San Luis Orione y cómo leer la Biblia
Desde principios del siglo XX, las palabras de Paul Claudel indican la relación del cristiano con la Biblia: "El respeto a la Sagrada Escritura no tiene límites: se manifiesta sobre todo al mantenerse alejado"
Esta lejanía tuvo principalmente su origen en la controversia protestante. Incluso en la época de Don Orione las Iglesias Reformadas eran consideradas un peligro. Por ello, se intentó trabajar "para salvar a la gente del peligro de los protestantes". El principio de "sólo Escritura" afirmado por estos, había dado lugar, como reacción, a una gran desconfianza en la lectura de la Biblia. De hecho, las Sociedades Bíblicas que en estos años surgen en Europa, y luego también en Estados Unidos, generaron sospechas en el mundo católico.
La pobreza -consecuencia de la guerra- y el analfabetismo también contribuyeron a la distancia entre la Biblia y la comunidad cristiana.
En la primera mitad del siglo XX, sin embargo, una cierta renovación comenzó en la yuxtaposición a la Biblia, que luego encontrará estímulos efectivos en el Concilio Vaticano II. El magisterio pontificio también promovió el contacto más frecuente y eficaz de todas las personas con la Biblia.
En 1920 el Papa Benedicto XV, con motivo del 15º centenario de la muerte de San Jerónimo, nos invitó a buscar en las Escrituras comida y apoyo a la vida espiritual.
En 1943 Pío XII publicó la encíclica "Divina aflicción Spiritu": fue un comienzo de renovación que daría lugar al Concilio Vaticano II. La encíclica se refería al lectio divino:
"Los sacerdotes, por lo tanto, que están obligados por oficio a adquirir la salud eterna de los fieles, después de haber escaneado diligentemente las páginas sagradas y después de haberles hecho su sustancia con oración y meditación" (traten de) "trabajar con gran compromiso para que en las familias cristianas las leamos regularmente todos los días con piedad y devoción."
En este ambiente brevemente descrito se formó, y desarrolló su ministerio pastoral, San Luis Orión. Su carta señala que la relación con la Biblia no era como la entendemos hoy:
" En cada casa hay, al menos, dos ejemplares latinos de la Santa Biblia, la Suma Filosófica y Teológica de Santo Tomás, la Imitación de Cristo, en latín, y Dante. Se hacen muchas copias de los Evangelios y la imitación de Cristo, para que estén de la mano de todos..."
Don Orione, en sus escritos, se refiere con más frecuencia a la lectura del Evangelio, de hecho no fue fácil acceder a la Biblia, por las razones indicadas. Él nos invita principalmente a conocer el Evangelio porque, a través de él, entramos en comunión con Jesús. En una carta, escrita por Buenos Aires el 23 de octubre de 1935, dirá:
"Nuestro estudio supremo debe estar meditando sobre la vida de Jesucristo. Las enseñanzas de Jesucristo valen más que todas las enseñanzas, y la oración es de todas las filosofías la más sublime, y de todas las ciencias la que más instruye; es ciencia por excelencia, es lo que hace feliz y feliz al hombre..."
Debemos reconocer -dice el P. Flavio Peloso- que Don Orione hizo la Sagrada Escritura y la Palabra de Dios, su alimento espiritual vital y que evidentemente su cultura bíblica fue la de las primeras décadas de la década de 1900.
Tratemos de averiguar ahora qué enseñanza aprende San Luis Orión acerca de la lectura orante del Evangelio.
3. Leer el Evangelio en espiritualidad orioniana
La carta de San Luis Orión sin duda planteará algunas preguntas en nosotros: ¿qué validez, en nuestro tiempo, puede leer con frecuencia el Evangelio? ¿A qué tipo de estudio del Evangelio nos invita don Orione? ¿Cuál es la clave para leer el Evangelio para Don Orione y su familia? ¿Es válida la memorización del Evangelio en nuestros días? ¿Qué itinerario podemos seguir al leer el Evangelio y con qué fin?
"Y para que el Evangelio sea más conocido y observado, es bueno ser impreso en nuestra mente, y no sólo en pedazos y mordeduras Por lo tanto recomiendo, o mis seres queridos, la lectura y el estudio asiduos del Santo Evangelio..."
Don Orióne nos invita a una lectura continua del Evangelio: esta es una de las características fundamentales de La Lectio Divina.
"El lectio divino - la Tarjeta nos enseña. Martini - no elige textos adecuados para temas o temas preestablecidos decididos de antemano, dirigidos a necesidades o gustos ya experimentados por el lector o la comunidad que lee... El lectio divino comienza con la Palabra de Dios y la sigue paso a paso, y toma en serio la unidad de las Escrituras."
La invitación a una lectura continua y diaria del Evangelio fue renovada por el Concilio Vaticano II y está dirigida a todo el pueblo de Dios: laicos, religiosos y sacerdotes.
"Lee y estudia "Escritura" asiduamente... "Recuerden que la lectura de San Scripture debe ir acompañada de oración para que el diálogo de Dios con el hombre se realice..." (D.V. 25)
Don Orione siente la necesidad de dar a conocer el Evangelio:
"... Pero para vivir el Evangelio es, en primer lugar, necesario conocerlo: conocerlo bien y luego, con la ayuda de Dios, vivirlo, el Santo Evangelio, vivirlo en espíritu y forma. Sólo entonces seremos verdaderos cristianos..."
Pero, ¿qué tipo de estudio pide Don Orione? El estudio bíblico y académico es sin duda importante y ayuda mucho, pero ese no es el tipo de estudio al que nos referimos.
Hay muchos métodos para estudiar el Evangelio, pero don Orione señala uno práctico, que debe conducir a la vida, a la práctica concreta. Por esta razón, el estudio "orionino" del Evangelio no puede descuidar dos aspectos principales: el texto bíblico y la situación actual. Estas dos dimensiones "sirven a la mejor asimilación del mensaje, nos permiten releerlo en el momento histórico actual y discernir la respuesta que debemos ofrecer a la Palabra que Dios nos dirige"
El estudio de la situación actual permite una lectura significativa de la Palabra de Dios en el contexto en el que vivimos. "La Palabra debe iluminar los diferentes acontecimientos de la historia para que en ellos podamos escuchar el llamado de Dios. Al mismo tiempo, las diferentes situaciones históricas nos permiten descubrir la actualidad perenne del mensaje que Dios nos transmite y el significado que tiene para nosotros hoy... La Biblia debe ayudarnos a descubrir nuestra identidad personal y comunitaria, como cristianos, y a tomar una posición frente a los diferentes acontecimientos y situaciones de nuestro mundo"
El estudio del texto bíblico debe ayudar a entender mejor el mensaje. Puede ser importante tener en cuenta tres niveles de análisis de texto
- Nivel literario : Prestar atención a las características literarias del texto.
- Nivel histórico: Considere el contenido. Es necesario tener en cuenta las características históricas a las que se refiere el texto y en las que fue redactado.
- Nivel teológico: Reflexiona sobre lo que Dios dice a través del texto, descubre su mensaje religioso.