Quienes conformamos el nuevo Consejo Provincial que guiará el trabajo de la Obra Don Orione en los próximos tres años, sabemos que tenemos la hermosa, difícil y delicada tarea de ponernos en primera línea para lo que la Providencia nos pida. Debemos ser, antes que nadie y junto a todos, “odres nuevos”.
No nos cansamos de repetir lo hermosa que es nuestra provincia religiosa -extendida por Argentina, Paraguay, Uruguay y México- y la vida que hay en cada una de las casas y las obras. ¡Cuánto bien que se está haciendo! de manera silenciosa, cotidiana, cerquita de nuestros pobres -especialmente los que viven en nuestros cottolengos y hogares- y la admiración y el respeto que esa tarea genera en quienes nos visitan, no solo como trabajo, sino como experiencia de fe.
Un desafío para este año será, entonces, que nos acerquemos más a cada Pequeño Cottolengo, “visitar y dar una mano”. Y todos, religiosos y laicos, repartamos una invitación fraterna para que nuestros alumnos, jóvenes, familias y mayores puedan hacer esta experiencia solidaria y de fe que “mueve los corazones”, haciéndonos odres nuevos.
Para ello, religiosos y laicos estamos convocados a “reconocernos como hermanos” que trabajamos y proyectamos juntos, que nos tenemos confianza, nos apoyamos y compartimos no solo la tarea cotidiana, sino los sueños.
Pongamos manos a la obra.
Próximamente, durante los meses de marzo y abril tendremos la visita canónica de nuestro Superior General, el P. Flavio Peloso. La misma es, antes que nada, un momento de encuentro entre nuestras comunidades y la misión de la Obra Don Orione en todo el mundo. Una oportunidad para dialogar y pensar juntos hacia dónde encaminar en este siglo veintiuno los pasos orionitas.
En esta línea, ya estamos preparando los diversos encuentros de secretariados que nos ayudarán a animar la vida y la pastoral. Entre ellos queremos prestarle especial atención al Encuentro de Jóvenes Orionitas “EJO 2012”, en el mes de septiembre. La juventud es motivo y protagonista de la tarea pastoral, evangelizadora y social de Don Orione, y ello nos exige convertirnos en odres nuevos.
También las vocaciones nos están llamando a una tarea nueva. En nuestras casas de formación hay un buen grupo de jóvenes en distintas etapas de formación. Hay un poco de “ruido vocacional”, que tenemos que cultivar y animar entre todos. Y queremos que ese “ruido” esperanzador se escuche en todas las comunidades orionitas, para impulsar a quienes sienten un llamado particular por la vida religiosa a expresarlo allí donde la obra de San Luis Orione está presente de alguna manera.
Como Familia Orionita, entonces, recemos y acerquémonos más a los jóvenes para hacerles experimentar el amor de Dios en el carisma de Don Orione, con ánimo de padres y hermanos, buscando su bien, compartiéndoles experiencias de vida que les permitan descubrir el amor de Dios en el servicio a los demás. ¡Odres nuevos!, ¡odres nuevos!
A los queridos lectores de la Revista Don Orioneles pedimos sus oraciones y su acompañamiento en este caminar.
P. Omar Cadenini fdp
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