SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


sábado, 17 de junio de 2023

DESDE 1947, MENDOZA CON PRESENCIA ORIONITA

 

Para nuestro fundador, San Luis Orione, la educación es el servicio más alto que se le puede ofrecer a un pueblo. De este modo para él, las escuelas y las obras de caridad se funden en un solo proyecto de educación a la solidaridad. Decía Don Orione: “Si una escuela es siempre una gran obra de caridad, es siempre una gran escuela”.

La Señora Jovita Arenas, importante ciudadana de Godoy Cruz y de profundo compromiso con la Iglesia, preocupada por la espiritualidad de los habitantes del noroeste del departamento de Godoy Cruz, y alarmada por la instalación en el lugar de una amplia cantidad y modalidad de sectas, donó a la Obra Don Bosco un terreno de dos hectáreas para la construcción de un Templo y un Colegio. Consideraba que si sacerdotes dedicados a la educación  se abocaban a trabajar con jóvenes de la zona, alcanzarían un mayor progreso moral, civil y económico.
Los salesianos ya poseían colegios en la Provincia, por lo que facultaron al Padre Valentín Bonetti a buscar sacerdotes interesados.
El Padre Bonetti conocía los pensamientos de Don Orione y le ofreció a la Obra de la Divina Providencia la posibilidad de radicarse en Mendoza.
Así, cumpliendo con los deseos del Padre Fundador y de continuar extendiendo esta Obra de Caridad,  que es la educación, es que en 1.947 los orionitas se instalaron en la Parroquia dedicada a Nuestra Señora del Carmen, atendiendo a una comunidad que residía en casi doscientas hectáreas.
En 1.965 encontraron casi imprescindible abrir un colegio para educar a tantos niños y elevar su calidad de vida. Así funcionaron en los salones parroquiales el nivel inicial y los primeros grados, siendo el primer Representante Legal de nuestro Colegio el Padre Adolfo Gijón. Ya en 1.968, con la llegada del Padre Juan D´Atilia como Representante Legal y Director, se comenzó la construcción del edificio escolar en el lugar donde se encuentra actualmente.
En 1.969 los niños de la primaria se trasladaron a las nuevas aulas y en 1.970 se iniciaron las obras edilicias del nivel secundario, que brindaría primero el título de Perito Mercantil Nacional, luego se diversificaría la oferta educativa y los egresados serían Bachilleres con orientación en Informática. Administrativo Contable o Contable Impositivo, hasta el año 2.002 cuando egresó la última promoción. A partir del 2.003 sus egresados pertenecen a las Modalidades de Economía y Gestión de las Organizaciones, Ciencias Naturales, Salud y Ambiente y Humanidades y Ciencias Sociales.
En el año 2.006 ampliamos nuestra oferta educativa extendiendo el Nivel Inicial con la apertura de la Sala de 4 años, mientras que en el 2007 abrimos la Modalidad de Comunicación Arte y Diseño.
Forman parte de nuestra historia aquellos que a lo largo de todos estos años han tenido y aún continúan teniendo la responsabilidad de dirigirnos y conducir nuestras propuestas educativas. Los representantes legales que le sucedieron al P. Juan D´Atilia fueron el señor Elías Wassaf, hasta el año 1.985, cuando llega el P. Juan Ramón Molina, quien será responsable hasta el año 1.989, fecha en que se hace cargo el P. Mario Guarino, quien es sucedido por el P. Héctor Pazos desde el año 1.998 al 2.005 cuando llega el P. Juan Pereira López. Ya en el 2.006, por decisión del Consejo Superior de la Pequeña Obra de la Divina Providencia en Argentina, en acuerdo con la Comunidad Religiosa de Mendoza, designan a la señora María Norberta Mercau como Representante Legal Laico y al P. Juan Pereira como Representante Legal Religioso de la Institución, introduciendo de esta manera una nueva estructura del Equipo de Conducción.
El Nivel Primario tuvo como directivos al P. Adolfo Gijón, al P. Juan D´Atilia, luego desde 1.973 a la señora Norma Pereira hasta 1.982, cuando retoma la dirección el Padre Juan con la señora María Noberta Mercau como Vicedirectora, quien asumirá en 1.986 la Dirección del Colegio en esta sección junto a la señora Sonia Scagliotti en la Vicedirección. Ya para el año 2.006 se hace cargo de la Dirección y la Vicedirección será asumida por la señora Susana Butacaulia.
