SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

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lunes, 5 de junio de 2023

6 JUNIO 1936 ORDENACIÓN SACERDOTAL DE FRANCISCO DRZEWIECKI

 

Nació el 26 de febrero de 1908 en la localidad polaca de Zduny, un entorno en el que la actividad común para sus habitantes era el campo. Tenía cuatro hermanos y seis hermanas, con lo cual los escasos ingresos de su humilde familia apenas cubrían los gastos esenciales. Fue pastor como otros muchachos de su edad. Así, de forma natural, aprendían desde niños el valor del esfuerzo, la disciplina y la generosidad. Fue creciendo en un ambiente afín a la fe y a las prácticas de piedad, acostumbrado al rezo diario de las oraciones que compartía con sus hermanos. Se distinguía por su finura de trato; era dador de paz. Al hecho de que los padres no pudieran costear los estudios que hubieran soñado a su numerosa prole, se unió la muerte del cabeza de familia, obligando a Francisco a dejar las clases en 1923, aunque era aplicado, inteligente y responsable.

Rosalía, su madre, conocía su vocación sacerdotal, y viendo con pesar que su situación económica podía interferir en ella, con toda sencillez y espontaneidad algunas veces comentaba su inquietud con personas cercanas. Fue en una de estas conversaciones cuando le informaron de la existencia de un colegio que no discriminaba a las personas que carecían de recursos económicos. Apuntaron que se hallaba cerca de Zdunska Wola; podía ser la solución. Rosalía, que fervorosamente rogaba la mediación de la Virgen, se puso manos a la obra de inmediato.

 Y Francisco ingresó en septiembre de 1924 en el seminario de la Pequeña Obra de la Divina Providencia fundada por el beato Luís Orione. Alentada por su director, el padre Aleksander Chwilowiez, estaba asentándose entonces en la ciudad y ofrecía a las clases menos pudientes la oportunidad de formarse con rigor. Rosalía interpretó el hecho viendo en ello la respuesta de María a sus súplicas.

En 1930 Francisco se integró en la fundación. El virtuoso joven, del que ya había oído hablar Don Orione, tenía ante sí un prometedor futuro apostólico. En Zdunska Wola y en lugares aledaños estaban abiertos diversos campos. Además de la parroquia: instituto para niños, Cottolengo, cocina para los pobres, tipografía, y otras obras caritativas y acciones pastorales. Era importante que el beato estuviese bien preparado. Con ese fin le enviaron a Italia. Hizo el noviciado en Tortona y en 1936 fue ordenado sacerdote; comenzó su labor en el Pequeño Cottolengo de Génova-Castagna. Todos le estimaban por sus cualidades, su cercanía, y la entrega que percibían en las atenciones que les dispensaba. Él no ocultaba su felicidad. Así lo hizo saber a un amigo: «Tengo trabajo de sobra porque este año la familia del Cottolengo aumentó y hay nuevas necesidades. Somos 150 personas. Estoy muy contento de encontrarme aquí, donde se hace la voluntad de Dios». Al año siguiente regresó a Zdunska Wola y ejerció la docencia en la facultad.

En el estío de 1939, cuando la tormenta de la guerra planeaba sobre Europa, y su país ignoraba que sería una de sus grandes víctimas, fue destinado al servicio de la parroquia del Sagrado Corazón y del Pequeño Cottolengo de Wloclawek. En septiembre se produjo la primera invasión alemana. Una vez más, la Iglesia estaba en el punto de mira y el engranaje contra los que la integraban se puso en marcha sin dilación. Todo católico, y especialmente los presbíteros y religiosos, fueron objeto de virulenta persecución. Sacerdote orionita, mártir del genocidio nazi. El hombre que edificaba con su cortesía y premura a los internos del campo de exterminio en Dachau, donde en crueles condiciones siguió desplegando su gran labor apostólica»

A primeros de noviembre de ese año Francisco y la casi totalidad del clero de Wloclawek, con su prelado a la cabeza, fueron detenidos y encarcelados. Él sufrió su particular calvario en Lad, Szczyglin, Sachsenhausen y Dachau, donde llegó tras un viaje extenuante y espantoso, sometido a heladas de muy bajas temperaturas. El número con el que le marcaron ignominiosamente en este último destino fue el 22.666. Esta cifra que le impusieron como un signo más de humillación encerraba las llaves del cielo. No le ocultaron que de allí no volvería a salir. Fue maltratado y obligado a trabajar 15 horas diarias en condiciones inhumanas, apenas sin alimento y descanso. Compartía este cruel e injusto destino con otros obispos, religiosos y sacerdotes; todos con la esperanza dibujada en sus demacrados rostros, haciendo verdaderos esfuerzos para sostener los cuerpos esqueléticos, agotados por continuas vejaciones. A Francisco se le recordaría como «el hombre que edificaba con su cortesía y premura», asumiendo la durísima tarea sin proferir queja alguna, sostenido por la fe y la oración que no cesaba de realizar y que efectuaba explícitamente, a pesar de la prohibición, cuando trabajaba en cuclillas.

