SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


jueves, 10 de febrero de 2022

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA XXX JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO



 

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO

PARA LA XXX JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO
11 de febrero de 2022
«Sean misericordiosos así como el Padre de ustedes es misericordioso» (Lc 6,36).

Estar al lado de los que sufren en un camino de caridad
Queridos hermanos y hermanas:
Hace treinta años, san Juan Pablo II instituyó la Jornada Mundial del Enfermo para sensibilizar al Pueblo de Dios, a las instituciones sanitarias católicas y a la sociedad civil sobre la necesidad de asistir a los enfermos y a quienes los cuidan [1].
Estamos agradecidos al Señor por el camino realizado en las Iglesias locales de todo el mundo durante estos años. Se ha avanzado bastante, pero todavía queda mucho camino por recorrer para garantizar a todas las personas enfermas, principalmente en los lugares y en las situaciones de mayor pobreza y exclusión, la atención sanitaria que necesitan, así como el acompañamiento pastoral para que puedan vivir el tiempo de la enfermedad unidos a Cristo crucificado y resucitado. Que la XXX Jornada Mundial del Enfermo —cuya celebración conclusiva no tendrá lugar en Arequipa, Perú, debido a la pandemia, sino en la Basílica de San Pedro en el Vaticano— pueda ayudarnos a crecer en el servicio y en la cercanía a las personas enfermas y a sus familias.
1. Misericordiosos como el Padre
El tema elegido para esta trigésima Jornada, «Sean misericordiosos así como el Padre de ustedes es misericordioso»(Lc 6,36), nos hace volver la mirada hacia Dios «rico en misericordia» (Ef 2,4), que siempre mira a sus hijos con amor de padre, incluso cuando estos se alejan de Él. De hecho, la misericordia es el nombre de Dios por excelencia, que manifiesta su naturaleza, no como un sentimiento ocasional, sino como fuerza presente en todo lo que Él realiza. Es fuerza y ternura a la vez. Por eso, podemos afirmar con asombro y gratitud que la misericordia de Dios tiene en sí misma tanto la dimensión de la paternidad como la de la maternidad (cf. Is 49,15), porque Él nos cuida con la fuerza de un padre y con la ternura de una madre, siempre dispuesto a darnos nueva vida en el Espíritu Santo.
2. Jesús, misericordia del Padre
El testigo supremo del amor misericordioso del Padre a los enfermos es su Hijo unigénito. ¡Cuántas veces los Evangelios nos narran los encuentros de Jesús con personas que padecen diversas enfermedades! Él «recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas de los judíos, proclamando la Buena Noticia del Reino y sanando todas las enfermedades y dolencias de la gente» (Mt 4,23). Podemos preguntarnos: ¿por qué esta atención particular de Jesús hacia los enfermos, hasta tal punto que se convierte también en la obra principal de la misión de los apóstoles, enviados por el Maestro a anunciar el Evangelio y a curar a los enfermos? (cf. Lc 9,2).
Un pensador del siglo XX nos sugiere una motivación: «El dolor aísla completamente y es de este aislamiento absoluto del que surge la llamada al otro, la invocación al otro» [2]. Cuando una persona experimenta en su propia carne la fragilidad y el sufrimiento a causa de la enfermedad, también su corazón se entristece, el miedo crece, los interrogantes se multiplican; hallar respuesta a la pregunta sobre el sentido de todo lo que sucede es cada vez más urgente. Cómo no recordar, a este respecto, a los numerosos enfermos que, durante este tiempo de pandemia, han vivido en la soledad de una unidad de cuidados intensivos la última etapa de su existencia atendidos, sin lugar a dudas, por agentes sanitarios generosos, pero lejos de sus seres queridos y de las personas más importantes de su vida terrenal. He aquí, pues, la importancia de contar con la presencia detestigos de la caridad de Dios que derramen sobre las heridas de los enfermos el aceite de la consolación y el vino de la esperanza, siguiendo el ejemplo de Jesús, misericordia del Padre [3].
3. Tocar la carne sufriente de Cristo
La invitación de Jesús a ser misericordiosos como el Padre adquiere un significado particular para los agentes sanitarios. Pienso en los médicos, los enfermeros, los técnicos de laboratorio, en el personal encargado de asistir y cuidar a los enfermos, así como en los numerosos voluntarios que donan un tiempo precioso a quienes sufren. Queridos agentes sanitarios, su servicio al lado de los enfermos, realizado con amor y competencia, trasciende los límites de la profesión para convertirse en una misión. Sus manos, que tocan la carne sufriente de Cristo, pueden ser signo de las manos misericordiosas del Padre. Sean conscientes de la gran dignidad de su profesión, como también de la responsabilidad que esta conlleva.
