SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

Algunas de las imágenes que acompañan las diferentes entradas de este Blog pueden provenir de fuentes anónimas de la red y se desconoce su autoría. Si alguna de ellas tiene derechos reservados, o Ud. es el titular y quiere ser reconocido, o desea que sea quitada, contacte conmigo. Muchas gracias


lunes, 30 de enero de 2023

¡¡¡¡¡¡SIEMPRE TRABAJE CON AMOR!!!! DON BOSCO

 

 Trabajé siempre con amor

De las cartas de San Juan Bosco, presbítero (Epistolario, Turín 1959, 4, 201-203)

Si de verdad buscamos la auténtica felicidad de nuestros alumnos y queremos inducirlos al cumplimiento de sus obligaciones, conviene, ante todo, que nunca olvidéis que hacéis las veces de padres de nuestros amados jóvenes, por quienes trabajé siempre con amor, por quienes estudié y ejercí el ministerio sacerdotal, y no sólo yo, sino toda la Congregación salesiana.

¡Cuántas veces, hijos míos, durante mi vida, ya bastante prolongada, he tenido ocasión de convencerme de esta gran verdad! Es más fácil enojarse que aguantar; amenazar al niño que persuadirlo; añadiré incluso que, para nuestra impaciencia y soberbia, resulta más cómodo castigar a los rebeldes que corregirlos, soportándolos con firmeza y suavidad a la vez.

Os recomiendo que imitéis la caridad que usaba Pablo con los neófitos, caridad que con frecuencia lo llevaba a derramar lágrimas y a suplicar, cuando los encontraba poco dóciles y rebeldes a su amor.

Guardaos de que nadie pueda pensar que os dejáis llevar por los arranques de vuestro espíritu. Es difícil, al castigar, conservar la debida moderación, la cual es necesaria para que en nadie pueda surgir la duda de que obramos sólo para hacer prevalecer nuestra autoridad o para desahogar nuestro mal humor.

Miremos como a hijos a aquellos sobre los cuales debemos ejercer alguna autoridad. Pongámonos a su servicio, a imitación de Jesús, el cual vino para obedecer y no para mandar, y avergoncémonos de todo lo que pueda tener incluso apariencia de dominio; si algún dominio ejercemos sobre ellos, ha de ser para servirlos mejor.

Éste era el modo de obrar de Jesús con los apóstoles, ya que era paciente con ellos, a pesar de que eran ignorantes y rudos, e incluso poco fieles; también con los pecadores se comportaba con benignidad y con una amigable familiaridad, de tal modo que era motivo de admiración para unos, de escándalo para otros, pero también ocasión de que muchos concibieran la esperanza de alcanzar el perdón de Dios. Por esto, nos mandó que fuésemos mansos y humildes de corazón.

Son hijos nuestros, y, por esto, cuando corrijamos sus errores, hemos de deponer toda ira o, por lo menos, dominarla de tal manera como si la hubiéramos extinguido totalmente.

Mantengamos sereno nuestro espíritu, evitemos el desprecio en la mirada, las palabras hirientes; tengamos comprensión en el presente y esperanza en el futuro, como nos conviene a unos padres de verdad, que se preocupan sinceramente de la corrección y enmienda de sus hijos.

En los casos más graves, es mejor rogar a Dios con humildad que arrojar un torrente de palabras, ya que éstas ofenden a los que las escuchan, sin que sirvan de provecho alguno a los culpables.

_Fuente Catholic Net_______________________________________

Jesús: "El que acoge un niño en mi nombre me acoge a mi" -Mt 18,5Señor.

INCIPIT VITA NOVA (una nueva vida comienza)

 



Hoy debemos sentirnos, no diré sólo abatidos, sino aniquilados mil veces bajo la avalancha de tantos reveses; es cierto que todo ha pasado, con la ayuda de Dios, y nosotros con el alma conmovida y con los ojos llenos de lágrimas hacia Jesús, estamos aquí todavía, aquí de pie y más fuertes que antes.

Jesús ha sido tan bueno que parece que ha descendido hasta la bajeza de sus últimos siervos para restituir y fortalecer nuestra vida. La mano de su misericordia se ha extendido sobre nuestra pobre cabeza, y un soplo nuevo de vida ha pasado sobre nosotros y su virtud ha reanimado nuestra debilidad y ha encaminado la voluntad a una vida nueva y mejor; y a un nuevo y mayor trabajo para su gloria.

