SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


jueves, 21 de septiembre de 2023

22 SEPTIEMBRE, CARTA A MUSSOLINI

 En el archivo general de la Congregación orionina han hallado un documento excepcional. Es la carta que de su puño y letra don Orione escribió y envió el 22 de septiembre de 1926 a Mussolini. Decía la carta: «Pienso que Su Excelencia, si quiere, puede, con la ayuda divina, acabar con el amargo y funesto disentimiento que hay entre la Iglesia y el Estado. Y humildemente le ruego, como sacerdote y como italiano, encuentre una base razonable, y proponga una solución. Le toca al Gobierno italiano tender noblemente la mano al Vencido».Esta carta es importante para comprender la parte que desempeñó en los preliminares y en el comienzo de las negociaciones. Por lo demás, está documentado que don Orione fue uno de los primeros en intuir, en 1923, que el nuevo clima político nacional podía cerrar la controversia entre Estado e Iglesia, y también está documentado que participó, con el padre Genocchi, en la primera reunión preparatoria que se hizo en la casa de los condes Santarelli, en Roma. En esta carta se ha querido ver la expresión misma de la Santa Sede que encargó, a un sacerdote de confianza y de reconocido valor moral en la opinión pública, un mensaje claro al gobierno italiano sin comprometer su propia autoridad.De hecho, no se sabe si post hoc o propter hoc, pocos días después de la carta las negociaciones fueron declaradas oficiales y comenzaron las sesiones. Lo demás es historia conocida. Llegó el 11 de febrero de 1929, fecha de la histórica firma de los Pactos lateranenses. L’Osservatore Romano, que desde 1870 salía con una lista negra, ese día se imprimió por fin sin el símbolo del luto. Dos días después Pío XI comentó: «Con profunda satisfacción creemos haber devuelto con el Concordato Dios a Italia e Italia a Dios». Esta página de historia parece terminar en gloria, todos satisfechos. Y, sin embargo, don Orione, que tanto se interesó por la solución de la cuestión, no mostró en el momento mucha alegría. Cuando supo que se habían firmado los pactos, besando la foto de Pío XI, publicada en los periódicos que daban la noticia, exclamó: «¡Pobre Papa! ¡Cuántos dolores tendrá que pasar!». «La Conciliación se debía hacer», explicó, «pero no de esta manera. Por ahora no me parece una soldadura duradera. Quisiera equivocarme, pero veréis días malos». Según don Orione existían algunos puntos débiles respecto a ciertos temas. En especial temía que Mussolini se aprovechara del nuevo prestigio que había obtenido para llevar a cabo nuevas e injustas intervenciones en perjuicio de la Iglesia en Italia. Y ese mismo día, en una reunión de la Congregación, les dijo a sus sacerdotes: «Cuando los fascistas entren en los institutos para quitarnos a los jóvenes, el Señor nos inspirará lo que hemos de hacer». Lo había comprendido inmediatamente. Y es lo que sucedió. Apenas acabaron los parabienes por el Concordato, Mussolini continuó su política vejatoria contra las organizaciones católicas.Lucidez y clarividencia; dotes por las que, hay que decirlo, era escuchado por los papas y también por los políticos. A la residencia de la calle Sette Sale de Roma iban a llamar a su puerta Gaetano Salvemini, el senador Zanotti Bianchi y Achille Malcovati, magnate de industria y eminencia gris de muchos políticos de punta; sólo por citar algunos. Iban a verle, pero él decía claramente que de programas políticos no entendía nada ni quería ocuparse, pues se obstinaba en seguir “su” política: «La del Pater noster». La única eficaz. La única que no se encierra en fronteras y «es realizable completamente», decía. La única por la que incluso estaba dispuesto a cruzar el océano. Después del terremoto de Sicilia y del de la Marsica de 1915, hundiendo sus brazos en los escombros de las miserias humanas, no celó su deseo de ir como misionero a América. Un día confesó este deseo a Pío X, y este, como respuesta le envió a la “Patagonia romana”, la periferia abandonada del sureste de Roma. Pero llegó el día que tuvo que zarpar

LA AMISTAD ENTRE EL PADRE PIO Y DON ORIONE

El Padre Pío y Don Orione no se conocieron nunca personalmente. Sin embargo, ambos dijeron conocerse. Cada uno sentía una ilimitada estima por el otro... Don Orione, entre otras cosas, se ocupó muchísimo ante la Santa Sede para que le fueran quitadas las famosas restricciones a la libertad del padre capuchino.

Al respecto tenemos una interesante carta del orionita P. Giuseppe Dutto el cual, respondiendo a una pregunta del padre capuchino Carmelo da Sessano, que estuvo muy cerca del estigmatizado del Gargano, se expresó así: “Satisfaciendo con gusto su deseo, pondré aquí por escrito lo que he escuchado decir a Don Orione del Padre Pio de Pietrelcina. Estábamos en Buenos Aires... En esos días habían prohibido varios libros que trataban del Padre Pio y, si recuerdo bien, también habían prohibido visitarlo... Un día del año 1936 o tal vez 1935 le pregunté a Don Orione a qué se debía esta prohibición... y Don Orione, a media voz, como quien dice algo que debe ser reservado, aunque cierto, dijo: “Es la sinagoga que continúa...”. Y expresaba así su disconformidad con lo que sucedía.

En esa circunstancia le pregunté también a Don Orione si conocía al Padre Pío. Don Orione respondió que no se habían visto nunca, pero se conocían. No quiso dar otra explicación. Como ve, es muy poca cosa lo que se dé la relación de Don Orione con el Padre Pío; pero sé que Don Orione tenía una gran veneración por él y escuché también que el padre Pío tenía una verdadera veneración por Don Orione.

Un abogado de Montevideo, un convertido ahora muy fervoroso, hablando con el Padre Pío en San Giovanni Rotondo, dijo que conocía a Don Orione (lo había visto en Montevideo, muchos años atrás) y entonces el Padre Pío le dijo a ese abogado, refiriéndose a Don Orione: “¡Ese sí que es un santo!... ¡Yo no soy ni siquiera digno de tocarle el borde del hábito!”.

“Doy fe de lo que he escrito, asegurando que corresponde a la verdad”. (Cfr. Casa sollievo della sofferenza, San Giovanni Rotondo, a. 1993, Nº 13, pág. 11).

Fuente: Florecillas de Don Orione. P. Facundo Mela