El Nivel Secundario fue dirigido, en primer lugar, por la señorita Verónica Arcioni como rectora hasta el año 1.973, fecha en que asume como Rector el Padre Juan D´Atilia, quien en 1.977 crea el cargo de Director de Estudios, siendo la señora Liliana Fernández, la primera en ocuparlo, luego será sucedida por el señor Jorge Parvanoff, la señora Elsa Rossi, la señora Amelia Sícoli, el señor Daniel Ruchtle, la señorita Victoria Bottechia, el señor Osvaldo Marianetti, la señora Patricia Brondo, la señora Alba Acevedo hasta que en 2.006 asume la señora Stella Sánchez,. Los rectores que sucedieron al Padre Juan D´Atilia fueron el señor Juan Carlos Abraham y la señora Amelia Sícoli.
A partir del 2.009 ambos Niveles educativos renovaron sus autoridades: en el Secundario la señora Stella Sánchez y la señora Lucía Caruso asumen como Directora y Vicedirectora respectivamente, mientras que en el Primario la señora Sonia Scagliotti continúa en la Dirección y el Prof. Marcelo Osorio se hace cargo de la Vicedirección, constituyendo el Equipo Directivo del Colegio junto al P. Juan Pereira López y la señora María Norberta Mercau en la Representación Legal.
Desde febrero del año 2.011 a febrero del corriente estuvo como Representante Legal Religioso el Padre Sergio Jiménez.ahora acompaña el Padre Cristian  Ducloux  .y el padre Jorge Torti.hoy con nueva autoridad.

LOS PRIMEROS SACERDOTES ORIONITAS EN MAR DEL PLATA.

Los primeros habitantes que conformaron la barriada del Puerto de Mar del Plata tenían, en su mayoría, algunas características particulares.

A saber:eran inmigrantes italianos,procedían de las regiones del sur de Italia y se dedicaban a la pesca. Ante esto podríamos suponer que la relación entre los nuevos pobladores y el espacio que se estaba consolidando tendría los condimentos necesarios para la conformación de una identidad propiamente dicha.¿Pero qué elementos indican una identidad? ¿Cómo podríamos establecerlos? En función de estudios anteriores, partimos de la premisa de la existencia de un enclave “étnico” que permitió la génesis y el desarrollo de un enclave de tipo “cultural” en el que fue posible la construcción de una identidad propia, fruto del diálogo con la sociedad receptora.

En este caso, la sociedad receptora se identifica con dos instituciones, a nuestro entender claves en el desarrollo de la zona: la Comisión Auxiliar de Damas Vicentina y los sacerdotes de la Pequeña Obra de la Divina Providencia Debido a esto, pretendemos analizar qué tipo de relación se estableció entre los pobladores inmigrantes y las instituciones mencionadas y cómo influyeron las mismas en la conformación de una identidad. Desde la década de 1920, los tres protagonistas de esta relación comienzan a interrelacionarse, siendo los inmigrantes italianos el punto de contacto entre ellos. Las Damas Vicentinas, un grupo de mujeres pertenecientes a la elite porteña que veraneaban en Mar del Plata, instalaron una sede en el Puerto en el año 1919 y gestionaron la 2 llegada de los sacerdotes Orionitas que misionaban siguiendo los pasos de Don Luigi Orione, fundador de la orden. Ambas instituciones coincidieron en el primer objetivo para la barriada portuaria: el establecimiento de una iglesia y de dos colegios, uno para varones y otro para señoritas, que ofrecerían a la población el “acceso al culto católico”. Así surgen, con el apoyo económico de la primera de estas instituciones y el espiritual de la segunda, la iglesia La Sagrada Familia, el colegio homónimo para varones y el colegio Inmaculada Concepción para las señoritas una fuente importantísima: las cartas escritas por el Padre Dutto en su estadía en la Argentina. En su mayoría, el destinatario era Don Orione pero a él se sumaban otros religiosos de la congregación como Don Zanocchi (Provincial Superior de la Obra Don Orione) o Don Montagna (el primer sacerdote que se instaló en la zona del Puerto previo al Padre Dutto).
