SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


domingo, 6 de febrero de 2022

LA NUNZIATELLA , COLONIA AGRÍCOLA ORIONINA SAN JOSE



El 28 de diciembre de 1899 Monseñor Bucchianica, Obispo de Orvieto, leyó en el diario "Italia Real" un artículo dedicado a las colonias agrícolas orioninas: era una verdadera exaltación. Se describían los sistemas modernos, racionales y el énfasis técnico y, al mismo tiempo, altamente espiritual.

     Monseñor leyó y releyó. De pronto surgió en su pensamiento una amplia extensión de tierra, de propiedad pontificia, que se le había confiado, la hacienda Lazzarini en Bagnoregio, o, como entonces se decía, Bagnorea, más precisamente en la localidad "la Petrara", legada al Sumo Pontífice León XIII. Por un instante, fue como soñar con los ojos abiertos la vio poblada por hombres y jóvenes dispuestos al trabajo y a la plegaria, recorrió los surcos oscurecidos por el arado...  El mismo día escribió a Don Orione ofreciendo a los "Ermitaños de la Divina Providencia" tierra, casas, posibilidades de crear una colonia agrícola. El 25 de agosto de 1900 llegaron al lugar los primeros religiosos orioninos: ermitaños y un clérigo dirigidos por Don Albera, convertido en el "Inspector" de las nacientes colonias eremíticas agrarias por ahora Mornico, la Frascata... <87>.

  Pero llega un segundo pedido eremítico-agrario por parte de un prelado insigne, Monseñor Radini Tedeschi, que Don Orione había conocido siendo ya clérigo, y había escuchado con profunda admiración más de una vez en la catedral de Tortona y en diversas reuniones de la Obra de los Congresos, casi siempre a propósito del argumento específico que le interesaba: la educación cristiana de niños y jovencitos.

     Monseñor Radini Tedeschi se hallaba a la cabeza de un comité formado en Roma, entre laicos, con la ayuda del Monte de Piedad, y dedicado a San José: en realidad, el pueblo lo llamaba "de los traperos", porque sus miembros recogían restos de todo tipo, los acumulaban en un terreno por entonces desocupado, en la "Boca de la Verdad", y los vendían a los judíos a... buen precio. Increíble pero cierto: de aquel humildísimo tráfico provenían discretas sumas destinadas - junto con muchas otras - al mantenimiento y educación de los jóvenes abandonados.      

  En octubre de 1900 el consejo de la Obra había decidido destinar a una veintena de aquellos pobres chicos a la agricultura. He ahí la razón por la cual Monseñor Radini se dirigía a Don Orione por carta en noviembre, ofreciéndole el terreno para una colonia en la localidad de la "Nunziatella", en las puertas de la Urbe.

     Y Don Orione comprendió la inmensa e inesperada ventaja que para la Obra por él fundada constituía esa misteriosa tarjeta de ingreso a Roma. Es notorio que aún hoy es muy difícil - y lo era bastante más entonces - que una Congregación logre entrar en forma estable en la Ciudad Eterna: como base, es necesario el permiso de la Sagrada Congregación de los Religiosos, o bien el personal del Santo Padre.

     Por otra parte, también es cierto que todas las órdenes religiosas de fundación reciente, que no cuentan aún con una casa en Roma, aspiran ardientemente a tenerla y hacen lo posible para procurársela. Por ello, la oferta de Monseñor Radini asumía un valor providencial para la recién nacida Obra orionina: ¡forzar tan pronto y fácilmente las puertas de la Urbe! Y hasta resulta excesivo hablar de "forzar", pues las puertas romanas se abrían solas para los hijos de la Divina Providencia. |p4 Unico obstáculo ante tantos favores: Monseñor Bandi. Cada vez más temeroso de que la Obra orionina, por él bendecida y que tanto quería, se redujese a un castillo de papel; no se resignaba a ver partir las mejores fuerzas directivas de Tortona: abandonado por sus guías, ¿qué haría el "Santa Clara"?

     Sabía muy bien el valor de una entrada en Roma...; de ahí que, por momentos, se inclinaba por la aceptación; luego la prudencia volvía a adueñarse de su mente, la prudencia, virtud necesaria para cualquier empresa, y barría el consentimiento que le había germinado "in pectore". Todo ello permitía a Don Orione ejercitar la humildad y la obediencia. Al unísono con su Obispo se declaraba dispuesto a decir "no" (un drama en lo más íntimo de su ser, aunque para él eso significaba poco) en caso de ser necesario.

     De todos modos, a corto plazo, a corto plazo se encontró diciendo un "sí" alegre, porque Monseñor Bandi, profundo conocedor de hombres y circunstancias, había terminado por decir un "sí" milagroso. De manera que los primeros "ermitaños" entraron en la colonia romana el 7 de febrero de 1901, en la finca de la "Nunziatella", así llamada por la vecindad con una pequeña iglesia dedicada a la "Annunziata": una de aquellas capillas rurales del campo que rodea a Roma, generalmente construida, o reconstruidas, entre los siglos XVI y XVIII, todas con revoques bruñidos y piedras rústicas, y piedra calcárea desmenuzada, que provocan devoción al mirarlas, como signo de verdadera piedad y hablan de devotas festividades campestres, de humildes peregrinaciones entre cantos y comilonas... Al entrar se reconoce alguna simple imagen de la Virgen entre ex-votos y flores marchitas desde hace quién sabe cuánto tiempo; a uno le parece entrar a un sitio "familiar" y lo asaltan deseos de rezar. Esta de la Nunziatella era más antigua y tenía recuerdos ilustres y queridos: por ejemplo, las visitas de Santa Karim, o Catalina de Suecia, hija de Santa Brígida, hacia fines del siglo XIV.

