SABÍAS ?
¿SABÍAS?MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS
SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA
¿ Y SU ORIGEN? :
El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".
¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...
¿Cuál es el fìn del MLO?
Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.¿Cómo lograr esto?
A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.
¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.
Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.
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lunes, 29 de abril de 2024
SAN JOSE BENITO COTTOLENGO EN LA VIDA DE DON ORIONE
domingo, 28 de abril de 2024
29 ABRIL SANTA CATALINA DE SIENA DOCTORA DE LA IGLESIA

Santa Catalina de Siena (1347-1380) escribió el Diálogo de la Divina Providencia. (9) Santa Catalina dejó el Diálogo de la Divina Providencia, llamado simplemente Diálogo, escrito durante cinco días de éxtasis religioso, del nueve al catorce de octubre de 1378 , 26 Oraciones; y 381 cartas, grandes trabajos de la literatura toscana vernácula. Su pensamiento está situado en las alturas de la contemplación, dictada por una relación de amor con Dios y la vida "¿Podría dar todo a todos ? - Pide a Dios -
Catalina Benincasa, conocida como santa Catalina de Siena O.p., (* Siena, 25 de marzo de 1347 – † Roma, 29 de abril de 1380) fue una santa católica. La Santa Sede la reconoce como co-patrona de Europa e Italia y Doctora de la Iglesia.
Considerada una de las grandes místicas de su siglo, destacó asimismo su faceta de predicadora y escritora, así como su decisiva contribución al regreso del papado a Roma tras el exilio de Aviñón. Es una santa muy venerada y popular en fundaciones, iglesias y santuarios de la Orden dominicana.Santa Catalina de Siena, en su obra El diálogo, nos habla de lo que le dice el Padre Dios sobre la providencia divina: Manifesté mi providencia, de modo general, por medio de la ley de Moisés y por muchos otros santos profetas del Antiguo Testamento... Después de ellos, mi providencia envió al Verbo, que fue vuestro mediador entre mí, Dios eterno, y vosotros. Le siguieron los apóstoles, mártires, doctores y confesores, como te he dicho en otro lugar. Todo esto lo hizo mi providencia y te repito que, del mismo modo, proveerá hasta el fin... Todo lo doy a través de mi providencia: la vida y la muerte, la sed, la pérdida de posición social, la desnudez, el frío, el calor, las injurias, los escarnios y las villanías. Todas estas cosas permito que las hagan los hombres. No que yo sea el autor del mal o de la mala voluntad de los que hacen el mal... Parecerá alguna vez al hombre que el granizo, la tempestad, el rayo que yo envío sobre una criatura, es una crueldad, juzgando que no he mirado por su salud; y lo he hecho para librarle de la muerte eterna, aunque piense lo contrario... Todo lo que hago lo llevo a cabo con providencia, buscando siempre únicamente la salvación del hombre...
Yo soy la providencia suprema que nunca falta ni en el alma ni en el cuerpo a los que confían en mí. ¿Cómo puede sospechar el hombre que me ve alimentar al gusano en el interior de un madero seco, apacentar a los animales, dar de comer a los peces del mar, a todos los animales de la tierra y a los pájaros del aire, que envío el sol sobre las plantas y el rocío que empapa la tierra, ¿cómo cree que no le voy a dar el alimento a él que es mi criatura, formada a mi imagen y semejanza? Todo lo ha creado mi bondad para su servicio. Por eso, a cualquier parte que mire, espiritual o temporalmente, no encontrará otra cosa que el fuego y la grandeza de mi amor con la mayor y más perfecta providencia... Infinitas son las maneras de la providencia que empleo con el alma pecadora para sacarla de la culpa del pecado mortal... Y, si vuelves la vista al purgatorio, encontrarás en él mi dulce e inestimable providencia en aquellas pobres almas, que perdieron el tiempo por ignorancia... Te voy a explicar ahora algo sobre los modos que tengo de socorrer a mis servidores que confían en mí... A veces, los purifico con muchas tribulaciones para que den me jor y más suave fruto (espiritual). ¡Oh, cuán suave y dulce es este fruto y de cuánta utilidad para el alma que sufre sin culpa! Si ella lo entendiese, no habría nada que con celo y alegría no lo intentase sufrir.
CATALINA DE SIENA, LA MISTICA DE LA POLITICA, PATRONA DE EUROPA E ITALIA , DON ORIONE NOS HABLA DE LA SANTA
A QUIÉN SE RECIBE EN EL PEQUEÑO COTTOLENGO
A QUIEN SE RECIBE EN EL PEQUEÑO COTTOLENGO ARGENTINO
El Pequeño Cottolengo tendrá siempre abierta su puerta a toda clase de miseria moral y material. A los afligidos y desengañados proporcionará nuevos alientos y lumbres de fe.
