SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


domingo, 27 de octubre de 2024

PADRE JOSE ZANOCCHI NACE 28 OCTUBRE DE 1873

 

 


 



Padre José Zanocchi,

Primer superior de Argentina, Brazil, Uruguay y Chile

 Nació en Cegni (Italia) el 28 - X - 1873. Entró en la Congregación a los 26 años (15 - X - 1899). Hijo único del Alcalde del pueblo, Don Orione lo probó poniéndolo de portero en el Santa Clara.

 Fue ordenado Sacerdote el 17 de diciembre de 1904 y ejerció un fecundo apostolado como capellán en el hospital, en las cárceles y luego como padre espiritual de la naciente familia de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad.

 Las excelentes cualidades del P. José, su piedad y sus virtudes indujeron al Fundador a pedir su presencia en América Latina a los pocos meses de su llegada y así el 15 de enero de 1922 el Padre Zanocchi, junto con los Padres Montagna y Contardi y los clérigos Dondero y Castagnetti se embarcaron en Génova. Don Orione los esperaba en Río de Janeiro y desde allí continuaron el viaje hasta Buenos Aires, donde desembarcaron el 6 de febrero, en el mismo momento en que sobre el muelle, 21 cañonazos anunciaban la elección de Pío XI.

 La primera semana, hasta el 11 de febrero fueron huéspedes de los Padres Lazaristas del Santuario de Luján.

 Su primera tarea apostólica fue la iglesia de Victoria (Bs. As.), recién aceptada por el Fundador, (oficialmente reconocida como Parroquia en 1927). Después de incrementar la vida de la naciente parroquia, abrió un Colegio para la Primaria y la Escuela Tipográfica, y cuando Don Orione volvió a Italia, en mayo del 22, lo constituyó superior y representante suyo para Argentina y Brasil (fue Superior de Sud América desde 1922 a 1946). Don Orione lo presentaba como el “Don Sterpi de América” y lo confirmaba con una confianza muy firme.

 Abrió la casa de Mar del Plata, Nueva Pompeya en la misma Capital y luego la primera casa en Montevideo y en Santiago de Chile.

 Tuvo que interesarse personalmente también de las Hermanas, como ya había hecho en sus primeros años de sacerdocio; preparó su acogida en Argentina y las ayudó para que pronto establecieran la casa de formación y el Noviciado en la misma Capital.

 En 1946 tuvo que participar del 2º Capítulo General de la naciente Congregación y fue elegido Vicario General. Por seis años se vio así alejado de su segunda Patria y fue un sacrificio no leve. Al terminar su mandato fue nuevamente enviado a la Argentina (1952), no obstante sus 78 años, interpretando su íntimo deseo de morir aquí.

 Falleció en Claypole el 17 de mayo de 1954, a los 80 años de edad, 42 de Profesión y 50 de Sacerdocio.

 

AYUDEME A SER SANTO " CARTA DEL P. DUTTO A DON ORIONE ,

 

RECORDAMOS AL PADRE JOSE DUTTO

El P. José Dutto: Un regalo de la Providencia


La primera referencia que tuve sobre el P. Dutto[1] fue que casó a mis abuelos en 1939, cuando era párroco en Pompeya. Entonces no entendía mucho quien era este sacerdote, pero me deba cuenta que había sido alguien importante por el modo que se hablaba de él.
El P. José Dutto, podemos decir, fue un regalo de la Providencia para la Congregación.
El 14 de Octubre de 1922 falleció el P. Julio Quadrotta[2], y durante la misa de exequias, Don Orione miró a dos sacerdotes diocesanos presentes, y con gran confianza le pidió a Dios que alguien tomase el lugar del sacerdote difunto: “Señor me has quitado al P. Quadrotta a quién necesitaba tanto. Dame en su lugar a uno de estos dos jóvenes sacerdotes”. Confiado en la Providencia, no volvió a Tortona esa noche.
Al día siguiente, el P. José Dutto, entonces vicario parroquial del Sagrado Corazón y uno de los dos sacerdotes a quienes Don Orione miró, fue a la colonia de San Antonio y para pedir la dirección de Don Orione, pues quería enviarle una carta pidiéndole consejo sobre su vocación misionera.
Para su sorpresa, no necesito pedir la dirección del Fundador, ya que el mismo Don Orione lo recibió paternalmente y lo invitó colaborar en su obra misionera, diciéndole que este  era el deseo de Dios. Lleno de dudas y un poco turbado, el P. Dutto hizo un retiro espiritual para discernir la voluntad de Dios, y el 4 de diciembre de ese año ingresó en la Congregación.
            Mientras se preparaba para ingresar, le escribió a Don Orione: “Si un día consigo ser parte de los Hijos de la Divina Providencia, le ruego desde ahora, ¡ayúdeme a ser santo! Si por cobarde inconstancia olvidara este propósito, recuérdemelo” (carta del 27 de octubre de 1922).
            Al poco tiempo de ingresar fue destinado a Argentina, llegando a este país el 5 de mayo de 1923. Ya en su nuevo destino, el P. Dutto será uno de los hombres de confianza del Fundador y unos de los pilares de la naciente presencia orionita. 
P. Carbone (predicador), Don Orione, P. Zanocchi, P. Dutto y P. Montagna.