Incipit vita nova! Si recordamos el camino hecho hasta aquí. ¡Qué insatisfechos de nosotros mismos y humillados nos sentimos! ¡Cuánta frialdad, cuánta pereza, cuánta miseria! Ha sido necesario que el Señor derramara todas sus bendiciones sobre nuestros pasos, ha hecho falta todo el afecto y la benévola indulgencia de los superiores y de tantas almas buenas para caminar hacia adelante día a día.

¡Ah!, despertémonos ya de este sueño: después de tantos favores celestiales y tantos consuelos, ya es tiempo de que comencemos una vida nueva, una vida llena de amor y de trabajo por Jesús. La voz de Dios pasa y grita en nuestro corazón, como antes, con llamadas intermitentes; no podemos y no debemos pasar de largo: militemos, por tanto decididamente bajo la bandera del gran rey. En el nombre del Señor y Dios omnipotente: Incipit vita nova!

Incipit vita nova! Sabemos bien que de por sí no somos buenos, absolutamente, ni siquiera para dar un paso en la nueva vida que queremos llevar, pero Jesús es bueno y estará cerca de nosotros, y dejará que nos abracemos a él y que nos abandonemos confiados en su corazón: todo se puede cuando Jesús nos consuela.

¡Oh, sí!, el Señor que ha comenzado la obra buena, sabrá llevarla a su fin. Y al renovar nuestra vida, sabrá dar nuevo impulso y nuevo desarrollo a la Obra de la Divina Providencia.

Incipit vita nova! Un período nuevo de vida que quizás no termine sino con el desgaste de nuestras pobres personas: pero feliz y bendito aquel día, si con nuestro caer el Instituto gana nueva fuerza y vida perenne.

Incipit vita nova! Por un ideal que no termina aquí abajo, por un bien que no es terreno, mirando al cielo, lanzando este grito del alma a vosotros, jóvenes hermanos.

Alcemos los corazones: para nosotros y para la Obra de la Divina Providencia incipit vita nova. Vida nueva: el corazón a Dios, la vida al trabajo, por amor de Dios. Ni desengaños, ni indiferencias nos apartarán del camino glorioso marcado por el dedo de la Providencia del Señor.

Los vendavales soplando a nuestro alrededor, no apagarán la fe, ni los latidos de una caridad que no muere: cuando el mundo levante barreras, nos servirán de escalones para subir más alto. Incipit vita nova!

Y con la bendición del Obispo, como aliento suave de una vida de trabajo y de amor celestial, vete contento por montes y por valles, pobre hijo de la Divina Providencia (“La chispa”).

Esparce fe y luz sobre las almas, salva muchos pobres jóvenes del león que ruge alrededor: vete y grita a todos, a los hermanos y a los amigos: “Cantate Domino canticum novum, quia mirabilia fecit!” (cantad al Señor un cántico nuevo porque ha hecho maravillas).

Dondequiera que llegues, pobre hijo, resuenen los caminos de la tierra y del cielo con un cántico nuevo y sea el himno suavísimo de amor a mi Dios. Abraza a todas las criaturas en la caridad grande e infinita de Jesús Crucificado: dondequiera que encuentres un alma para salvar, un dolor que aliviar, una lágrima que enjuagar, vuela allá como un ángel consolador, Hijo de la Divina Providencia.

Siembra bálsamo, conmueve, convierte las almas a Jesús: siempre listo a cualquier miseria, siempre palabras de consuelo y de esperanza. Vuela y vuela... y lleva a nuestros bienhechores las oraciones de muchos hijos.

Saluda en primer lugar al Obispo, a cuyos pies has nacido, como signo de alegría y de afecto vivísimo. Y si en alguna ocasión llegase tu humilde voz hasta los pies del pobre y viejo Papa. ¡Cómo quisiera que tu voz fuese como una ola de amor de llanto!

Vete entonces con la sonrisa de la juventud, vete en el nombre de la Divina Providencia, como himno de amor a mi Dios. Vete ligero como la brisa, dulce como el canto de los ángeles, suave como el espíritu del Señor.