Separados luego en tantas otras familias, acogerá en su seno como hermanos a los ciegos, a los sordomudos, a los retardados, a los incapaces: cojos, epilépticos, ancianos y obreros inhábiles para el trabajo, niños escrofulosos, enfermos crónicos, niños y niñas de cortos años en adelante; jovencitas en la edad de peligros morales; a todos aquellos, en una palabra, que por una u otra causa necesitan de asistencia, de auxilio, con el agregado de que no pueden ser recibidos en hospitales y asilos, y que verdaderamente sean abandonados: sean de cualquier nacionalidad, sean de cualquier religión, sean también sin religión alguna: ¡Dios es Padre de todos!
Es evidente que todo esto se llevará a cabo gradualmente, mientras se vaya edificando y se disponga del lugar conveniente, confiando en Dios y en el concurso de los corazones misericordiosos, desconfiando tan sólo de nosotros mismos.
En el Cottolengo no deberá quedar sitio vacío.
Nuestra felicidad no nos asusta: la consideramos como el trofeo de la bondad y de la gloria de Jesucristo.
COMO SE REGIRÁ Y GOBERNARÁ EL COTTOLENGO ARGENTINO
Nada es más agradable al Señor que la confianza en El.
Y nosotros querríamos poseer una fe, un coraje, una confianza tan grande cuán grande es el Corazón de Jesús, el cual es su fundamento.
El Pequeño Cottolengo argentino se rige in Domino: sobre el fundamento de la fe, vive in Domino, de la Divina Providencia y de vuestra generosidad; se gobierna in Domino, esto es, con la caridad de Cristo: todo y sólo por amor, hasta el holocausto de nuestra vida, con el divino auxilio.
Todo depende de la Divina Providencia; quien todo lo hace es la Divina Providencia y la caridad de los corazones misericordiosos, movidos del deseo de hacer el bien, tal como el evangelio lo enseña, a aquellos que más lo necesitan.
TIENE REDITOS EL PEQUEÑO COTTOLENGO ARGENTINO
Vosotros quizás creeréis que poseemos con fondos y réditos.
No, amigos míos; de todo eso tenemos menos que nada.
El Pequeño Cottolengo no tiene réditos, y no podrá jamás tener tales réditos; va adelante día a día: "panem nostrum quotidianum".
Aquel Dios que es el gran Padre de todos, que piensa en el pajarillo del aire y viste a los lirios del campo, envía con mano benéfica el pan cotidiano, esto es, aquel que se necesita cada día.
Nuestro banco es la Divina Providencia, y nuestra bolsa está en vuestro bolsillo y en vuestro buen corazón.
COMO SE VIVE EN EL COTTOLENGO ARGENTINO
El Cottolengo está construido sobre la fe, y vive de los frutos de una caridad inextinguible.
En el Cottolengo se vive alegremente: se ora, se trabaja en la medida que las fuerzas de cada uno; se ama a Dios, se ama y se sirve a los pobres. En los desamparados se ve y se sirve al mismo Cristo, en santa y perfecta alegría. ¿Quién más feliz que nosotros?
Y también nuestros queridos pobres viven contentos: ellos no son nuestros huéspedes, no son asilados, sino que son los patrones y nosotros sus sirvientes, ¡así se sirve al Señor!
¡Cuán hermosa es la vida en el Cottolengo! Es una sinfonía de oraciones por los bienhechores, de trabajo, de alegría, de cantos y de caridad!
DE QUE MANERA SE PUEDE AYUDAR AL PEQUEÑO COTTOLENGO ARGENTINO
De mil maneras: con la oración, con dinero y haciéndolo conocer de personas de corazón y benéficas, que puedan cooperar a tan gran bien.
Por otra parte, todo aquello que tengáis y no podías utilizar más, enviadlo al Cottolengo. Por ejemplo: ¿tenéis un par de botines que no lleváis más? Y bien, enviadlos al Cottolengo. ¿Tenéis lienzos, ropa blanca vieja, frazadas y vestidos usados, sombreros deteriorados? Y bien, enviadlos al Cottolengo. O avisad por teléfono dónde y cuándo podríamos ir a tomar dichos objetos. Nuestros teléfonos son: U.T 61-2654 y también 7 San Fernando.
Todo es grande cuando es grande el corazón que lo da. Como en el Cottolengo se reciben los a los llamados desechos de la sociedad, así también se reciben los desechos de vuestra casa: muebles fuera de uso o rotos, mesas, sillas, camas, libros, cuadros, retazos inservibles y artículos de ropavejero: pan, carne, fideos, harina, legumbres, medicinas, carbón, leña, etc, todo sirve a los pobres del Pequeño Cottolengo Argentino.
