En la Pascua de 1895: 14 de abril, Don Orione celebra
la primera misa en la capilla del Colegio «Santa Chiara», a la que asisten los
jóvenes huéspedes, familiares y amigos. El 13 de abril de 1895, en sábado
santo, Luis Orione es ordenado sacerdote. Su primera misa fue en la capilla de
Santa Clara. Ese mismo día, Orione impone la sotana. a algunos jóvenes, con el
permiso del Obispo. Así nace la Obra de la Divina Providencia. Entonces Luis
Orione tenía 23 años.
Recordando su primera misa, escribía Don Orione: “Para los que trabajan conmigo en la Pequeña Obra, cuando recé la primera misa, pedí a la Virgen que me otorgara tres gracias: pan, paz y paraíso; y tengo razón para creer que la Virgen me obtuvo estas tres gracias…”
Su segunda misa la celebró en la Cárcel de Tortona, donde se había hecho amigo de los
detenidos.
Luis Orione es inagotable, pareciera que no descansa,
Santa Clara se hizo pequeño y hubo que emigrar nuevamente.
Pasaron al Paterno, que se convirtió en la casa madre
de la Congregación. Los jóvenes iban cada día en aumento, las deudas también
aumentaron, pero La Divina Providencia no abandona a sus hijos.
En 1917, Don Orione escribía la visión del sacerdote. En este escrito espiritual podemos ver su corazón de pastor.
“La finalidad del sacerdocio es salvar las almas y buscar, especialmente,
a las que se van alejando de Dios y perdiendo. Y cuando vuelven debo
darles la preferencia, no por compasión sino para ofrecerles el consuelo
paterno y la ayuda, dejando, si es necesario, las otras almas menos
necesitadas de asistencia. Jesús no vino para los justos sino para los
pecadores
Preservarme,
pues, Dios mío, de la funesta ilsión, del engaño diabólico de que como
sacerdote debo ocuparme sólo de los que vienen a la iglesia y a los
sacramentos, de las almas fieles y las mujeres piadosas. Seguramente, mi
ministerio resultaría más fácil y agradable, pero yo no viviría del
espíritu de caridad apostólica hacia las ovejas perdidas que resplandece
en todo el evangelio
Sólo
después de haberme agotado y muerto tres veces corriendo en pos de los
pecadores, sólo entonces podré buscar algo de descanso con los justos.
Que
nunca me olvide de que el ministerio que se me ha confiado es un
ministerio de misericordia, y que use con mis hermanos pecadores un poco
de esa caridad infatigable que tantas veces usaste con mi alma, Dios
mío”.