LA INAUGURACIÓN DEL SANTUARIO EN TORTONA
El 29 de agosto de 1931, Mons. Grassi, a la
sazón obispo de Tortona, abría solemnemente al culto el santuario de Nuestra
Señora de la Guardia, triunfo de la fe cristiana y de María.
Nota insólita y simpática, los jóvenes
seminaristas de Don Orione que habían sido los esforzados “peones de la Virgen”
trabajando duramente en la construcción del santuario, desfilarán en la
procesión portando no imágenes sagradas ni cirios encendidos, sino carretillas,
palas, y otras herramientas de trabajo.
Don Orione manifestaba entonces certezas de
santo: “¡Tortona, cántale a Dios un canto nuevo: la inauguración de tu
santuario es una aurora! ¡Serán muchos los que alzarán su mirada a ti! ¡Cuántos
serán -y de cuantos caminos- los que encaminarán sus pasos al santuario,
deseosos de una renovada vida de fe, de una vida cristiana y ciudadana honesta,
sedientos de amar a Dios y a los hermanos, de servir a Cristo en los pobres y
los huérfanos; en humildad, caridad y trabajo! ¿Ves, Tortona, esos pequeños
trabajadores del santuario? Parecen simples peones de albañil, y son levitas
del Señor: vestidos de andrajos, manchados de cal, más pobres que el propio
Francisco de Asís... Pero un día verás, verás... Dios los transformará en
apóstoles y enviados de Cristo; heraldos de civilización, se repartirán el
mundo para anunciar el Evangelio...”
Santuario Nuestra Sra. De La Guardia, En
Tortona, Construido Por Don Orione, Con La Ayuda De Bienhechores, Benefactores
Y Sus Seminaristas Que Hicieron De Peones, Obreros De La Construcción. . Una
Obra Magnifica Por Su Arquitectura, Su Grandiosidad, Sin Dinero, Sólo
Cumpliendo Una Promesa A La Virgen, Que Si Terminaba La Guerra Y Volvían Sanos
Y Salvos Los Pobladores Y Clérigos, Lo Haría, Y La Virgen Cumplió Y Lo Ayudó
Tocando El Corazón De Muchos Para Que Donen Para Esta Magnífica Obra Para
Nuestro Señor y su madre María.
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