Nos hemos concentrado en relevar y analizar aquellas notas que Dutto escribió desde el Puerto de Mar del Plata. Las mismas se concentran en el período que va desde 1922 hasta 1938, año en que el Padre Dutto fue trasladado a Buenos Aires para ocupar el cargo de Director y Administrador de la Obra Don Orione en Argentina, Uruguay y Chile Estas cartas se caracterizan por estar escritas en italiano aunque, con el paso de los años, el idioma se va perdiendo y confundiendo con el castellano. Asimismo, la primera etapa, que podríamos ubicar hasta fines de la década de 1930, es muy rica en testimonios del padre Dutto mientras que en la segunda etapa post 1 930 van disminuyendo las mismas debido a la muerte de Don Orione y a la mayor cantidad de responsabilidades que tenía el padre Dutto en la congregación. Otro punto a tener en cuenta en esta caracterización de la fuente esque la misma fue construida por un sacerdote de la congregación   orionita. El Padre Giustozzi, en una visita a Italia, encontró estas cartas y las pasó a un formato electrónico, por lo tanto somos concientes que las mismas en su forma origina l han sufrido modificaciones que tienen que ver con la lectura y posterior traspaso. No obstante ello, consideramos a esta fuente documental como fundamental para comprender las primeras impresiones y el accionar del Padre Dutto en la zona del Puerto de Mar del Plata. Sumado a las cartas que hemos podido consultar, contamos con otras fuentes como los artículos del Semanario El Puerto, del Diario La Capital de Mar del Plata y del Diario La Prensa, algunas entrevistas orales que hacen referencia al accionar de los sacerdotes  Orionitas 3 y de las Damas Vicentinas en la zona, publicaciones de la Obra Don Orione, censos realizados por la comuna marplatense en las décadas de 1920 y 1930 y fichas de socios de la Asociación Italiana del Puerto “Casa d’Italia” El “Pueblo de Pescadores” como solía llamarse hasta entrada la década de 1950 al barrio del Puerto tiene sus orígenes con la construcción del puerto de ultramar en la década de 1910. El mismo fue inaugurado en el año 1921. A lo largo de los años ’10 y ‘20, los pescadores que se habían instalado en distintas zonas costeras de la ciudad y que habían sufrido un corrimiento espacial, fruto de las exigencias y demandas de la élite porteña veraneante, se establecieron en la zona aledaña a la banquina de pescadores o en la “otra Mar del Plata”.
En el año 1917, operaban en el puerto unas 100 lanchas pesqueras de motor y a vela registrándose un alto número de familias relacionadas con la actividad que se radicaban en la zona. En el año de la inauguración oficial del puerto, 1922, el barrio contaba con 1800 habitantes y las lanchas pesqueras llegaban a 150
1.       El diario La Prensa señalaba al respecto: “con la habilitación de la dársena de pescadores, muchas familias que se dedican a la venta de pescados se trasladaron a las cercanías de puerto. La pequeña villa recibió este aporte y las viviendas se alinearon a lo largo de las primeras calles. Así nació el barrio del puerto. La villa se ha ido extendiendo y cuenta ya con varios centenares de viviendas, ocupadas en total por más de dos mil habitantes...”
2.        2 Como se puede observar a partir de la cita anterior, el primer núcleo poblacional estaba formado por familias de condición humilde a los que se sumaban los trabajadores de la empresa constructora del puerto
3.        3.Hacia 1924 el pueblo del Puerto de Mar del Plata, como se lo denominaba en ese momento, abarcaba desde la avenida Martínez de Hoz hasta la calle Juramento y desde la actual avenida Juan B. Justo hasta la calle Vertiz. Esta zona era atravesada por el arroyo del Barco que desembocaba en el mar y se encontraba sin entubar. Dichos límites barriales se conservaron prácticamente hasta nuestros días…..
