SABÍAS ?

MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA BARRANQUERAS

SABES LO QUE SIGNIFICA MLO? SIGNIFICA MOVIMIENTO LAICAL ORIONITA

¿ Y SU ORIGEN? :

El MLO tiene su origen en Don Orione el cual durante toda su vida, ha comprometido a los laicos en su espíritu y misión para "sembrar y arar a Cristo en la sociedad".

¿Quiénes integran el movimiento?
Todos aquellos laicos que enraizados en el Evangelio, desean vivir y transmitir el carisma de Don Orione en el mundo...

¿Cuál es el fìn del MLO?

Es favorecer la irradiación espiritual de la Familia orionita, más allá de las fronteras visibles de la Pequeña Obra.
¿Cómo lograr esto?

A través del acompañamiento, animación y formación en el carisma de sus miembros,respetando la historia y las formas de participaciòn de cada uno.

¿Te das cuenta? Si amás a Don Orione, si comulgás con su carisma, si te mueve a querer un mundo mejor, si ves en cada ser humano a Jesús, si ves esa humanidad dolorida y desamparada en tus ambientes, SOS UN LAICO ORIONITA.

¿SABÍAS?
El camino y las estructuras del MLO, se fueron consolidando en las naciones de presencia orionita. Al interno del MLO y con el estímulo de los Superiores Generales , se juzgó maduro y conveniente el reconocimiento canónico del MLO ... así fue solicitado como Asociación Pública de Fieles Laicos, ante la Congregación para la vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCVSA) y fue aprobado el 20 de noviembre de 2012.

Y BARRANQUERAS, SABÉS DONDE QUEDA? en el continente americano, en América del Sur, en ARGENTINA, y es parte de la Provincia del CHACO.

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viernes, 6 de octubre de 2023

CARTA DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II , AL DIRECTOR GENERAL POR EL MLO 7 OCTUBRE 1997


 
 
Desde el Vaticano, un 7 de octubre de 1997,firmada por el Santo Padre Juan Pablo II, llegó un mensaje al Reverendísimo Don Roberto Simionato, Director General de los Hijos de la Divina Providencia, esto junto al Primer Congreso Mundial del MLO, en Rocca Di Papa del 9 al 12 de octubre de 1997, puede ser considerado el nacimiento oficial del Movimiento.
Desde entonces el movimiento, no ha cesado de moverse, moverse para crecer, el Papa ha dicho ..."aprovecho esta circunstancia significativa para animarlo, Venerado Hermano en el sacerdocio, y a los religiosos y religiosas orionitas a hacerse " guias expertos de vida espiritual, a cultivar en los laicos el talento más precioso: el espíritu"  e invito a los laicos que han elegido compartir el carisma orionita viviendo en el mundo a ser celosos y generosos para ofrecer a la Pequeña Obra de la Divina Providencia"la preciosa contribución" de su secularidad y de su específico servicio.

Mensaje Del Santo Padre Juan Pablo Ii

Al Director General

De Los Hijos De La Divina Providencia

Al padre

ROBERTO SIMIONATO

Director general de los Hijos de la divina Providencia

1. «Queremos ver a Jesús» (Jn 12, 21). Con estas palabras un grupo de griegos, cautivados por el atractivo del divino Maestro, se dirigieron un día a algunos discípulos, expresando el deseo de encontrarse con el Señor. A lo largo de los siglos muchas otras personas, en todos los rincones de la tierra, han seguido manifestando ese mismo deseo, reuniendo a hombres y mujeres marcados por una relación particular con la persona de Jesús.

Entre los testigos de Cristo de nuestro siglo ocupa un lugar privilegiado el beato Luis  Orione, fundador de esa familia religiosa. Su atractivo espiritual impresionó a mucha gente durante su vida y aún hoy sigue suscitando admiración e interés. Así, entre los laicos cercanos a la Pequeña Obra de la divina Providencia, se ha ido afirmando el deseo de conocer a fondo al beato fundador, para seguir más fielmente sus huellas. De este modo nació el Movimiento laical orionita, con la finalidad de brindar a los diversos miembros del asociacionismo laical surgido en torno a las instituciones de la Obra la posibilidad de vivir el seguimiento de Cristo, compartiendo con los Hijos de la divina Providencia y las Hermanitas Misioneras de la Caridad el carisma orionita.

