SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


domingo, 28 de febrero de 2021

MES DE SAN JOSÉ

Su Santidad el Papa Pío IX, en 27 de abril de 1865, concedió a los que practiquen la devoción del Mes de marzo en obsequio de San José, 300 días de indulgencia plenaria para cada día del mes, una indulgencia plenaria en el día que se elija del mismo mes, habiendo confesado y comulgado y rogado por las intenciones del santo padre.

Acordaos, oh castísimo esposo de la Virgen María, dulce protector mío San José, no haberse jamás oído decir que alguno de los que han invocado vuestra protección e implorado vuestro socorro haya quedado sin consuelo. Animado con esta confianza, vengo a vuestra presencia y me encomiendo fervorosamente a vuestra bondad. ¡Ah!, no desatendáis mis súplicas, oh padre adoptivo del Redentor, antes bien, acogedlas favorablemente y dignaos socorredme con piedad.

 Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria; y enseguida:

 Jesús, María y José, proteged a la Iglesia Católica, a su cabeza visible el Sumo Pontífice, y protegednos a todos ahora y siempre. Amén.

Jesús, María y José, amparadme en vida y en mi última agonía.

Jesús, María y José, recibid cuando yo muera el alma mía. 

En sufragio de las almas del purgatorio más devotas a San José, reza un Padre Nuestro con Ave María y un Gloria.

Fuente: https://hozana.org/es/comunidad/9620-mes-de-san-jose

EN EL MES DE SAN JOSE, UNA ANECDOTA DE DON ORIONE

 



Cada año las distintas casas de la Obra Don Orione celebran con especial devoción el día de San José.

Compartimos una anécdota relatada en el libro "Florecillas de Don Orione", sobre el vínculo entre el Custodio de la Sagrada Familia y el Santo de la Caridad.

“¿Seria San José en persona?”

“Don Orione estaba siempre escaso de dinero y con frecuencia eso le creaba no pocas angustias, especialmente en los primeros tiempos de su apostolado, cuando tenía tantos niños a los cuales quitar el hambre... Pero la Providencia intervenía.

Aquí está la narración de una de estas intervenciones, recogida de los labios mismos de Don Orione.

“Estábamos entonces (marzo de 1900) en el antiguo Convictorio paterno, en el Santa Chiara, y eran años de gran trabajo y también nuestros jóvenes estudiaban bien y rezaban bien (...). En momentos en los cuales no teníamos pan, no teníamos nada, fue San José el que vino a nuestro encuentro. Pero sólo este año parecía que el querido San José no quería venir a ayudarnos.

Llegó el mes de marzo, y estábamos muy necesitados de dinero: eran momentos muy penosos, y nos encomendábamos mucho a San José, que es invocado como administrador, mejor como proveedor de las casas religiosas, así como fue proveedor de la sagrada Familia. Y verdaderamente, también con nosotros, demostró siempre ser un buen proveedor... Venía a animarnos en esta devoción un santo y culto canónico, Mons. Novelli: nos confortaba, entonces, a esperar bien, a confiar en la ayuda de San José, en aquellos difíciles momentos, y a orar. El portero, entonces, era nuestro Zanocchi, luego superior de nuestras casas de América: entonces él no era ni siquiera clérigo, porque había llegado hacía pocos meses; para probar la virtud de este joven, para experimentarlo, lo puse a hacer de portero.

Estábamos, entonces, en el mes de San José. Y en lugar de venir las ayudas, venían los acreedores para hacerse pagar. Yo no me podía librar de ellos, mientras Mons. Novelli me decía siempre que confié.

Un día estábamos precisamente sin nada. Era la S del santo: ¡más aún la antevíspera de la fiesta! Pero San José parecía que no nos quería ayudar. Pero he allí, se presenta en nuestra puerta un señor: yo estaba arriba y este señor pregunta: “¿Dónde está el Superior?” Y el portero sube a la carrera y me dice: “Hay un señor que desea hablarle”. “¿Pero quién es? ¿Es un acreedor?” “No lo conozco”. “¿No es el carnicero? ¿el lechero?”. “No lo sé”. “¿No dijo si es el del arroz o el de la sal?” “No lo sé”. “¿Es el muchacho de la Señora Chiesa?”. Se trataba de dar, me parece, a esa proveedora algunos miles de liras. “¿No lo has visto nunca?”. “No lo he visto nunca”. “¡Está atento de que no sea un acreedor!”... Éramos entonces unos doscientos.