Bendigamos al Señor por los progresos que la ciencia médica ha realizado, sobre todo en estos últimos tiempos. Las nuevas tecnologías han permitido desarrollar tratamientos que son muy beneficiosos para las personas enfermas; la investigación sigue aportando su valiosa contribución para erradicar enfermedades antiguas y nuevas; la medicina de rehabilitación ha desarrollado significativamente sus conocimientos y competencias. Todo esto, sin embargo, no debe hacernos olvidar la singularidad de cada persona enferma, con su dignidad y sus fragilidades [4]. El enfermo es siempre más importante que su enfermedad y por eso cada enfoque terapéutico no puede prescindir de escuchar al paciente, de su historia, de sus angustias y de sus miedos. Incluso cuando no es posible curar, siempre es posible cuidar, siempre es posible consolar, siempre es posible hacer sentir una cercanía que muestra interés por la persona antes que por su patología. Por eso espero que la formación profesional capacite a los agentes sanitarios para saber escuchar y relacionarse con el enfermo .
4. Los centros de asistencia sanitaria, casas de misericordia
La Jornada Mundial del Enfermo también es una ocasión propicia para centrar nuestra atención en los centros de asistencia sanitaria. A lo largo de los siglos, la misericordia hacia los enfermos ha llevado a la comunidad cristiana a abrir innumerables “posadas del buen samaritano”, para acoger y curar a enfermos de todo tipo, sobre todo a aquellos que no encontraban respuesta a sus necesidades sanitarias, debido a la pobreza o a la exclusión social, o por las dificultades a la hora de tratar ciertas patologías. En estas situaciones son sobre todo los niños, los ancianos y las personas más frágiles quienes sufren las peores consecuencias. Muchos misioneros, misericordiosos como el Padre, acompañaron el anuncio del Evangelio con la construcción de hospitales, dispensarios y centros de salud. Son obras valiosas mediante las cuales la caridad cristiana ha tomado forma y el amor de Cristo, testimoniado por sus discípulos, se ha vuelto más creíble. Pienso sobre todo en los habitantes de las zonas más pobres del planeta, donde a veces hay que recorrer largas distancias para encontrar centros de asistencia sanitaria que, a pesar de contar con recursos limitados, ofrecen todo lo que tienen a su disposición. Aún queda un largo camino por recorrer y en algunos países recibir un tratamiento adecuado sigue siendo un lujo. Lo demuestra, por ejemplo, la falta de disponibilidad de vacunas contra el virus del Covid-19 en los países más pobres; pero aún más la falta de tratamientos para patologías que requieren medicamentos mucho más sencillos.
En este contexto, deseo reafirmar la importancia de las instituciones sanitarias católicas: son un tesoro precioso que hay que custodiar y sostener; su presencia ha caracterizado la historia de la Iglesia por su cercanía a los enfermos más pobres y a las situaciones más olvidadas [5]. ¡Cuántos fundadores de familias religiosas han sabido escuchar el grito de hermanos y hermanas que no disponían de acceso a los tratamientos sanitarios o que no estaban bien atendidos y se han entregado a su servicio! Aún hoy en día, incluso en los países más desarrollados, su presencia es una bendición, porque siempre pueden ofrecer, además del cuidado del cuerpo con toda la pericia necesaria, también aquella caridad gracias a la cual el enfermo y sus familiares ocupan un lugar central. En una época en la que la cultura del descarte está muy difundida y a la vida no siempre se le reconoce la dignidad de ser acogida y vivida, estas estructuras, como casas de la misericordia, pueden ser un ejemplo en la protección y el cuidado de toda existencia, aun de la más frágil, desde su concepción hasta su término natural.
5. La misericordia pastoral: presencia y cercanía
A lo largo de estos treinta años el servicio indispensable que realiza la pastoral de la salud se ha reconocido cada vez más. Si la peor discriminación que padecen los pobres —y los enfermos son pobres en salud— es la falta de atención espiritual, no podemos dejar de ofrecerles la cercanía de Dios, su bendición, su Palabra, la celebración de los sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y maduración en la fe [6]. A este propósito, quisiera recordar que la cercanía a los enfermos y su cuidado pastoral no sólo es tarea de algunos ministros específicamente dedicados a ello; visitar a los enfermos es una invitación que Cristo hace a todos sus discípulos. ¡Cuántos enfermos y cuántas personas ancianas viven en sus casas y esperan una visita! El ministerio de la consolación es responsabilidad de todo bautizado, consciente de la palabra de Jesús: «Estuve enfermo y me visitaron» ( Mt 25,36).
Queridos hermanos y hermanas, encomiendo todos los enfermos y sus familias a la intercesión de María, Salud de los enfermos. Que unidos a Cristo, que lleva sobre sí el dolor del mundo, puedan encontrar sentido, consuelo y confianza. Rezo por todos los agentes sanitarios para que, llenos de misericordia, ofrezcan a los pacientes, además de los cuidados adecuados, su cercanía fraterna.
A todos les imparto con afecto la Bendición Apostólica.
Roma, San Juan de Letrán, 10 de diciembre de 2021, Memoria de la Bienaventurada Virgen María de Loreto.