     Entre todos, es decir entre "ermitaños" y muchachos, los recién llegados sumaban una veintena. No más, porque la tierra cultivada no se extendía gran cosa, y era necesario probar el suelo y el aire.

 Recogieron el trigo, un trigo pobre comido por los hongos y las hierbas selváticas, de hermoso aspecto, pero de espiga enfermiza; y, durante el verano, se dieron cuenta de que una terrible novedad llegaba de improviso a instalarse entre ellos: el paludismo. En aquella época, los medios mecánicos que facilitan la recuperación de la tierra no existían, de modo que las zonas bajas del agro romano no podían substraerse a la mortífera asechanza Allí estaba la Nunziatella, y se hizo necesario buscar una solución: el Comité consiguió un nuevo terreno, y esta vez la elección superó cualquier riesgo de aire malsano <88>. Las laderas del Monte Mario, que descienden abruptamente del lado de la urbe, en dulce declive hacia el norte, fueron la tierra destinada a la nueva misión.

 Aire óptimo, vista estupenda. Los muchachos fueron trasladados al extremo de Roma opuesto a la"Nunziatella", es decir a la "Baldunia", a otra hacienda de los "traperos" dedicada a San José. Se despertaban temprano y veían salir el sol desde aquella amplitud milenaria de la Urbe: pocas visiones hubieran podido rivalizar con ella. Por la tarde contemplaban las inmensas faldas de oro y púrpura que por occidente se dejaban caer sobre los techos pardos demorándose en las torres y las cúpulas barrocas.

 El terreno en que trabajaban había sido comprado por la Comisión de los Canónigos de San Pedro, presidida por los Monseñores Radini Redeschi y Talamo, por orden de León XIII, con la finalidad de reunir a los jóvenes  convertidos del protestantismo, o mejor dicho, sustraidos a la propaganda protestante que por entonces actuaba con resultados preocupantes en los barrios surgidos en las faldas del Monte Mario.

|p5 Entretanto, parecía que la Providencia quería duplicar la apuesta. pag 95 al 98 de Vida de Don Orione Papasogli

DIES NATALIS PAPA PIO IX, 7 FEBRERO

 


Beato Pío IX: 
Don Orione fue devoto y vice-postulador,por el cual sentía una gran admiración
Hoy la Iglesia celebra la memoria del Papa Pío IX. Giovanni Maria Mastai Ferretti, nacido en Senigallia (Ancona) 13 de mayo 1792 y murió en Roma el 7 de febrero 1878 (se convirtió en Papa en 1846), fue un Papa, por el que Don Orione tuvo un especial devoción.
Don Orione promovió con tenacidad y fervor su causa de beatificación y fue durante un tiempo el vice-postulador. Él escribió: "Pío IX fue la máxima figura de nuestro siglo, el amigo y benefactor del pueblo, el atleta invencible de la verdad y la justicia" EvidentementeDon Orione (Pontecurone 1872 - Sanremo 1940) no conocía personalmente a Pío IXSin embargolas dificultades de la Iglesia y la "cuestión romana", los méritos de Pío IX y calumnias vertidas sobre su persona eran temas interesantes de sus años de formación y un joven sacerdote. Tenía 22 años cuando pensaba en una publicación apologética de Pío IX: "El título del nuevo folleto sería la siguiente: El Mártir de Italia"escribió a su amigo Don Vincenzo GuidoEn su intención de mostrar el valor del Sumo Pontífice y desenmascarar las muchas falsedades ideológicas y políticas sobre su persona y su obra. les inculcaba a sus religiosos, dijo Don Giovanni Venturelli, que los hijos de la Divina Providencia que fueran a Roma siempre debían hacer  una visita a la tumba de Pío IX: era su certificado de papalidad y  amor al Papa, que fue tan perseguido por los liberales, y una de las formas de expresar su apego a la Santa Sede  propia Congregación de .Don Orione  repetidamente manifestaban su gratitud al Papa Pío IX por la proclamación del  "dogma de la Inmaculada Concepción y de la Eucaristía", por su devoción a "San José, ya que fue él quien lo proclamó Patrono de la Iglesia Universal" y " también Patrono de los moribundos, ya que el Evangelio no lo dice, pero debe piadosamente creer que en las últimas horas de San José fue asistido por Jesús y María ".Don Orione también expresó que por el Papa Pío IX ha aprendido su amor por Polonia, con la que este santo Papa se unió en el sufrimiento 
 en ocasión de los ejercicios espirituales de las hermanas siempre lo  evocaba como un modelo de la castidad "angelical" (Don Silvestro Sowizdrzal)

7 FEBRERO DON ORIONE PARTE DE CHILE HACIA ARGENTINA


 

Sin duda mucha gente se habrá acercado a don Orione para despedirse y desearle un feliz viaje con el deseo de poderlo ver de nuevo unos meses más.