Aunque estaba en plena juventud, el esfuerzo extenuante y la continuada violencia en el trato destruyó sus reservas y enfermó de gravedad. De nada le servía a sus verdugos, quienes lo trasladaron al barracón de los «inválidos», los incapaces para trabajar. Su destino era la cámara de gas. Poco antes de ser conducido a la muerte, se arriesgó a ir a otro barracón para despedirse de un compañero, a quien animó, diciéndole: –«¡Josefino, no te apenes! ¡Hoy nosotros y tú mañana! […]. Nosotros vamos…, pero ofreceremos nuestra vida por Dios, por la Iglesia y por la patria»

. Este sacerdote orionita fue uno de los gloriosos mártires que entregaron su vida por Cristo en el campo de exterminio de Dachau. Casi un millar engrosaron las filas, entre otros, y por mencionar algunos: Edith Stein, Maximiliano Kolbe y Tito Brandsma. Su muerte, humanamente una liberación que rescató a todos de la barbarie, espiritualmente les condujo directamente al cielo. En las causas abiertas se ha constatado que más de un centenar ya recorría el camino de la santidad antes de incrementar los terroríficos y nauseabundos barracones. Francisco era uno de ellos.

 Y el 13 de septiembre de 1942 entregó su alma a Dios.también estuvo la duda si había fallecido el 10 de agosto de 1942.  Tenía 34 años y había pasado en aquél infierno tres de ellos. Fue beatificado por Juan Pablo II el 13 de junio de 1999 en Varsovia.

 Fuente: Beato Francisco Drzewiecki, 10 de agosto - ZENIT - Español

 


6 DE JUNIO, MARIA MADRE DE LA IGLESIA


El memorial litúrgico se fija el lunes después de Pentecostés. Un título mariano muy querido por Don Orione.

MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA

Un título reciente de Maria
El 21 de noviembre de 1964, al concluir la tercera sesión del Concilio Vaticano II, Pablo VI declaró a la Santísima Virgen María "MADRE DE LA IGLESIA, es decir, de todo el pueblo cristiano, tanto de los fieles como de los pastores, que la llaman la Madre más amorosa".
Después de esta Declaración, en el Misal Romano (1975, 2ª ed.), Se insertó la Misa votiva en honor de la bendita María Madre de la Iglesia.
El Papa Juan Pablo II agregó la invocación "MADRE DE LA IGLESIA" en Litany Lauretane (1980).
En febrero de 2018, el Papa Francisco, considerando cómo esta devoción fomenta el crecimiento del sentido maternal de la Iglesia, ha establecido que la memoria de la Santísima Virgen María, MADRE DE LA IGLESIA, se celebra en el Calendario Romano el lunes después de Pentecostés.

Don Orione ya habló de María, la Madre de la Iglesia
Don Orione usó este título antes del Concilio Vaticano II. Comentando el episodio de Pentecostés, afirmó así: "Nuestra Señora estaba allí y actuó como la Madre de todos los discípulos de su Hijo; fue desde entonces como la MADRE DE LA IGLESIA, guiándola, protegiéndola, consolándola en la persona del Vicario de Cristo "(DOLM 483).
Es interesante notar que Don Orione une a María y Pedro, como para indicar la complementariedad de su presencia en el nacimiento de la Iglesia. "Nuestra Señora estaba allí a la cabeza de los apóstoles. Una cabeza moral, porque estaba Pedro con la supremacía dada por Jesucristo ".
Y luego agrega: "La que es MADRE de Jesús, que es nuestra Madre, es, especialmente en estos tiempos, LA IGLESIA realizando ese trabajo de restauración y paz universal que recuerda la fe de Pedro el pecador, el frío y aquellos que no están unidos, por muchas razones históricas, religiosas y políticas, a la Iglesia de Roma ... hacen que la voz de su madre se escuche a todas las almas que necesitan, o que sienten una necesidad secreta, para regresar a Cristo y a su Iglesia, de la cual Nuestra Señora es Madre "(DOLM 483).

