SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

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lunes, 22 de agosto de 2022

CONFIADO EN LA PROVIDENCIA DIVINA

 


Dios, el consuelo, la luz, la gracia, la misericordia de Dios”.
Confiado en la Providencia
La visión de la Providencia, además de expresar la fe y el sentido de lo sobrenatural en la vida, en Don Orione asume también una connotación carismática. Él no ha dudado en encuadrar su misión en el seno mismo de la misteriosa acción providente de Dios, llamando a su fundación “Pequeña Obra de la Divina Providencia”.

Don Orione fue un modelo de abandono y de fe en la Providencia; y eso constituye una de las principales directivas ascéticas, además de un legítimo y filial consuelo, para cuantos prolongan su inspiración carismática: somos llamados a atestiguar la presencia y la obra de la Providencia de Dios, ya sea con nuestra actitud interior como con el apostolado externo de la caridad.

El nombre de la “Divina Providencia” siempre le fue muy querido a Don Orione, tanto que firmó ordinariamente sus escritos “Sac. Luis Orione de la Divina Providencia”. ¿Cómo explicar esta actitud de abandono filial en la Providencia por parte del Padre Fundador? Indudablemente la marcha de su vida, especialmente en los orígenes, la incertidumbre y la aparente falla de algunos caminos emprendidos, como el camino vocacional con los Franciscanos y Salesianos, debieron inducirlo a reconocer en sus pasos no solamente poco fáciles sino también insólitos, la guía de aquella Providencia que lo quería y hacía “fundador” por encima de sus planes y sus deseos. “Cuando es la Providencia la que hace, cuando se ve que es la Virgen misma la que hace y que nosotros no somos otra cosa que ‘chapuceros’, ¿qué quieren decir? Digitus Dei est hic! Nosotros somos estropajos (stracci) en las manos del Señor, de la Divina Providencia... nosotros somos estropajos “stracci) en las manos de la Iglesia, a cuyo servicio nosotros únicamente estamos, con devoción plena y perpetua... Se los dije tantas veces que nosotros somos estropajos (stracci) de Dios y de la Virgen, y la gracia y fortuna es toda nuestra, si Ellos se sirven de nuestras miserias para hacer algo de bien en la Santa Iglesia”.

Por esta profunda confianza en la Divina Providencia, Don Orione supo descubrir su historia personal, la de los demás, la de la Iglesia y de la humanidad, como el fruto del amor divino, y se dejó plasmar como instrumento en las manos de la Divina Providencia para volverse a su vez providencia para los hermanos. Supo leer la vida como historia de salvación. Ha sabido ver la mano de Dios, también en el mal y en el sufrimiento: “... la mano de Dios conduce todas las cosas. Alguno de ustedes dirá: ¿También los males? Sí, también los males morales. ¿También el pecado? Sí, también el pecado. No el mal moral de por sí, sino porque nos hace sentir que todos somos débiles, que debemos arrojar la frente en el polvo, que no somos nada frente al Señor, que no debemos hacer otra cosa que invocar la ayuda de  Dios, el consuelo, la luz, la gracia, la misericordia de Dios, 
Fuente Don Orione. Santo.

EL PORQUE DE UN SANTUARIO, EN UN BARRIO DIFÍCIL Y PRIMERA GUERRA MUNDIAL

 

El 29 de agosto, celebraremos a Nuestra Señora de la Guardia, veamos el  origen de su advocación y como forma parte de la vida de la obra Don Orione.

La guerra es la cruel enemiga del amor cristiano, Don Orione quiere consolar a todos los que lloran. En años anteriores había organizado peregrinaciones a la virgen de la guardia en Génova, " verdaderas muchedumbres, dan masivas respuestas de fe y devoción a la Santísima Virgen", pero a causa de la guerra cesaron las peregrinaciones.

La primera guerra mundial seguía su ritmo implacable y mortal. EL sector de San Bernardino estaba atiborrado de rebeldes. En la pequeña Iglesia del barrio dedicada a la Virgen de la Guardia, un día se escuchó un retumbar de golpes desde la parte superior de la bóveda. Numerosas personas golpeaban con palos a más no poder, de modo que no se escuchaban siquiera las palabras de la Misa. Desde ese día, cuando Don Orione celebraba la Eucaristía, tenía la precaución de no hacer sonar la campana. Pero en poco tiempo el ruido se repitió, justamente durante la Ceremonia religiosa, en el instante del más recogido silencio. Afuera los rebeldes rompían a pedradas las ventanas. Junto a la Iglesia   había un pequeño campanario que contenía una única campana. Para hacerla sonar Don Orione le había atado un cordel lo encontró cortado. Entonces lo sustituyó con un alambre y lo encontró despedazado. Un valeroso muchacho subió a la cima del campanario para llamar a la Misa. Sintió que lo aferraban por la espalda, mientras una voz le gritaba: “Si no paras, te tiro del campanario”. La batalla implacable con los rebeldes mantenía en el Sacerdote el dolor del apóstol, frente a tantas almas enfrentadas a Dios. Pero conocía un secreto que estaba a la vista de todos. Lo había experimentado hasta tal punto que, ciertos momentos le parecía poder utilizarlo con plena seguridad: la Virgen. Todo conduce a Cristo a través de María. Era necesario que, en el barrio de San Bernardino, en Tortona en Italia, en el mundo entero, Ella se convirtiera en eje. Era necesario crear, por todas partes, Centros Marianos. Este convencimiento se abrió paso con la fuerza del amor que Dios le concedía. Se Trataba, en primer lugar, de acercarse a los perseguidores.

Era el invierno de 1918, Don Orione usaba zuecos. Sobre la típica vereda de canto rodado, los zuecos resonaban como el golpeteo de un martillo. Sobre sus espaldas, una pobre manta. Caminaba como pocos hubieran sabido caminar…Su aspecto concordaba perfectamente con el de los rebeldes ¿Era el Fundador de una nueva Congregación? No, no se trataba de un disfraz Don Orione, vivía verdaderamente esas mínimas condiciones de pobreza. Sacerdote atormentado, tenía la fuerza suficiente para interpretar aquellos extraños sacrilegios como actos desdichados   de abatimiento de desesperación por parte de gente que sufría porque la guerra continuaba, la sangre formaba ríos, las dificultades se volvían aplastantes. Era necesario encauzar todos esos motivos en el amor a María. Era la gracia más grande y más urgente que se podía solicitar a través de la virgen, confiando en su maternidad y en su intercesión. Pedir a través de María, la gracia del fin de la guerra. Pero pedirlas todos juntos, venciendo odios. Todos juntos, en penitencia. Una penitencia que se convierte en esperanza.

Don Orione invoca a la virgen por la nación, en especial por los soldados en el frente de batalla y por su querida Tortona exhorta a todos a hacer votos públicos de construir un gran santuario mariano, lanza esta iniciativa en el difícil barrio de San Bernardino, el más difícil y turbulento barrio de Tortona, allí hay una humilde iglesia del siglo XVI  en la que ya existía la devoción a Nuestra Señora de la Guardia, así por aclamación popular se hace el voto de construir un gran Santuario Mariano, era el 29 de agosto de 1918, fiesta de la Guardia

Ese mismo año en noviembre termina la guerra y ese 29 de agosto de 1919, encabeza una procesión que sale desde el mismo barrio San Bernardino hasta la catedral, donde se renovará solemnemente la promesa del santuario.