Sin duda mucha gente se habrá acercado a don Orione para despedirse y desearle un feliz viaje con el deseo de poderlo ver de nuevo unos meses más.
Padre Acuña nos confirmó que muchas personas se acercaban a don Orione y de ellas, en especial los salesianos, porque estaban convencidas que el haberse tratado con él era una garantía de salvación eterna.
Esta convicción responde a la gracia que el Fundador pidió al Señor, en su ordenación sacerdotal: que toda persona que él hubiese encontrado en el camino de su existencia se salvara.
LOS TRÁMITES DE LA SALIDA
Para poder salir del país, en esa época, uno debía tener un salvoconducto.
Respondía a un certificado de antecedentes que daba, en el caso de don Orione, extranjería, el certificado sanitario y la visación correspondiente para poder entrar en Argentina, en su pasaporte. Un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores se dedicó a eso, lo que dice que el ilustre huésped tuvo un trato de casi "diplomático".
Pensamos que no llevó el certificado de extranjería porque no se menciona en la tarjeta de acompañamiento de los documentos. Sabemos que Carlos Errázuriz Ovalle Valdés, nace en 1887, hijo de Moisés Errázuriz y Carmela Ovalle Valdés, ha sido cónsul de Chile en Suiza en los años '30. Una hija de él es la sra. Olaya que se casó con Radomiro Tomic, para tener una referencia más actualizada. Desconocemos si hay parentesco con don Matías Errázuriz pero nos parece evidente su participación en este trato noble con el Fundador a nivel de Relaciones Exteriores.
El texto de la tarjeta dice:
República de Chile
Ministerio de Relaciones Exteriores Carlos Errázuriz Ovalle, saluda atentamente al Rvdo. Padre Orione, y tiene el agrado de adjuntarle su pasaporte, con la visación correspondiente para Argentina, y cien pesos de parte de mi hija.
El certificado sanitario que Ud. tiene debe presentarlo, junto al pasaporte, a la Panagra. Que tenga buen viaje.
Ese augurio final "los cien pesos de parte de mi hijo" (Carlos Matías Errázuriz Echeñique), la entrega personal de los documentos son algo que va más allá de lo funcionario y dice el cariño que acompañó a don Orione en su estadía en Chile. El gesto noble y delicado debe haberle "conquistado" el corazón. No había salido a la luz todavía eso de que "verás como quieren en Chile al amigo cuando es forastero".
Los padres salesianos lo acompañaron al aeropuerto para el viaje de vuelta a Argentina entre ellos Pablo Robagliati que, delicadamente, quiso, de esta manera, borrar su ausencia al arribo.
VIERNES 7 DE FEBRERO
EN MENDOZA
El Mercurio del día viernes 7 publica dos listas de pasajeros de Panagra cuya destinación era Buenos Aires y Mendoza. Entre estos seis cierra la lista "... y Sr. Luis Orione".
Ciertamente es don Orione, aunque no esté calificado con el título de reverendo o algo parecido sino democráticamente como todos los viajeros. Podemos observar el documento mercurial de la época que se reproduce a continuación.
El fundador alcanzó a permanecer en Chile ocho días; llegó el jueves 30 de enero, como a las 16:30 hs. y salió el jueves siguiente, 6 de febrero en la mañana.
Nos damos cuenta que no fueron vacaciones para él sino intensos días de escribir cartas, recordarse de sus hijos, de sus superiores jerárquicos y de contactos personales con quienes lo habían invitado. Llegado a Argentina describe cómo fue su regreso.
"Al regresar cruzamos los Andes bajo un cielo maravilloso; fue una travesía feliz, tanto más, cuanto conocíamos las jugarretas que el avión podía brindarnos.
Sólo la última parte del viaje se vio algo turbada por la amenaza de un temporal; en efecto entramos a la provincia de Mendoza en medio de densas nubes, por arriba y por abajo; no se veía nada; entonces elevé el corazón al Señor y oré...
Cuando descendí en Mendoza me acordé de las palabras del Obispo y fui a verlo.
Me recibió con alegría y se mostró dispuesto a ordenar a nuestros clérigos en cuanto se los presente. Le agradecí tanta bondad y nos separamos confortados por el cielo.
Fui de nuevo a saludar a la donante de la casa de Mendoza y a mis queridos salesianos. El gobernador de la ciudad, enterado de mi regreso, me mandó llamar y trabé relación con él.
Luego de algunas cortesías mutuas, me ofreció el reformatorio que vi y acepté sin vacilaciones. Acordé con él que en mayo, cuando volviera a pasar por Mendoza (en viaje a Chile, para inaugurar el Pequeño Cottolengo Chileno) ajustaríamos los detalles.
EN SANTIAGO
Mientras don Orione, llegado a Mendoza, visita al obispo, agradece a los donantes y a los salesianos y toma acuerdos con el gobernador, en Santiago aparece este artículo en El Imparcial, diario de la época, del 7 de febrero de 1936, en la página 8.
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