 
El P. Enzo Giustozzi, con algo de picardía, solía contar que la “tradición oral” llamaba “el Sanedrín” al trío compuesto por los PP. Zanocchi, Di Salvatore y Dutto, a través de los cuales Don Orione dirigía la Obra en Argentina.
            El primer destino del P. Dutto será la Colonia de Marco Paz, donde sufrirá una terrible experiencia dado los problemas con las autoridades de la misma.
En marzo de 1924 será enviado a la parroquia “La Sagrada Familia” en el Puerto de Mar del Plata, donde desarrollará una increíble labor pastoral entre los pescadores.
A raíz de la invitación de un vecino y amigo del Véneto (Italia), visitará el actual barrio “San José”, y se ocupará del cuidado pastoral de dicha zona, dando comienzo al Oratorio “Santa Teresita”, base de lo que luego sería la parroquia “San José” de Mar del Plata.
Siendo párroco de “La Sagrada Familia”, invitará a los pescadores a dar gracias por la pesca abundante, dando así comienzo a la actual Fiesta Nacional de los Pescadores.
En el transcurso de los años, la comunidad marplatense le dedicará una de la calles del Puerto como prenda de gratitud y cariño.
Al volver Don Orione a la Argentina por segunda vez en 1934, el P. Dutto se trasladará a la casa de Carlos Pellegrini para colaborar con el Fundador.
En 1937, fue nombrado párroco de Pompeya, y en 1940, Superior Provincial, al ser elegido Vicario General al P. Zanocchi. 
Don Orione, Mons. Cortesi y el P. Dutto, en la actual Casa Provincial, 1935
 
            En el III° Capítulo General (1952) fue nombrado superior de la provincia de San Marciano (Norte de Italia), cargo que acepto con dolor, pues significaba dejar la Argentina. Desde 1955 hasta 1958, fue rector del Santuario de la Guardia de Tortona. Fue elegido Consejero General en el IV° Capitulo General (1958) y nombrado Procurador de la Congregación en el V° Capitulo General (1963).
            Durante sus últimos años en Italia, recordaba con mucho cariño sus casi treinta años en Argentina, al punto que algunos dicen que “lloraba penas argentinas” al encontrarse con algún misionero italiano de regreso.
Don Orione lo definió como un religioso óptimo, de gran piedad, inteligente, de vasta cultura y fervoroso.
Entre otras cosas, Don Orione le encomendó el cuidado del boletín de la Congregación en Argentina, pues decía el Fundador que el P. Dutto “escribe muy bien en castellano”[3]Incluso el Instituto Argentino-Hispano, le otorgó un título académico en Octubre de 1966. Escribió también la biografía del P. Zanocchi, la historia de las actividades de los primeros hijos de Don Orione en el Chaco, y también tradujo diversos escritos de Don Orione.
Es recordado por su dedicación pastoral y amor al pueblo de Dios, así contaba mi abuela. Como también por su gran estatura, sus manos grandes, su carácter fuerte, y por haber sido un hombre de confianza del Fundador y un pilar de la naciente provincia Argentina.
P. Dutto (al centro) junto al Papa Pablo VI y el P. Zanatta

AVE, OH MARIA , QUEREMOS SERVIR A CRISTO EN LOS POBRES !!!