LA OBRA DON ORIONE DESPUÉS DE 101 AÑOS DE SU LLEGADA A LA ARGENTINA






La Obra Don Orione a 101 años de su llegada a la Argentina

Buenos Aires,  (AICA)
Don Orione
El 11 de febrero de 1922 llegaron los primeros orionitas a la Argentina. Ese día llegó el mismo Don Orione acompañado por el padre José Zanocchi, a quien el fundador designó primer superior en este país. El padre Zanocchi se hizo cargo de la iglesia que en 1927 sería erigida como parroquia Nuestra Señora de la Guardia, en la localidad de Victoria, diócesis de San Isidro.
La caridad y sólo la caridad salvará al mundo
San Luis Orione (1872-1940) fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia y de los Pequeños Cottolengos, conoció desde niño la triste condición de los más humildes y los rigores de la pobreza. El contacto con las injusticias sociales y un mundo que iba perdiendo la fe y los valores de la convivencia fraterna entre los pueblos, lo llevó a alzar la bandera de la caridad de Cristo: “La caridad y sólo la caridad salvará al mundo”, escribió en una de sus tantas cartas.
Durante su formación en el seminario de Tortona (norte de Italia) empezó a dedicarse a trabajar para los niños pobres, abriendo un pequeño colegio. En dicho periodo pudo apreciar y se entusiasmó con la Obra del Santo de la Providencia, San José Benito Cottolengo, que lo inspiró para encarar su propia obra: los hogares y Pequeños Cottolengos, hoy distribuidos en 28 países.
Animado por sus cuatro grandes amores: “Jesús, María, el Papa, las Almas”, Don Orione hizo de su vida un canto fiel, sacrificado y entusiasta hasta el final. Fue un verdadero “Apóstol de la Caridad”, cuya vida y espíritu se resumen en una frase que repetía siempre en sus escritos y predicaciones: “Hacer el bien siempre, el bien a todos, el mal nunca a nadie”.
Excepcional obra asistencia
La principal actividad de la Obra Don Orione es la atención de personas indigentes o de escasos recursos con discapacidades mentales o físicas. También lleva adelante una incipiente tarea en el campo de los menores en situación de riesgo; cuenta con instituciones educativas de todos los niveles; y anima santuarios, parroquias y capillas en diferentes lugares del país.
-17 Pequeños Cottolengos y Hogares-5 Escuelas de Educación Especial
-1.500 niños, jóvenes y adultos con discapacidad -26 Colegios (Preescolar, Primario, Secundario, Terciario)
-17.500 alumnos
-9 hogares y centros de día
-600 niños en situación de riesgo social
-60 comunidades eclesiales y 2 santuarios
-350 religiosos y religiosas
-3.600 empleados en los centros asistenciales y educativo
-5.000 voluntarios en las distintas obras y actividades
Las diversas obras están en Capital Federal, Gran Buenos Aires (Cláypole, Avellaneda, Villa Domínico, Gerli, Victoria, Tigre, San Fernando, San Miguel, Los Polvorines), Provincia de Buenos Aires (Mar del Plata, Quequén, Bahía Blanca), Córdoba (capital y San Francisco), Santa Fe (Rosario, General Lagos y Rafaela), Chaco (Barranqueras y Presidencia Sáenz Peña), Tucumán (San Miguel de Tucumán), Mendoza (Villa Hipódromo y Costa de Araujo) y Corrientes (Itatí).
El Pequeño Cottolengo Argentino
Los Pequeños Cottolengos son una de las ramas apostólicas de la Pequeña Obra de la Divina Providencia. Se dedican en modo particular a la asistencia de personas con discapacidades múltiples, físicas y mentales de distinta gravedad.
Las más de 1.500 personas atendidas en el ámbito nacional, con edades que van de 1 a 95 años, presentan como característica común la falta de un grupo familiar continente, motivo por el cual el Cottolengo se constituye en su familia sustituta
La Obra asistencial de Don Orione está edificada sobre dos pilares: la fe y la caridad. Desde el 28 de abril de 1935, cuando Don Orione colocó la piedra fundamental del Pequeño Cottolengo de Claypole, se trabaja para el desarrollo de las potencialidades de los niños, jóvenes y adultos que encuentran allí un hogar feliz. Las tareas de servicio profesional que se destinan a los asistidos en el Pequeño Cottolengo Argentino incluyen:
Servicio de rehabilitación.
-Educación física y vida en contacto con la naturaleza.
-Terapia ocupacional (huerta, higiene y arreglo personal, carpintería, radio, biblioteca, títeres, pintura, cocina).
-Clínica médica: laboratorio de análisis clínicos y bacteriológicos, farmacia, sala de radiología, quirófano de mediana complejidad, traumatología, odontología, oftalmología, neurología, cardiología, nutrición.
-Salud mental: psiquiatría y psicología, a través de terapias individuales y grupales que fomentan los vínculos con el entorno diario, haciendo hincapié en el modelo comunidad-salud
-Educación especial: Escuela “Mamá Carolina”, ámbito donde los alumnos reciben ayuda, estimulación y valoración personal como bases del accionar educativo para establecer normas de convivencia
-Aprendizaje de autovalimiento: conductas de higiene, alimentación, vestido, psicomotricidad y conocimientos general
Talleres: de artesanías, reciclado, carpintería, costura, cocina y armado. En esta área se vive la experiencia de integración con menores en riesgo, quienes luego de asistir media jornada a la escuela pública, completan la otra mitad en la “Eco-granja”, donde reciben clases de apoyo escolar y prácticas de trabajo en huerta,granja, panadería y labores afines
Voluntariado
Además de los profesionales y auxiliares que llevan adelante esta tarea, en todos los cottolengos y hogares de la Argentina participan en labores de apoyo más de 5.000 voluntarios. Se trata de jóvenes y adultos con espíritu de servicio que colaboran diariamente con dedicación y amor en actividades como esparcimiento, catequesis, animación litúrgica y otras que contribuyen a mejorar la calidad de vida de los asistidos.
También se destaca el aporte de un grupo importante de personas y empresas que colaboran económicamente con la tarea de la Obra Don Orione. Son los “bienhechores”, cuya caridad es de gran ayuda para los cottolengos y hogares.