nos detendremos en el accionar de la Comisión Auxiliar de Damas Vicentinas
13 y en su preocupación por cambiar, por una lado, la imagen de abandono y desolación que caracterizaba a la zona y por otro, controlar los elementos anarquistas y socialistas que existían y que podían acrecentar cualquier conflicto de tipo social. Este grupo de mujeres pertenecientes a la elite porteña que veraneaban en la ciudad instalaron, en el año 1919 una sede en el Puerto
14. Si bien Elisa Alvear de Bosch fue presidente de la comisión a nivel nacional entre los años 1934 a 1937, gravitó de manera decisiva en el grupo dedicado a la ciudad de Mar del Plata e inclusive, en la actualidad, una calle del barrio del Puerto lleva su nombre. La Comisión de Damas Vicentinas influyó en una importante cantidad de cambios que se fueron dando en la zona no solo en el espacio urbano sino también a nivel de conductas sociales de los pobladores. Para ello, gestionaron el arribo de los sacerdotes orionitas que colaborarían en la tarea misionera La primera iniciativa de las Damas Vicentinas fue la construcción de la parroquia La Sagrada Familia y del colegio homónimo. Debido a ello, promovieron la llegada de los sacerdotes orionitas a inicios de los años ’20. En pocos años, la Iglesia y el colegio estuvieron terminados. El propio Padre Dutto, alma Mater de los orionitas en el Puerto, confirmaba a través de una carta dirigida a Don Orione, la rapidez de las obras: “Vino la señora Elisa Alvear de Bosch desde París con unos planos grandiosos del nuevo santuario del Salvador y del colegio. Dice que se concluirá rápidamente todo lo que está en construcción y que se necesitan más de 2 millones de pesos ”
 15.Tal como lo refiere Castro, el accionar de las Vicentinas combinaría las formas de beneficencia tradicional (reparto de alimentos y guardapolvos para los niños) con el apoyo una educación “preocupada por la consecución de un
orden social” y al “fortalecimiento de una nacionalidad peligrosamente puesta en duda” en la zona
16. En nuestro caso, tanto el orden social como el fortalecimiento de la nacionalidad, constituían elementos necesarios para trabajar entre los pobladores de la zona.
El otro gran proyecto de este grupo de damas se cristalizó años más tarde, con ello nos referimos a la construcción de viviendas obreras para los trabajadores del mar. Las mismas seconstruyeron en dos conjuntos de casas: el primer grupo se inauguró en el año 1941 y elsegundo en 1948. Al respecto, tal como afirma Castro: “esta iniciativa llevada adelante en el barrio puerto se insertaba dentro de un cúmulo de experiencias de construcción de viviendas obreras concretizadas por las vicentinas y por otros sectores de la Iglesia católica”
17. Pero más allá de la construcción material de las mismas, lo interesante serán los requerimientos solicitados a las familias que deseaban habitar este complejo: “gozar de buena conducta, contar con casamiento civil y religioso, poseer certificados de vacunación y someterse a un examen médico si fuera solicitado”
18. Esto nos remite a una política de moldeado social Muy marcada tendiente a “regularizar” situaciones anómalas para la sociedad de aquella época. Sin duda, este es un punto a tener en cuenta en relación a la conformación de identidades en el Puerto.
En relación a la inauguración del complejo edilicio, el primer número del Semanario El Puerto
19, dedicó un extenso artículo a la ceremonia de colocación de la piedra fundamental, resaltando la labor desempeñada por la Comisión y la magnitud del trabajo realizado, que se vio reflejada por la presencia del Vicepresidente de la República, en ese momento en ejercicio del Poder Ejecutivo, Ramón Castillo. El primer grupo de viviendas se levantó frente a la Parroquia La Sagrada Familia, en un terreno donado por un importante vecino y fueron pagadas  gracias a un subsidio del gobierno provincial, “con dos donaciones anónimas y dinero recolectado durante la temporada”. Así, confirmamos la dinámica seguida en este tipo de iniciativas: donación voluntaria de los terrenos, subsidios   gubernamentales y colectas realizadas en la temporada estival. Se invirtieron $155.000 en la edificación de las doce casas de material. En estas viviendas vivieron las familias Balastro, Navarra, Di Scala, De Mare, Sasso, Napoleone, Todisco, Díaz, Mayorana, De Gennaro, Migliaccio, todas relacionadas con el trabajo pesquero. Con respecto al segundo grupo de casas, fue realizado sobre la calle Bermejo (más cerca de la zona de la Banquina de Pescadores) en un contexto político completamente distinto. Instalado el peronismo en el poder, este tipo de iniciativas privadas tenía una fuerte competencia con el Estado peronista reflejado en la Fundación Eva Perón
21Aunque no fue publicitado con tanta solemnidad, otra de las iniciativas llevadas a cabo por esta Comisión de Damas fue la propuesta de una Delegación Municipal en el barrio.
