pasamos junto a nuestro padre que, antes de ir al puerto a recibir los misioneros y las misioneras  que llegaban de Italia, nos impartió la bendición eucarística. DOLM P.1092-1094
 Hno Jorge David Silanes



21 DE JUNIO, SAN LUIS GONZAGA Y DON ORIONE

San Luis Gonzaga, nació el 9 de marzo, de 1568, en el castillo de Castiglione delle Stivieri, en la Lombardia. Hijo mayor de Ferrante, marqués de Chatillon de Stiviéres en Lombardia y príncipe del Imperio y Marta Tana Santena (Doña Norta), dama de honor de la reina de la corte de Felipe II de España, donde también el marqués ocupaba un alto cargo. La madre, habiendo llegado a las puertas de la muerte antes del nacimiento de Luis, lo había consagrado a la Santísima Virgen y llevado a bautizar al nacer. Apenas contaba siete años de edad cuando experimentó lo que podría describirse mejor como un despertar espiritual. Siempre había dicho sus oraciones matinales y vespertinas, pero desde entonces y por iniciativa propia, recitó a diario el oficio de Nuestra Señora, los siete salmos penitenciales y otras devociones, siempre de rodillas y sin cojincillo. Su propia entrega a Dios en su infancia fue tan completa que, según su director espiritual, San Roberto Belarmino, y tres de sus confesores, nunca, en toda su vida, cometió un pecado mortal
Hoy 21 de junio fiesta de SAN LUIS GONZAGA (1568-1591), les comparto una carta que este jóven dirigió a su madre poco antes de morir.
De una Carta de san Luis Gonzaga
dirigida a su madre
(Acta Sanctorum Iunii 5, 878)
...
CANTARÉ ETERNAMENTE LAS MISERICORDIAS DEL SEÑOR
Pido para ti, ilustre señora, que goces siempre de la gracia y del consuelo del Espíritu Santo. Al llegar tu carta, me encuentro todavía en esta región de los muertos. Pero un día u otro ha de llegar el momento de volar al cielo, para alabar al Dios eterno en la tierra de los que viven. Yo esperaba poco ha que habría realizado ya este viaje antes de ahora. Si la caridad consiste, como dice san Pablo, en alegrarse con los que se alegran y llorar con los que lloran, ha de ser inmensa tu alegría, madre ilustre, al pensar que Dios me llama a la verdadera alegría, que pronto poseeré con la seguridad de no perderla jamás.
Te he de confesar, ilustre señora, que al sumergir mi pensamiento en la consideración de la divina bondad, que es como un mar sin fondo ni litoral, no me siento digno de su inmensidad, ya que él, a cambio de un trabajo tan breve y exiguo, me invita al descanso eterno y me llama desde el cielo a la suprema felicidad, que con tanta negligencia he buscado, y me promete el premio de unas lágrimas, que tan parcamente he derramado.
Considéralo una y otra vez, ilustre señora, y guárdate de menospreciar esta infinita benignidad de Dios, que es lo que harías si lloraras como muerto al que vive en la presencia de Dios y que con su intercesión puede ayudarte en tus asuntos mucho más que cuando vivía en este mundo. Esta separación no será muy larga; volveremos a encontrarnos en el cielo, y todos juntos, unidos a nuestro Salvador, lo alabaremos con toda la fuerza de nuestro espíritu y cantaremos eternamente sus misericordias, gozando de una felicidad sin fin. Al morir, nos quita lo que antes nos había prestado, con el solo fin de guardarlo en un lugar más inmune y seguro, y para enriquecernos con unos bienes que superan nuestros deseos.

Todo esto lo digo solamente para expresar mi deseo de que tú, ilustre señora, así como los demás miembros de mi familia, consideréis mi partida de este mundo como un motivo de gozo, y para que no me falte tu bendición materna en el momento de atravesar este mar hasta llegar a la orilla en donde tengo puestas todas mis esperanzas. Así te escribo, porque estoy convencido de que ésta es la mejor manera de demostrarte el amor y respeto que te debo como hijo.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios nuestro, fuente y origen de todos los dones celestiales, tú que uniste en San Luis Gonzaga una admirable pureza de vida con la práctica de la penitencia, concédenos, por sus méritos e intercesión, que los que no hemos podido imitarlo en la inocencia de su vida lo imitemos en su espíritu de penitencia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén


ORACIÓN DE DON ORIONE POR LA PATRIA

               Oración de Don Orione por la Argentina
¡Oh Jesús, que tanto has amado a tu patria
y consagraste el amor de patria
derramando lágrimas de sangre sobre Jerusalén,
mira con siempre mayor benignidad, oh Señor,
a ésta, mi segunda Patria, a este gran pueblo argentino,
que me hospeda; donde el soplo
de la más generosa y cristiana caridad
ha dado vida al "COTTOLENGO ARGENTINO",
que recibe a los pobres más infelices y desamparados
de toda nacionalidad y toda creencia!
¡Cuánta amabilidad,
cuánta inteligente bondad he hallado!
¡Cuánta virtud y cuánto bien he aprendido
de este clero y de este pueblo!
En todos, y entre los ricos, y entre los pobres obreros,
he hallado corazones de príncipes.
Ama, oh Señor, a la Argentina,
porque la Argentina ama a tus pobres.
La fe y la nobleza de corazón de esta nación
son tan grandes, que bien merece
todas las bendiciones del cielo.
Brillen luego para ella días siempre más bellos
de esperanza en la luz de Cristo, luz de la ciencia,
de la libertad y del trabajo,
días llenos de prosperidad y de gloria".
Don Orione de la Divina Providencia. Buenos Aires,
diciembre de 1936