Parecía una fatalidad: un acreedor detrás del otro; salía uno, entraba el otro. No creía que ese hombre no era también un acreedor: pero no se podía reparar, había que ir. De hecho bajé. Las puertas del colegio de entonces estaban precisamente en ángulo recto con la puerta de nuestra casa aquí, de la casa madre. Recuerdo con precisión esto: bajo las escaleras apurado y me encuentro delante de un señor modestamente vestido y con una barbita rubia. Ese señor me dice: “¿Ud. es el Superior? ¡Aquí hay una suma!”, y sacó un grueso sobre.

Esto lo recuerdo como si hubiese sucedido esta mañana. Entonces, como se hace habitualmente, le pregunté si debíamos celebrar algunas misas: “¿Hay obligaciones? ¿Hay alguna beneficencia que hacer?”. “¡No, no!”, respondió. “No hay nada. Sólo seguir rezando!”. Yo no lo había visto nunca. Me miró un instante y, saludándome con una reverencia, partió rápidamente. Hubiese deseado detenerlo pero, no sé cómo, no tuve coraje de hacerlo: esa presencia y esas palabras me habían como encantado... Y, mientras salía, los que estaban presentes dijeron que el rostro de ese señor tenía un no sé que de celestial... Y entonces nos lanzamos de inmediato sobre sus pasos para ver donde iba.

Ese señor hizo algunos pasos; salió por la puerta, descendió el escalón, pero luego no se lo vio más, ni a la izquierda ni a la derecha, ni bajo los pórticos ni en la iglesia; en el patio estaban solo los jóvenes. Se mandó de inmediato a dos de ellos para buscarlo, pero fue inútil. Nosotros nos retiramos todavía más confundidos: tenía un aspecto no de hombre; había salido apenas y ya había desaparecido. Vino luego Mons. Novelli y se le narró lo que había sucedido. El dijo: “¡Es San José, es verdaderamente San José, que ha querido confortarlos!”. Nosotros, de verdad, creímos siempre que era San José. Pero a Mons. Novelli le expresé una duda: “Era demasiado jóven, se presentaba demasiado joven con una barba un poco rojiza”.

Él me respondió: “Pero San José no debía ser viejo, no era viejo. La iconografía lo presentó delante de las generaciones cristianas así, hizo de él un viejo, para hacer comprender más, para hacer sentir más la verdad que él no era el padre verdadero de Jesucristo, ¡sino sólo el padre putativo!”.

Ustedes, sin ánimo de ofenderlos, estarán ansiosos de saber cuánto dinero había en ese sobre: les bastará saber que había tanto como para pagar a los acreedores más urgentes y más grandes... Nosotros le estuvimos siempre agradecidos a San José.

Que este hecho sea transmitido siempre en reconocimiento a San José por esa providencia extraordinaria. Y he creído bien hablarles de ello, para que también ustedes, después de este hermoso período de años pasados, quieran aún agradecerle conmigo...” (Par. 18 - 3 - 1938; D.O. III, 727 ss.)."

Fuente: Libro "Florecillas de Don Orione", de Mons. Gemma

EFEMÉRIDES MESSAGGI DON ORIONE

2013 - A las 20:00 horas comienza la sede vacante (con el cierre de la puerta del Palacio Pontificio de Castel Gandolfo), ya que la renuncia del Papa Benedicto XVI, anunciada el 11 de febrero de 2013, se hace efectiva.


El Papa Benedicto XVI se trasladó temporalmente a Castel Gandolfo, donde residió antes de retirarse a un monasterio enclaustrado en el Vaticano

RECORDANDO EL ADIOS DEL PAPA EMERITO BENEDICTO XVI

 





la última jornada de Benedicto XVI como Papa. Después de exactamente 2.873 días al frente de la Iglesia católica, fue a las 20.00 horas s hizo efecto su renuncia como Pontífice. Se abria de ese modo un nuevo capítulo en su vida y sobre todo en la de la Iglesia, que desde hace 700 años no vivía la dimisión de un Pontífice.