Evidentemente, sus contactos e influencia a nivel político, llevaron a la creación de una Delegación Municipal en el año 1936. De esta forma, el llamado “Far West” marplatense logró transformarse, poco a poco, en una zona de crecimiento y de empuje.
Este grupo de mujeres de la élite porteña se unió a sectores altos de la sociedad marplatense de ese momento como también a los políticos dirigentes que gobernaban a nivel nacional y provincial, tales como José Luis Cantilo o Manuel Fresco. Tal es así que, su acción asistencialista se vio favorecida monetariamente con las colaboraciones personales de estos personajes políticos o con subsidios oficiales que procedían de la Cámara de Diputados de la Nación y del gobierno provincial. Así, junto a las obras edilicias realizadas como la escuela y la parroquia La Sagrada Familia y la escuela Profesional de Niñas , se suman el impulso dado a la distribución de alimentos, útiles y ropa a los hijos de las familias de los pescadores.
. Veamos como relata el Padre Dutto este tipo de colaboración: “el día de San José nos vino a visitar la señora de Ocampo, vicepresidente para Mar del Plata, y se quedó contenta. Nos trajo unas cien corbatas para el invierno y nos mandará los guardapolvos (... )el día de Pascua dimos, a todos los niños que tomaron la comunión, chocolates y leche con galletitas.
También distribuímos caramelos y fue un mundo de niños. Las niñas eran 115 y los niños muchos más. El domingo se distribuyeron los premios por la presencia al catecismo y a la misa. Teníamos casi 250 entre medias, corbatas de lana, camisas y vestidos ”
22 . Pero este accionar en esta “tierra de misión”, no pudo realizarse sin la colaboración de los sacerdotes orionitas
. Así, en la Memoria de las Obras Vicentinas en Mar del Plata , se recalca el papel desarrollado por los mismos: “gran parte de este éxito se debe sin duda a la acción eficiente, tan modesta como inteligente y perseverante, de los sacerdotes del Padre Orione , que la atienden. Recibidos con evidente recelo por los pobladores del puerto, han logrado con su bondad, desarmar toda resistencia y puede asegurarse que hoy son los mayores amigos de los rudos trabajadores del mar
”23 .5.Protagonista III: los sacerdotes orionitas y el Padre Dutto .El panorama que ofrecen las cartas del Padre Dutto sobre sus primeros años en el Puerto no era muy halagador. Así lo describía en una de sus primeras comunicaciones a la Obra religiosa: “este barrio está lleno de casillas de madera y de zinc. Todos son pobrísimos y miserables. Además, más de una vez viene al colegio algún chico sin camisa ... están abandonados y son ignorantes en un modo absoluto en lo que respecta a la religión. Sus padres son incrédulos e inmorales, verdaderamente pequeños salvajes
24”. Como podemos observar, a la imagen de desolación y abandono gubernamental se sumaba la falta de medios de las familias residentes y la poca instrucción de los habitantes de la zona. Será a partir de esta primera radiografía que el Padre Dutto iniciará una serie de actividades en forma individual o conjunta tendientes a cambiar la situación de la barriada portuense
25 .Una de las primeras acciones protagonizadas por los  Orionitas fue, como mencionáramos con anterioridad, la construcción de la parroquia La Sagrada Familia
26 y del Colegio homónimo
27. Allí, fue decisiva la colaboración económica de lAs Damas Vicentinas que permitió el levantamiento de las obras edilicias pero que, sin el accionar de los sacerdotes, hubiera quedado estrictamente en el plano material. En relación a la actividad escolar, Dutto demostraba que el colegio crecía rápidamente año a año y que incluso opacaba numéricamente a la escuela pública
28 situada en el barrio: “en el Puerto hay también una escuela pública hasta el cuarto grado, pero en pocos días nuestras pequeñas aulas se
completaron y debimos rechazar algunos pedidos de ingreso. Los alumnos son 54 en dos grados y no podemos aceptar otros para este año. Para el próximo año, esperamos abrir otros grados, si llegan otros misioneros desde Italia
29”.Evidentemente, la realización de la parroquia y el colegio fueron fundamentales ya que constituyeron uno de los ejes dinamizadores de la sociedad portuaria, tanto por su rol trascendente en lo que respecta a las cuestiones de culto como a la actividad social que algunos de sus feligreses llevaron a cabo en el barrio. La misma asumió un notable papel en la dinámica social portuaria entre los años ‘20 y ‘50, a tal punto que puede considerársela como una de las instituciones impulsoras de los cambios sociales experimentados en la época y una clave para la consolidación de las identidades culturales de la población portuaria. Pero veamos cómo.