2. Después de los primeros años del Movimiento, se creyó conveniente realizar un análisis del camino recorrido con vistas a su ulterior desarrollo. Con tal fin se organizó ese congreso internacional, que tiene como tema el lema paulino: «Instaurare omnia in Christo», elegido por el beato para la familia religiosa que fundó. De este modo se quiere ofrecer a los laicos la oportunidad de profundizar en el conocimiento del carisma orionita, para elaborar una peculiar «carta de comunión» y proyectar ulteriores metas de compromiso y participación al servicio de la

nueva evangelización con vistas al gran jubileo del año 2000.

Al dirigir mi saludo a los participantes en el encuentro, no puedo por menos de recordarles las apasionadas palabras del beato Orione: «Instaurare omnia in Christo! Nos renovaremos a nosotros mismos y renovaremos todo el mundo en Cristo, cuando vivamos a Jesucristo, cuando realmente nos transformemos en Jesucristo». Así pues, el fundador estaba claramente convencido de que el alma de toda auténtica renovación es la novedad de Cristo, que se hace presente en cada persona, en las familias, en las estructuras civiles y en las relaciones entre los pueblos. Anhelaba hacer de Cristo el corazón del mundo y servir a Cristo en todo hombre, especialmente en los pobres. Para realizar de forma adecuada esa intuición, quería implicar más a los laicos en la actividad apostólica, llamándolos a sintonizar con su corazón sin confines, porque estaba dilatado por la caridad de Cristo crucificado. En efecto, en 1935, desde Buenos Aires, escribía a algunos amigos de la Obra: «Ciertamente, todos sentiréis, como yo, un grandísimo deseo de cooperar, en la medida de vuestras posibilidades, en la renovación de la vida cristiana —el «instaurare omnia in Christo»— de la que la persona, la familia y las sociedades pueden esperar la reforma social. ¡Tened la valentía del bien!» (Cartas II, 291).

Los responsables de la familia orionita, conscientes de este proyecto ya presente en el corazón del beato fundador, han promovido, desde hace algunos años, el Movimiento laical, que en este congreso se quiere definir y reforzar aún más, con el fin de cooperar eficazmente, como solía decir él, a «hacer el bien siempre, hacer el bien a todos, y nunca el mal a nadie».

3. Deseo aprovechar esta significativa circunstancia para animarlo a usted, venerado hermano en el sacerdocio, así como a los religiosos y religiosas orionitas, a convertirse en «guías expertos de vida espiritual», a cultivar en los laicos «el talento más precioso: el espíritu» (Vita consecrata, 55).

E invito a los laicos que han elegido compartir el carisma orionita viviendo en el mundo, a ser celosos y generosos para ofrecer a la Pequeña Obra de la divina Providencia la «preciosa contribución» de su índole secular y de su servicio específico. El Movimiento laical orionita favorecerá así la irradiación espiritual de vuestra familia religiosa más allá de las fronteras del instituto mismo, profundizando sus rasgos carismáticos para una realización cada vez más eficaz de su misión específica en la Iglesia y en el mundo.

Dirijo un saludo particular a los miembros del Instituto secular orionita, al que recientemente se le ha concedido la aprobación canónica como instituto de vida consagrada. Sabiendo bien que en estos días tienen su asamblea general para la elección de sus autoridades, los exhorto a vivir con fidelidad y alegría su consagración en el mundo y con los medios del mundo. Ojalá que contribuyan a realizar nuevas síntesis entre la mayor adhesión posible a Dios y a su voluntad, y la mayor participación posible en las alegrías y esperanzas, en las angustias y dolores de sus hermanos, para orientarlos hacia el proyecto de salvación integral manifestado por el Padre en Cristo. Su carácter de laicos consagrados ha de ayudarles a vivir con coherencia el Evangelio, en el compromiso diario de hacer realidad, siguiendo el ejemplo del testimonio y las enseñanzas del beato Orione, el programa paulino «Instaurare omnia in Christo».Con este fin, invoco la protección de María, «Madre y fundadora celestial» de la Pequeña Obra de la divina Providencia, y la intercesión del beato Luigi Orione, mientras, como prenda de los favores celestiales, le imparto una especial bendición apostólica a usted, a los miembros del Movimiento laical y del Instituto secular, así como a cuantos forman parte, de varias maneras, de la familia orionita.

Vaticano, 7 de octubre de 1997


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