¡Ave, Oh María, llena de gracias, intercede por nosotros! Recuerda, Virgen Madre de Dios, mientras estás en presencia del Señor, hablarle e implorarle por esta humilde Congregación tuya, que es la Pequeña Obra de la Divina Providencial, nacida a los pies del Crucifijo, en la gran semana del “Todo está cumplido”. Tú lo sabes, oh Virgen Santa, que esta pobre Congregación es obra tuya: Tú la has querido, y has querido servirte de nosotros miserables, llamándonos misericordiosamente al altísimo privilegio de servir a Cristo en los pobres; no has querido siervos, hermanos y padres de los pobres, vivientes de fe grande y totalmente abandonados a la Divina Providencia.
Y nos has dado hambre y sed de almas, de ardientísima caridad: ¡Almas! ¡Almas! Y, esto, en los días que más recordaban el desangrado y consumado Cordero, en los sagrados días que recuerdan cuando nos has generado en Cristo en el Calvario.
¿Qué hubiésemos podido nosotros, sin Ti? ¿Y qué podríamos, si Tú no estuvieses con nosotros? Oh entonces, dinos: ¿A quién iremos nosotros sino a Ti?
No eres Tú la meridiana antorcha de caridad? ¿No eres la fuente viva de aceite y de bálsamo, no eres la celeste Fundadora y Madre nuestra? ¿Tal vez no es en Ti, oh bendita entre las mujeres, que Dios ha reunido toda la potencia, la bondad y la misericordia? Oh sí: “En Ti misericordia, en Ti piedad, en Ti magnificencia, en Ti se reúne aun cuando en criatura es de bondad”. ¡Sí, sí, Oh Santa Virgen mía! – Todo Tú tienes y “¡todo Tú lo puedes, lo que tú quieras!
Ahora entonces, desciende y ven a nosotros: corre, oh Madre, pues el tiempo es breve. Ven e infúndenos una profunda vena de vida interior y de espiritualidad. Haz que arda nuestro corazón del amor de Cristo y de Ti: haz que veamos y sirvamos en los hombres a Tu Divino Hijo, que en humildad, en silencio y con anhelo incesante conformemos nuestra vida a la vida de Cristo, que lo sirvamos en santa alegría, y en gozo de espíritu vivamos nuestra parte de herencia del Señor en el Misterio de la Cruz.
¡Vivir, palpitar, morir a los pies de la Cruz o en la Cruz con Cristo!
A tus pequeños hijos, a los Hijos de la Divina Providencia, dona, Beatísima Madre, amor, amor; ese amor que no es tierra, que es fuego de caridad y locura de la Cruz.
Amor y veneración al “dulce Cristo en la tierra”, amor y devoción a los Obispos y a la S. Iglesia; amor a la Patria, así como Dios lo quiso; amor purísimo a los niños, huérfanos y abandonados; amor al prójimo, particularmente a los hermanos más pobres y doloridos; amor a los desamparados, a aquellos que son considerados desperdicios, deshechos de la sociedad; amor a los trabajadores más humildes, a los enfermos, a los inhábiles, a los abandonados, a los más infelices, a los olvidados; amor y compasión para todos, a los más lejanos, a los más culpables, a los más adversos, a todos y amor infinito a Cristo.
Danos, María, un ánimo grande, un corazón grande y magnánimo, que llegue a todos los dolores y a todas las lágrimas. Haz que seamos verdaderamente como nos quieres: ¡los padres de los pobres! Que toda nuestra vida sea consagrada a dar a Cristo al pueblo y el pueblo a la Iglesia de Cristo; que ella arda y resplandezca de Cristo; y en Cristo se consuma en una luminosa evangelización de los pobres; que nuestra vida y nuestra muerte sean un cántico dulcísimo de caridad y un holocausto al Señor.
¡Y luego...y luego el Santo Paraíso! Cerca de Ti, María: ¡siempre con Jesús, siempre contigo, sentados a tus pies, oh Madre nuestra, en el Paraíso, en el Paraíso!
* * *
Fe y Coraje, oh hijos míos: ¡Ave María y adelante! Nuestra celeste Fundadora y Madre nos espera y quiere en el Paraíso. Y será pronto.
¡Sean todos benditos, mis amados hijos! Y rueguen por vuestro afectuosísimo en Jesucristo y en la Santa Virgen. 
"Tenemos que tener una profundísima vena de la espiritualidad mística que impregne todos los niveles de la sociedad, los espíritus contemplativos y activos," servidores de Cristo y los pobres "(Don Orione).
Sac. J. Luis Orione
de la Divina Providencia