Si nos detenemos en los motivos que impulsaron a esta orden católica a instalarse en la zona, debemos recordar que en aquella época el Puerto era considerado como una “tierra de misión”. En efecto, la impronta “Dios, patria, hogar” articuló e impulsó un conjunto de acciones destinadas a la concreción del orden social y la elevación moral de quienes en definitiva constituían el grupo donde potencialmente podían tener mayor arraigo las ideas “peligrosas” identificadas con el comunismo y el anarquismo. Probablemente, estas políticas perseguían al fantasma de los sucesos de la Semana Trágica que ocupaban una posición central en los fundamentos de la creación de la escuela parroquial.
Pasados más de quince años de su fundación, el Semanario El Puerto describía los fines y las actividades desarrolladas hasta esos años por la obra orionita :“(El Colegio) Tiene por fin educar e instruir a los niños en los sagrados amores de Dios, de la Patria y de la Familia, preparándolos para ser miembros útiles a sí mismos y a la sociedad, según los principios del recto vivir cristiano. (Esta escuela) ejerce la obra de la enseñanza entre los niños pobres completamente gratuita, proveyéndolos de lo necesario: esto es, útiles, libros, guardapolvos y espectáculos cinematográficos, contribuyendo así en su labor de asistencia y fomento de la educación infantil. Asimismo forma parte del programa cultural y de enseñanza del prestigioso colegio religioso que en forma tan
señalada contribuye al mejoramiento educacional de la niñez de la extensa y laboriosa barriada portuaria”
30.En consecuencia, los objetivos iniciales de los sacerdotes de Don Orione pudieron concretarse y mantenerse en forma sostenida con el paso de los años. Pero no solo el Padre Dutto se concentró en la educación elemental de estos niños sino que también buscó reunirlos en la parroquia con distintas actividades recreativas tales como la proyección de películas o la organización de una banda musical, que se sumaban al catecismo semanal. Esta labor “preventiva y reparadora” se veía reflejada en una de las tantas cartas a Don Orione en la que el sacerdote analizaba las actitudes de las familias de estos niños que, en general, contaban con algún miembro anarquista o socialista: “
Nos acercamos al final del año escolar y, en general, nuestros alumnos van muy bien con el estudio. Todas las familias, aunque tengan al padre anarquista o comunista, admiten que nosotros enseñamos más que en las escuelas públicas y nos mandan con gusto a sus hijos
” 31 .No obstante estas percepciones la importancia dada a prevenir algún foco “indeseable” era acorde con la política de la época. Tal como lo ha afirmado Luis Alberto Romero
32, la instalación de la Iglesia católica en “barrios potenciales” ha permitido el accionar de algunas congregaciones religiosas que tenían el deber misional de transformar zonas “difíciles y peligrosas” a través de una acción enérgica y sistemática. Asimismo, el estrecho vínculo con distintos sectores de poder
33 y con las Damas Vicentinas nos demuestra que en las décadas de 1920 y 1930 principalmente, el Gobierno, las organizaciones dedicadas a la beneficencia y la Iglesia eran una trilogía aceitada que funcionaba casi perfectamente en muchas ciudades de nuestro país.