En el Cottolengo somos todos más pobres que vosotros, comenzando por los Padres, los cuales recibirán y vestirán con sentimientos de mucha gratitud los trajes eclesiásticos desusados que el Reverendo Clero tuviese a bien ofrecérselos en caridad.
Al muy Rvdo. Clero Argentino el Pequeño Cottolengo manda su humilde saludo en el Señor, anticipándoles vivas manifestaciones de agradecimiento por la benévola acción que querrá desenvolver con el fin de que se conozca la nueva institución, que ha sido ampliamente bendecida por el Excelentísimo Señor Nuncio Apostólico y por los excelentísimos señores arzobispos de Buenos Aires y de La Plata.
Si alguno deseare dedicar lechos, un aula, un dormitorio, a la memoria y al nombre de una persona querida, esto puede hacerse en el Cottolengo, y se transmutará en bendiciones el acto magnífico del insigne benefactor o benefactora y de su familia.
VISITAD AL COTTOLENGO
¡Oh, argentinos, que poseéis el corazón más noble que haya jamás encontrado, venid a visitar a los pobres del Cottolengo, donde hay laus perennis por la prosperidad de vuestras familias y de la República; donde todo es simplicidad de vida y buen sonreír, sereno y reconocido donde todos los sacrificios y todas las palabras se confunden y se mudan en una sola: ¡CARIDAD!
¡El Señor perdona tantas cosas, por una obra de misericordia!
sábado, 27 de abril de 2024
28 de ABRIL, COLOCACIÓN DE LA PIEDRA FUNDACIONAL DEL COTTOLENGO ARGENTINO
Una semilla que no cesa de dar frutos

Una semilla que no cesa de dar frutos
Por P. Raúl Trombini fdpProducción: Germán Cornejo
Comenzamos a caminar hacia los 84 años del Cottolengo de Claypole. La colocación de la piedra fundamental y testimonios que recuerdan los primeros tiempos.
¿Cómo fue la primera vez que llegaste al Cottolengo? ¿Te acordás?Cuando Don Orione llegó a Claypole, por ejemplo, no había nada de lo que ahora existe. Él mismo lo describió como “una bellísima parcela de 21 hectáreas, mitad arbolada con frutales, plantas aromáticas, palmeras, eucaliptos y plátanos, y mitad campo: una ubicación muy saludable, provista de buena agua y cercana a la estación”.
Otros más terrenales, en cambio, se quejaban: “¡Está loco! ¿Qué va a hacer acá? ¡Esto es el medio del campo!”
Al fin de cuentas –mitad paraíso, mitad campo abierto y locura– fue la tierra fértil para la semilla y produjo frutos. Una semilla que el 28 de abril de 1935 tomó forma de piedra fundamental. Contenía en su interior un ladrillo de la Puerta Santa de la Basílica San Pedro que Don Orione hizo traer desde Roma como signo de su amor a la Iglesia y para hacer memoria del Año Santo que concluía en esa misma fecha.
Una semilla que, a su vez, estaba escondida en el fruto de la conferencia brindada por Don Orione dos meses antes en el Colegio Stella Maris de Mar del Plata, donde habló sobre “San José Benito Cottolengo, el santo de los desamparados”. Y cuya presencia comenzaba a intuirse durante el Congreso Eucarístico Internacional celebrado en Buenos Aires en octubre de 1934 que –tal como registraron los diarios de la época– dejó en Don Orione el ardiente deseo de “ver fructificar la enseñanza dejada por el Congreso y abrirse aún más los brazos de la gran cruz de Palermo hasta poder erigir una institución que prolongara en Argentina la prédica, la orientación y la razón de la existencia de José Benito Cottolengo”.
Así fue. Entre los frutales y las aromáticas de Claypole brotó el Pequeño Cottolengo Argentino: un retoño vigoroso que creció con la savia del Espíritu Santo y que fue regado por la generosidad de todo el pueblo.
Su crecimiento fue exponencial, hasta convertirse en la gran institución que es hoy. Y fiel al mandato de la vida que engendra vida, echó raíces fuertes y extendió sus ramas para dar nuevos frutos con nuevas semillas. Ya en abril de 1940, el Boletín del Pequeño Cottolengo publicaba que “las casas formarán con el tiempo el Cinturón de la Caridad”.

Historias y experiencias en primera persona
¿Y vos? ¿Conociste el Cottolengo? ¿Cómo fue tu experiencia?El Hno. Edgardo Boggio,, dijo que cuando llegó no había nada más que una capilla –que hoy es la parroquia Sagrado Corazón–, una canchita fútbol y la inmensidad.