Padre Acuña nos confirmó que muchas personas se acercaban a don Orione y de ellas, en especial los salesianos, porque estaban convencidas que el haberse tratado con él era una garantía de salvación eterna.

Esta convicción responde a la gracia que el Fundador pidió al Señor, en su ordenación sacerdotal: que toda persona que él hubiese encontrado en el camino de su existencia se salvara.

LOS TRÁMITES DE LA SALIDA

Para poder salir del país, en esa época, uno debía tener un salvoconducto.

Respondía a un certificado de antecedentes que daba, en el caso de don Orione, extranjería, el certificado sanitario y la visación correspondiente para poder entrar en Argentina, en su pasaporte. Un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores se dedicó a eso, lo que dice que el ilustre huésped tuvo un trato de casi "diplomático".

Pensamos que no llevó el certificado de extranjería porque no se menciona en la tarjeta de acompañamiento de los documentos. Sabemos que Carlos Errázuriz Ovalle Valdés, nace en 1887, hijo de Moisés Errázuriz y Carmela Ovalle Valdés, ha sido cónsul de Chile en Suiza en los años '30. Una hija de él es la sra. Olaya que se casó con Radomiro Tomic, para tener una referencia más actualizada. Desconocemos si hay parentesco con don Matías Errázuriz pero nos parece evidente su participación en este trato noble con el Fundador a nivel de Relaciones Exteriores.

El texto de la tarjeta dice:

República de Chile

 Ministerio de Relaciones Exteriores Carlos Errázuriz Ovalle, saluda atentamente al Rvdo. Padre Orione, y tiene el agrado de adjuntarle su pasaporte, con la visación correspondiente para Argentina, y cien pesos de parte de mi hija.

El certificado sanitario que Ud. tiene debe presentarlo, junto al pasaporte, a la Panagra. Que tenga buen viaje.

Ese augurio final "los cien pesos de parte de mi hijo" (Carlos Matías Errázuriz Echeñique), la entrega personal de los documentos son algo que va más allá de lo funcionario y dice el cariño que acompañó a don Orione en su estadía en Chile. El gesto noble y delicado debe haberle "conquistado" el corazón. No había salido a la luz todavía eso de que "verás como quieren en Chile al amigo cuando es forastero".

Los padres salesianos lo acompañaron al aeropuerto para el viaje de vuelta a Argentina entre ellos Pablo Robagliati que, delicadamente, quiso, de esta manera, borrar su ausencia al arribo.

 

VIERNES 7 DE FEBRERO

EN MENDOZA

El Mercurio del día viernes 7 publica dos listas de pasajeros de Panagra cuya destinación era Buenos Aires y Mendoza. Entre estos seis cierra la lista "... y Sr. Luis Orione".

Ciertamente es don Orione, aunque no esté calificado con el título de reverendo o algo parecido sino democráticamente como todos los viajeros. Podemos observar el documento mercurial de la época que se reproduce a continuación.

El fundador alcanzó a permanecer en Chile ocho días; llegó el jueves 30 de enero, como a las 16:30 hs. y salió el jueves siguiente, 6 de febrero en la mañana.

Nos damos cuenta que no fueron vacaciones para él sino intensos días de escribir cartas, recordarse de sus hijos, de sus superiores jerárquicos y de contactos personales con quienes lo habían invitado. Llegado a Argentina describe cómo fue su regreso.

"Al regresar cruzamos los Andes bajo un cielo maravilloso; fue una travesía feliz, tanto más, cuanto conocíamos las jugarretas que el avión podía brindarnos.

Sólo la última parte del viaje se vio algo turbada por la amenaza de un temporal; en efecto entramos a la provincia de Mendoza en medio de densas nubes, por arriba y por abajo; no se veía nada; entonces elevé el corazón al Señor y oré...

Cuando descendí en Mendoza me acordé de las palabras del Obispo y fui a verlo.

Me recibió con alegría y se mostró dispuesto a ordenar a nuestros clérigos en cuanto se los presente. Le agradecí tanta bondad y nos separamos confortados por el cielo.

Fui de nuevo a saludar a la donante de la casa de Mendoza y a mis queridos salesianos. El gobernador de la ciudad, enterado de mi regreso, me mandó llamar y trabé relación con él.

Luego de algunas cortesías mutuas, me ofreció el reformatorio que vi y acepté sin vacilaciones. Acordé con él que en mayo, cuando volviera a pasar por Mendoza (en viaje a Chile, para inaugurar el Pequeño Cottolengo Chileno) ajustaríamos los detalles.

EN SANTIAGO

Mientras don Orione, llegado a Mendoza, visita al obispo, agradece a los donantes y a los salesianos y toma acuerdos con el gobernador, en Santiago aparece este artículo en El Imparcial, diario de la época, del 7 de febrero de 1936, en la página 8.