Quisiéramos detenernos en la relación de los curas Orionitas y las Damas Vicentinas .A simple vista, podría caracterizarse a la misma como un lazo estrictamente económico que permitía, a través de las importantes donaciones otorgadas por este grupo de damas, obtener las herramientas necesarias para la tarea educativa y evangelizadora de la congregación. Esta idea la podemos corrobar en uno de los testimonios del Padre Dutto: “Viajé a Buenos Aires y he comprado, de acuerdo con la Comisión de las Damas Vicentinas que pagan todo, una hermosa máquina para cine y proyecciones fijas y 36
instrumentos de música para instituir también aquí una pequeña banda que será dirigida por un joven maestro de origen toscano que está en Mar del Plata y que ya conoce el colegio”
34. Es decir, si bien los sacerdotes Orionitas dependían de los fondos y recursos otorgados por las Damas Vicentinas, ello no significaba que llevaran adelante otro tipo de iniciativas en forma independiente. Con ello nos referimos a la creación de parroquias en distintos barrios de la ciudad: “San José” en el barrio homónimo y “San Antonio” en el barrio “Las Avenidas” y a la participación de los curas en la formación de asociaciones barriales que se fueron dando entre los años ’20, ’30 e incluso entrados los ‘40.
Pero este vínculo se fue desgastando con el paso de los años. Al parecer, las diferencias entre la congregación y las vicentinas se fueron profundizando debido a los conflictos internos dentro de la asociación benéfica
35 Como también al papel que les otorgaban a los sacerdotes dentro de este vínculo. El propio Padre Dutto lo remarcaba en una de sus cartas a Don Orione: “
Creo que nuestra situación frente alas Damas Vicentinas debe cambiar, en el sentido que debemos tener relaciones más oficiales y menos sociales o familiares. Delante de las Vicentinas nosotros somos y no somos . Somos porque trabajamos con ellas, no somos porque no tenemos ningún contrato firmado y estamos a merced de los caprichos  o de las simpatías y antipatías de las Vicentinas, en especial de la señora de Anchorena, que a mi entender, nos trata con demasiada libertad u osaría decir, con impertinencia. Es tiempo, y es urgente, que tomemos una posición definitiva y decidida delante de las Vicentinas. Que sepan cuáles son nuestros deberes pero también nuestros derechos y sepan las Vicentinas que no están tratando con individuos sino con una Congregación digna de respeto y de todo resguardo. No quiero que se asuste creyendo que exista algún hecho grave, no; pero hay un montón de cosas , un modo de proceder que no es decoroso ni para nosotros ni para la Congregación
” 36 . Esta diferenciación entre “somos” y “no somos” nos permite observar el desacuerdo que manifestaba el Padre Dutto en su relación con las vicentinas . Plantea una cuestión central: los curas tienen que perder su entidad propia ya que “deben” favores al grupo en cuestión o, en cambio, pueden definir y trabajar independientemente de la política benéfica llevada adelante por las mismas. Más allá de los “caprichos ” que menciona el sacerdote, el lugar que ocupaba este grupo de damas era importante no sólo por sus vínculos directos con el poder político y económico sino también con la jerarquía eclesiástica. Por lo tanto, la pérdida de esta relación no sería conveniente para el accionar presente y futuro de la congregación orionita .
Para ejemplificar la relación entre los Orionitas y los inmigrantes, nos concentraremos en el nacimiento de la “Fiesta de los Pescadores”
38 . La misma tiene sus orígenes en la década de 1920, momento en que el Padre Dutto convocó a un grupo de pescadores italianos para organizar una festividad que reuniera a todos los pescadores sin distinciones regionales. La concreción de esta fiesta tuvo un tinte homogeneizador que buscó, por un lado, la confraternidad entre los inmigrantes italianos y por el otro, aplacar las diferencias regionales o entre “ paesani ” con un festejo que equiparara a todos. Al respecto, nos gustaría plantear un tema que exploraremos a futuro. Sostenemos que esta fiesta fue una “invención” en el sentido precisado por Hobsbawm
39 , ya que la celebración de San Salvador (patrono de los pescadores) fue creada en aquellos años. No existía entre de los pescadores italianos llegados a la ciudad un santo patrono que los reuniera. Desde su pueblo de origen, cada uno de ellos había portado la devoción a un santo determinado que, ante las situaciones adversas en el trabajo cotidiano como un temporal en el mar, era a quien dirigían sus plegarias. Por lo tanto, la congregación de los pescadores ante San Salvador fue una situación “inventada” que generó una mezcla de tradiciones tanto nuevas como recreadas. Es decir, la fiesta en sí buscó enfatizar lo novedoso pero no podemos olvidar que los protagonistas, los pescadores, marcaron con su bagaje cultural muchos aspectos de la misma.