Conocí el Cottolengo cuando tenía 10 años y el P. José Dutto nos llevó a los pibes del Post-Escuela de Pompeya a conocer un lugar que le habían donado a Don Orione”, recuerda. Se ríe también que viajaban en un camión viejo por caminos rurales donde hoy se levantan edificios en torre. “Un día, el clérigo que nos acompañaba me dijo: ‘Bollito, revestite y ayudale en misa a Don Orione’ y para mí fue emocionante”, relata. Después de un silencio, acota que “Don Orione tenía una fe tan grande en la Divina Providencia que hacía todo pensando que Dios lo traía a él con los donantes y que pronto sería lo que ahora podemos ver”.
Para la Hna. María Elvira Gareis, la experiencia fue distinta, pero igual de gozosa.
#conocialcottolengo “al ingresar en el Postulantado en 1954, cuando tenía 16 años”, se presenta. Para ese momento, ya se habían construido varios hogares, el lavadero, la ropería, había una cocina, una panadería y un comedor chiquito. Los baños eran limitados, así que tenían que hacer fila para bañarse. “Yo estaba enamorada de Jesús y en el Cottolengo se vivía un clima muy espiritual, así que después de pasar todo el día en los oficios, me gustaba que a la tarde íbamos todos juntos a misa donde ahora es la parroquia Sagrado Corazón, cada hogar con su cruz procesional”, describe.
Oriunda de Barranqueras (Chaco), no le aflojó al entusiasmo de encontrarse con Jesús en cada persona que le tocó atender, alimentar o aconsejar. “Siempre nos decían que ‘el Cottolengo es el pararrayos de la sociedad’ –explica– porque si bien se vivía con sacrificio y dependíamos totalmente de la Divina Providencia, nunca nos faltó lo necesario. La vida no era fácil pero si tengo que empezar todo de nuevo, empiezo; acá soy feliz”, remata sonriente.
También entrado en años, Francisco Rodríguez fue docente universitario en el área de educación y también fue voluntario del Cottolengo.
#conocialcottolengo “por una inquietud académica, cuando se estaba empezando a formar la Escuela Mamá Carolina”, comienza. Después se quedó a vivir durante 10 años y desarrolló su profesión atendiendo a las necesidades de los alumnos de la Escuela.
Uno de los momentos más importantes que recuerda tiene que ver con que pudo sembrar la semilla que había recibido del Cottolengo: “Integré el equipo que elaboró un sistema de lectoescritura con pictogramas para varios residentes que tenían dificultades para comunicarse verbalmente pero que podían realizar movimientos con sus manos”.
El fruto de esa semilla fue, por ejemplo, que María Elena Carminatti –fallecida unos años atrás– usó el cuaderno hasta último momento, pudiendo así salir de su mutismo y convertirse en la “cartera” del Cottolengo con su silla de ruedas eléctrica. ¡Qué importante era para ella su cuaderno de fotos y qué lindo para nosotros que podíamos reírnos con sus chistes!
Norma Donato, que vive en el Hogar Socorro y se encarga de atender el teléfono, rescata justamente cómo mucha gente vuelve de visita al Cottolengo porque encuentra unión y paz. “Es que acá no importa si uno es más bajo o más alto, si puede con algo –aunque sea comer– o no, porque cada persona tiene su valor y nos tratamos así”.
En la misma rueda de mate, Américo Torres –residente del Hogar Sheil– concuerda con Norma que “fuimos bendecidos los que vivimos acá y tenemos la gracia de haber conocido esta Obra”. “Cuando conocí el Cottolengo tenía 14 años y pude escapar a la forma en que se vive en muchos lados, en el desprecio y la violencia”.
Compañero de Américo, José María Lezcano suma su aporte: “Yo conocí el Cottolengo en 1981, me trajeron de un hospital donde ya era grandote, y ahora que pasaron los años estoy bien, no me falta nada, voy al coro de la Cámara de Comercio de Lomas de Zamora y estoy estudiando en una escuela pública”.
“Lo que pasa afuera no nos resulta indiferente, al contrario, gracias a que acá muchos estuvieron atentos a las necesidades de otros yo también conocí el Cottolengo”, completa Norma.
Marcelo Amato eso otro de los que percibió un algo distinto a lo común cuando llegó, por eso asegura que "conocí el Cottolengo hace tres años y quise cambiar de estilo de vida”. “Tuve la suerte de entrar a trabajar en la cocina, donde estoy desarrollando mi oficio en un buen clima de trabajo, con los chicos que te brindan cariño sincero y eso me llena el corazón”, señala convencido.
Son innumerables las vidas transformadas en estas ocho décadas al resguardo del follaje del Cottolengo. La mía con seguridad y seguramente la de quienes están leyendo esta revista, como la de todos aquellos que pudieron experimentar el caminar por sus senderos y compartir alguna tarde de mates y acompañamiento a los residentes. Tengo la certeza de que “allí donde hay una salto cualitativo, está Dios que sigue creando”. Es la semilla escondida en el fruto que, como dice la Biblia, “Dios vio que era bueno fuente Padre Trombin,