Con las
palabras, pero sobre todo con el ejemplo, Don Orione deseaba formar una
verdadera familia. Lo confirman los recuerdos de los primeros años de la
escuela. Narra un ex alumno: «Desde el primer día Don Orione dio a la casa un
estilo paternal-familiar, fundado en la participación, la persuasión y sobre
todo el ejemplo... Él participaba en los recreos, quería que todos jugaran,
(...) con frecuencia llamaba a alguno de nosotros, lo interrogaba sobre los proyectos
para el futuro, preguntaba por su vida pasada, daba consejos: ponía en los
corazones grandiosas esperanzas, tenía para los suyos no sólo un corazón de
padre, si había necesidad tenía corazón de madre. Siguiendo el ejemplo de Don
Bosco daba las “buenas noches” antes del descanso. Dichas con corazón paternal,
aquellas palabras, aquellos acontecimientos o estímulos, eran de gran
importancia y eficacia, ya que a veces obviaban bondadosamente los
inconvenientes de las almas y los propios de la vida comunitaria (...)».164
El espíritu de familia fue respirado desde la primera generación por los orionitas formados en el «Paterno» de Tortona, con la constante presencia de Don Orione, Don Sterpi y los primeros santos hermanos. Don Orione se regocijaba de estar en medio de sus hijos —dijeron muchos testigos— se sentía que tenía el gusto de estar con nosotros y nosotros advertíamos el gusto de estar con él.
Don Orione, a veces, llegaba de largos viajes, cansado, con mil pensamientos... pero estaba listo al mañana temprano en la capilla, le interesaba estar juntos en el comedor, dar las «buenas noches», para contar de sus cosas, dar noticias, enseñanzas...; gustaba de encontrarse con los hermanos sacerdotes en fraternidad serena. Jugaba, bromeaba y mantenía alegre el clima de la comunidad. Sabía alegrarse y exaltar el bien hecho por sus hijos... virtudes, santidad, obras, etc. con orgullo de padre.Insistía, y era entonces habitual, sobre el uso del adjetivo «nuestro»: nada del posesivo «mío», «tuyo», ¡todo en común! ¡Acapararse algo, tener algo para sí... era uno de los pecados y motivos más graves de escándalo y de... alejamiento!
Fuente: Tras los Pasos de Don Orione pag 38