: Hacia la conformación de una identidad propia. Como hemos podido observar, en el barrio del Puerto se conjugaron tres factores que tuvieron una fuerte incidencia en el desarrollo y conformación del mismo: el asentamiento de inmigrantes italianos, el accionar de las Damas Vicentinas y la participación de los curas orionitas.
Estos elementos se conjugaron en determinado momento y coaccionaron a favor del desarrollo y expansión de un barrio en plena formación. Algunos, como las vicentinas o los orionitas, seguían directa o indirectamente una política impuesta por los gobiernos conservadores de aquella época  en la que se buscaba la búsqueda de un orden social acompañado por una evangelización consolidada en la creación de parroquias a lo largo de todo el país. Otros, como los inmigrantes instalados en el Puerto, se acomodaron a los beneficios propuestos por los otros sectores y los utilizaron a su favor. No obstante ello, no dejaron sus características singulares sino que las afianzaron y consolidaron entremezclándose con las iniciativas producidas por los otros sectores. Un ejemplo clarísimo de esto fue la “invención” de la Fiesta de los Pescadores ya que si bien la iniciativa fue dada por los sacerdotes de la Parroquia La Sagrada Familia acompañados por la Comisión de Damas Vicentinas y del gobierno local, los inmigrantes aceptaron la misma pero le impusieron sus “propias prácticas” tales como la usanza típica de los pueblos italianos y españoles de realizar una procesión por las calles del barrio encabezada por el santo y coronarla con la bendición de las lanchas pesqueras, el recuerdo a los compañeros fallecidos en el mar y las manifestaciones con bombas de estruendo
40. A ello se unía lo “impuesto” por los otros sectores: la misa obligatoria en la parroquia y la entrega de juguetes o ropa y alimentos para las familias de los pescadores.
En consecuencia, más allá de seguir un accionar pro-barrial que se destacó en forma reiterada durante muchos años, los tres protagonistas se conjugaron en la conformación de una identidad propia. Los elementos de tipo étnico que mencionáramos a lo largo de la ponencia como el agrupamiento espacial, la tendencia a la ocupación laboral en una rama específica y la conservación de tradiciones propias fuertemente marcadas por mecanismos de interrelación de tipo informal que se originaban a través del contacto personal entre familiares, paisanos y amigos, permitieron darle a esta zona un tinte especial que no se ha dado en otros barrios de la ciudad. Unida a la singular “Fiesta de los Pescadores”, en la que se puede observar perfectamente la conjunción de los tres protagonistas objeto de la investigación, no podemos dejar de mencionar el conjunto de manifestaciones religiosas y culturales (tales como la celebración de los santos patronos, la conservación y el uso de los dialectos regionales, la realización de fiestas típicas osagras , el mantenimiento de comidas propias y la evocación de la música regional) que fueron básicamente trasladadas desde el lugar de origen y recreadas en la zona de residencia, adaptándose a las realidades de la misma. Dichas prácticas pueden ser observadas no sólo desde fuera sino que es necesario analizarlas desde su interior para luego reconocer en ellas, la conformación de una identidad y su resignificación en la interacción social. En nuestro caso, creemos que los inmigrantes no pudieron renunciar a sus costumbres propias, fundamento de su identidad
41, sino que se produjo una reinterpretación en el marco de un proceso de reconstrucción de la identidad
42 que estuvo acompañado, en este caso, de dos agentes locales muy activos que buscaban organizar a los recién llegados en el marco de una sociedad que se estaba consolidando pero que no podía relegar el fuerte componente migratorio que la formaba.
<Fuente Ponencia Bettina Favero de 2da Jornadas Nacionales  de Historia Social, extracto de 19 páginas.