La Virgen de los Dolores es una advocación de la Virgen María. También es conocida
como Virgen de la Amargura, Virgen de la Piedad, Virgen de las Angustias o La Dolorosa. Su fiesta es el 15 de septiembre ; su vestidura por lo normal es negra o morada.
Se la invoca en latín como Maria Virgo Perdolens o Mater Dolorosa y es una de los numerosas advocaciones a través de las cuales la Iglesia Católica venera a la Virgen María. La advocación (Dolores)
destaca el sentimiento de dolor de la madre ante el sufrimiento de su
hijo. Los "siete dolores" hacen referencia a los siete episodios de la
vida de Jesucristo, relatados por los evangelios, que hicieron sufrir a
María, quien acompañaba a su hijo en su misión de Redentor.
La devoción a la Mater Dolorosa se desarrolla a partir de finales del siglo XI. En 1239, en la diócesis de Florencia, la Orden de los Servitas u Orden de frailes Siervos de María, cuya espiritualidad estaba muy ligada a la Santa Virgen, fijó la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores el 15 de septiembre
¿Que nos enseña la Virgen de los Dolores?
La
imagen de la Virgen Dolorosa nos enseña a tener fortaleza ante los
sufrimientos de la vida. Encontremos en Ella una compañía y una fuerza
para dar sentido a los propios sufri-mientos.
Cuida tu fe:
El
sufrimiento humano es parte de la naturaleza del hombre, es algo
inevitable en la vida, y Jesús nos ha enseñado, con su propio
sufrimiento, que el dolor tiene valor de salvación. Lo importante es el
sentido que nosotros le demos.
Debemos ser fuertes ante el dolor y
ofrecerlo a Dios por la salvación de las almas. De este modo podremos
convertir el sufrimiento en sacrificio (sacrum-facere = hacer algo
sagrado). Esto nos ayudará a amar más a Dios y, además, llevaremos a
muchas almas al Cielo, uniendo nuestro sacrificio al de Cristo.
Oración: María,
tú que has pasado por un dolor tan grande y un sufrimiento tan
profundo, ayúdanos a seguir tu ejemplo ante las dificultades de nuestra
propia vida.
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