SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


jueves, 27 de julio de 2023

EL MANDATO MISIONERO

EL MANDATO DE JESÚS

 El mandato misionero de Jesús nos otorga la luz evangélica para iluminar nuestra misión.

 Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: "¡La paz esté con ustedes!". Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: "¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes".

(Jn. 20,19-21)

             Todos los evangelistas, cuando narraban el encuentro de Jesús Resucitado con los apóstoles, concluyen haciendo referencia al mandato misionero. [2] En el Encuentro misionero del 2005 se había elegido como slogan el mandato de Jesús como está escrito en los Hechos 1, 8  “Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra".

Todo discurso eclesial sobre la misión parte del “mandato” de Jesús. Allí encontramos las motivaciones, [3] los contenidos y las modalidades de la misión.

             “El impulso misionero pertenece a la naturaleza misma de la vida cristiana” y “renueva la Iglesia, reforzar la fe y la identidad cristiana, da un nuevo entusiasmo y nuevas motivaciones. ¡La fe se hace más fuerte dándola! La nueva evangelización de los pueblos cristianos encontrará inspiración y sostenimiento en el compromiso por la misión universal” (Redemptoris missio [RM] 3).

EL MANDATO DE DON ORIONE

             El mandato apostólico de Don Orione, como nos ha recordado justamente Juan Pablo II, “se presenta a ustedes como la actuación del grito preocupante de vuestro Padre: “¡Almas! ¡Almas!” Grito que prolonga la “sed” de Jesús en la cruz. Grito que vendrá repetido por cada uno y por todos juntos. No puede haber verdadera evangelización sin fervor apostólico” [5].

            También Don Orione podría decirnos, retomando las palabras de Jesús: “Como el Señor me mandó a mí, también yo los mando a ustedes”.

             El mandato misionero recibido y participado a los seguidores estuvo resumido por Don Orione en el sueño-visión de la “Virgen del manto azul”. El vio el gran manto azul que “se alargaba, de tal modo que no se distinguían más los confines”, “que cubría todo y a todos hasta el horizonte lejano”, “niños de diversos colores, cuyo número se multiplicaba extraordinariamente ... la Virgen se volvió a mí indicándomelos”

Escribiendo al obispo Bandi, agregó: “recordando que desapareció el muro del patio, y que eran de varios colores, entendí que son las misiones” [6].

             Don Orione fue a la misión ad gentes en los viajes a América Latina de los años 1921-1922 y 1934-1937 y sabemos con qué dinamismo e impulso apostólico.

Don Orione mandó a la misión ad gentes, a partir de la primera expedición de diciembre de 1913 a Brasil, [7] a muchos de sus Hijos de la Divina Providencia y de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad.

             El compromiso misionero de Don Orione y de la congregación se realizó siempre en el sufrimiento y saludable tensión entre “consolidación de lo existente” y “nuevas aperturas”. Tal tensión fue personalizada paradigmáticamente en dos santos hermanos y padres de la Congregación: Don Orione y Don Sterpi. Tuvo acentos también dramáticos en las palabras de uno y de otro.

            Don Sterpi escribió desde Tortona: “Piensen en volver lo más pronto posible. Recuerden que, si las cosas aquí no van bien, será un mal también para América ... Y después dejen perder la Argentina y todos los buenos proyectos, de otro modo voy para allá también yo” [8]

            Don Orione escribe desde el Chaco informando haber aceptado una nueva misión: “Acepté bajo condición porque me sentía con el alma lastimada, y recordaba las palabras del Santo Padre: “no se detengan en las ciudades, sino vayan al interior, donde pocos o ninguno va, porque no hay ganancia” Aquí, el Chaco es considerado peor que la Patagonia, hay todo, todo, todo por hacer, hay todo por sufrir, hay todo para sacrificarse por el Señor, por las almas, por la Santa Chiesa. Están los protestantes, los hebreos, los mercados que se enriquecen de bienes terrenos y que por el algodón y la riqueza están allá, y ¿no habrá un sacerdote para las almas... para los pobres?” [9]

             También hoy, la tensión entre impulso y consolidación no va resuelta sino mantenida viva y alta y ello es posible sólo en el equilibrio que se alcanza mediante la comunión fraterna y el celo apostólico compartido. Ella, en los tiempos de Don Orione y sucesivamente, produjo la difusión del Evangelio y del carisma, nuevas obras, nuevas vocaciones. Son los dos pasos por los cuales camina en la historia: uno que se apoya en lo sólido, pero ya pronto a separarse de él y el otro lanzado hacia adelante pero midiendo ya el punto de apoyo. Los religiosos y las obras serán siempre demasiado frágiles para poder hablar de consolidación. Pero serán también siempre suficientes para dar razón a la esperanza misionera.

Todos en misión Don Flavio Peloso