Una imagen orionina de María, Madre de la Iglesia
Viene de Chiederesi: ¿hay una imagen oficial de María "MADRE DE LA IGLESIA"? No lo se.
Don Orione escribió que "debemos acostumbrarnos a ver a Jesús en los brazos de María, porque ella es la Madre de Dios". Así que eligió como su imagen oficial el famoso icono de "Mater Dei".
Ahora, a la luz del título "María, MADRE DE LA IGLESIA",los Orioninos piensan que también tendremos que acostumbrarnos a ver bajo la mirada de María, el pueblo, la Iglesia, de la cual ella es la Madre. Por lo tanto, mirando en el patrimonio de las imágenes de la Virgen de Orióne, cómo no podemos pensar en la "Virgen con un manto azul" (de Ida Marcora) que tiene, bajo su manto tan ancho como el horizonte, la inmensa multitud, la Iglesia.
Un título que tiene una tradición antigua.
El título mariano "Madre de la Iglesia" es antiguo en su contenido y reciente en su formulación, sobre todo en su uso. Es un título antiguo porque está estrechamente relacionado con el aún más elevado de María, la Madre de Dios; de hecho, debido a su maternidad divina, y como una extensión de este atributo, la Virgen también se ha convertido en la madre de todos los que creen en su Hijo y por el bautismo entran en el vórtice del amor de la Trinidad y en la vida de la Iglesia.
El Papa León XIII ya había dicho que María era "en verdad, Madre de la Iglesia" (Acta Leonis XIII, 15, 302).
Al concluir el Concilio Vaticano II y en presencia de los Padres del Concilio, el Papa Pablo VI pronunció oficialmente la declaración: "Mariam Sanctissimam declaramus Matrem Ecclesiae".
«Para la gloria de la Virgen y para nuestro consuelo, proclamamos a María Santísima MADRE DE LA IGLESIA , es decir, a todo el pueblo de Dios, tanto de los fieles como de los Pastores, que la llaman la Madre más amorosa; y deseamos que con este título, a partir de ahora, la Virgen sea aún más honrada e invocada por todos los cristianos ".
Con estas palabras, Pablo VI, en su Discurso al final de la tercera sesión del Concilio Vaticano II, 21 de noviembre de 1964, propuso a los fieles el nuevo título mariano.
El Papa Benedicto XVI -entonces el teólogo experto del Concilio- recordó recientemente: "El momento en que, al escuchar sus palabras:" Mariam Sanctissimam declaramus Matrem Ecclesiae ", espontáneamente los Padres se levantaron de sus sillas y espontáneamente permanecen indelebles en mi memoria. aplaudieron de pie, rindiendo homenaje a la Madre de Dios, a nuestra Madre, a la Madre de la Iglesia "( Homilía en el cuadragésimo aniversario de la conclusión del Concilio Ecuménico Vaticano II , 8 de diciembre de 2005).
El Catecismo de la Iglesia Católica explica: " Después de haber hablado del papel de la Santísima Virgen María en el misterio de Cristo y el Espíritu, es apropiado considerar su lugar en el misterio de la Iglesia. "De hecho, la Virgen María es reconocida y honrada como la verdadera Madre de Dios y del Redentor. Juntos, sin embargo, es verdaderamente "Madre de los miembros" (de Cristo), porque ha cooperado con su caridad en el nacimiento de los fieles en la Iglesia, que son miembros de esa Cabeza ". "María, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia" (n.963).
La forma litúrgica presenta cuatro momentos en la historia de la salvación en los cuales María la Madre de la Iglesia manifiesta:
1. en la encarnación de la Palabra , cuando "dio la bienvenida al Hijo de Dios en el corazón inmaculado; "Convertirse en madre de su Creador, marcó los comienzos de la Iglesia" (Prefacio);
2. en la pasión de Cristo , cuando el Hijo unigénito de Dios "muriendo en la cruz, nos dio a su madre como nuestra madre, la Santísima Virgen María" (Colletta, cf Prefacio, Antífona para la Comunión);
3. en el día de Pentecostés , cuando "la Madre del Señor, imagen y modelo de la Iglesia orante, se funde con la oración de los Apóstoles" (Prefacio);
4. en la asunción de María de la gloria del cielo, porque ella "acompaña a la Iglesia con amor maternal y la protege en el camino a su país, hasta el glorioso día del Señor" (Prefacio).