Por último, y de suma importancia resultan las donaciones de todo tipo, como muebles en desuso, ropa o alimentos no perecederos, que se destinan a cubrir las necesidades básicas de los asistidos

11 FEBRERO 1922, APERTURA OFICIAL DE VICTORIA

 



La primera casa, 11 de febrero 1922 Victoria

El 6 de febrero de 1922, mientras una salva de 21 cañonazos anunciaba la reciente elección de Pío XI como nuevo Papa, Don Orione y sus misioneros llegaron a la Argentina, y cinco días más tarde tomaron posesión oficialmente de la iglesia de Victoria, estableciendo así la primer comunidad orionita en nuestro país: "Llegamos a esta casa el 10 de febrero de 1922, celebrando la primera misa en ella el día siguiente, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes", tal como aparece consignado en el diario personal del padre Zanocchi

 Apertura oficial de Victoria: 11 de febrero de 192243

Don Orione embarca en Brasil el 2 de febrero de 1922, y el 6 – día de la elección del Papa Pío XI – llega por segunda vez a Buenos Aires, junto al p. Zanocchi, p. Contardi y p. Montaña, y también junto a los seminaristas Castagnetti y Dondero, para dar comienzo oficial al trabajo pastoral en Victoria, fijado para la   fiesta de Ntra. Sra. de Lourdes (11 de febrero).

En carta al p. Mario Ghiglione, que estaba en Mar de Espanha, así describe Don Orione la situación de Victoria en ese tiempo:

La población está formada mayormente por ferroviarios, gente que no es estable y que suelen estar inscriptos en los partidos más avanzados. Varios padres arrancan de las manos de sus hijos las medallitas que les damos. ¡Ustedes en Mar de Espanha están en el oro! (...)