El Papa, que hace ya días que tiene hechas las maletas, consagrará el día a los adioses. A las 11.00 horas, se despedio personalmente de los cardenales, con los que se reunió en la sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano. El colegio cardenalicio estuvo casi al completo, ya que desde  hacia 17 días Benedicto XVI anunció su decisión de dimitir tuvieron tiempo suficiente para congregarse muchos de ellos en Roma.

Pero el plato fuerte de la jornada, la imagen que ha quedado para la Historia y que ha sido recogida por las cámaras de televisión, es la que ha mostrado a Benedicto XVI abandonando el Vaticano a bordo de un helicóptero. Cuando vuelva a poner el pie en el suelo del Vaticano, dentro de alrededor de un par de meses, ya no será Papa, sino Papa Emérito.

Cuando se contemplaba al Papa a escasos metros del helicóptero blanco, sus fieles podían leer en su cuenta de Twitter, @Pontifex: "Gracias por vuestro amor y cercanía. Que experimentéis siempre la alegría de tener a Cristo como el centro de vuestra vida".

Poco antes, en el Patio de San Dámaso del Vaticano, el Papa fue despedido por el cardenal Tarcisio Bertone, el Secretario de Estado, y por otros miembros de la curia. Acto seguido el Pontífice, que en abril cumplió  años, recorrió una pequeña distancia en coche y se subió al helicóptero junto a su secretario personal, el padre Georg Gaenswein. El aparato despegó y puso rumbo hacia Castel Gandolfo, la localidad a 23 kilometros de Roma en la que se encuentra la residencia de verano de los Papas y donde Benedicto XVI ha pasado en los últimos años sus vacaciones.

Sus próximas semanas

Ratzinger vivio en Castel Gandolfo las primeras semanas después de que entro en vigor su renuncia, unos dos meses en total. La versión oficial es que Ratzinger permanecerá en Castel Gandolfo mientras se termina de poner a punto el Mater Ecclesi, el convento situado dentro del Vaticano al que Benedicto XVI se retirará cuando sea elegido su sucesor. Pero la realidad es que se quita de en medio para evitar arrojar la más mínima sombra sobre el cónclave que elegirá al nuevo Papa o sobre los primeros días de andadura de su sucesor. Además, ya ha anunciado que a partir del momento de su dimisión vivirá 'oculto del mundo', dedicado a una vida de oración y meditación.

El viaje en helicóptero desde el Vaticano a Castel Gandolfo fue breve: menos de 15 minutos. Benedicto XVI llevo a cabo un último acto público de su Pontificado. Se asomo al balcón del palacio apostólico de Castel Gandolfo, para saludar a los fieles de esa localidad y a los turistas y curiosos que acudieron a la misma para despedirle.

A las 20.00 horas, Joseph Ratzinger renuncio al Pontificado, poniendo fin a un Papado que comenzó el 19 de abril de 2005, cuando en la tercera votación fue elegido Pontífice. A partir de ahí, empezo una nueva vida, todo cambio para él. Bueno, no todo: seguirá llamándose Benedicto XVI, aunque su título desde ese momento será el de 'Papa emérito' o 'Romano Pontífice emérito', como él mismo ha decidido. "Ha consultado al cardenal camarlengo, a la secretaría de Estado y al colegio cardenalicio para recibir consejo. Pero la decisión ha sido suya. Ha dicho: deseo llamarme así", destaca Federico Lombardi, el portavoz vaticano.

Benedicto XVI seguirá vistiendo de blanco, aunque con una sotana más sencilla que la de Papa, sin la pequeña capa adosada que lleva la de los Pontífices. Tampoco llevará ya el anillo de Pescador ni el sello que utilizaba. Ambos se supone que serán destruidos, como ocurre a la muerte de un Papa. Y también dejará de calzar sus famosos zapatos rojos, que algún malpensado decía que eran de Prada. Se verán sustituidos por unos simples zapatos marrones.

"Sono un pellegrino che inizia l'ultima tappa del suo pellegrinaggio qui sulla terra. Andiamo avanti insieme col Signore per il bene della Chiesa e dell'umanità." (L'ultimo saluto di Benedetto XVI ai fedeli a Castel Gandolfo)