Este pueblo de Victoria tendrá unas 4 mil almas, y los domingos vienen a Misa no más de 50 ó 60 personas. Pero no es cuestión de desanimarse; una de las razones por la que elegí a Victoria... es porque me lo describieron como un pueblo completamente abandonado44.

En esos mismos días, varios de los recién llegados fueron huéspedes del Santuario de Luján, donde estaban aprendiendo castellano; al parecer, ese fue un acuerdo hecho con los Padres Lazaristas por el propio Mons. Silvani, el cual acompañó a Don Orione y los primeros orionitas en todo momento, especialmente en los primeros tiempos.

A ese grupo de “aprendices de castellano”, Don Orione les informa:

Hemos abierto la casa el sábado 11 del corriente. El viernes a la noche un señor nos regaló una custodia, así que pudimos dar también la bendición eucarística, en el día de la aparición de la Inmaculada en Lourdes. ¡Fue un hermoso día!

El domingo a la mañana vino el Sr. Cura (de San Fernando) y nos presentó al pueblo con palabras llenas de bondad. Esta población está formada en gran parte por ferroviarios, gente fluctuante, y en el pueblo hay mucha indiferencia.

43 NdE: cf. el 2do. excursus, 85.

44 Carta del 16 de febrero de 1922 (Scritti, 29,190)

 Una vez inaugurada la primera casa, Don Orione multiplicó viajes, encuentros con obispos y otras autoridades, visitas a obras ofrecidas, a enfermos y amigos. Sin embargo, todo este cúmulo de actividades no le impidieron atender el primer oratorio de la Pequeña Obra en Argentina. Según se sabe por su propia boca, en poco tiempo ya eran casi 80 los chicos, y no faltaban entre ellos algunas vocaciones: "Hemos comprado dos pelotas de fútbol pero no son suficientes; alquilamos una "giostra", que aquí llaman calesita".

 Pero como todo comienzo, no les resultó fácil la tarea a los misioneros orionitas. A la vez que se iban multiplicando las respuestas de fe y piedad del pueblo, no faltaban tampoco la indiferencia y hasta gestos de violencia, como lo atestigua el Sr. Blas Burzio en una nota firmada 20 años más tarde: "Con Don Orione llegó también otro humildísimo sacerdote dispuesto a catequizarnos: era el R. P. José Zanocchi, a quien –vergüenza y dolor causa el recordarlo– recibió nuestro pueblo con una piedra en cada mano... y decimos piedra y aquí no es todo lenguaje figurado pues las agresiones fueron desde la expresión irrespetuosa hasta la piedra arrojada a mansalva..."

 

11 FEBRERO EFEMERIDES ORIONITA/ HNO SILANES


11 DE FEBRERO 
EFEMÉRIDES ORIONITA
(Preparada por el hno Jorge Silanes)
11 DE FEBRERO DE 1858 
Contraen matrimonio los futuros padres de Luis Orione, el mismo día de la aparición de la Virgen en Lourdes.
Noticias 1972; I fioretti... pág. ;Cfr. Moreno pág. 17....

11 DE FEBRERO DE 1903 
Don Orione expone, en una carta, al Obispo de Tortona Mons. Bandi el plan del Instituto, Obra de la Divina Providencia y le pide su aprobación diocesana. 
Pap., pág. 123 - 127, (nota); Terzi, “Un vínculo espe¬cial de es¬pecial interés", pág. 31; E.C. I, pág. 9 - 19.

11 DE FEBRERO DE 1914 
Se abre la primer Casa de la Obra en Latinoamérica, en la localidad de Mar de España, Brasil. (Los misioneros habían llegado el 2 de enero de 1914) 
Pap. pág. 205.

11 DE FEBRERO DE 1922 
Se toma posesión oficial de la primera casa de la Congregación en la Argentina, Don Orione celebra la Santa Misa por primera vez en la Iglesia de N.S. de la Guardía (Victoria)
Pap. pág. 274; Almanaque P.O.D.P. 1944; Noticias 1972; Dutto, pág. 38.

11 DE FEBRERO DE 1929 
En el edificio papal de Letrán, Benito Mussolini como Primer Ministro y el Cardenal Gasparri como Secretario de Estado, firman el tratado de Letrán, con el cual finaliza “la cuestión romana”. 

11 DE FEBRERO DE 1933 
D.Orione in visita al Santuario del Divino Amore per l’inaugurazione dell’asilo, con mons. Ercole, Don UmbertoTerenzi ed il prof. Moretti – Roma, 11 febbraio 1933